ISHINOMORI Shôtarô es uno de los autores más relevantes e influyentes del cómic japonés, responsable de una producción artística desorbitada, que alcanza más de 128.000 páginas repartidas entre más de 770 obras. Su debut profesional se produjo en 1954, cuando no era más que un adolescente, e impresionó tanto a TEZUKA Osamu, que le ofreció trabajar como su ayudante. Años más tarde despegaría su carrera en solitario, creando títulos emblemáticos como Cyborg 009 o Kamen Rider, que le valieron para conseguir el título de Rey del Manga, y que sirvió para que él diera a su maestro el sobrenombre de Dios del Manga.
Aunque a nuestro país no han llegado aún muchas obras de este mangaka, se trata de una de las figuras más importantes del medio en Japón y un referente ineludible para posteriores generaciones de autores, gracias a su talento, su capacidad de trabajo y su polivalencia artística. Ishinomori estuvo presente en el desarrollo del manga y de sus distintas corrientes demográfias, cultivó todo tipo de géneros y subgéneros y experimentó con las posibilidades narrativas y gráficas que el medio le ofrecía, trazando así una interesante carrera caracterizada por una evolución constante. El estado de madurez alcanzado por el mercado español de manga no se corresponde con el estatus de este gran autor, del que solo cinco de sus obras (Musashi, Hokusai, Relatos de Sabu e Ichi, The Legend of Zelda: a Link to the Past y la que reseñamos en esta entrada) han llegado a nuestras librerías. Una deuda que ojalá las editoriales españolas salden pronto.
Mi vida sexual y otros relatos eróticos es un conjunto de narraciones cortas realizadas en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado que tienen las relaciones sexuales, los deseos, lo primitivo y lo absurdo como elementos comunes. En ellas se ponen de manifiesto las habilidades narrativas del autor, que se mueve como pez en el agua en el relato corto, consiguiendo condensar historias muy bien construidas en unas pocas páginas, dejando muy buen sabor de boca en cada lectura. Este volumen recoge las siguientes historias:
– Mi novia. Cuando Sabu vio a Emiko sintió una gran atracción, pensó que sería una gran novia y ella le devolvió la mirada. Entonces él pensó que si ella le sonriera, él hablaría con la chica y ella sonrió. Entonces se enamoraron, pero cuando él pensó que le gustaría acostarse con ella, Emiko lo golpeó y lo abandonó. Y es que ella tenía poderes sobrenaturales y podía leer las mentes. Poco después retomarán su noviazgo, pero de repente Sabu despierta de un sueño. ¿Era todo mentira? En apenas treinta páginas, Ishinomori combina el deseo sexual, la ciencia ficción y el thriller, dando una lección magistral de narrativa.
– Bunny Girl. Un joven regresa borracho a su casa cuando tropieza por la calle con el cuerpo de una chica muy bella vestida de conejita, como las camareras de muchos bares de la zona. Incapaz de dejarla abandonada, la lleva a su casa donde ambos dan rienda suelta a sus instintos sexuales y comparten el placer de su encuentro. A pesar de que los atributos de conejo de la chica son reales, y no parte de su uniforme de trabajo como pensaba el protagonista de la historia, este se muestra decidido a convertirla en su mujer, pero ¿puede la felicidad durar para siempre?
– Psicodélico. En solo cuatro páginas Ishinomori construye una historia simpática relacionada con este movimiento artístico y en la que el LSD tiene una destacada presencia. A pesar de que utiliza una rotulación psicodélica para el título del relato, se echa en falta una mayor experimentación con el dibujo que lo ligase más a la lisergia desbocada característica de los años en que fue escrito.
– Más allá del fondo del armario del piso de cuatro tatamis y medio. Este rimbombante título recoge la costumbre japonesa de medir la superficie de las habitaciones en el número de tatamis que se pueden disponer sobre ella, precisamente como la que alquila un ilustrador sin éxito. En el armario de la habitación encuentra el cadáver desnudo de una chica, pero, tras el nerviosismo inicial y observar que no sufre los estados de un cuerpo muerto, llega a la conclusión de que se trata de un juguete sexual, a la que utilizará para satisfacer sus deseos sexuales y como modelo para sus ilustraciones eróticas. Sin embargo, un terrible secreto se esconde en el fondo del armario…
– Mucho mochi, macho. – Mucho mochi, macho. Cuando un estudiante fracasado calienta el mochi que le ha enviado su madre desde sus pueblo, este adquiere la forma de una chica que se abalanza sobre el joven. Este es solo el inicio de una trama intergaláctica, fruto del enfrentamiento entre varias especies alienígenas.
– El teatro de historias cortas de Ishinomori Shôtarô – La habitación del mar. En una tarde de sofocante calor, un estudiante abatido por las altas temperaturas recibe en su habitación la visita de una chica, la cual se sienta frente a él en silencio. La falta de interacción con ella lleva al muchacho a reflexionar sobre sus fracasos y sus miedos, pero al acercarse a ella percibirá un suave olor a mar, que evocará en él los recuerdos de un amor pasado.
– El teatro de historias cortas de Ishinomori Shôtarô – Trampantojo. Esta historia comienza con una niña y un niño, que exploran el cuerpo del otro y descubren sus diferencias, ofreciendo una visión de nuestra etapa sexual más temprana. Varias elipsis nos llevarán a conocer a otras parejas, avanzando de edad progresivamente, que nos destaparán una compleja trama de ensoñaciones.
