Además de esas conferencias y firmas que Clowes dio durante el último Comic Barcelona, pude hablar con él y entrevistarlo. Fue una grata experiencia conocer en primera persona a uno de los mejores artistas del mundo del cómic de las últimas décadas. Durante la entrevista, le pregunté que, con el paso de los años, los protagonistas de sus cómics habían ido envejeciendo. Lejos quedaba ya la época de Pussey!, David Boring o Ghost World. ¿Por qué les cuento todo esto a ustedes? Pues, porque Mister Wonderful entra de lleno en esta etapa de madurez, tanto del artista como de sus personajes; etapa que se inició con Wilson (2010).
Este tebeo reúne lo mejor del autor que se muestra aquí más sereno, más comedido. Los años pesan para todo el mundo, y Clowes no iba a ser una excepción. Diversos acontecimientos personales como la muerte de su padre, sus problemas de corazón, y el nacimiento de su hijo, influyeron en el artista y en su visión de las cosas, que hizo que su obra fuera, más o menos, por otros derroteros, pero sin abandonar ni por un solo segundo sus señas de identidad.
Narrado con suma maestría (marca de la casa) y con aparente simpleza, Clowes le da una vuelta de tuerca a la clásica historia de amor hollywodiense de chico conoce a chica. De esta forma, ahonda en la psicología de la pareja protagonista y hace testigo al lector de sus miedos, sus defectos, sus anhelos y deseos, consiguiendo así que sus personajes adquieran tridimensionalidad. Por esto mismo, nos parecen tan cercanos y reales, pese a que ciertos aspectos nos puedan parecer excéntricos, no hay nada más normal y común que lo excéntrico. Dicho de otra manera, lo aséptico y/o lo exento de imperfecciones convierten al personaje en un ser unidimensional. No necesita muchas páginas Clowes, apenas este cómic llega a las 80, para desarrollar y profundizar todo lo que quiere contar. Demuestra así un dominio de la concreción y precisión que tanto estimo en los narradores.
Otro elemento a destacar es cómo influye para bien, y cómo es capaz de sacarle partido Clowes al especial formato que tiene este tebeo. Extraordinariamente apaisado, Clowes juega todo el tiempo con la composición de la página, creando algunas splash pages a doble página magníficas. El dibujo es sobresaliente, con un trazo que hay ido puliendo y perfeccionando a lo largo de los años, acompañado de un color vivo y maravilloso. Fiel a su estilo, no faltan aquellas viñetas en las que podemos ver al protagonista de la historia caminado solo de noche y de espaldas al lector. Cuando pienso en Clowes, es lo primero que se me viene a la cabeza; esa viñeta nocturna con el personaje acompañado por su soledad. Además de un estupendo uso del color, son dignos de mención también los juegos de luces y sombras gracias a una interminable noche, momento del día en el que transcurre la casi totalidad del relato.
Clowes siempre será Clowes, y pese al regusto amargo de la historia, el humor siempre está presente. Asimismo, una vez más, es capaz de introducir digresiones sin romper el ritmo narrativo. Otro elemento característico es la inclusión de bocadillos con texto incompleto, dotando al relato de tensión, intriga, dinamismo, confusión… En todo momento, el artista los usa con criterio y tiene muy claro qué pretende conseguir con esto. Pero este Clowes, el de las últimas obras, es capaz de vislumbrar un resquicio de felicidad, alejándose un poco del pesimismo que ha solido acompañarle a lo largo de su labor como historietista.
Dedicado, para variar, a Erika, su esposa,
Guion - 9
Dibujo - 9
Interés - 9
9
La cara B
Clowes suma y sigue a la hora de crear excelentes tebeos. No es tan popular como Ghost World, ni tan genial como Paciencia, pero Mister Wonderful es de esas obras que dignifican la carrera de un artista debido a su solidez y su honestidad. Clowes es Clowes, y siempre lo será (eso espero).