Quienes lean mis reseñas en Zona Negativa no tendrán a estas alturas duda alguna de que me encanta Jonathan Hickman. Me fascina su forma de tratar el Universo Marvel, con un uso exquisito de la ciencia ficción que consigue pasar perfectamente por el filtro de los personajes de la Casa de las Ideas. Y desde luego, gracias a que Hickman está de nuevo en boca de todos por ser el autor en quien actualmente descansa el futuro de los mutantes marvelitas, llevamos un par de años la mar de interesantes en los que Panini está recopilando toda la labor de Hickman para la editorial.
Tan es así, que solo faltaría de recopilar la etapa de Ultimates que Hickman realizó para el Universo 1610 de Marvel (y que entendemos llegará en algún momento dada la recopilación en integrales de este Universo que está llevando a cabo Panini Cómics) y sus aclamados Guerreros Secretos, que probablemente veamos reeditados en tomo el año que viene.
Pues bien, una vez que la Patrulla X de Jonathan Hickman no ha hecho más que empezar, que sus Cuatro Fantásticos terminarán de ser recopilados en tomo el próximo mes de Enero, y que la reedición de los Vengadores del prolífico escritor verán su fin en Diciembre de este año, toca hablar de S.H.I.E.L.D., la que quizás sea la obra más personal de Jonathan Hickman dentro de Marvel.
Hablar de S.H.I.E.L.D., es hablar de una obra con la que se nota que tanto su escritor, Jonathan Hickman, como su dibujante Dustin Weaver, echan el resto, puesto que los plazos de su publicación eran más propios de calendarios de cómic independiente que de obras Marvel, dado que la serie comenzó en el año 2011, y tras un coitus interruptus en el año 2012, no fue terminada hasta 2018, y es que parecía que sus autores preferían retrasar la serie y terminarla como considerasen oportuno que darle un final que no consideraban digno de ella.
La obra, que toma el nombre de la famosa agencia gubernamental marvelita, tiene en realidad poco que ver, o más bien nada con Nick Furia o con el espionaje, como suele ocurrir siempre que Hickman utiliza conceptos Marvel. Y es que, el autor gusta mucho de hacer lo que le place con el universo para el que escribe, tomando por supuesto como válido lo que conoce de los mismos o lo que se ha escrito previamente, pero utilizándolo solo si le viene bien y puede ponerlo al servicio de su historia, y no al revés, sin que ello tenga que ser algo malo o deficiente.
De este modo, Hickman nos presenta a la Hermandad del Escudo, una sociedad secreta formada por grandes talentos que se preocupan del bienestar del Universo desde los tiempos del Antiguo Egipto. Por bienestar universal hay que entender exactamente lo que se dice, y es que no veremos a los miembros de esta logia enfrentarse a criminales o megalómanos con estúpidas ansias de poder, si no a celestiales, amenazas espaciotemporales y a villanos con unas miras mucho más altas que la simple acaparamiento de influencia y dominio.
Entre las filas de esta Hermandad militan grandes mentes como Leonardo Da Vinci, Nikola Tesla, Isaac Newton, Miguel Ángel, Nostradamus y entre otros muchos Nathaniel Richards (el padre de Mr. Fantástico) y Howard Stark (el padre de Iron Man) quizás las únicas dos concesiones que Hickman hace al Universo Marvel clásico, sirviendo de hecho la figura de Nathaniel para entroncar de algún modo con lo que ya contara sobre el personaje en Los Cuatro Fantásticos.
No podemos olvidar al protagonista, Leonid, el más reciente miembro de la Hermandad del Escudo que hará aquí el papel de lector, puesto que a través de su figura iremos poco a poco descubriendo a cada uno de los miembros de esta sociedad secreta y la función que ocupan en el gran entramado de la historia.
Desvelar el papel de cada uno de estos grandes en esta magnífica historia de trece números supondría incurrir en graves spoilers, bastante por ahora con manifestar que aquí se unen viajes en el tiempo, hallazgos históricos, viajes especiales y saltos a otras realidades, o dicho de otra manera, que todas las tramas clásicas de ciencia ficción que podamos imaginar están presentes en este tomo que, si sois fans de Hickman, resulta todo un crimen dejarse escapar.
El dibujo, está llevado a cabo por Dustin Weaver, un ilustrador de tipo realista que personalmente, a mí me parece magnífico, sin que se me ocurra ninguna pega que poder darle a su estilo, que recrea a la perfección los mundos y ciudades imposibles que salen de la privilegiada cabeza de Hickman. Existen otros dibujantes como Gabriel Hernández Walta o Nick Pitarra entre otros, que hacen aquí un gran trabajo, pero solo en el especial Infinity, que sirve como interludio a las dos sagas de seis números de las que se compone la obra.
Sociedades secretas formadas por seres superinteligentes que tienen que salvar el mundo. ¿Os suena de algo? Por supuesto que sí, ya que así son casi todos los trabajos de Hickman para Marvel, y no por ello dejan de maravillarnos.
Guión - 10
Dibujo - 10
Interés - 6.5
8.8
Obra Maestra
Panini continúa con la recopilación de la Marvel de Jonathan Hickman en este imprescindible tomo.
Guión:10, Dibujo:10, Interés:….. 6,5. Es decir: tiene un buén nivel de guión y de dibujo… pero «no interesa», y en ningún punto del artículo se justifica el porqué de esa falta de interés.
Lo siento, me resulta tan contradictoria como injustificada esa nota
Solo coincido con la nota del interés y se la bajo al 6, me ha costado terminarlo pero lo he conseguido, el guion un rollo de proporciones bíblicas un 5, el dibujo muy irregular hay paginas de 10 pero hay otras de 5 le voy a dar un 7 en su conjunto, no entiendo la fama de esta obra no vuelvo a tocar a este guionista ni con un palo.
La segunda parte muy decepcionante
S.H.I.E.L.D. es una obra que me encanta, estoy deseando pillar este integral y leerla del tirón, que con lo que tardaron en salir los últimos números ya tenía todo medio olvidado. Por cierto, que si tardó en salir fue porque Hickman estaba a otras cosas y tardó mil años en escribir los guiones de los dos últimos número (que parece que fueron escritos a la Marvel) y luego, cuando ya estaban dibujados, aún tardó en ponerle los diálogos.
Por otra parte, esta reseña es una muestra más del sinsentido que representa valorar numéricamente el «interés» de una obra. Vale que toda nota es subjetiva, pero valorar el interés que suscita algo es subjetivo al cuadrado. ¿Qué se usa de referencia? Lo suyo sería que las reseñas no tuviesen nota numérica alguna, detallando en el texto la opinión del redactor. Y así se evitaban absurdos como el aquí presente: al parecer tenemos guión y dibujo de máxima calidad, pero una obra con un interés escaso… porque le dio por ahí al redactor, ya que en su propia reseña en ningún momento indica tal cosa, más bien todo lo contrario.
El tema de las notas es muy controvertido y difícil de valorar para todos nosotros. En este caso, quería expresar que el interés es más bajo porque la obra «no es para todo el mundo» como casi todo lo que hace Hickman en Marvel. Gran guión, muy buen dibujo, pero una obra que par amuchos se puede antojar complicada o «poco superheroica» y que por tanto no tiene mucho interés. Para que te hagas una idea. A un cómic como Imperio le daría un 10 de interés aunque no me ha gustado nada de nada porque es un evento Marvel y es de los que «hay que leerse» para saber en qué punto está el Universo Marvel.
Gracias por vuestros comentarios no obstante.