El viaje de autodescrubrimiento de Wanda Maximoff
«Ese es tu problema, Pietro. Siempre me has tratado como una niña»
Qué duda cabe de que este 2021 la Bruja Escarlata está quizás más de moda que nunca. Nos guste o no, el Universo Cinematográfico Marvel y sus películas (ahora también series de televisión) han llevado al imaginario popular a personajes de cómic que fuera de la viñeta no eran apenas conocidos por el gran público.
La Bruja Escarlata, como Visión era uno de ellos. Y es que, a nadie que no hubiera leído nunca un cómic Marvel le sonaba de nada la mutante hechicera que fuera hija de Magneto (o no). No estábamos ante un Batman, un Superman o incluso un Capitán América o ni de lejos un Spiderman a los que todo el mundo conoce, aunque en ocasiones solo de refilón.
En ese sentido, resulta innegable que podemos ser más fans o menos, o incluso detractores del MCU y de sus producciones, pero las mismas dan un boost de popularidad a los personajes nacidos en las viñetas que entre otras cosas, se traduce en magníficas reediciones de material de cómic que goza de innegable calidad.
De este modo, y gracias a la genial Wandavision (Bruja Escarlata y Visión en España) de Disney+, hemos podido conocer hace nada la reedición de la magnífica serie conjunta de ambos personajes escrita por Steve Eaglehart, y si vamos a la Marvel más reciente la de la Bruja Escarlata de James Robinson y varios ilustradores, recopilada por primera vez en un único tomo, con una edición que por fin le hace justicia a tan magnífica obra.
James Robinson es un guionista que no necesita presentación alguna. Autor de la más icónica etapa de Starman de DC Comics, o de la genial JSA: La Edad Dorada también de la compañía de Burbank, sus obras se encuentran entre lo mejor del género superheroico, al menos cuando se le da plena libertad para contar lo que quiere desde el principio hasta el final y no se le contrata tan solo para números concretos.
Pero antes de comenzar y para entender esta obra, hemos de hacer una breve pero necesaria referencia al nefasto evento Axis. Como todos sabéis, en aquella historia en la que los villanos se comportaban como héroes, y viceversa, Wanda lanzaba un hechizo contra Magneto que no le afectaba… porque solo estaba destinado a quienes mantuvieran con ella lazos de sangre.
De aquella forma tan deshonrosa, y por la puerta de atrás de un decepcionante y mediocre evento, Pietro y Wanda Maximoff dejaban de ser hijos de Magneto, para acercar sus versiones de los cómics a las del MCU y dar plena independencia a lo que Fox (que en aquel momento no formaba parte del conglomerado Disney) estaba haciendo con los mutantes en su propio universo cinematográfico.
El origen de los gemelos (ya de por sí muy complicado de comprender a través de las décadas de historia Marvel por las diversas vueltas argumentales que se ha dado al mismo) no solo volvía a cambiar y en esta ocasión, por el peor de los motivos, el de las sinergias cinematográficas, si no que además, dicho cambio lejos de aportar, restaba.
Seamos serios, Marvel es una empresa, Disney también, y las decisiones que toma siempre tienen como principal objetivo la maximización de sus beneficios. Ello sin embargo, no quiere decir que solo por eso sean acertadas. Por ejemplo, podemos estar muy en contra del Mefistazo que tuvo lugar en Spiderman, pero no cabe duda de que el personaje necesitaba la soltería para volver a brillar y para dar libertad a sus guionistas, y de que a la larga, aquella decisión, que en guión fue un desastre, editorialmente fue muy buena para la colección y para el personaje.
Sin embargo, nunca han conseguido las películas, por mucho dinero y fans que muevan, lograr que las filas de lectores de cómics aumenten debido a las mismas, y en este caso, se cambió el origen de Mercurio y Bruja Escarlata sin que ello supusiera nada de cara a las ventas de los cómics en los que los personajes aparecían y además decepcionando a prácticamente todos los lectores habituales con ello.
Hecha esta breve introducción, James Robinson arranca su serie protagonizada por Wanda Maximoff contándonos la historia de una mujer, una poderosa hechicera que ha decidido trascender a la visión (a todas luces machista) que de ella tiene el resto del Universo Marvel (y por ende el lector) de mujer inestable y enferma mental, para tomar las riendas de sí misma, emprendiendo un viaje personal en busca de su origen y de la sanación de la magia que tanto ama y que tanto le ha dado y a la vez le ha quitado durante su vida.
