El Legado de Tony Stark
Si hay una constante a destacar dentro del cómic superheroico, al menos desde que éste ya tuvo unos cuantos años de andanza editorial, es la idea de legado, de sustitución. Ello no debe de sorprendernos en absoluto.
Los protagonistas de este tipo de publicaciones no dejan de ser personajes que, por mucho que nos puedan llegar a apasionar, tienen que protagonizar al menos una aventura cada mes, sin contar eventos multitudinarios, por lo que llega un momento en el que nos cuesta más creernos la eterna juventud de la que siempre hacen gala, o esas vidas supuestamente breves en las que les ha pasado mucho más que a nosotros, o a nuestros padres.
Para compensar todo eso, y por supuesto para aumentar las ventas, además de jugar con la continuidad y con las líneas temporales o incluso con universos paralelos, tanto DC Comics, como Marvel (especialmente la primera) han jugado desde bien pronto con la idea de legado. Barry Allen sustituyó a Jay Garrick como Flash, y al primero lo sustituyó Wally West, tras Crisis en Tierras Infinitas.
Jean Paul Valley por otro lado, fue un Batman mucho más oscuro y brutal cuando la moda del momento lo necesitó, pero no quiso manchar el buen nombre de Bruce Wayne, y hasta Dick Grayson se ha enfundado el traje de su mentor en no pocas ocasiones cuando ello ha sido necesario.
Igualmente, Superman fue sustituido tras su muerte por hasta cuatro relevos, cada uno con una historia editorial digna de ser contada y en Marvel, aunque dichas sustituciones han tenido lugar desde siempre, no ha sido hasta hace poco más de diez años que esa idea de legado ha terminado por impregnar las viñetas a base de bien.
De este modo, Miles Morales es hoy el Spiderman de la juventud como Peter Parker lo fue en su momento, mientras que Khamala Khan hace lo propio con Carol Danvers, o Sam Wilson y Jane Foster con respectivamente, Thor y el Capitán América, sustituyendo Amadeus Cho durante a un tiempo a un Bruce Banner que ya no era Hulk.
Pues bien, a Iron Man también le llegó el turno de retirarse y ser reemplazado por alguien más joven que hacía las veces de su discípula póstuma, y ello llegó de la mano de Brian Michael Bendis, muy amante de la juventud y de conectar con los adolescentes, enfatizando en dicha conexión con los afroamericanos en gran parte de su obra, especialmente la que ha tenido lugar tras la paternidad adoptiva del autor.
En este caso, durante la etapa de Bendis, Tony Stark había vuelto a abrazar su faceta más superheroica, poniendo Bendis el acento en su papel como empresario y en las ganas de Stark de dejar su impronta en la comunidad superheroica a través de, simplemente, vivir aventuras en las que ayudara a quien lo necesitara.
En aquel camino, se nos presentaba también a un nuevo Víctor Von Doom que cuando Tony lo necesitó, se enfundó la armadura de Iron Man sin pensárselo dos veces.
Durante los tres tomos anteriores a este, también fuimos conociendo poco a poco, aunque solo de refilón a una joven afroamericana con un gran talento para la ciencia y la tecnología: Riri Williams.
En ella es en quien Bendis, con un gran talento que nos sorprende dado lo “reciente” de esta obra, en una época en la que el autor ya había perdido aquello que lo hizo grande e interesante de leer, pone el acento, contándonos en este tomo la complicada vida de Riri, quien tiene la misma inteligencia innata que Tony pero no ha nacido en una familia rica, ni tampoco ha carecido de una vida complicada al llegar a tener que presenciar tiroteos en su escuela.
Todo ello se nos narra mediante interesantes flashbacks, mientras que en el presente, Riri es ayudada por Stark en forma de inteligencia artificial a construir una armadura de Iron Man que le de al mundo al héroe que parece que ha perdido y que de momento, no es capaz de volver.
Al dibujo, tenemos a Stefano Caselli principalmente, un autor que ha colaborado no pocas veces con Bendis, trabajando en muchas obras del Universo Marvel, siendo especialmente relevante lo que hizo con Dan Slott en Spiderman, ilustrador que plasma a la perfección ese espíritu adolescente y aventurero que Bendis quiere imprimir a la obra, en un tomo que en ese sentido, se aleja del resto que componen la etapa, a falta de un quinto que esperamos ver antes de que acabe este año.
Un tomo muy interesante para todos aquellos amantes del Iron Man de Bendis, de su labor de guionista cuando está cómodo con lo hace y lo disfruta o, simplemente, de toda esta nueva hornada de superhéroes adolescentes que muy pronto podremos ver en el medio audiovisual.
Lo mejor
• Lo mejor del Bendis de su última época en Marvel.
• Lo bien que se plasma la idea de legado superheroico.
Lo peor
• Excesivo baile de dibujantes.
• Que tanta novedad no sirva para nada y finalmente no arraigue.
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 6.5
6.8
Brian Michael Bendis y Stefano Caselli, entre otros, nos presentan a la sustituta de Tony Stark en este divertido tomo.
Por lo que veo tal vez es mejor obra de lo que crei, es molesto esa forma de potenciar personajes de manera artificial esperando que uno los acepte y abrace en menos de un año, me parece que una critica que supe es que pudieron utilizar personajes ya existentes como una sobrina de Maquina de Guerra, ahora Iron Heart es impulsada en varios medios pero no logra llegar a los fans por mas que Marvel la ponga o mejor dicho la imponga