El desembarco de las novelas gráficas de Sergio Bonelli Editore por parte de Panini sigue con pie firme con Monolith, una propuesta de premisa sugerente creada por Roberto Recchioni que acabó convirtiéndose en un proyecto para el mundo del cine y para el cómic. El equipo artístico se completa con el también guionista Mauro Uzzeo y con el ilustrador LRNZ (pseudónimo de Lorenzo Ceccotti).
La idea original de Monolith es de Roberto Recchioni, un experimentado guionista italiano que ha trabajado en multitud de series como Dylan Dog, Orfani, ambas de Bonelli, o Diabolik. Concebida originalmente como un guion cinematográfico, acabó siendo seleccionada para la línea de novelas gráficas de Bonelli. Mientras se estaba elaborando el cómic, el proyecto cinematográfico se acabó de concretar y Monolith acabó siendo un cómic y una película que vieron la luz en verano de 2017 en Italia. Curiosamente no nos encontramos ante un cómic que adapta una película o viceversa sino de dos proyectos desarrollados en paralelo a partir de una misma idea.
Monolith nos presenta a Sandra, una joven madre que decide llevarse a su hijo de un año, David, a unas vacaciones lejos de su controlador marido. Madre e hijo emprenden un viaje por carretera a bordo de un Monolith, un coche ultraseguro de última generación pensado para proteger a sus ocupantes de cualquier peligro. Por una serie de desastrosas circunstancias, acaban varados en mitad de la noche y perdidos en el desierto, Sandra a la intemperie y David encerrado en el coche. Ahí empieza una lucha contrarreloj de la madre por recuperar a su hijo enfrentándose a la máquina que se supone debía protegerles y que puede acabar siendo su perdición.
La premisa del enfrentamiento entre hombre (o mujer en este caso) y máquina es un clásico de las obras de ciencia ficción o del género de terror y ha dado notables obras como Christine (Stephen King, 1983) o El Diablo sobre Ruedas (Duel, Steven Spielberg, 1971). Monolith guarda alguna semejanza con esta última al ser un ejercicio de tensión minimalista, con un reparto muy reducido y con un especial protagonismo del entorno hostil (el desierto) en el que se desarrolla casi toda la acción. Más allá de estas coincidencias, la presente obra se distancia de aquella y se convierte en una metáfora sobre los peligros que conlleva abusar de la tecnología en la búsqueda de una (falsa) seguridad.
Como comentaba al principio, la premisa de la obra tiene potencial y podría haber dado lugar a un buen thriller o a una interesante reflexión sobre los tiempos modernos pero el desarrollo que los guionistas hacen de la historia hace que el resultado no sea del todo satisfactorio. El principal problema, desde mi punto de vista, está en la construcción de la protagonista. El personaje de Sandra es presentado como una irresponsable e irreflexiva con la que es difícil empatizar (abandona el hogar familiar sin saberse muy bien porqué, bebe alcohol mientras conduce e incluso deja a su hijo solo mientras fornica con un motero en una gasolinera). La situación desesperada en la que se encuentran madre e hijo es provocada por una serie de decisiones incomprensibles que toma durante el viaje por lo que a la hora de la verdad, cuando hace de todo por intentar salvar a su hijo, el lector casi prefiere que sea el coche el que acabe ganando el enfrentamiento.
Si el guion y los personajes de la obra no acaban de satisfacer todo el potencial de la idea de base, el trabajo de LRNZ (Lorenzo Ceccotti) lo compensa de sobras. El artista italiano tiene una larga carrera como ilustrador y diseñador gráfico y ha trabajado en obras visualmente muy llamativas como Golem y Astrogamma. También ha trabajado como artista conceptual en el mundo del cine.
El trabajo de LRNZ en Monolith es excelente, trabajando muy bien la ambientación y creando la atmósfera amenazadora que necesita el relato. Sus recursos visuales son sorprendentes y muy efectivos, desde la presencia ominosa del coche, como la alarma que dispara el vehículo cuando se ve atacado (combinando color y onomatopeyas) o las secuencias oníricas, resueltas con un estilo de dibujo que contrasta enormemente con el resto del relato.
Monolith es una obra visualmente muy llamativa que parte de una idea interesante y que sirve de ejemplo perfecto para demostrar la variedad temática y estilística de las propuestas del sello Bonelli y para recordar al lector español la fuerza del cómic italiano, uno de los mercados más potentes de este medio en Europa.
Como remate a la reseña, os dejo aquí abajo el trailer de la película Monolith, estrenada en Italia y los USA en 2017 y, creo, inédita nuestro país. Cabe mencionar que el propio LRNZ fue el artista conceptual de la película por lo que las semejanzas visuales entre la novela gráfica y la película son más que evidentes.
Valoración
Guión - 6.5
Dibujo - 8
Interés - 7
7.2
Tensión descafeinada
Thriller con un interesante punto de partida pero cuyo desarrollo no alcanza a cumplir con las promesas de la premisa resultando en un ejercicio de tensión descafeinada con un apartado visual llamativo