De este modo, Wanda percibe que la magia está enferma, extraña. Por ello, ayudada por el espíritu de una Agatha Harkness que hace las veces de sidekick mordad y divertida de la protagonista, se embarca en un tour mundial en el que buscando qué es lo que aqueja a la magia, salva las vidas de distintas personas que pueblan el mundo, enfrentándose a demonios y a pérfidos hechiceros que solo buscan el poder propio.
Sus pasos la llevarán por Creta, París, Dublín, e incluso Logroño (ciudad natal y de residencia de este redactor; gracias por ello Javier Pulido), en busca de dicha sanación mágica que no es el fondo si no la propia búsqueda de su sanación personal, tras la concepción que del personaje existe desde Vengadores Desunidos y Dinastía de M.
Además, y de ahí la referencia que se ha hecho al origen cambiado de los personajes, Robinson es el único autor que sabe hacer algo de calidad con ello, puesto que en una de sus misiones, Wanda descubre al espíritu de alguien que podría ser su madre, por lo que su viaje mágico y personal se convierte a la vez en un viaje en búsqueda de su propio origen, de su identidad, dado que quienes pensaba que eran sus padres durante gran parte de su vida, ya no lo eran y por tanto, el personaje se encontraba en ese momento más perdido que en mucho tiempo.
Por si ello fuera poco, veremos a Pietro pasarse por la colección, en un magnífico número consistente tan solo en una conversación entre ambos hermanos, en la que James Robinson sabe captar a la perfección cómo es la relación entre ambos, tóxica y conflictiva y que solo funciona cuando ambos están separados el uno del otro, sobre todo por culpa de un Pietro controlador y dominante que nunca deja a Wanda precisamente hacer lo que hace en estas páginas, emprender por sí sola y por sí misma un viaje personal.
El dibujo por su lado, es la otra gran parcela de calidad de esta obra. Vanessa del Rey, un Steve Dillon que realizaba aquí sus últimos trabajos, Annie Wu, Marco Rudy, Jöelle Jones, Javier Pulido y un largo etcétera de primeras espadas de la ilustración unen aquí sus esfuerzos para en cada número darnos una visión única del personaje.
El experimento, lejos de resultar un baile de dibujantes que reste calidad a la colección, hace que la suma de las partes enriquezca el producto, puesto que convierte una obra ya de por sí muy bien escrita, en una pieza única del cómic Marvel a la que, ilustrativamente, solo dan unidad (y de qué fabulosa manera) las magníficas portadas de David Aja.
Un tomo imprescindible para todo amante del cómic en el que los superheroico se deja a un lado para dar paso a lo personal y lo intimista.
Lo mejor
• La visión de la magia según el folclore propio de cada país que se da en este cómic.
• La madurez de Wanda como personaje más allá de la constante e irritante villanización del personaje.
• La simbiosis existente entre el elenco de dibujantes, junto con las portadas de David Aja.
Lo peor
• Que no era necesario un retconeo como el de Axis para disfrutar una historia así.
• Que esta serie haya caído tan pronto en el olvido.
Guión - 9
Dibujo - 9.5
Interés - 9
9.2
Obra Maestra
James Robinson y un genial y extenso elenco de ilustradores llevan a cabo una magnífica obra protagonizada por Wanda Maximoff.
Hoy Panini ha anunciado que el tomo en cuestión contiene un fallo de impresión (le falta el dibujo de una página) y que va a retirar la tirada para sustituirla por una corregida
Madre mía, lo acabo de ver, compré el tomo y ni lo había notado, menos mal que parece que sustituirán todos los ejemplares, según dicen en las redes sociales.
https://twitter.com/PaniniComicsEsp/status/1403325483631140866
¿Soy yo o últimamente Panini comete muchos errores de impresion? El más gordo el del tomo 3 de Factor X, que no han solucionado.
Hola! Cuál es el error de impresión de Factor X? Es en la actual edición de la etapa de Peter David? Gracias
Se repite una página y, por lo tanto, falta una, yo me enteré por un comentario en esta misma web https://www.zonanegativa.com/marvel-collection-investigaciones-factor-x-3-los-rapidos-y-los-muertos/
Encima, ni lo van a subsanar ni, por lo que parece, van a continuar con la edición de esta colección, así que mejor quedarse con las grapas, de momento.
En serio?,la tenía pendiente de empezar que comprar. Pues nada,compra evidentemente descartada (me refiero a Factor-X)
Muy buen cómic, me parece una muy buena etapa con un James Robinson atinadísimo en el tratamiento que hace del personaje de Wanda. Con lo que se demuestra una vez más que los guionistas masculinos son muy capaces de desarrollar personajes femeninos,tal y como ha demostrando Claremont con sus Mutantes en general y con Carol Danvers en particular.
