Los primeros pasos de un serial killer
«Empiezan matando pequeños animales y, más adelante, los actos que cometen van siendo mucho más graves.»
El autor de esta ópera prima titulada en España Mátalos a todos, el joven autor francés Antoine Maillard, tardó casi diez años en completarla y se nota. Se nota porque en un género como el slasher, o el thriller con asesinos en serie, donde prima lo explosivo, lo subjetivo, lo visceral… Maillard le aporta un enfoque cerebral, reflexivo, casi aséptico y esto acaba jugando a favor de la obra.
L’Entaille, como se titula en francés, connota herida, tajo, separación y es lo se sienten la mayoría de personajes protagonistas de esta novela gráfica. Son adolescentes sin raíces emocionales, marginados en distintos grados, con problemas familiares y sociales que van paseando sus desgracias por el instituto y por las calles de un pueblo californiano de provincias. Además, sus problemas particulares se ven ampliados por la irrupción de un enigmático asesino que ataca a los jóvenes de la población con un bate de beisbol. De momento ha matado a dos chicas del instituto y la amenaza sigue latente…
Con la excusa de estos violentos ataques, Maillard va describiendo el particular universo de esta pequeña población de provincias y va radiografiando el mundo cotidiano de cuatro adolescentes; Pola, Daniel, Laurie i Ralf.
Sus particulares relaciones familiares, sus trapicheos con la droga, sus morbosas aficiones o sus traumas recurrentes son el caldo de cultivo que propicia unas existencias, atormentadas, desgraciadas y, en algún caso concreto, con propensiones muy inquietantes.
Es trascendente la importancia que el autor le da a los sueños, como si tuvieran un carácter premonitorio (lo vemos con Laurie y con David) y así mismo como aborda las relaciones sociales, siempre al borde del conflicto, siempre al borde de la ruptura.
Curiosamente, un personaje casi paródico como es el psicólogo especialista entrevistado por la televisión acaba teniendo razón en casi todo…
Mátalos a todos tiene algo de Psicosis de Alfred Hitchcock, de La invasión de los ladrones de cuerpos de Don Siegel y de Halloween de John Carpenter, se acerca bastante a la obra en general de Daniel Clowes, de David Lynch, del pintor Edward Hooper o la del fotógrafo Gregory Crewdson, este último reconocido explícitamente por el propio autor.
Pero más que un homenaje al cine de terror de los cincuenta o al slasher de los ochenta, esta obra es una lúcida reflexión sobre los mecanismos que pueden influir en la creación de un asesino en serie usando un estilo, una iconografía y un lenguaje característico de la cultura de masas norteamericana de la segunda mitad del siglo XX.
En el apartado narrativo y gráfico, Antoine Maillard hace un despliegue de habilidades descomunal. Lo primero que destaca es la técnica utilizada. El autor de Villeneuve-Saint-George ha imprimido las páginas directamente del lápiz, sin usar ningún tipo de tinta ni color. Es un recurso que le otorga a la obra una atmósfera muy especial entre onírica y retro que, paradójicamente, acaba siendo muy original y evocadora. Además, no utiliza el marco de separación entre las viñetas dándole así un ritmo sostenido e invariable a la lectura, como si de un producto audiovisual se tratase. La obra contiene numerosas páginas mudas resueltas de manera intensa, muy eficaz y atractiva.
Sus personajes se mueven como sonámbulos en medio de un decorado limpio y anodino. Salvo contadas excepciones, son como ánimas en pena que no pueden tomar las riendas de su destino, la expresión más común es la cara de asombro y, en otras ocasiones, llevan a cuestas una mueca de fastidio.
Los conatos de violencia están coreografiados de manera audaz, primando la descripción a la emoción y con gran profusión de primeros planos o planos de detalle. La narrativa es bastante original, con muchas secuencias tratadas de forma oblicua o desde el punto de vista de un mirón. Maillard deja bastante margen a la imaginación del lector como, por ejemplo, en la secuencia clave del cajón de David, donde lo que menos importa es lo que hay dentro, lo realmente relevante es la reacción que el contenido le produce a Pola.
Su terrible magnitud…
Antoine Maillard (1989), ha nacido en Villeneuve-Saint-George, se ha diplomado de un master de cómic en el l’EESI de Angoulême y de un diploma nacional superior de ilustración en la Escuela de Artes Decorativas de Estrasburgo. En 2014 empieza a publicar sus primeros relatos en obras colectivas y en revistas como Citrus, Franky y algunas más. Trabaja como ilustrador para periódicos y semanarios como The New Yorker, Télérama, XXI, Society y The New York Times, entre otros. En 2021 publica su primera historieta L’Entaille (Mátalos a todos), editada por el sello francés Cornélius que recibe en 2022 el Fauve Polar SNCF 2022 del Festival de Angoulême.
Desde el punto de vista técnico y material, el álbum editado por ECC es impecable, casi lujoso. Es en cartoné, tiene un tamaño adecuado, está impreso de manera excelente, cuenta con una brevísima biografía del autor al final del volumen y no incluye ningún escrito de contextualización más ni galería de imágenes adicional. El precio es alto, pero lo compensa la calidad del producto presentado.
Antoine Maillard se ha ganado con creces el respeto de los aficionados al cómic de género criminal, pero también el del publico más generalista que puede entrever entre las páginas de esta primera obra a un autor con personalidad, ideas interesantes con una formación y destreza artísticas notables. Solo cabe esperar que no nos entregue un trabajo cada diez años y que, cuando lo publique, nos llegue aquí en un plazo razonable de tiempo. Estaremos atentos…
Salut!
Lo mejor
• El excepcional efecto estético que produce la reproducción directa del dibujo a lápiz.
• La narrativa de Antoine Maillard.
• Las referencias artísticas; presentes pero no demasiado obvias.
Lo peor
• El precio, algo elevado.
Guion - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.3
Reflexiva
Una ópera prima muy madura y que explora un universo, tradicionalmente visceral, de una manera lúcida y sosegada