Para los ajenos al mundo del arte, o para aquellos que no se hayan adentrado en la historia japonesa, diremos que el ukiyo-e, «Pinturas del mundo flotante», es un género de grabados realizados mediante técnicas xilográficas o de grabado en madera, producidos en Japón entre los siglos XVII y XX. Entre las temáticas principales de esta forma de arte destacan los paisajes, imágenes teatrales o estampas de zonas de alterne.
El ukiyo-e alcanzó su mayor grado de popularidad en la cultura metropolitana de Edo (Tokio) a partir de 1670, originándose con los trabajos de Hishikawa Moronobu. El interés cosmopolita que surgió entorno a estos grabados pronto hizo que tuvieran que producirse de forma masiva y, por lo general, eran adquiridos por personas sin suficiente nivel económico como para poder comprar pinturas originales. La temática pronto mutó hacia la representación de escenas urbanitas, siendo el reflejo de actividades y escenas de lugares de ocio. Los luchadores de sumo, las geishas y cortesanas o imágenes de alterne (que más tarde mutarían en un género propio, el Shunga, con escenas de sexo explícito), comenzaron a ser los protagonistas particulares de esta forma artística.
Entrado el siglo XVIII, el ukiyo-e pasaría a la historia gracias al uso de la técnica nishiki-e, que permitía la producción de impresos a todo color, y que daría lugar a las obras más conocidas hoy en día. Producidas en su mayoría por las escuelas Utamaro, Hiroshige, Sharaku o Hokusai, la que hoy nos ocupa.
Mostrándonos a un Hokusai ya mayor, cuya escuela pasa por ciertas penurias, el manga de Sugiura se centra especialmente en la figura de su cuarta hija, a través de su trabajo en el estudio o su vida en la ciudad.
El desarrollo psicológico de los protagonistas es quizás la principal baza de Hokusai. Hinako Sugiura se afana por retratar a sus personajes de manera realista y humana. Así, en Miss Hokusai conoceremos a un artista, el patriarca, viejo y excéntrico, pero siempre original; y a su hija, una mujer fuerte cuyo talento, acorralado por el nombre de su padre, puede ir mucho más allá.
Todo ello se va desarrollando a través de historias o capítulos, no necesariamente conectados entre sí, que mezclan costumbrismo de corte realista con alguna que otra anécdota fantástica o metafórica. De esta manera se van desgranando los secretos que envuelven al ukiyo-e o a la vida sumamente cosmopolita del Tokio de la época.
Poco más podemos decir, en Miss Hokusai no encontraremos grandes historias que se desarrollan a través de decenas de capítulos con el objetivo de llegar a un final sorprendente y satisfactorio. El manga de Sugiura apuesta por las escenas íntimas de un modo de vida ya pasado, cuyo ser aún se puede identificar con el nuestro. Tanto O-Ei, la protagonista, como el resto de personajes están vivos y atraviesan una serie de vivencias íntimas y humanas. Especialmente interesante el hecho de poder identificarse con la forma de pensar, de sentir, de personajes ya no sólo de otra cultura, sino de otro tiempo. Y es que todos somos humanos. Y Miss Hokusai retrata este hecho a la perfección.
Por supuesto, el aspecto artístico del manga también juega un papel fundamental. Si bien el dibujo de la artista es sencillo y muchas veces raya en lo simple y caricaturesco, la autora adopta posturas y escenografías típicas del ukiyo-e para interpretar diferentes momentos.
En cuanto a la edición, Ponent Mont ha hecho un gran trabajo a la hora de publicar este manga inédito en nuestro país (no sería arriesgado decir que su publicación ha podido estar, en parte, motivada por el estreno de la adaptación animada dirigida por Keiichi Hara en 2015). El tamaño es mayor que los formatos tankobon más extendidos y el papel, de buena calidad, posee un gramaje agradable. La impresión es buena, y obra de Sugiura queda plasmada con todo detalle. En encolado parece de calidad y la decisión de presentar la obra en dos volúmenes es de lo más acertada. Una serie corta en dos tomos de buen diseño.
Especialmente recomendado para aquellos que busquen disfrutar una historia a sorbos, poco a poco, visitando o revisitando lo que nos ofrece la autora: historia del arte, de una ciudad y de unos personajes que vivieron y vivirán para siempre.
Por último, me gustaría rendir un pequeño homenaje a la autora de Miss Hokusai, aunque sea dándola a conocer de manera breve.
Desgraciadamente, Hikao Sugiura tuvo una vida corta. Nacida en 1958, falleció en 2005 a los 46 años de edad. Aunque nosotros la conocemos por su faceta de autora manga, fue una auténtica apasionada del estilo de vida y las costumbres japonesas del período Edo. Publicó su primer manga en la revista alternativa Garo, en 1980, y pronto perfiló su estilo de dibujo en base las formas del ukiyo-e. Publico Miss Hokusai entre 1983 y 1987 y su trabajo le sirvió para ganar premios en 1984 y 1988.
En 1993 anunció que se retiraba del manga para dedicarse de lleno a sus investigaciones sobre el período Edo. Escribió un buen número de libros sobre el tema y apareció frecuentemente en los medios como una experta sobre dicho capítulo de la historia japonesa, con intervenciones en el programa
Cuando dejó de aparecer en el programa de la NHK, Sugiura explicó a la audiencia que se encontraba viajando alrededor del mundo. Lo que en realidad sucedía es que estaba bajo tratamiento de cáncer de garganta, lo que el público supo tras su muerte, a finales de julio del 2005.
Descansa en paz, estés donde estés, y gracias por tu trabajo sobre uno de los períodos más apasionantes de la historia japonesa.
Guión - 7.5
Dibujo - 7
Interés - 7.5
7.3
Especialmente recomendado para aquellos que busquen disfrutar una historia a sorbos, poco a poco, visitando o revisitando lo que nos ofrece la autora: historia del arte, de una ciudad y de unos personajes que vivieron y vivirán para siempre.