Una furia que nunca se apacigua
«El Medio Oeste. Aquí hace muchísimo viento. Lo odio.»
Recientemente conversaba con algunos de mis compañeros sobre lo que significa ser padre, y uno de ellos decía con mucho atino que “la paternidad es sin duda el trabajo más difícil al que nos enfrentamos y para el que menos cualificados estamos”. Y dio completamente en el clavo. Nos esforzamos en formarnos para ser buenos profesionales, aprender todos los secretos de un oficio, dominar varios idiomas y conquistar títulos y certificaciones que nos abran puertas con las que conseguir llegar a algo grande, algo que deje huella en la posteridad. Y sin embargo, ¿qué preparación recibimos para algo tan delicado como instruir a una persona para ser un miembro apto de la sociedad? ¿Somos conscientes de lo vitales que son nuestros aciertos y nuestros errores para nuestros hijos, de cómo podemos llegar a determinar su futuro por las cosas que hicimos cuando estaban a nuestro cargo? Cuando uno se para a pensarlo, la mayor huella que dejamos en este mundo son precisamente ellos, nuestros hijos. Nuestro legado son las personas que dejamos aquí cuando partimos y todo aquello que les transmitimos. ¿Y qué clase de huella dejamos cuando lo que les transmitimos como legado es algo tan oscuro como el odio?
Hoy hablamos de una serie en la que esa herencia del odio es la idea de fondo que subyace bajo una aventura de fantasía y un viaje a la madurez, una obra publicada por Norma Editorial que acaba de terminar su periplo en nuestro país. Entre llanuras y bosques sombríos, atravesando los campos de etolo y guarecidos de la inminente tormenta, hoy reseñamos Middlewest, de Skottie Young, Jorge Corona y Jean-François Beaulieu.
Los autores
La carrera de Skottie Young ha seguido ese tipo de trayectoria del que está sediento por contar historias. El autor de Illinois comenzó su carrera como dibujante, y cabe decir que uno muy bueno. Su estilo cartoon lleno de dinamismo le abrió las puertas de Marvel, donde comenzó dibujando en proyectos como Spider-Man Legend of the Spider Clan o las recordadas portadas Baby Marvel. Allí comenzó también a escribir, ejerciendo como autor completo de Mapache Cohete, a la vez que se hacía a dos Eisners junto a Eric Shanower por su adaptación de El Mago de Oz.
En 2015 lo veríamos debutar en Image Comics, de nuevo como autor completo, en I Hate Fairyland, una desquiciada parodia precisamente de cuentos como El Mago de Oz o Alicia en el País de las Maravillas en la que una niña llamada Gertrude quedaba atrapada durante 40 años en un mundo de fantasía, con violentos resultados. A partir de este momento Young comienza a centrarse en su labor como guionista y da inicio a numerosos proyectos entre encargos de Marvel (guionizando Deadpool o Strange Academy) y proyectos propios, como Bully Wars o la que nos ocupa, Middlewest.
Sería aquí donde comenzaría su sociedad con Jorge Corona. Este artista venezolano afincado en Estados Unidos comenzó su carrera haciendo encargos para DC Comics, como Teen Titans Go!, We Are Robin o Nightwing. Una labor que compagina con distintos encargos como portadista para Adventure Time o Regular Show. Sin embargo, posteriormente se adentra en el mundo independiente, debutando en la serie Goners junto al guionista Jacob Sehman. Sería precisamente junto a este artista con el que en su segundo trabajo juntos, un interesante thriller sobre la sobreexposición a las redes sociales llamado Nº1 with a Bullet, lograría hacerse con una nominación al Eisner a Mejor portadista. Finalmente, su inmersión en la creación propia se completa finalmente con Feathers, una serie juvenil para BOOM! Archaia
Middlewest se convertiría entonces en el primer trabajo entre Corona y Young, un equipo que se completaría junto al equipo artístico que Young se traería recomendado gracias a su experiencia trabajando juntos en I Hate Fairyland: el colorista Jean-François Beaulieu y el rotulista Nate Piekos. Juntos se sumergirían en la aventura de Abel, un trabajo que, por lo visto, ha sido satisfactorio para todos, puesto que el equipo creativo al completo ya ha anunciado que repetirá con The Me You Love in The Dark, una nueva serie de Image Comics que se estrenará el próximo mes de agosto en Estados Unidos.