– El teatro de historias cortas de Ishinomori Shôtarô – El carmesí de un lejano día. En una ciudad avejentada, sumida en la penumbra bajo un cielo gris, había una gran mansión, en la que un niño presenciaba como su madre era vejada por su padre, quien encontraría la muerte poco después y dos años más tarde sería ella quien se suicidaría. Años más tarde, los fantasmas del pasado perseguirán a ese niño ya convertido en un joven. A diferencia de la mayoría de relatos, en esta ocasión Ishinomori escribe un modélico relato de intriga.
– Utamaro. En la Edo del año 3 de la era Bunka (1806), un pintor consagrado acepta el encargo de un hombre adinerado para dibujar un relato erótico. El encuentro sexual entre su aprendiz y una joven se funde con las ilustraciones de arte ukiyo-e realizadas por su maestro. Se trata de una historia dotada de una gran sensibilidad y en la que Ishinomori demuestra ser un fantástico dibujante.
– ¡Ahí va el caballo! “El sentido de la vida… es algo así, ¿no?”.Un hombre encuentra un billete de tren en la calle y decide utilizarlo. Una vez a bordo, una desconocida que ha urdido el plan le invita a imitar al resto de parejas que viajan junto a ellos de luna de miel, pero una vez en el hotel se destapará el verdadero objetivo de la mujer…
– Mi vida sexual. Sexo en el recuerdo. En este relato un joven rememora sus experiencias sexuales y reflexiona acerca de sus consecuencias, en quién lo han convertido y a dónde le han llevado.
– Mi vida sexual. Sexo aberrante. En este relato el autor da cabida a preferencias sexuales menos usuales, como el sadismo y el masoquismo. Un dibujante de manga se reencuentra con su antiguo asistente, que alcanzó el éxito con historias eróticas, pero que ahora es un autor venido a menos que se encarga de dirigir un local donde se realizan espectáculos sádicos y aguarda sorpresas para sus clientes más selectos.
– Mi vida sexual. Sexo de perversión. El planteamiento de este relato es la búsqueda del significado que tiene el sexo para los seres humanos. Para ello, introduce conceptos como narcisismo, zoofilia, homosexualidad, egoísmo, patriotismo, nacionalismo o suicidio.
– El caballo azul.Un estudiante de bachillerato mantiene una relación con una chica, pero, al ser interrogado por sus compañeros por cuestiones sexuales, se obsesionará y pondrá en peligro su relación. Su pareja, le mostrará su punto de vista, produciéndose un contraste entre ambos.
– Una historia del Tokiwa-sô. En estos apartamentos vivieron leyendas del manga como Tezuka, Fujiko Fujio o el propio Ishinomori, que quiso rendir homenaje a sus compañeros y a esta etapa de su vida en este relato sin diálogos.
Ishinomori construye una sobria y elegante colección relatos eróticos, caracterizados por unos sólidos guiones, pero también brilla en el apartado artístico, ya que utiliza composiciones de páginas brillantes y hace gala de una gran cantidad de recursos gráficos, como sustituir a los personajes por animales antropomórficos en el momento de éxtasis sexual, el diseño de estrambóticas dimensiones paralelas, el paso de su dibujo habitual al arte ukiyo-e, el uso de un fotograma de una película, etc. Por tanto, se trata de una obra que destaca en todos sus apartados y sirve de muestra de las capacidades artísticas de su autor.
En diciembre de 2018, Satori Ediciones, editorial especializada en cultura y literatura japonesa, inauguró su línea manga con esta obra de sensei Ishinomori. Se trata de un único volumen de 392 páginas, en formato A5 (15×21 cm), con encuadernación rústica y sobrecubiertas, muy robusto y realizado con materiales de buena calidad, a un precio de 22,00 euros. A modo de apéndices, el libro incluye una breve biografía del autor y un artículo escrito por Kon Hideki, editor de manga, quien resalta la importancia de la figura de este autor en la historia del cómic japonés y hace un repaso de algunas de las claves de su carrera. Sin duda, este título es una excelente primera piedra para construir un sólido catálogo de manga, intención que confirmaron en el pasado Manga Barcelona, donde anunciaron licencias muy ilusionantes para este año, las cuales incluyen nombres ilustres, como UMEZZ Kazuo, MATSUMOTO Leiji, TATSUMI Yoshihiro o IKEGAMI Ryôichi.
VALORACIÓN GLOBAL
Guión - 8.8
Dibujo - 8.8
Interés - 8.4
8.7
Caliente...
Mi vida sexual y otros relatos eróticos es una agradecida antología de historias que giran en torno al sexo y que buscan abordar esta temática desde múltiples perspectivas. Tanto si ya se está familiarizado con los trabajos de Ishinomori como si se trata de un primer contacto con la misma, es una opción ideal para acercarse a la obra de un autor seminal.
Historias deliciosas que saben conjugar, con acierto, el erotismo y la ciencia-ficción. Refrescantes y adelantados a su tiempo, estos relatos son un must en toda regla. PD: Gracias a Jordi T por ponerlo en mi radar 😉