Otro mundo (no) es posible
«La austeridad es el único remedio»
Hará un mes hicimos un repaso de todos los Mundo de Krypton y similares que han pasado por la editorial DC comics con motivo de la publicación del último de ellos. Sin embargo, se nos había pasado reseñar precisamente este nuevo intento, de la mano del guionista Robert Vendetti, el artista Michael Avon Oeming y el color de Nick Filardi.
Y la obra merece dedicarle una entrada, al igual que merece una lectura e incluso dos. Las ideas que se barajan demuestran cariño por el universo DC (ya demostró Venditti esta pasión en su aclamado Hawkman), son atractivas y la trama está bien hilada. Pero sobre todo sobresale el dibujo de un Oeming en estado de gracia (salvo por uno o dos cabezones que se le cuelan).
Mundo de Krypton hace honor a sus predecesoras, especialmente a la primera de Kupperberg, ya que coge elementos de la basta historia del planeta a través de las distintas eras del Universo DC. Especialmente pre-crisis, ya que vemos asomarse a las bestias mentales, los pájaros de cristal e incluso algún paraje como el valle de las joyas. Sin embargo, no se captan muchas influencias de la versión Byrne (aunque hay rebeldes y protestas, no están relacionadas con ningún tipo de clones), salvo por ciertos diseños algo similares a los de Mignola.
Pero lo que si encontramos, como es natural, son los elementos que han trascendido las distintas versiones del planeta y su cultura. Como el consejo científico, la zona fantasma, las familias de Zod, El y la nueva Zor-El, y, huelga decirlo, la inminente destrucción de Krypton. Aunque aquí la interesante vuelta de tuerca e inteligente conexión con nuestra propia actualidad es el ecológico ultimátum; si no reducimos nuestro consumo de energía, no hay futuro.
Esta es la mayor baza de la miniserie ideada por Venditti, aunque no la única. El guionista no se entretiene tanto en buscar la causa de la inminente tragedia como hicieron sus predecesores, y más en las consecuencias. Entre ellas la degradación del general Dru-Zod, que, aunque aquí nos es presentado como amigo de la infancia de Jor-El, se ve sobrepasado por la responsabilidad y el poder. O el abusivo uso de la Zona Fantasma, que en la obra es hábilmente presentada como el terrible destino que realmente debería ser.
Sin embargo, este Mundo de Krypton no queda redonda por una abrupto y algo precipitado final, en comparación con la lenta (en algunos casos demasiado) cocción de muchas de las ideas mencionadas. El destino de Lara queda totalmente en el aire, mientras que el de Kal es solamente esbozado (aunque se agradece la intervención de Lara Lor-Van, como algo más que la madre biológica del futuro héroe). Además de que la resolución del conflicto entre los El y los Zod es resuelto meramente a puñetazos.
Detalles que no empañan una serie bastante entretenida y magníficamente dibujada. Oeming demuestra una sesuda preparación de personajes, haciéndolos plenamente reconocibles pese a su aparentemente simple trazo (mucho más que Mico Suayan en las portadas, que como muchos otros maestros del realismo se pierde en los detalles). El artista nos regala también con unos diseños maravillosos, en los que se nota la influencia de diferentes versiones previas sin robarle sus propias y Kirbyanas maneras.
Para mi, admito, la nota discordante es el color, que en muchas ocasiones tapa el trabajo del ilustrador en lugar de potenciarlo. El tono aportado por Filardi al conjunto es además muy oscuro, robando esa nota luminosa al planeta nativo del superhéroe por excelencia. No se ve como algo a propósito para potenciar la trama, ya que esos tonos son aportados de principio a fin.
En todo caso, Mundo de Krypton una obra interesante, con ideas sobresalientes y muy actuales, además de disfrutable para los amantes de la mitología que rodea al Hombre de Acero. Coronada por un dibujo con una narrativa y diseño de lujo. ECC nos ofrece además una edición notable, a tamaño y precio estándar, en tapa dura, con las portadas originales donde corresponde y las alternativas al final. Si te gusta Superman y su mundo (nunca mejor dicho), no te la pierdas.
Lo mejor
• Oeming se luce.
• El mensaje ecologista.
• Un soplo de aire fresco.
Lo peor
• Final abrupto.
• El color tapa el dibujo.
Guión - 7
Dibujo - 8.5
Interés - 7
7.5
Buen aporte a la mitología
Una nueva versión del planeta condenado en la que las consecuencias pesan más que las razones, aportando un relato con sentimiento y magnificamente dibujado