Los vínculos que establece la música
«Oigo una voz que me llama. ¿Quién eres?»
La música no ha sido nunca ajena al manga. Al pensar en títulos en los que tiene un papel importante, nos vienen muchos a la mente, desde los acordes de Nodame cantabile a la improvisación jazzística de Kids on the slope, pasando por el punk de Nana, las guitarras metaleras de Detroit metal city o los rasgueos de Given, por mencionar solo algunos ejemplos de obras que se han publicado en España. Y, si hablamos de mangas sobre jóvenes promesas de la música clásica, uno de los primeros que se nos ocurren es, sin duda, Your lie in April.
Precisamente en ese mundo de certámenes, virtuosos y competencia se adentra HOZUMI en su obra más larga hasta la fecha: Mi Giovanni. Después de deleitarnos con otros títulos de la autora, como Sayonara, sorcier, La víspera de la boda o La posada de los objetos perdidos, Milky Way Ediciones apostó por esta serie, aún abierta, en la que la autora relata, como es costumbre en su producción, una historia llena de emotividad, esta vez sobre la amistad, los sueños, el fracaso y las desilusiones.
A Tetsuo el chelo le ha traído muchas cosas buenas, pero también lo ha condenado a la soledad. Mientras sus compañeros de clase quedan para jugar y practicar deporte, él se dedica a tocar. Nadie parece entenderlo, aunque algunos lo miren con cierta admiración o lo consideren un genio. Sin embargo, la llegada de Ikumi lo cambia todo completamente: el niño, superviviente de un naufragio, se ha quedado sin familia y lo acogen en casa de Tetsuo. Aunque al principio le cuesta relacionarse con los demás, pronto encuentra en el joven violonchelista un amigo en el que confiar. Eso sí, teme que Tetsuo lo deje de lado… y por ello decide unirse a él en su pasión por la música. Lo que no sabe es que esa decisión los cambiará a ambos y, a partir de entonces, nada será lo mismo.
Mi Giovanni es una obra en la que HOZUMI pone sobre el papel lo tremendamente exigente que es el mundo de la música. Sus viñetas nos transmiten la competitividad que hay entre quienes pertenecen a él y las consecuencias que esto acarrea: frustración, tristeza, celos… Pero la autora también dibuja su cara más positiva, porque las notas de los instrumentos no solo separan: también unen. El camino de Tetsuo hacia sus aspiraciones así lo demuestra, aunque no siempre sea fácil.
Sin embargo, si hay algo por lo que destaca el manga es porque HOZUMI retrata a la perfección lo complicado que es crecer en muchos sentidos, la manera en que nuestros deseos más profundos pueden hacernos daño, los muchos dilemas a los que tenemos que enfrentarnos a medida que la vida transcurre. Eso es precisamente lo que les sucede a los dos protagonistas, tan vivos pese a ser solo de tinta y papel: la autora los dota de una gran sensibilidad y los hace complejos. Cada uno lucha por salir adelante, aunque pueda perder mucho por el camino: la relación entre los dos está llena de altibajos. Los cambios que se producen en ella y la forma que tiene HOZUMI de abordarlos hacen que nos interesemos por su evolución, bastante incierta. Y es que, al fin y al cabo, la vida los pone al límite en varios aspectos.
Pero no solo los protagonistas están bien creados. Las buenas historias se caracterizan por tener unos personajes secundarios desarrollados, con matices y personalidad. Y en Mi Giovanni los hay, desde Tetsurô, el hermano mayor de Tetsuo, a Yuriko, también conocida como Lily, la excéntrica violonchelista que visita todos los años a la familia. A medida que avanza la historia, vamos conociendo a algunos más, cada uno con sus particularidades. HOZUMI no los descuida, los hace igualmente reales y llamativos. De esa manera, todos le aportan algo diferente a la historia, enriqueciéndola según pasamos las páginas. De hecho, la mayoría de ellos son fundamentales para que la trama se desarrolle como lo hace.
En lo que respecta al dibujo, HOZUMI vuelve a regalarnos una obra preciosa desde el punto de vista visual. En sus anteriores obras ya había hecho gala de un estilo delicado y muy expresivo. En Mi Giovanni lo lleva un paso más allá, pues consigue que, de alguna manera, logremos «escuchar» la música que tocan Tetsuo, Ikumi y los demás, ya sea en los concursos, ya en la intimidad de su casa. Vivimos las melodías junto a ellos. Por otro lado, sus trazos ayudan a definir a los personajes: en sus expresiones, vemos tanto sus emociones como su carácter.
Si con sus obras anteriores HOZUMI había logrado ganarse a los lectores españoles, con Mi Giovanni demuestra que es una excelente narradora y que tiene mucho que contar. Sin embargo, habrá que esperar para ver cómo continúa la historia: ahora mismo, lleva un ritmo de publicación muy lento. Pero merecerá la pena, seguro.
Lo mejor
• La sensibilidad de la narrativa y el estilo de HOZUMI, tan expresivo.
• Los personajes, tanto protagonistas como secundarios: se nota que la autora se ha esforzado en desarrollarlos.
Lo peor
• Habrá que esperar para saber cómo continúa la historia.
Guión - 8.9
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.8
HOZUMI demuestra una vez más su sensibilidad como narradora en un manga sobre amistad, rivalidades y música.