No me gusta tanto el desfile de dibujantes.Aunque la calidad de cada uno de ellos es innegable echo de menos ver una unidad visual a lo largo de toda la obra y también echo de menos esa simbiosis entre guionista y dibujante que sí tiene por ejemplo La Visión de Tom King y Gabriel Hernández Walta. De todas formas una serie muy recomendable que compré en su momento en los tomos de 100%Marvel
Acabo de leer los comics de prestado, animado por la crítica tan positiva… y debo decir que me ha decepcionado bastante.
A ver, no digo que sea un mal cómic, que no lo és. Robinson hace un buen trabajo describiendo una Wanda más madura, no tan supeditada a un hermano, un marido o un grupo de pertenencia. El problema, es es MI problema, es que no reconozco al personaje, y eso hace que baje puntos en mi valoración.
La Bruja Escarlata solía ser uno de mis personajes favoritos de los Vengadores. Me gustaba esa dualidad bruja/mutante, y precisamente el arco «Noches de Wundagore» hizo que me enamorase de ella. Creo que Byrne hizo un buen trabajo con ella en Vengadores Costa Oeste. Puso el foco en su habilidad mutante para retorcer probabilidades (no para alterar la realidad, que es un «añadido» posterior de Bendis), y resolvió de forma imaginativa la incosistencia que suponía que Wanda se quedase embarazada de una «máquina». Era evidente que los planes de Byrne pasaban por darle un giro villanesco al personaje y probablemente hubiese resultado interesante.
Pero luego Bendis cambió las reglas de juego, se sacó un conejo de la chistera y Wanda ya no «torcia las probabilidades» (habilidad que exige un poco más de imaginación por parte de un guionista para ponerla en juego) sino que «alteraba la realidad» y, deux ex machina mediante, era capaz de crear una realidad alternativa completa. Los personajes tan poderosos me resultan incómodos, porque es fácil utilizar su poder como excusa (pobre) para cualquier tipo de situación.
Sin embargo lo peor vino después. Con la disputa de derechos cinematográficos entre Marvel Studios y Fox a propósito de los mutantes, del personaje de Wanda y de la relación entre ambos, Marvel tomo una decisión que solo puede calificarse de estúpida, porque no tiene ninguna motivación argumental o artística: Wanda dejo de ser hija de Magneto.
Son muchos los aspectos que hacen (hacían) de Wanda un personaje fascinante: su condición de mutante, su vinculación con cierta rama de la mágia (la del caos) y el hecho de ser hija de un reconocido villano (luego reformado). Recuerdo perfectamente la primera vez que Byrne dibujó a Magda, esposa de Magneto y madre de Wanda, en las páginas de X-Men, y lo hizo con unos rasgos inequívocamente iguales que las relacionaban claramente. Entonces pensé «esto no es casual». La miniserie de Mantlo y Leonardi no hizo sino confirmar lo que yo y muchos otros lectores ya sospechábamos: Magneto era el padre de Wanda y Pietro.
Ese parentesco, esa relación familiar, daba para mucho (mucho drama) y hay que reconocer que no siempre ha sido explotado inteligentemente. Pero el potencial estaba ahí. De hecho Byrne lo sacó a relucir en su etapa de Vengadores Costa Oeste, aunque no pudo sacarle todo el partido que quería debido a las ingerencias editoriales. Basicamente porque parecía que Byrne quería devolver a Magneto por la senda del mal (aquí Byrne no destacó por su originalidad) y eso entraba en clara contradicción con el camino a la redención que había emprendido hacia tiempo.
Llegados a este trabajo de James Robinson, ¿qué nos encontramos? Robinson no realiza un mal trabajo de caracterización del personaje en absoluto, pero sí toma algunas decisiones argumentales que yo cuestiono y lamento. Para empezar prescinde de la condición mutante de Wanda, y de su habilidad (siempre interesante) para «retorcer probabilidades», y lo que hace es centrarse únicamente es su condición de bruja. En este sentido la descripción del personaje se me antoja incompleta, «coja». Por otro lado (y aquí sí que me imagino que por presión editorial) Robinson prescinde del parentesco entre Wanda y Magneto, y de nuevo con ello creo que se le está restando empaque al personaje. Recordemos que Wanda empezó su carrera como villana (renuente, pero villana) para después redimirse y pasar a ser miembro de pleno de derecho de los «heroes más grandes de la Tierra». Luego sus convicciones se tambalearian al descubrir que su padre no solo era uno de los mayores enemigos del planeta, sino que además aquel que había puesto en jaque a su propia raza, la mutante. Todos esos matices se pierden al borrar de un plumazo ese lazo familiar.
