¡¡Es la hora de las tortas, digo… de saldar cuentas!!
«Venga, sabes suplicar mejor.»
Anteriormente en Merodeadores, Gerry Duggan nos llevaba de la mano a las regiones socioeconómicas más oscuras de Krakoa y Sebastian Shaw -El Rey Negro- no estaba nada contento con las acciones de Kate Pryde y quería más puestos en el Consejo Silencioso. Armado de valor, astucia y malicia, elaboró y llevó a cabo un gran plan para matar a Kate Pryde y quitarse de en medio a Lockheed mientras que unos nuevos enemigos llamados Verendi hacían daño a Krakoa. Cuando Lockheed recuperó fuerzas y volvió a Krakoa, Emma Frost supo lo ocurrido e intentaron resucitar a Kate, pero no fueron capaces hasta que descubrieron que era porque estaba fuera de fase, por lo que Emma guio su cuerpo para que saliera del huevo y pudiera resucitar. Una vez resucitada y con sus recuerdos devueltos, Kitty lo tenía claro, quería vengarse de Sebastian Shaw, pero antes tenían que terminar con la contienda de campeones entre Arakko y Krakoa. Una vez terminara, ajustarían cuentas con el Rey Negro.
El presente arco argumental, el guionista de esta colección nos entrega, por fin, lo que siempre hemos querido desde que vimos a Sebastian Shaw concebir diversos planes para deshacerse de nuestra querida Kate Pryde desde las primeras páginas. Y esto lo hace sin cortarse un pelo tanto verbalmente como físicamente, llegando hasta un punto en el que es desagradable, aunque merecido. Podríamos incluso decir que el guionista se recrea en cómo Kate, Emma y Lockheed castigan a Sebastian Shaw por sus malévolos planes, aunque lo hace también de una manera inteligente, ya que no busca solo el castigo físico, sino también la humillación en Sebastian Shaw de diversas formas para que no pueda encargarse ni de los asuntos mercantiles ni pueda explicar nada al Consejo Silencioso por su nuevo estado físico. Tras unos momentos tan activos y de una emoción tan intensa, Gerry Duggan nos devolvería a unos momentos un poco más apaciguados para explicarnos la necesidad que tiene Calisto de pasar por el Crisol con Tormenta, Kate pagaría la deuda de Lockheed a las personas que le cuidaron, habría una tensión con los Verendi, y tendríamos un pequeño anticipo de la Gala Fuego Infernal, además de que Emma descubriría algo sobre el Alfil Negro. En general, estamos ante una trama entretenida, que emociona muchísimo en el momento de las consecuencias de Sebastian Shaw y cómo lo gestiona todo Gerry Duggan para que no solo sea un movimiento violento, sino uno inteligente -aunque también se divierta haciéndoselo pasar mal al personaje-. Además, me ha gustado mucho de manera objetiva cómo Emma Frost es justa en toda situación, tanto con culpables como con personas que no sabían nada de ciertos aspectos. Por otra parte, la trama personal de Calisto y su necesidad del Crisol está llevada de una forma bastante correcta y que sea Tormenta, en especial, es bastante simbólico dada su rivalidad histórica.
En cuanto a los personajes, Emma Frost y Kate forman un dúo excepcional y una dinámica fantástica a la hora de castigar a Sebastian Shaw, tanto de forma física como mental y todo de una manera tremendamente humillante e inteligente para que no se le vuelva a ocurrir herir a Kate (u otra mujer), Lockheed, ni hacer daño a Krakoa de ninguna manera. Así, cada viñeta en la que aparecen produce un sentimiento sumamente satisfactorio, y eso solo puede conseguirse con una buena redacción anterior y para este momento justo. Sebastian Shaw resulta ser un cobarde que no quiere aceptar su culpabilidad bajo ningún concepto y cuando ya no le queda ningún remedio la acaba aceptando a regañadientes con tal de que todo quede en privado y que el Consejo Silencioso no se entere de lo que ha hecho mercantilmente y con Kate Pryde. Tormenta igualmente es justa y pide ser testigo del castigo que quiere imponer Lockheed a Sebastian Shaw. Por otro lado, aunque en un principio se muestra reticente a participar en un acto como es el Crisol, acabaría entendiendo los sentimientos de Calisto. Por último, Calisto destaca en este último número por su gran interés por entrar en el Crisol con Tormenta para recuperar del todo sus poderes, ya que siente todo a medias y eso le genera un gran sufrimiento que no puede describir del todo, pero quiere y desea estar completa, como muchos mutantes.
Sobre el ritmo, Gerry Duggan comienza con unos tiempos bastante activos en el que la acción pesa bastante por los continuos golpes y castigos hacia Sebastian Shaw y donde las «órdenes» sobre «cómo van a ser las cosas a partir de ahora» son una constante. Sin embargo, en cuanto todo termina, el guionista pasa a un ritmo más equilibrado para centrarse en tramas que quería cerrar y profundizar.
A nivel artístico, Stefano Caselli nos presenta un dibujo de corte realista, con un toque de cartoon, pero con una gran cantidad de detalles y unos diseños tan espectaculares que nos deja totalmente ensimismados en cada viñeta y página, ya sea en aquellas en las que están dando una paliza a Sebastian Shaw o en las que están negociando con él. Por otra parte, Matteo Lolli ha conseguido una notable mejoría desde los números anteriores, llegando a darnos momentos bastante memorables como todas las páginas relativas al Crisol. Tanto el diseño, como las emociones faciales y corporales de los personajes son de un nivel bastante notable. Esperemos que sigamos con este nivel y no haya un baile de dibujantes como en los nueve primeros números. Finalmente, el color de Edgar Delgado tiene un color vivo que hace que todas las páginas brillen con luz propia.
En definitiva, considero que estamos ante unos números bastante acertados que se llegan a disfrutar en gran medida, sobre todo si se ha ido siguiendo los primeros números de los Merodeadores, ya que así el número 12 causa más impacto.
Lo mejor
• El número 12 es una delicia por todas las consecuencias para Sebastian Shaw.
• El momento Tormenta-Calisto en el Crisol.
Lo peor
• Es desconcertante la acción final de Kate y Emma para con Verendi, cuando Kate quería conseguir otra cosa.
Guión - 6.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7
7
¡Muy bueno!
Un par de números muy disfrutables donde el guionista acaba con lo pendiente de una manera notable y se prepara para nuevas costas.
Tremendo número el 12, guárdate de la venganza de las mujeres X, sobre todo en estos tiempos de Krakoa. Pobre Sebastian, aunque considerándolo todo, se ha tomado el «castigo» con bastante deportividad.