Monica persiguiendo fantasmas
«Que te den por culo, América en general»
Daniel Clowes, con su obra más reciente titulada Monica, consigue reflejar casi todo el desconcierto, la crispación y la paranoia que reina actualmente en su país, en los Estados Unidos de América de la era trumpista.
Monica es el retrato de dos mujeres atormentadas y es, también, la crónica de una investigación vital que no cesará hasta el sorprendente estallido postrero. La protagonista, que da nombre a la obra, emprende la búsqueda de una madre que la ha abandonado y de un padre del que desconoce su identidad. Este periplo la llevará a sufrir situaciones extremas que acentuarán su propensión a la melancolía, a la misantropía y la autodestrucción. Por otra parte, esta odisea personal le permitirá conocer la auténtica faz del sueño americano – alguien lo ha definido como the american nightmare – convertido en una pesadilla de seres sin rumbo, sin carácter y casi sin esperanzas.
En una interesante entrevista a The Comic Journal, el autor se refiere a su última creación como una respuesta primaria hacia el odio visceral que le tiene al caos. Seguramente la situación interna de su país y la del mundo global no le ayudan en absoluto a vencer esta fobia.
La obra se centra en Monica, aunque su madre Penny protagonice los primeros capítulos y esté presente de algún modo en toda la historia. Daniel Clowes nos narra la existencia de esta mujer, desde su nacimiento hasta su vejez, y se extiende en algunos momentos significativos de su biografía como un accidente, el éxito en los negocios, su ingreso en una secta o los encuentros con sus presuntos progenitores. Es el retrato de una persona inconformista que hereda la valentía de su progenitora y que busca desesperadamente encontrar un sentido a su existencia. Además, el autor de Chicago nos ofrece algunos interludios donde se fija en algunos aspectos o personajes más colaterales de la trama.
Aunque la mirada crítica se dirige básicamente en la actualidad, el autor no duda en mostrarnos muchas de las contradicciones y miserias de la época hippie así como el fracaso tanto personal como social que supuso el movimiento contracultural norteamericano de los setenta y ochenta del siglo pasado.
Dividida en nueve segmentos de una extensión variable, Clowes explora en su obra el lenguaje de los diferentes géneros del comic book clásico norteamericano, en una especie de retrospectiva de sus lecturas infantiles y juveniles.
El capítulo inicial, a modo de prólogo, es una auténtica declaración de principios. Encontramos a dos soldados norteamericanos descansando entre escaramuzas bélicas en plena Guerra de Vietnam. Son tres páginas estructuradas en una parrilla de cuatro tiras de dos o tres viñetas cada una, con una inspirada viñeta inicial de media página con el título insertado en ella, en un hermoso intento de emular las historias de guerra que la editorial EC publicó en los años cincuenta, especialmente las de Harvey Kurtzman, autor admirado por Clowes. Este recurso se repite en otros capítulos de estructura y forma diferente que sugieren publicaciones de otros géneros como el romántico, el de suspense o las terribles historias de terror de la postguerra que fueron la excusa perfecta para instaurar el reaccionario Comics Code en la industria del comic book norteamericano. El desconcertante final sirve, aun más si cabe, para recordarnos que estamos ante una obra formalmente de género, en este caso de multigénero.
A pesar de esta intención ecléctica y referencial, Monica es un relato de una solidez y coherencia extraordinarias que se lee con avidez y que nos obliga a devorar unas páginas de una densidad poco común en la historieta actual. Tras una primera lectura la sensación que permanece es que futuras visitas a la obra nos ayudarán a asumir mejor la desbordante propuesta del autor.
En el apartado gráfico, el artista norteamericano nos ofrece un trabajo exuberante donde el color está perfectamente incorporado y donde la forma es una parte esencial del mensaje.
Las páginas parten de una estructura de tres o cuatro tiras con dos o tres viñetas, mayoritariamente. Cada capítulo presenta el título en la primera plancha y el estilo de dibujo varía sutilmente para adaptarse a la temática y a las referencias culturales e históricas de cada género escogido. La narrativa es sencilla, directa, pero de una solidez superlativa. El autor no duda en mezclar la realidad de la obra con la fantasía de sus personajes y en algunos momentos la sensación onírica es prácticamente insoportable.
El color es estridente, Clowes usa una gama de colores complementarios, opuestos entre sí, que combinan a base enfrentarse en las viñetas, pero siempre buscando un equilibrio general en la página. Además, el autor nos regala sus característicos primeros planos, con sus personajes absortos, mirando de cara al lector que suelen encabezar la mayoría de los capítulos; un recurso estilístico marca de la casa.
