Explorando el Universo Marvel
«¿Hay algo de lo que no seamos capaces? ¿Hay algo que no podamos hacer?»
Hablar hoy en día de Al Ewing es hablar de el que probablemente sea el mejor escritor de la editorial de la última década y ello a pesar de Chip Zdarsky, Tom Taylor y otros superestrellas. Su Inmortal Hulk ha marcado un antes y un después en la larga vida del Goliath Esmeralda y sus dos mini series de Los Defensores junto a Javier Rodríguez son probablemente el mayor derroche de imaginación jamás visto en un cómic Marvel actual.
Por otro lado, Ewing recogió el testigo de Donny Cates en Veneno y llevó el concepto de Rey de Negro a un aspecto mucho más metafísico y de ciencia ficción que hace que la actual etapa del simbionte, en la que comparte la labor de guion con Ram V sea una serie muy a tener en cuenta en el panorama marveliano actual.
Pero ese es el Al Ewing de hoy en día, el Al Ewing que todos queremos y que sobre todo, conocemos, lleguemos a sus cómics de la forma que sea. Pero en 2015, Ewing que ya llevaba unos años trabajando en Marvel Comics no era tan conocido como ahora, y desde luego, no tan superestrella.
El escritor británico, procedente de la cantera de 2000 A.D., y famoso entre los lectores de dicha revista por su trabajo en las cabeceras Zombo y Juez Dredd, llegó a Marvel en el año 2014 para hacerse cargo de Poderosos Vengadores.
Esta se trataba de una serie que, aunque tomaba prestado su nombre de una de las muchas series vengadoras de Brian Michael Bendis, nada tenía que ver con la misma.
Los Poderosos Vengadores de Al Ewing, luchaban contra malvadas corporaciones y problemas de a pie, cuando el equipo titular se las veía con Thanos durante le evento Infinito orquestado por Jonathan Hickman.
Esta serie, primero con dibujo de Greg Land, y luego con Valerio Schiti entre otros autores a los lápices, cada vez ofrecía más, y pasaba de las relaciones más familiares y cotidianas entre los miembros de grupo (Sam Wilson como Centinela de la Libertad, Tigre Blanco, Luke Cage etc) a ser cada vez más la serie de Vengadores “terrenales” que había que tener en cuenta a pesar de ser un sleeper.
Ya en ella, Ewing iba recuperando tramas del pasado del Universo Marvel y, de alguna manera, formando su propio concepto de lo que suponía dicho Universo como tal en la editorial que más tarde veríamos en otras de sus series.
Y es que, precisamente un año después, llegaría The Ultimates, una serie escrita por Ewing que si bien hacía las veces de continuación de sus Poderosos Vengadores era más, mucho más.
Junto con Kenneth Rocafort y Christian Ward al dibujo, una vez más Ewing aprovechaba el trabajo de Jonathan Hickman en otra serie para construir una de las mejores colecciones Marvel del presente siglo. En esta ocasión, era Secret Wars la serie cuyo final, con la reestructuración del multiverso la que utilizaba Ewing para la trama de sus Ultimates.
Formando un grupo de personajes muy olvidados por la editorial (con la salvedad de Carol Danvers que justo entonces comenzaba su popularidad en ascenso), Ewing unía los destinos de la Capitana Marvel, Spectrum (Mónica Rambeau y la Capitana Marvel original), Maravilla Azul, Miss America y Pantera Negra (que a un año de su irrupción en el MCU no era tan popular como ahora) y creaba un grupo de superhéroes que no luchaba contra grandes amenazas, si no que trataba de curar al Universo mismo de los males que afectaban a este.
Galactus, Thanos o los peligros del multiverso no eran vistos como villanos o enemigos a batir sin más, si no como problemas de índole científica que había que solucionar a toda costa para poder curar al Universo Marvel de las enfermedades y virus que infectaban a este.
Evidentemente, no dejamos de estar ante un cómic superheroico, con sus batallas y splash pages a todo color, pero no por ello estamos ante un cómic convencional, puesto que las batallas cuando ocurren, suelen estar más justificadas y nunca dejan de lado esa ciencia ficción y metafísica que tanto gusta a Ewing y que impregna todas y cada una de las páginas de la obra.
Es precisamente en estos Ultimates, la colección en la que tiene origen el concepto de las distintas iteraciones del cosmos Marvel, que actualmente atraviesa su octava etapa, concepto que ha dado mucho que hablar en Defensores y Defensores Más Allá, y que resulta marcadamente innovador, aportando estructura y frescura a un Universo Marvel muy estacando en el eterno retorno de lo mismo y que, por desgracia no está siendo aprovechado por ningún autor que no sea Al Ewing.
El dibujo es llevado a cabo por Kenneth Rocafort y Christian Ward, dos autores que entienden perfectamente lo que Ewing y su derroche de imaginación quieren contar y que los plasman al detalle en unas páginas en las que la espectacularidad y el sentido de la maravilla impregnan cada viñeta.
En cuanto al nombre de la serie en sí, nada tienen que ver estos Ultimates con el concepto original, el de Los Vengadores del Universo 1610 creados por Mark Millar y Brian Hitch, aunque de ellos hablaremos con la llegada del siguiente tomo, en Abril de este mismo año.
Una obra que en su momento pasó mucho mas desapercibida de lo que debía, y editada en formato 100% Marvel en cuatro tomos (que Panini reserva para las series de actualidad que no venden en grapa) encuentra aquí la edición duradera y de calidad que merece en formato Marvel Now! Deluxe en dos tomos de los cuales este es el primero, estando en principio programada la salida del segundo para el mes de Abril.
Lo mejor
• Al Ewing comienza a analizar metafísicamente el Universo Marvel con una colección imprescindible.
• La serie no pierde entretenimiento o resulta difícil de entender pese a lo elaborado de los conceptos que presenta.
• Kenneth Rocafort se desata en su dibujo.
Lo peor
• Lo desapercibida que pasó esta serie.
• Que nadie salvo el propio Al Ewing haya aprovechado nunca los conceptos que se crean aquí para todo el Universo Marvel como tal.
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9
9
Imprescindible
Al Ewing, Kenneth Rocafort y Christian Ward llevan el concepto de exploración del Universo Marvel a otro nivel en esta magnífica serie de ciencia ficción superheroica.
Un equipo creado y liderado por Carol Danvers es igual a obra maestra instantànea, sin importar quiènes sean sus integrantes.
Una serie que fue entretenida de leer en su momento pero que al terminarla uno dice «todo OK pero no la compraría».
Para mi no es mala en si, tiene conceptos divertidos y novedosos pero como dije antes es para pasar el momento y nada más, y tal vez los puntos más débiles que tiene es que justamente le erraron con el título, algunos miembros del equipo y los dibujantes que no aportan mucho.