Journey into Mistery: Un clásico a reivindicar
«Soy Loki. Si quiero salvar a alguien, tengo que hacerlo a la manera de Loki»
Antes de comenzar la reseña y análisis del tomo que tenemos entre manos, me vais a permitir, queridos lectores, que muy brevemente os hable de Viaje al Misterio, o si, lo preferís de Journey into Mistery, colección clásica de Atlas Comics, la editorial pre-Marvel que sucedió a Timely Comics en 1950.
Como otras de las colecciones que en aquella época veían la luz dentro del noveno arte (Strange Tales, Astonishing Tales, Amazing Fantasy etc) Journey into Mistery no era si no un título que con la herencia Pulp que caracterizaba a la mayoría de los publicados en dicha época, publicaba historias de terror y misterio que no tienían continuidad entre sí y que formaban parte de aquella Atlas que, pasada la época de los cómics bélicos que vivió su edad dorada durante la Segunda Guerra Mundial, buscaba distintos géneros en los que triunfar y con los que entretener al público (cómics románticos, cómics del Salvaje Oeste Americano etc) siendo los superhéroes la última de sus propuestas.
Comenzando en Junio de 1952, Journey into Mistery contaba con los guiones de Stan Lee y del hermano de éste, Larry Lieber, y con en el dibujo de nada más y nada menos que Jack Kirby y Steve Ditko. No en vano, y como es notorio y bien sabido, este tipo de colecciones no eran si no los contenedores previos de lo que luego sería la gran explosión superheroica que llevaría a la era Marvel de los cómics, y por ello no debe de extrañarnos que en dichas cabeceras trabajaran nombres hoy día tan legendarios.
Con el paso del tiempo, otros grandes escritores y dibujantes formarían parte de aquellos que hicieron grande a Journey into Mistery, como Roy Thomas, Steve Englehart, Gil Kane, Jim Starlin (solo como dibujante) y otros tantos nombres que actualmente no nos son en absoluto desconocidos.
Sin embargo, lo que haría grande a Journey into Mistery, sería lo acontecido en su número 83, con fecha de portada de Agosto de 1962, pues en el mismo se presentó a Thor, o mejor dicho al Thor del Universo Marvel, a través de aquel lisiado Doctor Donald Blake que encontraba un misterioso bastón en una cueva. El resto, como bien sabéis, es historia.
Sería en el número 85 de aquella colección, con fecha de portada de Octubre de 1962 donde se presentaría a Loki, el dios asgardiano del engaño y la traición que se convertiría en la némesis absoluta de su hermano adoptivo Thor, y en gran medida, del Universo Marvel en conjunto.
Con el tiempo, y ya en plena era Marvel, la colección cambiaría su nombre por Thor, al convertirse desde el debut de este personaje (como ocurrió con otras series como Strange Tales, Amazing Fantasy, Astonishing Tales y un largo etcétera) en la casa del dios nórdico del trueno, en el que se centraría toda la atención, abandonando el misterio y el terror por pastos más verdes y más lucrativos, que tenían forma de Mjorlnir.
Pues bien, esta breve historia resulta muy importante, puesto que Marvel Comics retomó el nombre de esta cabecera en 2011, dando lugar a…
Con la llegada del Siglo XXI a Marvel, la Casa de las Ideas de Joe Quesada inició toda una campaña centrada en revitalizar las colecciones y a los personajes de la compañía, que tan en desgracia habían caído en la década previa, recordándonos que Marvel tenía mucho que decir en el cómic superheroico y que no estaba ni de lejos acabada como compañía.
En el caso de Thor, el guionista que consiguió dar con la tecla correcta no fue otro que Joe Michael Stracynski, quien devolvió al verdadero Thor al Universo Marvel (recordemos que durante Civil War existió un clon del que es mejor olvidarse) y a Asgard a Broxton, Oklahoma, donde la patria de los dioses asgardianos, rebautizada como Asgardia se quedaría hasta bien entrada la etapa de Jason Aaron.
El sucesor de JMS no fue otro que Kieron Gillen, quien durante algo menos de un año tomo el pulso a la colección de Thor, con números no muy trascendentes en cuanto a trama pero sí muy bien escritos y con ideas muy potentes, que luego aprovecharía al máximo Matt Fraction, escritor para el que Gillen estaba preparando la colección.
Sin embargo, Kieron Gillen no dejaría Asgard, y es que Marvel, encantada con su trabajo, también llevado a cabo en Generación Hope y en Nuevos Mutantes, decidió concederle una nueva-vieja cabecera, la de Journey into Mistery, que volvería a la primera plana del Universo Marvel en su número 622, retomando la numeración clásica de Thor (que terminaba en el 621) justo como en su día la propia colección de Thor hizo con Viaje al Misterio, cabecera a la que reemplazó en título pero no en numeración.
