Cuando más fuerte muerde la serpiente es cuando está a punto de morir
«¡No es justo! Diez brazos y dos piernas, ¿cómo te llamo ahora? ¿Doctor Calamar? ¿Doctor Pulpo y medio?»
Los números centenarios son muy importantes en el cómic superheroico moderno. Si bien su cifra se alcanza forzando la suma de la cifra redonda aquí y allá (incluyendo números especiales del Día del Cómic Gratis, annuals, algún one shot), al final son prueba de la buena salud del personaje en cuestión en cuanto a sus ventas y su popularidad a través del tiempo. Y es que, si una colección alcanza varios centenares quiere decir que no entenderíamos el cómic superheroico sin ella.
En el caso de Spiderman, no es necesario que hablemos ni de su popularidad como personaje ya inserto en la cultura pop, ni de la buena salud de su serie, la cual puede subir y bajar en calidad o ventas, pero siempre se mantiene estable, resultando muy difícil imaginar hoy en día un mundo sin al menos una colección del trepamuros todos los meses.
Pues bien, en este tomo Marvel Saga, se celebra el sexto centenar de grapas arácnidas, una celebración que es llevada a cabo, principalmente, por Dan Slott, aunque colabore en algunos números con Mark Waid. Slott, que aquí todavía formaba parte (ya por poco tiempo) de la room of writers que se hacía cargo de la colección del personaje, iba a ser el que dentro de relativamente poco se iba a responsabilizar de Amazing Spiderman por entero, y cuando lo hizo, recogió aquellos aspectos de Un Nuevo Día con los que se sentía más cómodo, aspectos que, no en vano, en su mayoría, habían salido de su talentosa mente.
De este modo, en este número 600 y en los que se acompañan en el tomo, asistimos en primer lugar, al regreso del Doctor Octopus. Un Doctor Octopus que se nos presenta como mucho más temible que nunca. Y es que, aquí no pretende atracar un banco, o hacer dinero de forma fácil con un crimen al uso, si no que nos encontramos a un Octavius que no se contiene, que pretende dominar el mundo si se le permite, y que parece que busca algo más allá de la mera riqueza.
La razón no era otra que el hecho, introducido aquí, de que Slott ideó que Octopus estaba aquejado de un cáncer terminal y, siendo consciente de ello, decidía pasar a la acción como nunca jamás en su vida. No hay mejor motor para poner fin a aquellas asignaturas pendientes de nuestra vida que el que produce la certeza de la muerte cercana, y en ese sentido Slott comienza aquí a convertir a Octopus en el villano definitivo del arácnido.
Y no es que hasta ahora fuera un villano de segunda. O que no fuera importante. Octopus se lo ha hecho pasar muy mal a Peter en no pocas ocasiones desde que apareciera por vez primera en aquel Julio de 1963 en Amazing Spider-Man #3, pero digamos que los verdaderos traumas se le reservaban al clan de los Osborn, aquel que siempre conseguía herir a Peter más que ningún otro villano.
Sin embargo, no sabemos si por ansia de innovar, o simplemente por aburrimiento, Slott prefirió que el gran villano de su etapa fuera Octavius, y aquí, cuando ni siquiera controlaba del todo el destino del trepamuros, decidió comenzar dicha epopeya.
Por otro lado, asistimos aquí a la boda entre la Tía May y Jay Jameson, un enlace que también sirvió para hacer avanzar a la colección. Y es que, sí, somos conscientes de que este tipo de cómics se basan en el eterno retorno de lo mismo, en grandes cambios que luego se deshacen para mantener la estabilidad de las ventas y para que todos los equipos creativos tengan un punto de partida limpio con el comenzar su etapa, pero algunos de los cambios a veces se quedan, o hacen mella en los personajes, y este fue uno de ellos.
La Tía May nunca volvió a ser la misma tras rehacer su vida, pasar página respecto de la muerte del Tío Ben y encontrar de nuevo el amor, por mucho que luego volviera a quedarse viuda mucho tiempo después, y que la dejáramos en la casilla de salida. Y es que, en aquella casilla se encontraba un poco más cerca de tirar los dados que antes, y todo ello gracias en esta ocasión, a la labor de Slott.
Seguidamente, tenemos aquí una aparición estelar de Mary Jane, la cual llevaba unos cuantos números ausente, y llega aquí dispuesta de nuevo a volver patas arriba la vida de Peter, un Peter con el que todavía no sabemos porque dejó su relación, y al que las cosas no se le pondrán nada fáciles una vez que el Camaleón le suplante y enrede aún más su vida amorosa.
En cuanto al dibujo, Barry Kitson se alterna aquí con John Romita Jr., que vuelve a la colección para regalarnos algunos de sus mejores trazos, dando más aspecto de celebración a este 600 que, con otro dibujante, habría resultado menos conmemorativo.
En resumen, un tomo imprescindible para los seguidores de la colección, que nos hace recordar porque nos gusta tanto Spiderman.
Lo mejor
• Ver un regreso de Dock Ock que en su día nadie esperaba que fuera así.
Lo peor
• Que se hagan grandes cambios en la vida del arácnido y que en el fondo sepamos que no van a durar eternamente.
Guión - 7.5
Dibujo - 7
Interés - 7
7.2
Nuestro arácnido favorito alcanza el sexto centenar en su colección principal con grandes sorpresas que cambiarán el rumbo de su serie.
Empiezan a pesarle los lápices al pequeño de los Romita.
Llevan más de veinte años pesándole. Qué penica, con lo bueno que era.