Ayer por la noche nos enteramos de la muerte de Miguel Gallardo en Barcelona a los 66 años y como a todos los amantes de los tebeos se nos encogió el corazón, ya que se trataba de un autor al que a poco que hayas tenido la ocasión de leer alguna de sus obras autobiográficas resultaba imposible no sentir aprecio por él, aunque no hubieras tenido la ocasión de conocerle en persona. En obras como María y yo, María cumple veinte años o Algo extraño me pasó de camino a casa se podía intuir que era una persona que rebosaba calidez humana, valentía a la hora de afrontar las dificultades que le planteaba la vida y con sentido del humor y optimismo que se contagiaba desde sus páginas bellamente dibujadas a todo el que las leyera. Y además es un historietista e ilustrador con un talento descomunal, una de las figuras del cómic más importantes de los últimos cincuenta años. Sin sus trabajos es imposible entender el cómic underground español y la efervescencia actual de la novela gráfica, ya que en ambas disciplinas se le puede considerar como un pionero gracias a personajes como Makoki o trabajos como Un largo silencio.
Miguel Gallardo nació en Lleida en 1955, sus primeros años en el mundo de cómic vienen marcados por la aparición en las páginas de la revista Disco Express de Revuelta en el frenopático, la primera historieta de Makoki, el personaje que cocreo en colaboración con Juanito Mediavilla y Felipe Borrallo, se convirtió en el más importante de la denominada línea chunga que reflejaba el descontando de la juventud española durante esa época. En los siguientes años siguió dibujando historias del personaje que aparecieron en cabeceras como Star, Bésame Mucho y El Víbora, mítica revista del underground de la que fue uno de los fundadores en 1979. Además de historias de Makoki y otros personajes relacionados con el cómo La Basca o El Niñato, también creo como autor completo otras historias cortas y series como Perico Carambola, guionizada por Ignacio Vidal-Folch, o Pepito Magefesa y Perro Nick, ambas como autor completo, que aparecieron en revistas como Butifarra!, Bésame Mucho, El Víbora, Cairo o Makoki, creado en 1982 de la que fue codirector.
Con la crisis de las revistas que se produce a finales de la década de los ochenta abandona momentáneamente el cómic para centrarse en la ilustración, un campo donde cosecho grandes éxitos iniciando una larga colaboración con La Vanguardia y llegando a publicar en medios nacionales e internacionales como The New York Times, The New Yorker, El País o The Washington Post.
A mediados de los noventa vuelve al cómic con La muerte de Makoki, la última historia del personaje que serializa en la revista Viñetas. En esa época también crea Roberto España y Manolín, una parodia de Roberto Alcázar y Piedrín guionizada por Ignacio Vidal-Folch. Sin embargo, su gran obra de los años noventa es Un largo silencio, una obra en la que narra los recuerdos de su padre acerca de la guerra civil española, prepublicada en la revista Nosotros somos lo muertos y recopilada posteriormente en un tomo por Edicions De Ponent. Una obra clave para entender su trayectoria posterior puesto que es en la que comienza a contarnos historias reales y autobiográficas. En el año 2000 aparece El informe G un álbum donde recopila algunas historias cortas sobre su vida.
Tras unos años más centrado en la ilustración en 2006 aparece Tres viajes donde nos cuenta sus peripecias por Tel Aviv, Buenos Aires y Turín y al año siguiente aparece María y yo, una preciosa novela gráfica en la que nos cuenta su relación con su hija con autismo, que supone todo un hito en el cómic español consolidándolo como uno de sus autores más importantes. Por este trabajo obtuvo el Premio Nacional de Cómic de Cataluña y le servirá para hacer una gira de presentaciones por diversos lugares que plasmará en Emotional World Tour un cómic realizado junto a Paco Roca. En 2014 fue galardonado con Gran Premio del Salón en 2014 a su trayectoria, un reconocimiento muy merecido. En 2015 aparece María cumple veinte años, la continuación de María y yo. Un año después aparece Turista accidental, otra crónica en cómic de sus viajes por el mundo.
En 2020 aparece Algo extraño me pasó camino de casa, una novela gráfica en la que nos relata el proceso que tuvo que vivir cuando le detectaron y extirparon un tumor cerebral en febrero de 2019, en los primeros días de la pandemia. Un trabajo que refleja una actitud vital llena de la valentía y optimismo que hace que la noticia de su muerte nos haya sumido en una tristeza que solo encontrara consuelo cuando abramos las páginas de alguno de sus cómics y su vitalidad nos inunde. Mientras esperamos que llegue el día 10 de marzo para poder leer El gran libro de los perros, el cómic sobre su experiencia con su perrita Cala realizada con Karin du Croo De Jongh, su pareja estos últimos años. Seguro que nos vuelve a sacar una sonrisa.
Desde Zona Negativa queremos ofrecen nuestras condolencias y ánimos a su familia y sus amigos más cercanos. Y también agradecerle a
Esta noticia me dejó muy triste…un autor imprescindible, un referente del comic español. Es una pena enorme para todos los que conocimos su trabajo
Una perdida enorme.Un artista que ha hecho más grande al cómic, con una evolución desde el underground hasta sus obras más personales y siempre con un estilo propio e inimitable y un nivel gráfico increíble.
Pocas veces me he reído más que con su Makoki en Nueva York.