Edición U.S.A.: The Amazing Adventures of The Escapist núms. 1 y 2 (2003 y 2004); Dark Horse Comics.
Edición España: junio y octubre de 2005; Planeta DeAgostini Cómics.
Guión: Michael Chabon y VV.AA.
Dibujos, entintado y color: VV.AA.
Formato: tomos de 80 págs.
Precio: 7’50 €.
Michael Chabon (Washington, EE.UU.; 1964) formado académicamente en las universidades de Pittsburg y California, donde estudió literatura, comenzó su fulgurante carrera como novelista con la que fue su tesis de final de carrera: Los misterios de Pittsburg (1988).
Tras recibir un abrumador reconocimiento por parte del público y de la crítica, no bajó el listón en sus siguientes proyectos: además de colaborar como articulista en revistas como The New Yorker, Harper’s, Esquire o Playboy, publicó diversas obras, entre las que destacan Un Mundo Modelo (1990) Chicos Prodigiosos (1995), llevada al cine por Curtis Hanson bajo el título Jóvenes Prodigiosos, o Jóvenes hombres lobo (1999).
Pero fue en el año 2000 cuando firmó su más exitosa novela: Las Asombrosas Aventuras de Kavalier y Clay, ganadora del Premio Pulitzer 2001 a la mejor obra de ficción y germen del cómic que hoy analizamos.
En dicha novela, Chabon relataba la historia de Joe Kavalier y Sammy Clay, dos jóvenes que además de estar unidos por lazos de sangre (son primos), comparten una pasión común: los cómics. En la Nueva York de los años 40, se lanzan al incipiente mercado del cómic, creando un superhéroe judío que viajará hasta Europa para luchar contra Hitler. Su nombre: El Escapista.
Ante el éxito de la novela, y la conocida afición de Chabon al 9º arte, la editorial americana Dark Horse le propuso trasladar a viñetas las aventuras del peculiar superhéroe en un curioso viaje de ida y vuelta. Afortunadamente, el escritor respondió afirmativamente.
SINOPSIS: “Empire city, la ciudad del millón de luces. Tom Mayflower ejerce diligentemente como ayudante de su tío Max, sensacional escapista conocido como Misterioso. Pese a que su cojera le impide imitar a su tío, Tom asiste embelesado a sus representaciones, maravillándose ante su innato talento para la evasión.
Una serie de desgraciados acontecimientos llevan a Max a cederle el testigo a su sobrino, revelándole que en realidad es El Escapista, el portador de La Llave Dorada, destinado a acabar con la tiranía impuesta por La Cadena de Hierro, organización criminal que amenaza con someter al mundo a un reinado de tiranía y represión”.
La forma escogida para recrear las aventuras de El Escapista resulta tan arriesgada como plausible: a través de tomos de 80 páginas, se recopilan relatos autoconclusivos, que pretenden reflejar las distintas etapas vividas por este personaje a lo largo de sus seis ficticias décadas de historia. Con la complicidad del lector, se materializa un precioso doble ejercicio de ficción: la narración de las aventuras de Tom Mayflower, y la explicación por medio de elaborados artículos del complicado periplo editorial que este personaje sufrió a lo largo de los años.
Pero por supuesto, las historias autoconclusivas fueron creadas recientemente, y los artículos ficticios, escritos por el propio Chabon para la ocasión, bien firmando con su propio nombre, o refugiándose bajo el improbable y cómico seudónimo de Malachi B. Cohen.
Desconozco si es mérito de Dark Horse o de Chabon, pero lo cierto es que resulta sorprendente la cantidad de estrellas del medio que han conseguido embarcar en este atípico proyecto. Ejerciendo funciones de guionistas o dibujantes, desfilan por la colección artistas de la talla de Howard Chaykin, Kyle Baker, Mike Baron, Jae Lee, Bill Sienkiewicz, Jim Starlin o Gene Colan, y en un futuro lo harán (en su edición española) Brian K. Vaughan, Marv Wolfman, Mike Mignola, Scott Morse, John Cassaday, Paul Grist, Roy Thomas, Eddie Campbell, Brian Bolland, Harvey Pekar, y ¡¡Will Eisner!! (en el nº 6 de la colección, Eisner se encarga de los guiones y del lápiz para recuperar en un inimaginable cross-over a The Spirit).
Sobra decir que semejante lista de autores invitados es sencillamente alucinante, y que sólo por deleitarse con su talento, merece la pena pagar el precio que marca este estupendo tebeo. Pero lejos de quedarse en un mero all-star, Las Asombrosas Aventuras de El Escapista se revela como una amena y entretenida lectura, repleta de infinidad de guiños y referencias al mundo de los cómics, que el lector veterano no tendrá dificultades en captar.
Al igual que en el imprescindible libro Las Asombrosas Aventuras de Kavalier y Clay, en cada página de El Escapista se palpa un profundo respeto, cariño y reverencia a un medio históricamente infravalorado y denostado, gracias al cual muchos de nosotros, emulando a Houdini, nos hemos “escapado” de la realidad para sumergirnos en vibrantes y extraordinarias aventuras protagonizadas por los más variopintos héroes y villanos.
Pese a los inevitables altibajos de una obra de estas características, Las Asombrosas Aventuras del Escapista (y Polilla Luna) resulta una muy recomendable lectura, que a buen seguro deparará momentos inolvidables a los amantes del mundo del cómic en general, y de las antologías en particular.
“¡A todos los que sufren atados por las ligaduras de la esclavitud y las argollas de la opresión, él les ofrece la esperanza de la liberación y la promesa de la libertad! ¡Armado con su extraordinario entrenamiento mental y físico, con un equipo estelar de ayudantes, y con su antigua sabiduría, recorre el orbe realizando asombrosas hazañas y acudiendo en ayuda de los que languidecen bajo las cadenas de la tiranía! ¡Es…el Escapista!”.
(Las Asombrosas Aventuras de El Escapista, nº 1)
Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)