Edición original: Chrononauts #1 (Image Comics).
Guión: Mark Millar.
Dibujo: Sean Murphy.
Color: Matt Hollingsworth.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: 3,50 $.
Mark Millar lo ha vuelto a hacer. De nuevo, uno de sus cómics ha interesado a un estudio de Hollywood tanto como para que se proyecte hacer una lucrativa película adaptándolo. Así, como os informaba hace unos días nuestro compañero Jordi Pardo, tras otras como Wanted, las dos partes de Kick-Ass, o Kingsman: El Servicio Secreto, el escocés coloca otra de sus obras en el celuloide cuando apenas ha aparecido el primer número para juzgar si merece la pena.
Millar puede tener muchas cosas, pero de tonto ni un pelo. Lleva años lanzando proyectos para el noveno arte en los cuales gran parte del trabajo de planificación radica en ofrecer un producto cuya adaptación cinematográfica sea viable. Si el cómic está de moda en Hollywood, él lo tiene claro: va a ofrecer a los grandes estudios los tebeos idóneos para ser trasladados a la gran pantalla. Y aunque tal mercantilista enfoque de su producción no haga que se gane precisamente las simpatías de muchos aficionados, bien pensado es complicado culparle. ¿Podía realmente el escritor de Civil War siquiera imaginarse a principios del siglo XXI, cuando las películas de superhéroes eran algo más bien anecdótico, que parte de sus conceptos para The Ultimates fuesen a materializarse en el bombazo que ha sido el universo Marvel cinemático? La vocación de aquellos tebeos era ofrecer una visión de cómo sería una gran superproducción con los personajes de la casa de las ideas saltando de las viñetas a la gran pantalla, si, pero probablemente todo lo que ha visto la luz en ella haya ido incluso más allá de las ambiciones que Millar podía plantearse de forma realista en aquellos entonces. El intento de repetición de un éxito así puede obsesionar a cualquiera, especialmente cuando las cosas no parecen irte mal siguiendo ese camino.
Y si el cómic está en boga en el cine, Millar sabe que en el noveno arte a su vez impera otra moda: la de la ciencia ficción. Ya hemos comentado en alguna ocasión lo refrescante que viene siendo el ascenso que este género está experimentando en los últimos tiempos en los lanzamientos de las editoriales independientes. Si se trata de una moda pasajera o de una tendencia que ha llegado para quedarse es algo que solo el tiempo nos dirá, pero que está aquí es un hecho, y precisamente el que Millar -con su demostrado olfato comercial- haya elegido esta temática para algunas de sus últimas obras (tanto este Chrononauts como Starlight), tanteando el terreno sin dejar del todo el género superheroico, parece una prueba de ello.
Chrononauts, como su nombre indica, está dedicado a una rama concreta de la ciencia ficción, la que trata sobre los viajes en el tiempo, pero Millar se asegura de que haya algunos toques que no permitan alejarse demasiado a su obra del género englobador. Así, el doctor
El doctor Corbin y su compañero y amigo, el impetuoso
En este primer número, plantear esta premisa ocupa digamos todo el espacio del guion, y poco se puede decir sobre él excepto que cumple esta función de forma solvente. Eficaz, sí, pero un tanto rutinaria. Millar tal vez solo despunte levemente cuando nos ofrece la introspección de Corbin, un hombre que ha llegado a lo más alto, que ha cumplido sus sueños, pero que precisamente debido a haber centrado su vida en ellos no tiene a nadie con quien compartir las mieles del éxito. Como contraste tenemos a Reilly, un chulesco mujeriego encantado con su vida, un tanto insoportable a pesar de su patente heroísmo y nobleza. Es curioso, ya que que parece compartir estos rasgos con otro personaje que Millar ya tocase hace años: el
Sean Murphy no se embarcó en el proyecto de dibujar Chrononauts hasta que tener finalizado su Punk Rock Jesus, y a la vista de los resultados, Millar también fue inteligente esperando y no lanzando Chrononauts sin él. Fueron los fans quienes sugirieron al escocés que Murphy era el artista idóneo para el proyecto, y con muy buen criterio no ha querido materializarlo sin él. Sus resultados son tan notables como cabía esperar y es cierto que se nota que ha impregnado el aspecto visual con un tono algo menos serio. Murphy había declarado echar de menos un enfoque más ligero que ha estado encantado en que Millar le proporcionase aquí, y ha aplicado un toque ligeramente caricaturesco y de comedia, aspecto que si bien todavía no ha salido a relucir en lo visto del guion, queda adelantado por lo visual.
Estamos ante un tebeo muy correcto, aunque es cierto que le falta algo de alma. Se echa de menos algo especial que, o bien podremos ver ya en las siguiente entregas, o lamentablemente quedará ya enterrado por un sistema de producción destinado únicamente a ese objetivo de lucrarse vendiendo la licencia para ser adaptado a otro medio. Crucemos los dedos, pero yo apuesto por lo primero.
Habrá que tener esperanzas en Millar, y respecto con lo que se menciona más arriba sobre la nueva oleada de ciencia ficción en cómics (de la mano de Morrison, Remender y Millar, por decir algunos) espero que sea duradera, ya que, este género literario/cinéfilo es de los mejores.
este genero es de lo q mas ha enriquecido al comic, donde se puede cultivar cientos de ideas
Excelente reseña, muy correcta, no te has saltado nada y es idónea como análisis de primer numero
Como puedo hacer un post aquí? No encuentro la opción