Es más, Robinson insiste en reescribir el arbol familiar de Wanda (algo totalmente innecesario): sus padres ya no son Magneto y Magda; Django y Marya Maximoff son ahora sus tios, no sus padres adoptivos; su vinculación con la magia no viene por la influencia del demonio Chtzon y la montaña de Wundadore (elementos presentes en su nacimiento), sino por la herencia de su ¿verdadera? madre, Natalya Maximoff… En conjunto todo me parece una soberana estupidez.
Wanda, MI Wanda, seguirá siendo mutante y bruja, seguirá siendo capaz de «retorcer probabilidades», seguirá siendo la hija de Magneto y Magda, dada en adopción a los Maximoff para ocultar el parentesco con su padre cuando Magda descubrió el lado oscuro de su esposo. Esta Wanda de Robinson, bien escrita, no lo niego, es… una versión alternativa, un «What if», un «otrosmundos», pero no, no es MI Wanda.
Por cierto, también coincido en que el baile de dibujantes, por mucho que aisladamente cada uno tenga calidad intrínseca, perjudica el conjunto de la obra. Yo no percibo en modo alguno esa «simbiosis» que comenta el autor del artículo.
Ipso_Facto, los cambios que le atribuyes a Robinson no son suyos, sino que vinieron de decisiones editoriales anteriores. La historia donde se descubre que Wanda y Pietro ya no son hijos de Magneto es de Rick Remender, en el evento Axis. En sus Imposibles Vengadores es cuando se nos dice que no son mutantes sino creaciones del Alto Evolucionador, nada menos. Robinson lo que hace es limpiar precisamente esos retcons, tirando hacia cuestiones más clásicas (la familia Maximoff) y descartando la horrible idea del Alto Evolucionador como su «padre» (más bien, su creador). Todavía más mérito tiene el guionista inglés de organizar un origen al menos más empático y creíble para los gemelos, después de que la decisiones desde arriba crearan un cacao bastante importante.
Admito que hace mucho que no sigo Vengadores de manera asidua (ni de hecho casi ninguna colección Marvel o DC, para que engañarnos), así que no estoy al corriente de muchos cambios efectuados. Era consciente de que el retconeo en la paternidad de Wanda y Pietro no era obra de Robinson (de ahí mi comentarío sobre que Robinson tuvo que trabajar con «imposiciones editoriales»). De lo que no era consciente, aunque lo sospechaba, era de que Wanda y Pietro dejaron de ser mutantes y pasaron a convertise en creaciones del Alto Evolucionador, pues no he leido esos comics de Remender.
En cualquier caso no pretendo valorar esta obra de Robinson de manera negativa, pues mucho hace el guionista trabajando con materiales digamos «desvirtuados».
Lo que si insistiré y no me retractaré es en el hecho de que este retconeo del origen y la paternidad de los gemelos Wanda y Pietro es absurdo, estúpido e insultante, por que tira a la basura un importante legado de dichos personajes que los enriquecía y que estaba cimentado en años de continuidad y comics publicados, pero sobretodo por que se hace por criterios que nada tienen que ver con lo artístico y porque supone una burla y falta de respecto a todos aquellos veteranos que hemos crecido con estos personajes. Y no, esta vez no es un ataque de nostalgia.
Me gustará ver que hace Marvel cuando incorporen a los mutantes al MCU y algún guionista se le ocurra pensar que recuperar la paternidad entre Magneto y la Bruja Escarlata es una buena idea.
Total y absolutamente de acuerdo contigo ipso_facto. La decisión de que Wanda y Pietro dejasen de ser mutantes e hijos de Magneto fue vergonzosa y una auténtica chapuza,vino a estropear una de las revelaciones más grandes que tuvimos los aficionados a la Marvel clásica tanto en Noches de Wundagore como en la miniserie de Mantlo y Leonardi.En aquel momento no pudieron ser más elegantes y en la actualidad no han podido ser más chabacanos. Y por supuesto no le he echo tampoco la culpa a Remender,él tuvo que lidiar con la decisión de esos tipos con traje y corbata que hacen estudios de marketing y no han leído un tebeo en su vida.
De lo único que se puede culpar a Remender es de haber hecho un evento tan flojo como Axis. Lo de deshacer la paternidad de Magneto está a la altura del mefistazo o Pecados del Pasado. Menuda chapuza sin sentido.