La serie
Middlewest comenzó su publicación en noviembre de 2018 con un éxito considerable dentro del mercado independiente. La serie se extendió durante un año y medio a lo largo de 18 números hasta su conclusión el pasado mayo de 2020. En nuestro país la hemos podido disfrutar gracias a Norma Editorial, que precisamente poco después de la conclusión en su tierra natal comenzó a editar la serie en tres tomos recopilatorios cuya publicación ha concluido este pasado mes de mayo. La obra ha gozado de un reconocimiento importante: en 2019 fue nominada al Eisner a Mejor obra juvenil y se llevó el Gran Premio de Angoulême en la misma categoría. Además, a título personal le ha valido dos nominaciones a Jean-François Beaulieu (2020 y 2021) y una a Jorge Corona (2021).
La serie nos narra la historia de Abel, un muchacho que vive en un apartado pueblecito del Medio Oeste junto a su amargado padre, que lo maltrata y lo ningunea constantemente. Un buen día Abel dice basta y le planta cara a su abusivo tutor, que estalla entonces en una explosión de rabia y se transforma en una gigantesca tormenta que arrasa el pueblo y trata de darle caza. Abel logra escapar junto a su mejor amigo, un zorro parlante, pero queda marcado con un corazón de tormenta, una marca infligida por su padre que podría convertirlo en el mismo monstruo que él. Ahora Abel se verá obligado a recorrer el vasto mundo del Medio Oeste para encontrar una cura para el mal que crece en su interior antes de que sea demasiado tarde.
Hay muchas cosas bien hechas en Middlewest. La fábula que nos plantea Skottie Young es una clásica historia de niño-se-embarca-en-aventura de esas que tan bien funcionan a la hora de potenciar las emociones. Las historias protagonizadas por niños tienen un condimento especial, el mundo visto a través de los ojos de los que todavía no se han teñido del manto gris de la madurez permite explorar las emociones y las vivencias con una pasión mayor. Sin embargo, muchos pierden la conexión con lo que supone ser un niño y de algún modo olvidan lo que significa. Es por eso que siempre he sentido una gran admiración por los autores que son capaces de contar historias protagonizadas por los más pequeños, pero tomándose completamente en serio sus miedos, sus pasiones y sus ambiciones. Es aquí donde Skottie Young nos sorprende y, frente a la divertidísima majadería que era I Hate Fairyland, en Middlewest se pone serio y consigue mantener una sensibilidad perfecta para hacernos acompañar a Abel en su aventura, sufriendo por su dolor y temiendo por el destino que le aguarda al vivir rodeado de tanto odio.
Es precisamente ese, la herencia del odio, el eje central de la obra. Middlewest funciona a la perfección como metáfora de los implacables efectos de la violencia en la educación de cualquier niño. La historia de Abel es un retrato más de cómo una educación basada en el miedo y en la rabia es prácticamente una maldición para aquel al que le toca sufrirla. La marca que le deja una infancia así es una ponzoña que infecta su vida, un veneno que se agudiza según este crece y que termina extendiendo a otros, formando así una cadena que es condenadamente difícil de romper. No es casual que la marca que Abel lleva en el pecho sea una espiral.
Young nos habla sobre todo esto sin excesos, pero sin medias tintas. Middlewest es una serie juvenil, como bien muestran sus nominaciones y premios, y su lectura es adecuada para niños y adolescentes, pero no entre algodones. La obra busca conectar con el realismo emocional necesario para que nunca olvidemos que el sufrimiento de Abel durante su aventura es profundo, como lo es el de cualquier niño que viva con padres así. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, según avanzamos en la obra el guion de Young va mostrándonos un halo de esperanza, una pequeña rendija de luz que nos deja un mensaje final precioso sobre el perdón y la ruptura de la espiral. Siempre podremos encontrar gente mala por el camino, pero es en las buenas en las que debemos concentrar nuestras energías y nuestros pensamientos. El odio llama al odio, el amor llama al amor. Está en nuestra mano elegir el adecuado.
