Pues bien, si Tierra de Sombras había sido el evento Marvel con Daredevil en su epicentro respecto al que había girado toda su colección, y en el que se narraba como Matt Murdock comenzaba a liderar la organización asesina de La Mano pensando que él controlaba y podía dirigir hacia un buen fin a tan pérfidos ninjas, cuando en realidad era él que estaba siendo controlado desde el principio, Tierra de Sombras: Tras la Caída (un one-shot) y Renacimiento (miniserie de cuatro números) serían los dos especiales que cerrarían la etapa de Diggle al frente de Daredevil, dejando todo recogido y ordenado de cara a la irrupción de Mark Waid como guionista de la siguiente gran etapa del personaje.
De este modo, en este tomo se narra como Daredevil y, por tanto, Matt Murdock, ha desaparecido de la Cocina del Infierno y de Nueva York, buscando una redención por los pecados cometidos durante Tierra de Sombras. Y es que, si por algo se ha caracterizado siempre Matt, es por no ser nada permisivo con los males perpetrados por nadie, ni siquiera por sí mismo; por lo que de poco le vale el que estuviera siendo controlado por La Mano mientras fue su engañado caudillo. Tenía que haber sido más fuerte. Tenía que haberlo previsto. Tenía que haber sido un mejor protector para su ciudad y sus seres queridos. Y no lo fue.
Por esta razón, Matt se echa a la carretera tan solo con la ropa y enseres que lleva puestos encima y comienza su particular penitencia (lo cual entronca perfectamente con la educación y trasfondo católico que desde Frank Miller caracteriza al personaje), convirtiéndose, a regañadientes, en una especie de caballero andante del pequeño pueblo de carretera al que va a parar.
El argumento y su desarrollo, aunque muy superior a cualquier otro cómic de Daredevil que fuera guionizado por Andy Diggle, no pasa en este caso de entretenido, siendo además un mero “añadido” que resultaba necesario para que Tierra de Sombras quedara atrás y que Matt Murdock volviera a Nueva York. Quizás Diggle, y por tanto, Marvel, querían que Mark Waid se encontrara una colección en la que poder partir desde donde él quería y sin tener que heredar lo que otros habían hecho y que complicaban sus planes para el personaje. Y es que la marcha de Brian Michael Bendis de la colección, con Matt en la cárcel, y la llegada de Brubaker, que supo heredar todo aquello y hacerlo crecer y mejorar, había funcionado muy bien, pero no podemos dejar de reconocer que la marca de Brubaker dejando a Daredevil como líder de La Mano había complicado en exceso la llegada de Diggle que si bien no supo estar a la altura tenía un regalo entre manos que se antojaba muy envenenado.
Al dibujo, tenemos principalmente a
Y es que, si algo caracteriza a la etapa de Andy Diggle al frente del Hombre Sin Miedo, además de la mediocridad de su desarrollo argumental, también es que éste se rodeaba de grandes dibujantes, que conseguían al menos mantener un poco el interés respecto de una historia que no conseguía tener sentido.
Al menos, en lo relativo a Renacimiento, donde el argumento es mejor de aquello a lo que Diggle nos tiene acostumbrados, el dibujo de Gianfelice consigue destacar aún más.
Con este tomo se pone punto y final a esta etapa en su recopilación en tomo (la cual, pese a su deficiente calidad, tenemos que seguir agradeciendo a Panini Cómics que permite al autor completista seguir coleccionado a sus héroes favoritos en tomo aunque la etapa en cuestión no sea del agrado de una inmensa mayoría), volviendo Bendis al Daredevil de la línea Marvel Saga, con la salida de un tomo en diciembre que recopila un especial que el autor llevara a cabo tras finalizar su gran etapa al frente del personaje.
Guión - 5
Dibujo - 6.5
Interés - 4
5.2
Pasable
Andy Diggle pone fin a su decepcionante etapa al frente del Hombre Sin Miedo con dos especiales encuadrados fuera de la colección principal del personaje.