Mientras tanto, la colección de Thor no moría, seguía estando escrita por Matt Fraction, pero recibiría una numeración nueva propia de un nuevo volumen, en lugar de continuar con la clásica, que se reservaría para Viaje al Misterio.
Gillen sería el encargado de esta colección, en la que el protagonista no sería Thor, si no su hermano Loki o, más bien, una versión mucho más joven de éste.
Este Loki, al que el fandom tardó muy poco en bautizar como Kid Loki no era una creación de Gillen, si no de Matt Fraction que aprovechando los sucesos de Asedio (o la redención de Loki según Brian Michael Bendis) en los que el dios asgardiano del engaño se sacrificaba para salvar Asgardia decidió reencarnarlo en un niño en Thor 617. El dios del trueno se encontraría a este misterioso niño en las calles de París, le revelaría su verdadero nombre y decidiría ocuparse de él, olvidando su tortuoso pasado y dándole una nueva oportunidad.
Aquel caldo de cultivo era demasiado jugoso para que quedara desaprovechado, y lejos de formar parte de tan solo un arco argumental, Marvel Comics permitió a Gillen llevar a cabo una colección protagonizada por Kid Loki durante una treintena de número en los que este joven dios del engaño haría lo que mejor sabía con la mejor de las intenciones.
Así, estamos ante un Loki que se enfrenta a la constante y natural desconfianza del resto de Asgardia, y al que solo apoya Thor (un Thor que tras los sucesos de Miedo Encarnado abandona muy pronto la colección para volver a la misma solo en su climax final y además en su propia serie, escrita en sus números 18 a 21 por Fraction pero con la idea gestada por Guillen).
De este modo, Loki se enfrenta al desprecio, y en muchos casos, al acoso del resto de Asgard que no le quita ojo de encima y que no pretende establecer ningún tipo de lazo de amistad con él, dejándolo tan solo con una urraca que encierra el espíritu de su maligno yo anterior y con Leah, la doncella más querida de Hela que no es si no un avatar más joven de la diosa asgardiana de la muerte nacida de su mano derecha.
Durante la colección, Loki tratará de salvar Asgard y otros panteones de los distintos problemas a los que se enfrenta, pero en lugar de hacerlo como su hermano Thor, a golpe de martillo y con acciones heroicas, lo hará haciendo aquello que ha nacido para hacer: Robando, mintiendo, engañando y creando falsas alianzas que en no pocas ocasiones terminarán por desembocar en más problemas que soluciones.
Si dichos problemas nuevos son culpa de Loki o estaban predestinados es algo que como lectores tendremos que adivinar, al igual que como lectores somos los primeros engañados por Loki (por mano de Gillen) al no saber hasta el final si el joven asgardiano ha cambiado o si todo se trata de un treta, o si quizás, no ha cambiado pero es la desconfianza inmerecida previa la que lo convierte en un villano.
Con mucho talento, con un gran conocimiento de la mitología nórdica del Universo Marvel, y con no poca comedia, Gillen va poco a poco tejiendo una de las obras Marvel más entretenidas del presente siglo que resulta mucho más asgardiana que la de Thor, y que convierte al anodino Miedo Encarnado en un evento a tener en cuenta, por como se resuelve (entre bambalinas) en la colección del dios del engaño.
El personaje sería retomado por Gillen para sus Jóvenes Vengadores, reseñados aquí, y sería el paso previo al aspecto más juvenil adulto del que goza Loki en la actualidad, ya en consonancia con lo que podemos ver en el Universo Cinematográfico Marvel en el que le da vida el genial Tom Hiddleston.
Del lado del dibujo, tenemos en los primeros compases a un increíble Doug Braithwaite (XO Manowar, Incursion) que da lo mejor de sí mismo, siendo Richard Elson el que tras la salida de Braithwaite de la colección mejor trabajo realiza, lo que no puede decirse de otros dibujantes como Whilce Portaccio y Pasqual Ferry que, sin realizar un mal dibujo no terminan de encontrar su estilo en esta colección, a la que hacen bajar la media en este aspecto.
Por fortuna, el tomo es rematado con un último arco argumental, ya en la colección de Thor, al que el legendario Alan Davis da un aspecto imbatible.
Una serie a reivindicar y que merece ser releída varias veces. La compra definitiva del primer trimestre de 2021.
Lo mejor
• Ver Asgard a través de los ojos de un niño.
• Que el lector participe del engaño de Loki (o de su sinceridad) desde el principio
• Las Dísir.
Lo peor
• No tener a Doug Braithwaite durante todo el tomo.
Guión - 9
Dibujo - 7
Interés - 9
8.3
Kieron Gillen nos aporta su particular visión sobre Loki en esta magnífica obra.
Todavía lo tengo pendiente de leer pero hojeándolo las hojas me parecieron del grosor del papel higiénico.