El Diablo más cambiante
El cambio, la evolución, los constantes revulsivos, el back to the basis cuando tantos cambios imponen un regreso al pasado que en sí mismo es falso y consiste en un cambio más. Son constantes en el cómic superheroico, un tipo de publicación, de cultura del entretenimiento que no habría funcionado durante casi un siglo, si no fuera porque sus personajes evolucionan constantemente adaptándose a los tiempos.
En se sentido, si Spiderman siguiera vistiendo con un jersey de algodón sin mangas, y un corbatín, y dijera “¡Cáspita!” a cada brete en el que se encuentra, estaríamos ante un personaje que precisamente por no superar su visión de los años sesenta, que tan magníficamente plasmaron Stan Lee y Steve Ditko por aquel entonces, no habría sobrevivido hasta nuestros tiempos.
Y es que, cambiar no significa olvidar el pasado o hacer mofa de los orígenes de un personaje, si no evolucionar hacia algo nuevo como motor necesario para seguir vendiendo y produciendo beneficios, lo que nunca llegará si el público, harto de una versión anquilosada de su personaje y anclada en el pasado, no recibe lo que quiere, aunque a veces ni siquiera sepa definirlo.
El caso del Daredevil de Mark Waid es uno más de esos ejemplos de cambiar las concepciones previas de un personaje para conseguir aumentar sus ventas, pensando en este caso en romper con la etapa anterior, para evitar comparaciones odiosas que habrían, casi seguramente, conseguido que la labor de un escritor tan talentoso y afamado como Waid pasara desapercibida por su comparación con las etapas de otros que vinieron antes que él.
Así, y como ya explicábamos en la reseña correspondiente al primer tomo de esta etapa, la oscuridad de Daredevil, la lluvia ominosa que empapa La Cocina del Infierno, deja paso a un saltimbanqui jovial más cercano a su concepción original que aquí deja de ser vigilante para convertirse en un superhéroe al más puro estilo de Spiderman o de Superman.
Un héroe que se mete en todo tipo de enredos para conseguir proteger una identidad secreta y una vida civil que en este caso, y por lo ocurrido antes, lleva meses amenazada, en lo que se utiliza más como un chisto interno que como un verdadero problema.
En esta ocasión, la trama discurre acerca de un persona en principio muy alejado del Hombre Sin Miedo pero que no debe de extrañarnos que se encuentre con él. Me refiero a Felicia Hardy, la Gata Negra, unida casi siempre a Spiderman y que aquí hace las veces de ladrona que no ha cometido un crimen que se le quiere imputar, de lo que deberá salvarla no Peter Parker, si no Matt Murdock. Por supuesto, con enredo amoroso de por medio.
A ello, se le suma una divertida aventura en los dominios del Hombre Topo, acusado de profanar cadáveres, siendo Daredevil quien se deba de enfrentar a él en este tomo como ya lo hizo con Klaw en el anterior.
Estos cambios de aire, además de suponer frescura par la colección y el personaje, en este caso aportan vía libre para que los dos dibujantes del tomo, Marcos Martín y Paolo Rivera, dejan volar su imaginación interpretando nuevos enclaves en principio muy lejanos al personaje, los cuales además “mutan” cuando son pasados por el filtro del radar de Matt.
Diferente, distinto, pero magistral. Una etapa obligada no tanto para los fans del personaje (que también) si no para aquellos que disfrutan el cómic superheroico más tradicional en su premisa, pero innovador y rompedor en su apartado gráfico.
Lo mejor
• Sin duda, el apartado gráfico.
Lo peor
• Lo anodino de la historia.
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8
8
Divertido
Paolo Rivera y Marcos Martín se unen a Mark Waid en el segundo tomo de esta etapa del Diablo Guardián tan marcada por su rupturismo con la anterior.
¿La del autobús en la nieve fue la que se llevó el Eisner a mejor historia unitaria? ¿O cual?
Tengo pendiente esta etapa desde que salió. Waid siempre cumple, pero no sé si estará a la altura de la actual, ni creo que llegue a las cotas de Bendis y Bru (parece mentira que ya hayan pasado casi veinte añazos).
Efectivamente, esa historia del autobús en la nieve es la que se llevó el Eisner.
En mi opinión sí lo está. A la altura de la actual o de cualquiera de las buenas etapas del personaje (Bendis, Bru ,Noccenti). Ya entre esas etapas que una guste más o menos cuestión de gustos.
Para mi uno de los mejires trabajos de Waid y con derecho propio a entrar entre las grandes etapas de DD.
Recomendadisima. Te va a gustar seguro.
Yo estoy leyéndola ahora y me está gustando muchísimo. Qué etapa más entretenida y más bonita.
Cómics muy buenos en estos tomos, de los que enganchan.
Por cierto, se me ha quedado en la cabeza la viñeta en la que Spiderman dice que ese es su origen como supervillano. Me partí de risa yo solo leyéndola. xD