Hay muchos monstruos a los que no se les denomina como tales por su aspecto, sino por el resultado de sus actos. Y hay monstruosidades que se llevan a cabo por los motivos más insospechados, y por aquellos a quienes se les atribuye una inocencia inherente a su edad y que por su propia definición les ha de impedir comportarse fuera de los cánones establecidos para ellos.
En Monster, la obra cumbre del autor nipón Naoki Urasawa y que le llevó 8 años de su vida completar, vamos contemplado desde un impotente punto de vista de observador, como el monstruo que da título a la historia da rienda suelta a lo que parece un perverso juego de ensayo y error que paradójicamente está milimétricamente planificado.
Para los que no conozcan este apasionante manga, basta con comentar la premisa para dar una idea de lo interesante y sugerente que puede ser:
El Doctor Kenzo Tenma es un hábil neurocirujano japonés de nobles principios morales afincado en Dusseldorf, Alemania.
Cuando se encuentra en la sala de operaciones interviniendo de urgencia a Johan, un niño huérfano herido de bala en el cráneo, llega otro paciente grave al que instan atienda, y no es otro que el alcalde de Dusseldorf. Pero Tenma decide continuar adelante con la operación del niño, aún a riesgo de poner en peligro tanto su puesto de trabajo como su status social. Por descontado, Tenma salva la vida del niño, a pesar de las advertencias de la hermana gemela del muchacho de que le mate. Lo que menos se podía esperar Tenma, es que ese inocente niño crecería para convertirse en un inteligente y manipulador asesino en serie, un monstruo al que intentará detener en una vertiginosa carrera en la que deberá echar a un lado los principios morales por los que se rige su vida.
La cantidad de personajes que Tenma se va encontrando a lo largo de su odisea es impresionante, pero lo es más la habilidad con las que Urasawa los caracteriza incluso antes de que se involucren realmente en la trama. De esta manera, cada personaje, por secundario que sea, añade su propia historia a la principal, obteniendo al final de la serie un tapiz de pequeños y grandes relatos realizados con una absoluta maestría y dominio del ritmo narrativo.
En cuanto al monstruo, las apariciones de Johan están dosificadas debidamente para causar la expectación que requieren, pero no obstante su influencia se hace sensible a lo largo de toda la obra, de un manga con sabor occidental, muy alejado de los tópicos que envuelven a los cómics japoneses más conocidos.
Si la trama y la historia se merecen un efusivo aplauso, lo mismo se le puede conceder al apartado gráfico, porque logra dotar de entidad gráfica propia a cada personaje, con caras, rasgos y elementos distintivos perfectamente ensamblados. Otro indudable punto fuerte del dibujo es la riqueza de su ambientación y de sus fondos, detallados a conciencia por Urasawa y sus ayudantes.
También cabe comentar que al estar dividido Monster en multitud de capítulos, su lectura se ve reforzada al tener que ocurrir necesariamente algo en cada división. Precisamente esa distribución es la que permite al lector detenerse o seguir leyendo en cualquier momento, sin problemas para reincorporarse a la historia y dejarse atrapar por su eficiente magnetismo.
En Monster nos encontramos en definitiva con Naoki Urasawa en su punto álgido de creatividad, y es uno de los mejores autores que puede ofrecer el medio narrativo hoy en día, porque sabe elaborar una historia con una gran carga psicológica accesible a todo tipo de público, y que conjuga un gran abanico de elementos dramáticos en incluso humorísticos sin tener por ello que rendirse a la vana comercialidad y los tópicos baratos.
La compra de los 36 tomos en los que ha sido editada en España por Planeta puede suponer un importante desembolso económico si no se ha ido adquiriendo la serie en su publicación mes a mes, pero os aseguro que es una inversión que el propio best-seller te recompensa con su enorme calidad.
El prestigio y notoriedad alcanzado por Monster se debe en buena parte a la difusión de sus excelencias por el boca a boca entre los lectores, señal inequívoca de que es un producto que engancha y despierta pasiones.
Justo cuando Naoki Urasawa se encontraba realizando los estadios finales de su thriller psicológico, se embarcó en la creación de su actual obra, 20 Century Boys, que al igual que su predecesora Monster, da a luz cada nuevo episodio rodeado de una gran expectación por parte del público y la crítica. Pero eso es un tema para otra ocasión…