Desde que Ed Brubaker, Matt Fraction y David Aja tomaran las riendas de Danny Rand, el
Lo más curioso y celebrado, en opinión de este redactor, es que todo esto se hacía sin negar en ningún momento lo que otros autores nos habían contado en las diversas colecciones en las que había participado Danny Rand. Simplemente, como en tantas otras ocasiones ha realizado la Casa de las Ideas, se elegía la puesta a punto del personaje por encima del reboot pleno, para que el resultado contentara a lectores tanto nuevos como anteriores, y para que todo lo anterior pudiera aprovecharse como background editorial para expandir los conceptos ya existentes o crear tramas nuevas a partir de ellos.
En ese sentido, lo que realizaron
El resultado, como ya se comentó en la reseña correspondiente al tomo anterior, que podéis consultar aquí, fueron unos cuantos números que terminarían por poner fin a esta nueva colección de El Inmortal Puño de Hierro y que, aunque eran de una calidad bastante menor a la de la etapa precedente, sabían jugar con los conceptos presentados en ella y resultaban muy entretenidos para el lector acostumbrado a este “nuevo-viejo Danny Rand”.
Pues bien, partiendo de estas premisas, uno de los conceptos nuevos más interesantes que Fraction, Brubaker y Aja trajeran a la colección de Puño de Hierro, fue la existencia de no una ciudad mística, K’un L’un, si no de otras seis ciudades místicas más, cada una de las cuales contaba con su propio campeón, su propia Arma Inmortal que además se batía en un mortal torneo con las demás cada vez que la confluencia mística permitía el salto de una ciudad a otra.
Con este interesante punto de partida, Swierczynski nos habla de la existencia de una desconocida octava ciudad, una ciudad que en sí misma constituye un verdadero infierno cuasi inhabitable, y que una vez fue descubierta por K’un L’un, siglos ha, se utilizó como el lugar donde los distintos criminales de dicha ciudad iban a parar. De este modo, los actuales residentes de dicha ciudad no son si no un conjunto de parias que lleva siglos clamando venganza contra K’un L’un y, por extensión contra el Puño de Hierro que la defiende, viéndose abocado Danny Rand, así como el resto de armas inmortales a adentrarse en dicha ciudad para descubrir ciertos secretos de capital importancia.
En ese sentido, Travel Foreman, ilustrador principal de la historia, continua con su estilo anterior, el cual ya pudimos disfrutar en el anterior tomo y que le sienta como un guante a la historia, aunque se echa de menos algo más de detalle en los rostros y en la anatomía de los personajes en general.
Por otro lado, por este tomo, se pasan otros dibujantes como
Poco más puedo decir, salvedad de que si os gusta la etapa precedente y os gusto el anterior tomo, no os lo penséis y continuad con esta colección que en Junio de este año verá publicado su último tomo en esta línea de Panini Cómics tan interesante y genial para conocer la Marvel del Siglo XXI que está suponiendo Marvel Saga.
Guión - 6.5
Dibujo - 7
Interés - 6
6.5
Continuista
Duane Swierczynski y Travel Foreman dan una pequeña vuelta de tuerca a la mitología de Danny Rand
Hola.
El número al que haces referencia, el 21, el del puño de hierro del año 3099 no lo dibuja Kano, sino Tomothy Green. Kano por su parte hace el número 24.