Algo Viejo y Algo Nuevo: Los Vengadores de Mark Waid
Corría el año 2015, y las Secret Wars de Jonathan Hickman y Esad Ribic habían cambiado todo el contexto marvelita para, aparentemente dejarlo tal y como conocíamos, solo que con rompedoras irrupciones en las distintas colecciones de la Casa de las Ideas, que buscaban atraer a un nuevo fandom sin perder al de toda la vida.
Hablamos de la All New All Different Marvel de Axel Alonso, en la que se buscaba que adolescentes y adultos de todo signo político, racial o condición sexual o de género se acercaran a las colecciones Marvel, teniendo en ellas un sitio que hasta el momento había estado más pensado para el fan más convencional que no se enclavaba a priori dentro de ninguna minoría desfavorecida en concreto.
En el caso de Los Vengadores, estos habían vivido en las ya mencionadas Secret Wars un gran fin de fiesta resultado de aquellas incursiones multiversales alrededor de las cuales se estructuró la práctica totalidad de la larga etapa de Jonathan Hickman al frente de la colección. Hickman había cogido al grupo que protagonizara la primera película del MCU y lo había llevado por unos derroteros muy propios, uniéndolo a un sinfín de personajes nuevos y viejos, todos al servicio de su historia, una historia en la que, a la manera de Hickman, los personajes perdían su idiosincrasia particular en favor de un argumento que primaba por encima de la misma.
Por eso, cuando la colección hubo de ser relanzada con la llegada del nuevo movimiento editorial, al escogerse a Mark Waid, reputado guionista que sabía adaptar su estilo a cada época comiquera en la que trabajaba, Marvel estaba aunando lo nuevo y lo viejo exactamente como quería, y resultado de aquello nacieron unos Vengadores que sabían a clásico, y que vivían trepidantes aventuras como grupo, pero que a su vez, encarnaban la novedad absoluta, esa novedad que buscaba traer a nuevos tipos de lectores.
De este modo, La Visión, el Capitán América, Spiderman, Miss Marvel, Thor, Nova y Iron Man formarían parte del grupo principal, pero la mayoría estarían encarnados por alter ego distintos de los acostumbrados, puesto que bajo las máscaras de la mayoría de los antes mencionados, teníamos a los legatarios de su manto: Sam Wilson, Miles Morales, Khamal Khan, Jane Foster y Sam Alexander saltaban a la palestra como Vengadores, buscando honrar lo ya iniciado por sus mentores y a la vez ejercer el heroísmo a su manera, como ya se estaba viendo en sus propias colecciones, reforzándose esta idea en su intervención en grupo.
Los más jóvenes, pronto dejarían los Héroes Más Poderosos de la Tierra, no sintiendo que su forma de ver la justicia estuviera bien representada en el tradicional grupo Marvelita, formando unos Campeones, también guionizados por Mark Waid que encarnarían dicho espíritu adolescente que resultaba interesante por el choque generacional en estos primeros números de Los Vengadores, pero que no estaba llamado a mantener el interés a largo plazo.
En el dibujo, Adam Kubert, Mahmud Asrar y un legendario Alan Davis harían lo suyo, otorgando una personalidad propia a este grupo de Vengadores que resultaba tan rupturista con el anterior, tanto en sus miembros como en la historia que contaba.
Y es que, con Mark Waid, la luminosidad de Los Vengadores volvía a Marvel, buscando un camino propio lejos de las películas de Marvel Studios, y de la pretenciosidad y gran epopeya que nos contó Jonathan Hickman en la etapa previa.
Sin embargo, da la sensación, o al menos así lo interpreta este redactor, de que esta etapa está muy denostada entre el fandom, que no termina de conectar con ella. Francamente, jamás entendí por qué.
No, no es la mejor etapa de Los Vengadores de su historia, pero tampoco la peor, y no es ni mucho menos una mala serie que merezca ser tan olvidada o criticada como lo ha sido en tan poco tiempo.
Una colección muy entretenida que nos devuelve a esos Vengadores como grupo de héroes que ponen en común sus esfuerzos y su amistad para enfrentar amenazas más grandes que ellos mismos.
Lo mejor
• Mezclar a nuevos personajes con el espíritu de los antiguos para atraer nuevos lectores.
Lo peor
• A pesar de la acertada selección de personajes la historia que se cuenta no tiene grandes momentos recordables.
Raúl, opino lo mismo que tu sobre esta etapa. Leída del tirón gana bastante y también creo que ha sido criticada en exceso. Puede que no fuera lo que la gente esperara y supongo que tampoco ayudó concentrar a muchos de los personajes que más recelos despertaban en aquella época entre una parte del fandom.
Yo pregunte por aquí que tal y me dijeron que no me acercara a esta etapa. Sin embargo acabé picando porque los grupos superheroicos siempre me han gustado más en Marvel que en DC (a excepción de La Liga de la Justicia).
Igual leída en grapa si se puede hacer pesada, pero este tomo me lo leí en una tarde y me pareció un comic muy entretenido, simple pero entretenido.
Se nota un montón el contraste respecto a la etapa de Hickman, siendo esta más ligera y esta claro que Nova, Ms.Marvel y Miles Morales están en el grupo para ser promocionados.
Creo que a muchos lectores les espanto porque veían como los personajes clásicos eran relevados, por la corrección política y porque las tramas podrían resultar muy simplonas tras las etapas de Bendis y Hickman.