La portada es elegantemente hermosa.
Daniel Clowes (Chicago, 1961) es uno de los narradores gráficos norteamericanos más importantes de la actualidad. Su carrera empezó en 1981, tras estudiar en el Instituto Pratt de Nueva York, en la revista Psycho Comics y colaboró en otras publicaciones como Weirdo, Anything Goes, Doomsdag Squad, Judo Joe, Prime Cuts, Amazing Heroes, Twist, Village Voice, Young Lust o National Lampoon, pero de manera continuada, entre 1985 y 1989, para Cracked donde realiza textos, ilustraciones y una sección fija titulada The Uggly Family. Posteriormente para Love & Rockets, la revista de los hermanos Hernandez, publica un episodio de Lloyd Llewellyn, un personaje al que consagrará una serie de seis comic books en blanco y negro.
En 1989 aparece el primer número de su revista Eightball (Bola ocho) donde publica sus primeras series regulares, entre ellas Como un guante de seda forjado en hierro (1989-1993); Ghost World (1993-1997); David Boring (1998-2000) e innumerables historias breves. Los dos últimos números de la revista son especiales que incluyen las historias completas de Ice Haven (2001) y The Death-Ray (2004). Todos estos relatos han sido publicados en álbumes unitarios posteriormente, además sus relatos cortos están incluidos en los álbumes Orgy Bound (1996), Caricature (1998), Twentieth Century Eightball (2002) o Pussey! (1995) recopilados por Fantagraphics Books.
Clowes sufrió una larga enfermedad cardiaca que derivó en una operación a corazón abierto en 2006. Un año más tarde publica de manera serializada en el periódico The New York Times su obra titulada Mister Wonderful, hasta enero de 2008, para aparecer recopilada en álbum 2011, editado por Pantheon Books.
Su siguiente obra, Wilson (2010), se ha publicado directamente como álbum por la editorial Drawn & Quarterly.
Tanto Ghost World como Wilson han tenido su propia adaptación cinematográfica. La primera en 2001 y dirigida por Terry Zwigoff y la segunda dirigida por Craig Johnson en 2017 y protagonizada por Woody Harrelson y Laura Dern.
Sus dos últimos trabajos son Paciencia (2016) y Monica (2023), ambas editadas por Fantagraphics Books, dos obras fundamentales que sitúan a Clowes como una de las voces más originales del cómic mundial.
En castellano su obra está perfectamente publicada en su mayoría de la mano de dos editoriales; La Cúpula y Fulgencio Pimentel, más recientemente.
Precisamente, la editorial Fulgencio Pimentel ha conseguido editar Monica una semanas antes de su estreno en Estados Unidos, en un alarde poco habitual. Las características técnicas y materiales del álbum son excelentes. El libro es en cartoné, está muy bien impreso y cuenta con un papel muy adecuado. El precio es bastante razonable si tenemos en cuenta la calidad de la obra y de su edición.
También podemos encontrar la versión en catalán publicada por Editorial Finestres.
Monica es una de las grandes historias de Daniel Clowes. De una complejidad intrínseca evidente que, sin embargo, se lee con una voracidad y fluidez extraordinarias. Es una obra coherente y homogénea que rinde tributo a la cultura popular presente en la juventud de su autor y que nos ofrece una visión lúcida y desencantada del momento presente. El paso del tiempo y futuras lecturas nos darán la dimensión exacta de la propuesta, hoy solo podemos felicitarnos de haber podido disfrutar de una experiencia inteligente, diferente y muy estimulante. Que no es poco…
Salut!
Lo mejor
• El acertado retrato de dos personajes valientes e inconformistas.
• La coherencia del conjunto.
• La portada y la excelente edición de Fulgencio Pimentel.
Lo peor
• El tiempo que necesita Daniel Clowes para entregarnos una nueva obra, aunque luego valga la pena.
Guion - 9
Dibujo - 9
Interés - 9
9
Clarividente
Una obra apasionante, ecléctica pero coherente que explora el caos de la vida contemporánea a través del retrato íntimo de dos mujeres valientes e inconformistas
Gracias Tristan por la reseña de esté cómic excelente de este autor irrepetible y por el repaso a la briografía de Clowes.
Nadie me lo ha preguntado pero lo digo igual, mis favoritas de Clowes son Ghost World y Como un guante de seda.
Salut! 😉