Edición original: Doctor Who event 2015: Four Doctors #1 (de 5), Titan comics.
Guión: Paul Cornell.
Dibujo: Neil Edwards.
Color: Ivan Nunes.
Formato: Grapa ¿USA? ¿UK?.
Precio: 3,99$.
Hoy la británica editorial Titan celebra el día del cómic del Doctor Who. En las diversas librerías a lo largo del Reino Unido y Norteamérica que se han adherido a la iniciativa se están celebrando juegos, concursos relacionados con el Doctor, y están gozando de la presencia de varios de los artistas que trabajan en sus viñetas. Ya que el miércoles pasado apareció el primer número del evento que aúna los caminos de cuatro de sus encarnaciones, desde Zona Negativa hemos querido sumarnos de alguna manera a la celebración, de forma modesta, mediante esta reseña.
Definir en unas cuantas frases para los recién llegados qué es el Doctor Who no es una tarea sencilla, pero vamos a intentarlo: estamos hablando de una de las series de televisión con más solera de la historia, una que hace poco cumplió los cincuenta años. Lo que comenzó siendo un programa educativo dirigido a los niños con un personaje llamado simplemente el Doctor (nadie se refiere a él como Doctor Who) ha acabado siendo una de las sagas de ciencia ficción más seguidas y respetadas de todos los tiempos. En ella se nos contaba cómo el susodicho Doctor era un extraterrestre procedente del planeta Gallifrey, un miembro de la especie conocida como los Señores del Tiempo. Estos, como su nombre indica, eran capaces de viajar en el tiempo además de en el espacio, y en concreto nuestro protagonista lo hacía en una nave llamada TARDIS, con un interior mucho más espacioso que el exterior gracias a su avanzada tecnología. El peculiar y característico vehículo tiene la forma de las cabinas telefónicas con las que se podía contactar con la policía que antaño salpicaban las urbes británicas. Y así, el Doctor y sus diversas acompañantes (siempre hay a su lado una mujer terrestre en sus historias que sirve al espectador para asombrarse junto a ella) exploran civilizaciones y corren muy variadas aventuras a lo largo de cualquier periodo de la historia y lugar del cosmos, haciendo valer el ingenio sobre la violencia, la gentileza y el humanismo sobre la brutalidad.
El Doctor tiene una extraña capacidad de regenerarse cuando está a punto de morir, otorgándole una especie de inmortalidad de facto cambiando su cuerpo de apariencia y variando su personalidad, con lo que ha existido un mecanismo argumental para justificar los cambios de actor principal durante la dilatada andadura de la serie. Lo cierto es que a pesar de ser tan longeva, no ha sido emitida ininterrumpidamente: fue cancelada a finales de los años ochenta, y a pesar de algún intento de revivirla en los noventa, no fue hasta 2005 cuando la BBC, la cadena emisora de la serie, decidió volver a apostar con ella. El éxito terminó siendo abrumador, y diez años después y tras cuatro relevos de intérpretes del papel principal, seguimos disfrutando de ella.
Dado que el concepto de viaje en el tiempo es inherente a la serie, se ha jugado en alguna ocasión (por ejemplo en el episodio que conmemoraba el cincuenta aniversario) con la idea de que las diversas encarnaciones del Doctor se encontrasen las unas con las otras, y de hecho, ésa es la premisa de este evento semanal de cinco números. Así, ésta primera entrega se abre con el Doctor de la Guerra del Tiempo en un planeta lejano durante dicha contienda. Mientras que las restantes encarnaciones están numeradas (la actual, interpretada por Peter Capaldi es la duodécima), ésta no, ya que es una etapa de su vida que el Doctor quisiera olvidar: para poner fin al colosal conflicto que ponían en peligro a todo el universo entre su especie y la de sus mortales enemigos, los Daleks, se vio obligado a practicar un genocidio sobre ambos pueblos. Fue presentado en el mencionado episodio del cincuenta aniversario de la serie televisiva y estaba interpretado por el veterano actor John Hurt. La idea original del guionista de la serie Stephen Moffat era que el responsable de la masacre y del fin de la guerra fuese el octavo Doctor, el que reinició la saga en 2005, pero al no estar su interprete Christopher Eccleston interesado en rodar el episodio, se sacó de la manga a esta encarnación apócrifa que sin embargo resultó ser un agradable e interesante añadido a la mitología de la serie.
