Cazadores y Cazados
«Mi hermano quería que te diera esto (Peter refiriéndose a Kaine)»
Cuando hablamos de cómic superheroico, hablamos normalmente, de personajes con décadas y décadas de historia a sus espaldas. Esta cantidad tan elevada de años en los que el personaje se ha ido escribiendo y dibujando, pasando de unas manos a otras, han dejado en nuestras retinas y en nuestros recuerdos, historias más recordables que otras, algunas de ellas auténticos clásicos del cómic.
Por eso, cuando distintos dibujantes y escritores, del tipo que sea, emprenden la labor de realizar una etapa al frente de una colección, muchas veces son incapaces de resistir el hacer referencia a esas historias clásicas del personaje que consideraron definitorias para su evolución y que, en muchos casos, les marcaron cuando eran lectores de la colección en cuestión.
En el caso de Spiderman, sus múltiples colecciones están plagadas de momentos y sagas icónicas, historias sin las cuales seríamos incapaces de entender al personaje, pero me atrevo a decir que ninguna de ellas ha calado tan hondo como La Última Cacería de Kraven, situada hoy en día como una suerte de Born Again o Regreso de Caballero Oscuro del Personaje, y enfocada como auténtica novela gráfica del lanzaredes a pesar de que en su día se publicó como serie que abarcaba varios títulos arácnidos.
Lo que J.M. DeMatteis y Mike Zeck hicieron con Kraven el Cazador, hasta entonces un villano de segunda, no fue si no una deconstrucción del personaje que elevó a Sergei Kravinoff a la categoría de gran villano del personaje, con una psicología que nos hizo compadecernos de él a pesar de su viles actos, y que radiografió su personalidad situándola al nivel de análisis que pocos villanos arácnidos han alcanzado, con permiso del clan de los Osborn.
Es por eso que, no nos debe de extrañar que de vez en cuando, al igual que vemos al Duende Verde regresar bien de la tumba, bien del olvido para llevar a cabo un enfrentamiento con Peter, veamos a Kraven o a algún familiar del mismo regresar para terminar la cacería que comenzó y que terminó con el suicidio del cazador, ejecutado tras tomar el manto de su presa.
De hecho, hace muy poco tiempo, en la etapa de Spiderman a cargo de Nick Spencer que acabamos de ver terminar, existió un evento arácnido titulado Cazado en el que precisamente Spencer trataba de construir, con poca fortuna eso sí, una suerte de secuela de La Última Cacería de Kraven.
En el caso de Un Nuevo Día, esta larga etapa coral, permitió a la gran pléyade de autores que se hizo cargo de la misma, experimentar con no pocos conceptos, siendo uno de ellos la idea del legado de los Kravinoff. Así, como ya se venía haciendo desde los noventa, década en la que más de un vástago de Kraven fue presentado, se aumentaba el árbol genealógico del mítico cazador, quien ya tenía un hermanastro, el Camaleón, para dotarlo de esposa e hijos, los cuales vivían por y para vengar al esposo y padre perdido en el último enfrentamiento contra la araña.
El bueno de Peter ya había llevado a cabo diversos enfrentamientos contra los herederos de Kravinoff, pero sería Cacería Macabra, el arco argumental que, con guion de Marc Guggenhein y Joe Kelly, así como con dibujo de Michael Lark y Mike Mayhew, la trama que pondría punto y final a esta “Última Cacería 2.0” que pudimos conocer poco antes de que Dan Slott se asentara en la colección como guionista absoluto de la misma.
Como ya podréis imaginar, Cacería Macabra comienza con Ana, Alyosha y Sasha Kravinoff (siendo Sasha la viuda del Cazador y Alyosha y Ana sus hijos) preparando el asalto definitivo contra Peter, la Araña principal, tras haber cazado ya a Madame Web, Kaine y a Mattie Franklin.
El plan de los Kravinoff, que ya se anticipaba en Desafío, saga precedente a esta, consistía en ofrecer a las arañas como sacrificio para de algún modo, elaborar un complicado hechizo que trajera a Kraven el Cazador de vuelta de entre los muertos. Por supuesto, Peter no va a dejar que esto ocurra, sobre todo por la parte del sacrificio, y enfundado en el traje negro especial para este tipo de ocasiones, luchará con todo lo que tiene contra los locos Kravinoff.
Sin que esta historia sea tan buena como la Última Cacería en la que se inspira, la realidad es que como tampoco lo pretende, resulta en la construcción de un arco argumental, divertido, entretenido y plagado de la mejor acción arácnida.
A ello sin lugar a dudas contribuye el espectacular dibujo tanto de Lark como de Mayhew, que otorgan dinamismo y agilidad a unos combates que hacen parecer que los sucesores de Kraven son mucho mejores que ese antecesor al que tanto valoran.
Como apuntaba hace unas pocas líneas, el plato fuerte de esta historia, está sin duda en que se utiliza Última Cacería como una historia en la que inspirarse, pero no como una trama a emular, ni en cuanto a su significado para el personaje ni en cuanto a los hechos narrados, razón precisamente por la que este cómic da en el clavo, anteponiendo las ganas de contar una historia divertida e interesante sobre el homenaje literal, el cual sus autores son conscientes de que no pueden emular.