Como veis, está claro que aunque Middlewest sea una obra de fantasía, esta no pesa tanto como uno podría esperar por su sinopsis. Ojo, Young hace un trabajo muy solvente en ese aspecto de la obra, pero queda patente cuál es su objetivo principal viendo que es precisamente en las escenas entre Abel y su padre donde la obra alcanza sus mayores cotas de calidad. De hecho, la serie vive con la losa de que probablemente su mejor número sea el primero. Lo cual no significa que el resto no esté a un gran nivel, por supuesto, simplemente es que queda en un segundo plano. Middlewest hace algo poco habitual que sin embargo funciona muy bien. El mundo en el que tiene lugar, ese llamado Medio Oeste, comienza asemejándose a nuestro mundo real más allá de algún elemento extraño, pero según el viaje de Abel avanza va sumergiéndonos en mayores grados de fantasía. Animales extraños, magos y brujas, criaturas fantásticas y un interminable números de depósitos llenos de un extraño combustible rosa van haciendo acto de presencia en la obra, aumentando la sensación de fantasía y de incertidumbre sobre lo que nuestro protagonista se encontrará en la siguiente parada de su camino. Sin embargo, las reglas de este mundo nunca se nos explican. El Medio Oeste tiene su historia, sus pueblos y su mitología, pero el guion deja completamente de lado la clásica exposición con la que nos ponen al corriente del status quo de su mundo y simplemente nos va dejando pequeñas dosis de información según Abel se adentra en cada rincón del universo de la obra, la justa para que no nos perdamos. No hay explicaciones porque en ningún momento es el objetivo de la obra: Middlewest quiere hablar de la vida de un niño maltratado y de las decisiones que debe tomar en el camino hacia la madurez; el escenario puede servir para maravillarnos, pero no para desviar nuestra atención del tema principal.
Aunque eso sí, maravillar, maravilla, y eso es gracias a su dibujo. Lo que Jorge Corona realiza en Middlewest es uno de esos trabajos que ponen en primera plana a un autor. El venezolano tiene un estilo muy particular, sus rostros poligonales y su peculiar trazo crean una hermosa mezcla entre el cartoon (curiosamente similar al de Young) y cierto aroma a estilo europeo. Corona le transfiere a la serie todo el alma necesaria con una expresividad magnífica de sus personajes y una narrativa ágil e inteligente en la que impactan especialmente sus poderosas imágenes panorámicas y sus viñetas a página completa, en las que consigue dotar a las escenas de una profundidad pasmosa. Imágenes como las de el padre de Abel convertido en tormenta o el dios Nokoyuna son instantáneas que maravillan por su dominio de la grandiosidad.
La otra pata imprescindible del arte de la obra es sin duda su colorista. El trabajo de Beaulieu es una maravilla absoluta: el canadiense ya dejó claro en I Hate Fairyland que tenía un don para dar colorido a los mundos de fantasía, y en Middlewest repite con una labor hipnótica. Sus colores vibrantes y su manejo de la luz es sin duda una de las claves de la obra y el motivo de que cada página de la serie brille con luz propia, dándole vida a cada rincón del Medio Oeste. La dupla que forman Corona y él es una de esas que parece estar diseñada para trabajar junta, y sus sendas nominaciones para este año de Eisners es un acto de justicia.
En definitiva, Middlewest es una serie de fantasía donde la fantasía es hermosa, pero lo menos importante. Skottie Young y Jorge Corona nos llevan a un mundo muy distinto al nuestro para contarnos una historia que nos resulta familiar: la de la herencia del odio. De cómo la rabia sin barreras puede infectar la vida de los más pequeños y condenar sus destinos a estar siempre bajo el yugo de esa tormenta. Pero sobre todo, de cómo esa tormenta se puede apaciguar si la respuesta al odio es el amor.
Lo mejor
• El sensacional trabajo de Corona y Beaulieu hipnotiza.
• Skottie Young demuestra una gran sensibilidad en su retrato del maltrato infantil.
Lo peor
• La serie nunca consigue superar su brillante primer número.
Guion - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.7
Fantástica
Middlewest es una magnífica obra de fantasía juvenil que destaca por un maravilloso dibujo de Jorge Corona Jean-François Beaulieu y en la que Skottie Young se asienta como un guionista de gran sensibilidad.