Muerdeuñas tiene fecha de caducidad. Tan solo queda un arco y algunas señas de que el final está cerca ya se han dado. Estamos ante un tomo potente que logra pulir algunas de sus flaquezas (aunque no todas), y sigue un camino y un estilo de forma coherente hasta sus últimas consecuencias.
La serie sigue dejando clara sus referencias tanto del cine de psicópatas con El Silencio de los Corderos o Seven, aunque con cierto peso esotérico, como es el caso de Twin Peaks (de hecho, el detonante: la llegada de un agente del FBI para investigar lo que sucede en un pueblo, es prácticamente el mismo).
Aunque en este último tomo, la serie ha vuelto a virar en su respuesta de: ¿Por qué el pueblo de Buckaroo concentra tanto volumen de conductas psicopáticas criminales? La respuesta que proporciona
Puede que Muerdeuñas haya pecado durante todo su recorrido, tal y como he señalado en reseñas anteriores, de tirar de un efectismo de manual, en lugar de apostar por algo de veracidad o de personalización en sus personajes, tratar de darles un mayor número de capas, intentar hacerlos más humanos.
Pero,
Si bien es cierto que cierto giro que es el detonante de cambio para el personaje que da nombre a la serie puede resultar algo forzado, sí que supone un elemento que le hace evolucionar y convertirse en un personaje que suscita algo más de interés.
El guionista no deja de sacrificar el avance de las tramas horizontales, que frente a cierto estancamiento que se podía llegar a apreciar en los tomos anteriores, en este pone el acelerón y muestra todos los puntos de giro que tenía en mente antes del último arco de despedida.
Los giros, funcionen en mayor o menor medida, sean más o menos previsibles, nos ofrecen respuestas que son todo un gusto al lector, puesto que al final ve recompensado con creces todo el camino. Las sorpresas incluidas dentro de este tomo resultan satisfactorias puesto que tienen una absoluta coherencia argumental con lo que nos ha estado planteando y logra enriquecer la serie en su conjunto.
Pero, por encima de todo ello, es un clímax que logra ser lo suficientemente espectacular y potente en una serie que lleva siendo ese thriller excéntrico como para no decepcionar con algo a medio gas.
Puede que como lector busque algo más de lo que Muerdeuñas ofrece, o que no sea el público al que va dirigido, pero sí que resulta más que meritorio es que es una serie que en ningún momento traiciona su premisa. Eso le da un estilo, una atmósfera, un tono y una voz que, es la propia, logro al que todos aspiran y que pocos alcanzan.
Además,
Este tomo abre con un especial muy traído en el que la protagonista de Hack/Slash termina haciendo una visita a Buckaroo, el pueblo en el que se ambienta esta historia. Este especial está muy bien traído y resulta bastante orgánico este cruce. Pero no solo eso, si no que, lejos de resultar un número anodino y prescindible, logra lo que debería cualquier número especial, y es que tiene cierta trascendencia en el devenir de la serie en su conjunto. En él se nos narra los orígenes de determinado personaje, cosa que no se revelará hasta el penúltimo número de este arco.
A toda esa sensación de recorrido coherente, ha contribuido de forma más que evidente que haya logrado un solo dibujante estable durante todos y cada uno de los números. El arte de
La pretenciosidad del guion, no está, afortunadamente, en el dibujo, que logra equilibrar la balanza.
Y, con ello, tal vez logre establecerse como la mejor baza que tiene esta serie. Con todo ello, logra que la serie sea accesible para el lector, que se sumerja en una historia en la que, de otra manera, ni se acercaría. Eso demuestra cierta inteligencia a la hora de diseñar la identidad visual de Muerdeuñas.
Todo ello viene apoyado por un trabajo en la misma línea de su colorista,
La edición de Norma Editorial, como de costumbre nos trae, como de costumbre, una edición cuidada en la que se incluyen las portadas originales de la serie, además del citado número especial con la protagonista de Hack/Slash como invitada co-protagonista de la historia.
Concluyendo, mientras Muerdeuñas se aproxima a su final, tenemos al
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 6.5
6.8
Joshua Williamson tira de todo el artificio que puede para dejar un clímax que supera ligeramente todo lo que había estado haciendo hasta este momento.