Melodía sentimental, de TSUGE Tadao

Gallo Nero Ediciones publica Melodía sentimental, una cruda antología de relatos de TSUGE Tadao, autor de Mi vida en barco.

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Edición original: Natsukashi no Melody (懐かしのメロディ) (Kadokawa Shoten, 1969)
Edición nacional/España: Melodía sentimental (Gallo Nero Ediciones, 2024)
Guion: TSUGE Tadao
Dibujo: TSUGE Tadao
Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés
Diseño de colección: Sergi Puyol
Diseño de cubierta: Gabriel Regueiro
Maquetación y rotulación: Gabriel Regueiro
Formato: Rústica con solapas. 248 páginas
Precio: 24,00€

Los desposeídos

«Para un obrero solo existe la vida de obrero»

TSUGE Tadao nació en 1941 en Tokio, en plena II Guerra Mundial, conflicto en el que su país tuvo un papel fundamental, con las exigencias y penurias que ello conllevó para la población japonesa. Desde muy pequeño escapaba de su hogar y vagaba por las calles del distrito rojo de la ciudad, siendo testigo de la prostitución, la delincuencia, las peleas, los robos y la vida callejera. Junto a su hermano TSUGE Yoshiharu, se convirtió en una de las figuras esenciales del movimiento gekiga y en un autor recurrente durante los primeros años de andadura de la revista Garo, epicentro de un nuevo tipo de manga underground, preocupado por la realidad económica y social de los japoneses veinte años después del final de la II Guerra Mundial, así como por las condiciones laborales de los dibujantes de manga.

Gallo Nero, editorial que ya había publicado con anterioridad su fantástico trabajo en Mi vida en barco, en la que Tsuge trazaba una analogía entre la vida y el río navegado por el protagonista. En esta ocasión se basa en la época en la que trabajó como limpiador de un banco de sangre durante los años 50, a los que la desesperada población japonesa acudía para realizar donaciones a cambio de un exiguo pago con el que poder sobrevivir unos días más. El bofetón que le propinó aquella dura realidad supuso un descenso a los abismos y despertó en él la necesidad de narrar las vidas de aquellas personas sin esperanza.

Los relatos de esta antología se caracterizan por la dureza de su enfoque y la madurez con la que su autor adopta la perspectiva desde la que cuenta estas historias. Su narrativa puede resultar pesada para quienes no estén acostumbrados a salir a los márgenes de los mangas más populares, ya que cuentan con un tono apesadumbrado, seco y directo, carente de adornos que dinamicen las historias, pero es coherente en su postura ideológica y la denuncia que lleva a cabo. Esta Melodía sentimental está compuesta por los gritos ahogados de los que sufren deplorables condiciones de vida y cuyas protestas son tapadas por el estridente ruido, carente de argumentos, generado por los que se benefician de su explotación laboral y su condena a una vida sin sueños ni esperanzas, sin posibilidades de una ansiada y merecida promoción social, a la cual renuncian ante los varapalos de la vida, dejándoles solo con la ilusión de esperar una vida mejor para sus hijos.

No es fácil convencer a alguien acostumbrado a los códigos narrativos del manga contemporáneo que se acerque a la obra de Tsuge, puesto que su dibujo de trazo sencillo y una dura naturaleza realista carecen de un impacto a primera vista, pero recompensa con creces a quiénes le dan una oportunidad, puesto que refleja momentos de gran intensidad emocional que atrapan el corazón de sus lectores, y tiene un ágil diseño de páginas con el que maneja el ritmo de lectura, gracias a una inteligente elección de perspectivas, contrastes visuales mediante el entintado, juegos de sombra, uso del rayado, grandes viñetas y diálogos fluidos.

Tsuge demuestra su conciencia de clase en estos relatos, planteando temas como el abandono de la población perteneciente a las clases populares ante cualquier adversidad, quiénes son golpeados por más fuerza por las decisiones de políticos y grandes empresarios, a quiénes afectan más las medidas de austeridad o las políticas sociales y educativas impuestas a la población o para quiénes se produce y se benefician del desarrollo económico del país. Enarbola un discurso político a favor de las clases trabajadoras, a quiénes muestra la miseria en la que son condenados a vivir, como la insalubridad e inseguridad de las calles de sus barrios, la necesidad de estos sectores sociales de recurrir a la donación de sangre o a la prostitución para sobrevivir un día más, el abandono por parte de sus representantes, las muestras de racismo ignorante y ominoso, el falso refugio que ofrece el alcohol o el exiguo salario que reciben por el duro trabajo de cada día.

Gallo Nero Ediciones publicó este título el pasado mes de abril en su sello dedicado al manga alternativo, principalmente de las décadas de los 60 y 70, siendo obras, en su mayoría, de mangakas procedentes de la mítica revista Garo. Se trata de un único volumen de 248 páginas, en formato A5 (15×21 cm), con encuadernación rústica con solapas y sin sobrecubiertas a un precio de 24,00 euros. Como contenido extra, el libro incluye un epílogo firmado por el propio autor, en el que comenta el ofrecimiento de la publicación de esta antología y algunas de las claves de los relatos recogidos en ella.

Lo mejor

• Da voz a los sectores más desfavorecidos de la sociedad de la época en que fue publicado.
• El trabajo de Tsuge es un derroche de personalidad y madurez, ajeno a los requerimientos artísticos del manga popular.
• La edición de Gallo Nero, a tamaño A5 y con contenidos extra que aportan el empaque que esta obra merece.

Lo peor

• Tiene una narrativa agreste, que puede resultar hostil si no se está familiarizado con los códigos del manga alternativo de los años 60.
• Su dibujo puede provocar el rechazo de quiénes busquen un trazo bonito.

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Fer García
Abandoné la Logia Negra y llegué a la ciudad de Málaga en 1984. Mis primeras lecturas fueron los clásicos francobelgas y los cómics de un ratón y unos patos que, años más tarde, gobernarían un vasto imperio. Devoré tiras de prensa, hasta que un niño con cola de mono apareció en mi televisor buscando unas bolas mágicas y el manga me atrapó. Pasé años en blanco y negro, pero los superhéroes llenaron mi vida de mallas y capas de colores. Sobreviví a la Era Hiboria en compañía de un bárbaro y su espada salvaje. A finales de los 90 sentí vértigo, el arenero me llevó al mundo de los sueños y caí en los oscuros abismos del underground. Viajé en el tiempo a través de la banda de Moebius, desde el salvaje Oeste al Largo Mañana. Un mago de Northampton me contó grandes historias y su hijo calvo me dio setas alucinógenas. En Italia probé el fumetto y un marinero maltés me llevó hasta la Pampa argentina, donde tuve mi último recreo antes de conocer al hombre eterno. He estado en Camelot en los días del Rey Arturo, en el planeta Mongo y en las letras del Oceáno Atlántico. En mis aventuras siempre estuve acompañado por un asombroso grupo de profesionales españoles. Los escritos del maestro Eisner me revelaron los secretos de un nuevo lenguaje y ahora solo veo el mundo en viñetas... Cómic camina conmigo.
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