Crear un personaje superheroico, que resulte carismático, novedoso y atractivo, es todo un arte. La historia del cómic de superhéroes está plagada de anécdotas referentes a como un guionista o un dibujante daban forma a un personaje, para ellos trivial, o con intenciones muy concretas y puntuales, para acabar ganando adeptos, popularidad y por ende toda una carrera editorial a su alrededor. Este es el caso de Midnighter y Apolo.
Hagamos algo de memoria.
Tras la estampida de los artistas más relevantes de Marvel, Todd McFarlane, Jim Valentino, Erik Larsen, Rob Liefeld, Marc Silvestri y Jim Lee, entre otros, se agruparon y fundaron la editorial Image. En el año 1993, Jim Lee, dentro de su sello Wildstorm, lanzó una serie mensual titulada Stromwatch donde la ONU auspiciaba a un grupo de héroes sobrehumanos. Un concepto arquetípico, descafeinado y con poca solera que en manos de Brandon Choi y Jim Lee no dejó de ser algo anecdótico. En un intento de dotar de carisma a la serie, Ron Marz y James Robinson se hicieron cargo de la misma, sin acabar de encontrar el tono adecuado para el grupo. No sería hasta el número 37, con la llegada de Warren Ellis, cuando la serie sufriría un cambio radical, un viraje extremo que la sacó de su sopor mensual, con cambios en la ética y la moral de los supuestos vigilantes mundiales y una mayor atención a la política global. Stormwatch empezó a hacer ruido mediático y los aficionados dejaron de verla como una serie más de un grupo de hiper musculados héroes y heroínas. Ellis comenzó a introducir en la serie una caracterización más profunda y adulta, a distanciarse de las tramas simplonas y a perfilar al villano definitivo del grupo, Henry Bendix. Ellis, con la libertad que disfrutaba en Image y en la serie, no solo se limitó a añadir personajes más complejos, sino también a tratar temas más adultos, política, crítica social, terror, sexo… Pero no todo iba a girar en torno a estos temas y Ellis también introduciría conceptos como la Sangría, un espacio interdimensional que le serviría de base para sus nuevos proyectos.
A Ellis Stormwatch se le quedaba pequeña y cuando se encargó del guion del cruce de WildC.A.T.S vs. Alien, usó la historia para matar a todos los miembros del grupo que el no había creado. Nunca un crossover había tenido unas consecuencias tan duras para una serie… pero el futuro de los personajes que sobrevivieron a la masacre era más que prometedor.
Ellis se encargó de poner en marcha la serie The Authority, donde da rienda suelta a todo el potencial que había estado reteniendo en Stormwatch y generó una serie que hoy en día es todo un referente dentro del cómic de superhéroes. Su trabajo transgresor, sin sutilezas ni figuras retóricas, encumbró a esta serie a la que la crítica especializada no tardó en alabar por su atrevida propuesta.
Y fue en este grupo, aunque su creación era anterior ya que fueron presentados en el Stormwatch Vol 2 #04, donde Midnighter y Apolo adquirieron relevancia y el interés de los aficionados por ellos no dejó de crecer.
DC Comics compró el sello Wildstorm y todos los personajes y grupos creados por Jim Lee pasaron a formar a ser propiedad de la editorial que los mantuvo ajenos al Universo DC hasta la llegada de los Nuevos 52, donde si hubo intentos por integrarlos, como la serie de Voodoo, Griffter y la de Stormwatch, sin llegar a asentarse, y con Renacimiento la reciente The Wildstorm con Ellis de nuevo al mando de la misma.
Sin embargo, todos los intentos por lograr una integración orgánica y ordenada no han dado sus frutos, siendo tan solo relevantes la serie de la que gozaron Midnighter y Apolo en los Nuevos 52, a manos de Steve Orlando y la que ahora nos ocupa, una miniserie, también escrita por Orlando, que recupera a los personajes donde los dejó, para enfrentarlos a un enemigo que tal vez esté muy por encima de sus posibilidades.
Apolo y Midnighter son un dúo impresionante. Su caracterización y profundidad como personajes los convierten en una baza ganadora a la hora de poder trabajar con ellos. Han sido compañeros de equipo, socios y amantes, han superado adversidades que muchos no hubieran sido capaces de superar, pero ahí están y ahí siguen reencontrándose de nuevo tras su ruptura, intentado recomponer sus vidas juntos, mientras el pasado parece no querer dejarles en paz. Es de agradecer que un género, el superheroico, que hasta hace unos años muy impermeable a cuestiones relacionadas con el género, identidad y sexo (con tratamientos, en el mejor de los casos, muy superficiales), se vaya abriendo a la realidad (aún quedando mucho por hacer), dando cabida a opciones de todo tipo y condición, incluyendo abiertamente personajes del colectivo LGTBI en sus historias, como protagonistas absolutos.
