Desde que Milky Way Ediciones iniciara su línea manga como La chica a la orilla del mar, lo cierto es que la trayectoria de esta joven editorial ha sido meteórica. Con tan solo un breve vistazo a su página web podemos comprobar cómo han pasado en cuestión de un año de publicar dos volúmenes al mes a publicar seis. De la misma forma que su catálogo ha ido incrementando, también se ha ido definiendo un catálogo que ha explotado, en mi opinión, un sector al que ninguna editorial le estaba prestando atención: su línea está formada por mangas que se alejan del manga clásico, al más puro estilo de la Shônen Jump, pero que tampoco se aproxima a lo que podría denominarse como manga adulto. En un intento de definir su línea, me decantaría por el concepto «seinen adolescete»: obras que sin llegar a abandonar una faceta comercial ni un público objetivo adolescente, se acercan a temas más complejos y oscuros a la vez que rechazan las típicas premisas argumentales y convenciones que se nos han brindado hasta ahora en los mangas más comerciales.
Mi amigo Capricornio, una de las últimas obras publicadas por la editorial, puede encuadrarse perfectamente en este grupo. Es una obra interesante que trata un tema que no deja de necesitar visibilidad como es el bullying, pero que no llega a abandonar ciertos dejes de manga adolescente, además de una estética totalmente comercial. La obra, basada en una historia de
Mi amigo capricornio trata el tema del acoso escolar desde el punto del testigo, aquel que no es ni víctima ni acosador. La historia empieza cuando Yúya Matsuda, tras un paseo nocturno, se encuentra con Naoto Wakatsuki, que acaba de asesinar a su abusón y decide ayudarle a escapar. El tema de la obra gira claramente alrededor del papel del tercer actor en el drama del acoso escolar, de la importancia de denunciar el acoso antes de que llegue a más, pero también nos muestra cómo, llegando al extremo y a tintes algo más irreales, se nos plantea la pregunta de qué pasaría si la víctima se vuelve contra su agresor. ¿Sigue siendo la víctima o pasa a ser un asesino más?
Cuando la obra parece que se dirige en un dirección muy concreta, que es la de explorar las mentes tanto de víctima como de testigo en una especie de viaje iniciático, la obra da un giro totalmente inesperado hacia la resolución de un rompecabezas. Y este me parece un giro interesante, pero al mismo tiempo el mayor error de la obra. Sin llegar a profundizar demasiado en los personajes ni en sus motivos ni trasfondo personal, la obra no vas más allá de presentar el bullying desde un punto de vista bastante superficial: expone el tema y ahí se queda. El viaje en realidad no aporta nada nuevo a la historia, sino que únicamente le sirve al protagonista para resolver el puzle: Mi amigo capricornio es al final un relato de misterio en el que nada es exactamente lo que parece.
Sería injusto reprocharle a los autores esto como una falta, sobre todo cuando al final del tomo todos los cabos están unidos de manera ejemplar y comprobamos cómo los autores nos han ido dejando detalles que de cara a la resolución de la historia eran más relevantes de lo que parecían. Pero sí que se echa en falta un poco más complejidad psicológica. Se plantea una situación y se muestran únicamente los detalles más superficiales, pero no llegamos a conectar con los personajes ni con su personalidad. Mi amigo capricornio es un buen tomo único que se lee rápido y sin demasiados problemas, con un par de giros interesantes y que plantea (aunque no desarrolla) temas muy interesantes.
Narrativa - 6.5
Guión - 7
Interés - 6
6.5
Un manga interesante que toca un tema importante, pero que en lugar de intentar profundizar más se queda en un relato de misterio muy bien hilado.