Precisamente por eso, y si se me permite la comparación, es por lo que considero a Cacería Macabra una digna sucesora de Última Cacería, y al evento Cazado, no solo como un sucesor nefasto que pretende imitar a un clásico inalcanzable, si no como un cómic mediocre.
Un tomo imprescindible para fans del personaje, así como para los coleccionistas de Marvel Saga El Asombroso Spiderman que encontraran en esta historia un divertimento fresco e ingenioso.
Lo mejor
• Al no tener excesivas pretensiones, resulta un cómic muy entretenido además de un digno homenaje.
Lo peor
• A veces da la sensación de que el Spiderman moderno siempre depende de clásicos, sin poder avanzar como personaje.
Guión - 6.5
Dibujo - 7.5
Interés - 6.5
6.8
Entretenido
Los ecos de la Última Cacería de Kraven se hacen notar en los últimos compases de Un Nuevo Día.
Salvando las distancias, «Cacería Macabra» es a la «La Última Cacería» lo que «Doomsday Clock» es a «Watchmen». Dos obras que no son mejores que sus antecesoras ni lo pretenden, pero que contribuyen a engrandecer aún más su leyenda.
Para mi “Doomsday Clock” es aparte de una puñalada trapera a Alan Moore (y por extensión un “primero la empresa y después los autores”) una obra innecesaria que no solo no engrandece la obra original sino que la banaliza. Que DC se dedique a sacar comics de Rorschach mientras deja languidecer a The Question es perpetuar el modelo de exprimir la gallina de los huevos de oro. Claro que garantizará en el corto plazo un mínimo de ventas pero perpetua esa cultura basada en “la avaricia rompe el saco” que imposibilita que se vuelvan a crear nuevos Watchmen. Antes parecía que las series de los personajes secundarios eran campos abiertos a la experimentación que posibilitaban de cuando en cuando crear obras de culto (desde Watchmen al The Questión de O´Neill y Cowan), hoy y desde hace años coges cualquier número uno de un personaje no top (Batman, Spiderman o Superman) y todos parecen hechos con la misma plantilla.
Ligo la parrafada anterior a una de las conclusiones del artículo de Raúl con la que estoy totalmente de acuerdo “A veces da la sensación de que el Spiderman moderno siempre depende de clásicos, sin poder avanzar como personaje”. En el caso concreto de Spiderman es un despropósito completo plantearle un mefistazo y un band new day y luego seguir atandole a sus hits pasados. O lo reseteas o no pero atrévete a hacer lo que hagas sin temor a consecuencias. Todo esto es tambien lo digo porque relei hace poco los primeros números de la Liga de la Justicia de nuevos 52 y siempre se hacia referencia a hechos ya vividos por los miembros de la liga. Pense en como un nuevo lector va a subirse al carro de los superhéroes si con los reinicios realmente no reinicias para que los lectores viejunos no pierdan a los personajes, Quedándose al final en una mediocre tierra de nadie.
Con Spiderman sí que hubo la clara intención de resetearlo por completo. Tras un fundido en negro, Peter despierta en casa de su tía, como antaño, que le prepara el desayuno, se va a una fiesta, no cruza palabra con MJ, aparece Harry Osborn sin mediar explicación («es magia», ¿recordáis?), los lanzarredes mecánicos … Era un reseteo en toda regla, fueron las quejas de los lectores lo que les hizo mirar atrás, y empezar a ligar lo nuevo con lo viejo como podían. Se explicó la muerte de Harry, de repente aparecieron referencias a episodios anteriores como la batalla vs Morlun, «One Moment in Time» explicaba al cabo de unos años cómo había funcionado ese pacto, qué pasó el día de la boda … Pero la idea primeriza era resetear por completo al personaje y colocarlo ahí «in media res», sin echar la vista atrás.
Lo que me gusta de «Doomsday Clock» es que pone a Superman en el lugar que le corresponde y merece. Batmanianos como somos en España, se nos olvida con frecuencia quién es el verdadero centro del Universo DC. Junto con la saga de Brainiac, lo mejor que ha hecho Johns para Superman.
A mi ese homenaje a Superman de los últimos números me pareció bonito. Ok hasta ahí, pero los personajes de Watchmen me sobraban todos excepción de Manhattan que por otro lado lo podían haber sustituido por cualquier otro ser semi omnipotente del catalogo DC (o crear uno nuevo) y hacer simplemente un comic de Superman. A Watchmen no le aporta nada.
De Spiderman me parece que el reseteo correcto fue el que hizo Bendis en el universo Ultimate.
Maravilloso. Recuerdo lo que comentaba la gente por aquel entonces a raíz del Mefistazo, que el Spiderman Ultimate parecía más auténtico que el original.
Porque contaron las historias de antes al modo de ahora (de ahora de hace veinte años) y funciono, Porque el universo alternativo no tenia el bagaje Marvel para tenerlo en cuenta sino para inspirarse en él para volver a contar lo mismo (o similar) a nuevos lectores (y curiosamente gusto a los veteranos) que podían subirse al número 1 y enterarse de todo. Lo anterior no se podía hacer el 616 sin crear inconsistencias de tamaño de castillos.
E igual, es lo que debería hacer DC con las crisis. Que cuando coges los primeros números de cualquier colección de 52, de Rebirth, etc si te preguntas, ¿Si esto lo lee un lector nuevo profano en los universos superheroicos se entera de algo? Y la respuesta es claramente no.