Si algo define a Los Cuatro Fantásticos de
En el tomo objeto de nuestro análisis, llegamos al segundo arco argumental de la colección de Fundación Futuro, colección que sustituyó durante casi un año a la central de Los Cuatro Fantásticos tras la marcha de Johnny Storm, y que conviviría a partir de aquí con la colección madre durante unos cuantos números, Hickman da rienda suelta a todos esos conceptos cósmicos que había introducido anteriormente.
Y es que, si el comienzo de su etapa se sostenía sobre la familia, la importancia de ésta, de la convivencia familiar y de los lazos de amistad a través sobre todo del personaje de Reed, poco a poco, Hickman iba haciendo lo que hoy en día conocemos como su sello particular, que no era si no inventar conceptos propios para expandir la mitología de los personajes y hacerlos funcionar todos juntos de la mejor forma posible.
Así, poco a poco, llegó el Consejo de los Richards, el pasado común entre Atlantis y la raza Inhumana que cambiaba todo lo que sabíamos de ambos pueblos, la agenda particular de Muerte, un Muerte que se mostraba mucho más inteligente que sus contrapartidas multiversales a las que otros Richards habían hecho frente, el juego propio de la pequeña pero inteligente Valeria Richards, el regreso del padre de Reed… conceptos todos ellos que poco a poco irían desarrollándose.
En este tomo, le tocaba el turno a esa guerra entre Atlantis y los Inhumanos que se avecinaba, y en la que Susan Richards jugaba un peligroso papel de embajadora, guerra que daba un giro de ciento ochenta grados cuando Rayo Negro aparecía en las páginas de Fundación Futuro. Y es que, en este punto de la historia marvelita, Rayo Negro había perecido durante los eventos de Guerra de Reyes, en su último enfrentamiento final con Vulcano, explicándosenos aquí que logró sobrevivir a las heridas que le aquejaban el tiempo suficiente para que Mandíbulas le rescatara.
Pues bien, al margen de lo convincente o no de esa explicación, y teniendo en cuenta que era obvio que Marvel Comics no iba a dejar muerto a Rayo Negro mucho más tiempo, resulta un golpe de efecto muy interesante la vuelta de éste al Universo Marvel en una colección como Los Cuatro Fantásticos en el que las tramas de corte cósmico están a la orden del día. Y es que, su regreso coincide con el descubrimiento de una profecía, aquella que habla del Rey Inhumano que unirá a los cinco pueblos tradicionales de dicha raza, lo que hace que el misticismo y la mitología que rodean a ese concepto de humanos modificados por los Kree aumenten exponencialmente.
En lo relativo al dibujo,
Sin duda, leer los Cuatro Fantásticos de Jonathan Hickman es enfrentarse a una de las mejores etapas de la Primera Familia en su dilatada historia, y desde luego a la mejor del Siglo XXI, lo cual tampoco era especialmente difícil, estando aquí todavía el lector ante un Jonathan Hickman más contenido que, aunque hace de las suyas, reinventando muchos conceptos de la historia de Marvel Comics, todavía no cambia de arriba a abajo a sus personajes como sí ocurre en sus Vengadores y, desde luego, en su actual etapa de la Patrulla X.
Una de las mejores colecciones que forma parte de esa recopilación de la Marvel contemporánea que es el sello Marvel Saga de Panini Cómics y que no debería faltar en vuestras estanterías.
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8
8
Recomendable
Hickman continúa con su epopeya cósmica al frente de la primera familia desarrollando los conceptos introducidos previamente.
Que aquí no se atreve a trastocar a los 4F como por desgracia hizo con Vengadores o ahora en X-Men, es cierto, ahora, lo que perpetra con Rayo Negro y su comportamiento ya es una prueba de la obsesión machacona que tiene por escribir a todos los personajes Marvel como si fuesen psicópatas. Esto con Jim Shooter no habría pasado jamás, pero con los editores de Marvel convertidos en meros publicistas sin el más mínimo mando o preocupación porque los personajes sean coherentes con su historia o continuidad, pasa lo que pasa.
Me parto con lo de Jim Shooter pero porque es verdad. Creo que su época como editor jefe es la mejor desde el punto de vista de coherencia interna y continuidad.
Ojo que no digo que todo fuera merito suyo, que gente como Mark Gruenwald DeFalco o Roy Thomas debieron trabajar mucho en esto tambien, y otro que es cierto que al tipo debía ser como para aguantarle, pero aún asi…
Se le podrán achacar otras cosas, pero que velaban por los personajes y no les temblaba el pulso a la hora de plantar cara a un guión que se salía del canon es un hecho. Se echa mucho de menos algo así ahora.