Monika 1. Baile de máscaras

 

Edición original: Monika 1. Les bals masqués (Dupois).
Edición nacional/ España: Mayo 2015 (Diábolo Ediciones).
Guión: Thilde Barboni.
Dibujo: Guillem March.
Color: Guillem March.
Formato: Cartoné. 64 págs.
Precio: 15,95€.

 

Una enigmática mujer, Monika, debe adentrarse en el turbio mundo de los «bailes de máscaras» y en los entresijos del poder para encontrar a su hermana desaparecida en este thriller erótico escrito por la novelista y dramaturga Thilde Borboni que brinda al mallorquín Guillem March la oportunidad de desplegar todo su talento para ilustrar la belleza femenina.

No es extraño encontrar autores de éxito del cómic USA que decidan cruzar el Atlántico y probar suerte en el cómic europeo. Casos notables como el de John Cassaday (Yo soy Legión con Fabien Nury) o Terry Dodson (Sueños con Denis-Pierre Filippi) son dos buenos ejemplos de dibujantes que han desarrollado proyectos para el mercado francés con obras que les permiten explorar temáticas y sensibilidades que no podían abordar en el cómic USA. En el caso de los autores españoles que triunfan en Estados Unidos, también podemos encontrar ejemplos de dibujantes que prestan su arte a proyectos europeos como Rafa Sandoval (El legado de Prometeo con Herzet). El último caso en dar el salto ha sido Guillem March quien, tras una exitosa etapa en DC Comics donde se ha encargado de varias series regulares y muchas ilustraciones de portada, ha dejado aparcados los superheroes por una temporada y se ha enfrascado en esta obra de llena de sensualidad y misterio y algunos toques de ciencia ficción.

Barboni y March nos presentan a Monika, una artista multidisciplinar atormentada por la desaparición de su hermana mayor en misteriosas circunstancias. Las pesquisas de Monika, con la ayuda de su amigo Theo, experto hacker y cibernetista, la llevan hasta un joven y pujante político habitual de modernos bailes de máscaras, fiestas donde la sensualidad y la excitación se explotan en salones privados y muy exclusivos. Monika se adentra en este mundo turbio y se ve irremediablemente atraída por la persona que puede ser responsable de la desaparición de su hermana. Pero no todo es lo que parece y Monika se ve envuelta en una lucha por el control del poder político y económico que la llevará a replantearse su propia identidad y su pasado junto a su hermana.

Borboni plantea una historia en la que va entrelazando diferentes tramas que van añadiendo capas y más capas de complejidad para acabar construyendo una obra que va más allá de su premisa inicial de thriller erótico. No nos encontramos ante versión en cómic de 50 sombras de Grey sino que la guionista aprovecha el ambiente sensual de los bailes de máscaras para introducir el misterio que da inicio a la trama y para presentar la naturaleza dual y polifacética de la protagonista, capaz de mimetizar el aspecto de su hermana para seguir sus pasos a la vez que se engaña a si misma para huir de una infancia traumática. La guionista juega con el lector dando pistas sobre el turbio mundo en el que se mueve Monika, insinuando datos aparentemente triviales que de repente, gracias a inesperados giros del guión, cobran relevancia y llevan la historia en una nueva y sorprendente dirección, hasta una sorpresa final, que no revelaré, que abre un amplio abanico de posibilidades a desarrollar en el siguiente álbum. Así, lo que aparentemente empieza como una obra de misterio con tintes eróticos a lo Instinto Básico se acaba convirtiendo en una alambicada historia que combina política y terrorismo, informática y cibernética con una protagonista torturada y misteriosa que recuerda por momentos al Ghost in the Shell de Mamoru Oshii y Masamune Shirow.

El guión de Barboni queda perfectamente resuelto por el magnífico trabajo de Guillem March en el apartado gráfico en el que se encarga tanto del dibujo como del color. El tono y temática de la historia permite al artista desplegar toda la sensualidad de su dibujo que sólo se intuye en su trabajo para los USA. Además, al encargarse también del color, March experimenta con una paleta de colores alejada del brillante colorido de los superheroes en el que predominan los tonos fríos y pálidos, fuertemente contrastados con algunos aportes de color de algunas viñetas concretas. Un uso del color muy inteligente, que crea un interesante contraste entre la sensualidad y pasión de algunos pasajes de la historia y la frialdad que trasmite el dibujo, jugando así con la percepción del lector sobre lo que realmente está leyendo. En los extras que incluye el álbum editado por Diábolo se puede apreciar el proceso de elaboración de algunas páginas de la obra permitiendo apreciar con mayor detalle el excelente trabajo del mallorquín.

Estamos ante una obra de confirma el enorme talento como artista completo de March y que consigue sorprender al lector al ir más allá de su premisa inicial para presentar un relato complejo y repleto de matices.