Marvel’s Captain America: Civil War Prelude

 

Edición original: Marvel’s Captain America: Civil War Prelude 1-4 USA (Marvel Comics).
Edición nacional/ España:.
Guión: Will Corona Pilgrim.
Dibujo: Szymon Kudranski y Lee Ferguson.
Entintado:.
Color: Guru-eFX y Dono Sachez Almara.
Formato: Grapa, 23 páginas.
Precio: $2.99.

 

¿Batman v Superman: Liga de la Justicia 0.5? Pffffft. La película que de verdad esperamos los más marvelitas es Captain America: Civil War. Mientras Warner Bros introduce a la carrera su universo cinematográfico, Marvel Studios prepara el estreno de la tercera película del Capitán América. Trailers, carteles publicitarios, campañas de Twitter… y cómics de la división editorial de la compañía. Entre tantos lanzamientos de nuevas series, Marvel Comics publicó recientemente una minisere de cuatro números titulada Marvel’s Captain America: Civil War Prelude, que adapta al cómic Iron Man 3 y Capitán América: El Soldado de Invierno. Contenido nuevo y exclusivo, que sirva realmente de preludio, se está publicando en la serie Marvel’s Captain America: Civil War Prelude Ifinite Comic, dando entender que alguien en el departamento de marketing disfruta confundiendo a los lectores potenciales y saboteando los productos que tiene que vender. Pero centremos nuestra atención en el falso prólogo de la siguiente película de Marvel Studios.

Ambas adaptaciones están escritas por Will Corona Pilgrim, nombre habitual en esta clase de material, y dibujadas por Szymon Kudranski y Lee Ferguson respectivamente. No son autores muy conocidos pero tampoco hace falta. Sin embargo, que para cada adaptación se destine solo 66 páginas es motivo suficiente para desconfiar. Y, en efecto, esto le pasa factura.

La adaptación de Iron Man 3 comienza bien, reconstruyendo los primeros momentos de la película de Shane Black, sobradamente conocidos a estas alturas. Y de pronto, la acción salta a un restaurante donde Tony Stark y James Rhodes están hablando sobre el Mandarín; de pronto, la siguiente página introduce a Killian Aldrich visitando Industrias Stark; de pronto, más escenas con Tony Stark y Pepper Pots; de pronto, la escena de Happy en el barrio chino; de pronto, la famosa escena en la casa de Stark. ¡Todo esto en 23 páginas! Todo el cómic se resiente por la limitad cantidad de páginas, que no deja ni una sola viñeta de respiro, y en consecuencia, el cómic es aburrido, no tiene nada de emoción. No es difícil imaginarse a Pilgrim escribir el guion con un resumen de la película pegado en la pared. De hecho, la propia adaptación es al final un mal resumen dada la brutal cantidad de recortes en la historia. Ya no es solo soporífera sino además incoherente e incomprensible. Y mejor no hablar del dibujo de Kudranski. Hace unos años el dibujante admitió abusar de las referencias fotográficas para respetar las irrealistas fechas de entrega que Marvel y DC imponen en ocasiones; y a juzgar por su trabajo aquí, solo debió tener un fin de semana para dibujar el cómic entero. Por momentos, sus páginas parecen una sucesión de fotogramas mal pegados.

Gracias a Kirby, la adaptación de Winter Soldier, aunque adolece de la misma falta de páginas, no es ni de lejos tan mala como la Iron Man 3. La historia está mucho mejor adaptada, se entiende la trama principal y no se percibe que falte información necesaria. Contribuye también que el dibujo de Lee Ferguson sea netamente superior al de Kudranski. Pese a ser excesivamente simplista y carente de fondos, al menos lo dibuja todo con un lápiz, sin calcar imágenes. Donde guion y dibuja fallan es, como no podía ser de otra forma, en el ritmo de la historia, demasiado rápido y brusco. Con tan poco espacio los mayores afectados son todos esos momentos de pausa pequeños pero importantes. Véase la escena de Nick Furia huyendo de sus perseguidores: en la película viene precedida por un breve momento de tensión, al igual que él no tenemos claro si esos coches policía son del enemigo; el cómic nos muestra a Furia siendo perseguido desde el minuto uno. Es más, tal y como está planteada la escena, da la impresión de que Furia ha estado huyendo desde que salió de la base de SHIELD. Otro problema puntual es que, en ocasiones, la «cámara» no enfoca correctamente lo que el lector debería ver y la falta de detalles en el dibujo acentúa la confusión. Por ejemplo, cuando el Capitán América derrota a Batroc el Saltador y descubre a la Viuda Negra hackeando un ordenador, Ferguson emplea una perspectiva que no nos permite saber qué está haciendo la Viuda. Vemos el ordenador de frente, pero entre lo pequeña que es la viñeta y lo poco que se muestra de él, solo sabemos que es un ordenador porque hemos visto la película. Parece que la Viuda estaba jugando al tres en raya encima de un cachivache raruno, y no descargando información sensible que podría cambiar el mundo.

En conclusión, el supuesto preludio de Civil War no es más que una insuficiente y penosa adaptación de Iron Man 3 y una aceptable adaptación de The Winter Soldier. En ninguno de los dos casos estamos ante un producto memorable y tampoco hay razones de peso para leer estos cómics, especialmente cuando tantas series buenas hay en el mercado actual.