A estas alturas de la colección, y a su ritmo de publicación por
Pues bien, con
Pues bien, en este contexto, el presente volumen comienza con un día normal en la rutina de
Decimos que este es un cómic duro, porque no puede calificarse de otra manera. Y no me refiero a las escenas violentas o sangrientas que el ya habitual de la colección Leandro Fernández nos regala con gran maestría, sino a aspectos mucho más profundos. Porque el Castigador no se limita a “pegar una patada en la puerta” y acabar con todo lo que ve. A través de los ojos del personaje el lector ve como los jefes de la red de tráfico de mujeres han llegado a ser lo que son, qué motivaciones han podido tener y cómo han llegado a la idea de que los seres humanos son una mercancía lucrativa.
Por otro lado, son fuertes, constantes y necesarias, las críticas a los gobiernos de los países supuestamente desarrollados que miran oportunamente para otro lado cuando uno de estos problemas se pone encima de su mesa, existiendo protocolos de actuación marcados por la ONU que si bien son necesarísimos y efectivos, nunca hacen lo suficiente por acabar con una práctica tan deleznable, pudiendo hacer poco o nada los asistentes sociales que tratan de utilizar toda la legalidad disponible para ayudar a las víctimas con las que logran contactar, siendo por desgracia muchas veces peor el remedio que la enfermedad, pues estas redes tienen ojos y oídos en todos lados.
De esta forma, es natural que alguien como Frank Castle, que desprecia hasta lo más profundo de su ser cualquier modalidad de delincuencia, no se lo piense dos veces a la hora de acabar con estos esclavistas, llegando a realizar actos que si bien a juicio de este redactor son más que justificables, sobrepasan lo que normalmente suele hacer El Castigador con sus víctimas, y eso que tanto en la línea Max como en Marvel en general, le hemos visto utilizar distintos métodos de intimidación y tortura que harían rasgarse las vestiduras a más de uno.
En su momento, este cómic resultó tan polémico que Ennis tuvo que relajarse un poco de cara al siguiente arco argumental, restando realismo a favor de violencia para desgraciadamente no causar problemas a la editorial, siendo la moral imperante en EEUU causante de más de un quebradero de cabeza aún en pleno siglo XXI para las majors cuando éstas tratan de ponerse más serias.
Los Esclavistas es una saga que va en constante in crescendo, claramente de menos a más, no dejando respirar al lector en ninguno de sus capítulos, siendo inevitable que se devoren los números que la componen de principio a fin.
Finalmente, no puedo terminar esta reseña sin antes hacer referencia a que la trata ilegal de mujeres ya no deja tantas víctimas como en el momento en el que salió este cómic, existiendo medidas que desgraciadamente no han solucionado el problema, pero que como mínimo han conseguido que sea tratado como tal y que mirar hacia otro lado cada vez sea más difícil. Sin embargo todavía estamos ante uno de los principales conatos de criminalidad a nivel internacional, por lo que esta obra es más que necesaria, mientras no podamos referirnos a la trata de mujeres como algo del pasado.
Guión - 9
Dibujo - 9.5
Interés - 10
9.5
Duro y Cruel
Garth Ennis y Leandro Fernández abordan las redes de tráfico de mujeres poniendo al Castigador directamente en el ojo del huracán
Para mi este es el arco mejor y más impactante arco argumental de toda la serie. El trabajo de Ennis en toda la serie es ejemplar pero aquí está un nivel por encima del resto.
Una cosa que me gusta de este arco argumental es la forma que tiene Ennis de retratar la reacción de Castle contra un crimen cometido específcamente contra las mujeres. Algo que afecta al Castigador a un nivel emocional que hace que su aplicación del castigo sea más severa que nunca y mostrando una faceta del personaje que no había sido muy tratada hasta el momento. Este es un tema que Ennis volverá a abordar en otro arco argumental, Las Viudas, en la que un grupo de mujeres intentará acabar con el Castigador.
La mejor versión de Ennis.
Simplemente sensacional, de lo mejor de una Punisher max que en si misma ya es material del culto.
Hoy mismo la voy a releer y seguramente la difrutare tanto como lo hice el primer dia.