El primer volumen de Ms. Marvel fue un soplo de aire fresco, una lectura inesperada por interesante, porque por la forma en que estaba construída la historia recordaba mucho a la mejor Marvel Comics. Un magnífico desarrollo de personajes y su entorno, un pequeño cruce con el héroe del momento, y claro está, un villano creado ex profeso para la serie con el suficiente carisma como para convertirse en un asiduo de otras series de la editorial más allá de sus enfrentamientos con Kamala.
Con la llegada del segundo volumen con el que se cierra la primera etapa de esta serie regular se confirma lo que ya vimos en el primero. Que Kamala ha llegado para quedarse y que su guionista, G. Willow Wilson, hay que cuidarla al máximo para que nos dure muchos años en Marvel porque es increíble todo lo que ha creado de la nada.
Centrándonos en este segundo volumen encontramos que está dividido en dos arcos perfectamente diferenciados, herederos de lo que se contó en el volumen anterior y que sirven para profundizar un poco más en quien es Kamala, como obtuvo sus poderes y asentar a los personajes que le rodean. El primero de los dos arcos está dibujado por Adrian Alphona, y en él tiene lugar el enfrentamiento definitivo con El inventor, un pajarraco que en manos del dibujante canadiense convierte un aspecto ridículo en algo francamente pavoroso. Lo interesante de este arco no es sólo como concluye dicho enfrentamiento, sino todos los pasos perfectamente medidos que se dan hasta llegar a él. El objetivo de esta saga queda claro casi desde el inicio pero entre página y página tienen lugar importantes acontecimientos que sirven para ver como Kamala encaja en ese puzzle inmenso que es el universo Marvel, resulta curioso como ese tira y afloja evidente entre mutantes e inhumanos que venimos observando desde hace meses termina decantándose en esta ocasión de la mano del reino de Medusa adquiriendo una importante pieza al confirmarse lo que los lectores ya sabíamos desde el primer volumen, que Kamala había obtenido sus poderes como consecuencia de verse afectada por las nieblas terrígenas liberadas por Rayo Negro y por ende, ser ella descendiente de ese linaje de Inhumanos al manifestarse sus poderes. Mandíbulas, Medusa, Vinatos y como no, Nuevo Attilan se convierten pues en importantes protagonistas de una situación que se viene cocinando a fuego lento y que a buen seguro terminará de cocinarse en el próximo volumen quedando lista para servir. La resolución del enfrentamiento esa de esas que te dejan boquiabierto y con ganas de saber más, de hecho, a pesar de tratarse de un recurso utilizado no pocas veces en el mundo del cómic resulta brillante en su ejecución y totalmente inesperado. Si la historia es magnífica tanto en su ejecución como en el desarrollo continuado de las personalidades de los personajes secundarios, por encima de todo ello habría que destacar la labor del dibujante Adrian Alphona, decir que su aportación es capital para que la crítica aplauda con fuerzas esta serie es quedarse muy corto, con su personalísimo estilo no sólo hace suyo el personaje sino que además sorprende con recursos gráficos impactantes y un dinamismo al alcance de muy pocos. Quizás, si hubiera que buscarle alguna pega sería esa capacidad para ‘afear’ a determinados personajes, o a lo mejor es que tiene la capacidad de plasmar la realidad que nos encontramos en la calle y no estamos acostumbrados pues en el mundo del cómic cuesta encontrar personas normales.
El segundo arco argumental también de cuatro números incluido en este volumen tiene dos propósitos, por un lado, ver como llega el amor a su vida, de forma totalmente inesperada entra en escena un firme candidato a convertirse en su príncipe azul dejando al pobre Bruno con un palmo de narices, pero tranquilos, desde que este entró en escena y vimos la forma en la que miraba a Kamala supimos que por más pretendientes que esta tuviese su destino es estar juntos, el desarrollo de la historia no sólo es brillante sino que además de una forma muy inteligente sirve para de nuevo retomar los distinto lazos que unen a esta serie con cuanto está sucediendo en la serie de Inhumanos. Este segundo arco cuenta con dos dibujantes, Elmo Bondoc quien se encarga del primer episodio y Takeshi Miyazawa a quien vimos en la miniserie protagonizada por Mary Jane dentro de Marvel Style y Runaways. No voy a buscar comparaciones con Alphona pues no sería justo, pero sí diré que el trabajo de Takeshi está a la altura de la serie y para nada desentona con el el aire desenfadado de este segundo arco.
Ms. Marvel es por muchos motivos una de las mejores series de la Marvel actual, una colección divertida, con un magnífico desarrollo de personajes que ves que van evolucionando y posicionándose según van pasando los capítulos. Con villanos temibles y batallas resueltas con ingenio. Además, el hecho de que de alguna forma esté integrada en la trama de Inhumanos en vez de restar le suma puntos, además de conseguir la guionista que por otro lado, no sea necesario conocer todo lo que está aconteciendo en Nuevo Attilan – aunque ayuda-. Estamos ante una serie magnífica, una guionista a tener muy en cuenta y claro está, la enorme ventaja de tener a Alphona como dibujante.
Valoración
Guión - 8.5
Dibujo - 8
Interés - 8
8.2
Valoración
Segundo volumen de la que es una de las mejores series de la Marvel actual.
Más allá de toda la humanidad y desparpajo que transmite la protagonista, que son ya de por si muy destacables, me fascina la facilidad de G. Willow Wilson para abordar temas como la apatía existencial de la juventud actual, la persistencia de barreras culturales dentro de entornos presuntamente unificadores o los peligros que se ven abocadas las adolescentes actuales por una expectativas sentimentales excesivamente idealizadas sin perder en ningún momento el tono ligero de la colección. No es que la vayamos a poner ahora como el nuevo Watchmen, pero desde luego todo lo bueno que se diga sobre esta serie es poco
Raúl, aun queda un tercer tomo con los Last Days. Y sobre Takeshi me ha ganado cuando dibujó la camiseta con el dibujo de la portada del disco Eye of the Tiger de Survivor.