La miniserie de Orlando vuelve a destacar por el exquisito tratamiento que hace de ambos protagonistas. Su relación forma parte del todo, no es un añadido artificial, sino la punta de lanza que amalgama a todo el conjunto. Una pareja bien avenida con mucho que superar, pero dispuestos a sacrificarlo todo el uno por el otro. Y es aquí, en este punto donde Orlando triunfa y escribe una serie interesantísima. Sin embargo, la trama que crea para generar el conflicto para justificar el amor que ambos sienten, no le queda del todo bien definida.
Tanto Midnighter como Apolo vienen de una tradición basada en la ciencia, en la tecnología, en vencer enemigos centrados en dominar el mundo, tiranos con ansias de control mundial, como el que abre esta miniserie. Pero una vez finiquitada esta trama, la historia cambia de rumbo y se adentra en conceptos más esotéricos, más mágicos, más sobrenaturales, algo que no acaba de encajar del todo con la tradición de los protagonistas que acaban luchando por sus vidas en los vastos terrenos del infierno, acosados por Nerón de forma maniática.
Esta situación genera una inevitable desconexión con la trama a medida que se va profundizando en ella, aunque las intenciones de Orlando sean claras y nobles, el resultado final de mezclar conceptos tan antagonistas como lo sobrenatural con la ciencia, no acaba de funcionar. Esto genera una descoordinación entre las pretensiones del guionista y lo que al final obtenemos, siendo memorable en trato y forma el principio de la miniserie y el final, donde Orlando si que construye un relato digno de estos personajes.
Fernando Blanco acompaña a Orlando y nos ofrece una visión muy particular del infierno y sus pobladores. Su trabajo cumple con lo que se espera de su lápiz, detallado, dinámico y elegante, con el que se puede sentir la fuerza que emana de los protagonistas. Blanco trabaja excelentemente el lenguaje no verbal de ambos y logra añadir más profundidad y realismo a su vida.
Midnighter y Apolo es una miniserie interesante, fallida en el concepto, pero relevante en todo lo demás. Un nuevo paso para afianzar a estos dos personajes en el Universo DC que abre la esperanza a poder verlos de forma más activa en otras formaciones superheroicas o, incluso, en su propia serie regular en solitario. Tienen el potencial para ello.
Guion - 6
Dibujo - 8
Interés - 8
7.3
Cal y arena.
Orlando caracteriza a la perfección a los dos protagonistas, entendiendo su psicología y los trata con enorme respeto, alejándose de tópicos e ideas preconcebidas.
Corregir esos «Strom» y lo de la «purga» por «sangria»
Solventado. Gracias. 🙂
¿Y sobre la serie que opinas?
A mi me entretuvo bastante el tomo. Si es cierto que no pega la trama con los personajes , pero como fan de autorithy que soy me pudo ver a los personajes y apenas lo note. Al contrario que muchos si me gusta ver a midnigther en el uni dc, aunque solo sea de salvador de Grayson, que es de lo poco que ha interactuado con los deceitas . Porque a pesar de que no puede ser como era en image (para eso igual tendria que editarse en vertigo) , en mi opinion es todo lo parecido que puede ser. Gracias por el trabajo.
Un poco decepcionante la miniserie, sobretodo comparándola con los 12 números en solitario de Midnighter y las divertidas apariciones de éste en Grayson.
Esta mini no la lei por las criticas mixtas y porque la premisa tampoco me fascinaba. Pero la previa, la serie de Midnighter en solitario (en la que tambien aparece Apolo) es muy muy recomendable. Una de las pequeñas joyas de la injustamente despreciada DC You
Estoy de acuerdo en que lo que lo precede es mejor, pero viendo que lo valoras tan positivamente , te recomiendo este tomo ,sigue la misma linea y muy probablemente te guste.
Bueno, entonces lo pondre en mi lista de posibles a la espera de un mes tranquilo… Aunque Neron no es demonio de mi devocion!
Una miniserie recomendable y que cierra la etapa de Orlando con Midnighter. Seguramente esta será la última aparición de ambos personajes en el universo DC. A mi la premisa me hizo gracia y el trabajo de Fernando Blanco está a muy buen nivel, mostrando páginas muy inventivas y un infierno bastante original. Ahora que estos personajes han vuelto a manos de Warren Ellis no está de más valorar el esfuerzo que hizo Orlando en darles personalidad propia y que no se viesen como un pegote dentro de DC.