Tras las escenas del Doctor de la Guerra como prólogo, nos trasladamos a donde transcurrirá el grueso del número, a un café del París de 1923. Allí, las acompañantes femeninas de tres encarnaciones del Doctor (la décima, decimoprimera y duodécima, las más recientes interpretadas respectivamente por David Tenant, Matt Smith y el mencionado Capaldi) se reúnen para discutir cómo evitar que sus mentores alienígenas se encuentren allí en esa fecha y se produzca una paradoja temporal, como parece demostrar que sucedió una vieja foto encontrada por una de ellas. Cabe destacar la circunstancia de que dos de esas acompañantes, Gabby Gonzalez y Alice Obiefune, no se corresponden con las de la serie de televisión, sino que han sido creadas expresamente para los cómics de la franquicia, mientras que la tercera, Clara Oswald, interpretada por Jenna-Louise Coleman, en cambio sí que ha estado junto a las dos últimas encarnaciones del Doctor en la caja tonta.
El encargado del guion de esta miniserie no es otro que Paul Cornell, un escritor muy familiarizado con la franquicia, no solo a través del noveno arte, sino también escribiendo novelas y episodios de la serie televisiva. Dos de los cuales, por cierto llegaron a ser nominados a los prestigiosos premios Hugo de ciencia ficción. Esto por si solo debería garantizarnos unos mínimos de calidad muy aceptables, pero Cornell ha demostrado ser muy irregular en el mundo de los cómics. Por cada Capitán Britania y el MI-13 que nos ha brindado, hemos tenido que soportar una andadura como la que perpetró en Lobezno, de la cual ni siquiera el tramo que gozaba del magnífico arte de Alan Davis se salvaba de la quema. Sin embargo, aquí estamos de suerte, y afortunadamente tenemos al Cornell bueno, capaz de realizar una magnífica interacción entre los varios Doctores, tejer una interesante madeja con esta historia de viajes en el tiempo que nos deja con ganas de volver las próximas semanas para saber hacia dónde va todo, y de finalizar el número en un cliffhanger que usa de forma lógica las reglas del universo del personaje.
El arte de Neil Edwards, en cambio, resulta más curioso de juzgar y es más complicado dar un veredicto sobre él: los acabados resultan muy agradables, más aún con la paleta de colores que el brasileño Ivan Nunes aplica. Pero los trazos básicos presentan frecuentes problemas de anatomía y perspectiva. Los fondos no parecen muy completos en las escenas mundanas, y la necesidad (por otra parte entiendo que casi imperativa dada la idiosincrasia del trabajo) de usar referencias fotográficas para las caras de los protagonistas da un aspecto poco natural y acartonado al resultado. Quizás sea debido a las prisas por las fechas de entrega de un proyecto de cadencia semanal.
En fin, que a pesar de estas puntualizaciones, este primer bocado se saborea muy agradable para los que somos seguidores del Doctor. Sin embargo, no me parece que sea un título accesible y disfrutable para quienes no estén ya familiarizados la franquicia, ya que mucha de la gracia depende precisamente de esta familiaridad. Sin embargo, considerando que el grueso de la producción comiquera estadounidense adolece incluso en mayor medida de este mismo mal, la excesiva autoreferencialidad, no es éste un pecado por el que pueda mortificar especialmente a Cornell, menos aún en un producto dirigido claramente al fandom de una licencia concreta.
Edición original: Doctor Who event 2015: Four Doctors #1 (de 5), Titan comics. Guión: Paul Cornell. Dibujo: Neil Edwards. Color: Ivan Nunes. Formato: Grapa ¿USA? ¿UK?. Precio: 3,99$. Hoy la británica editorial Titan celebra el día del cómic del Doctor Who. En las diversas librerías a lo largo…
Mundo independiente: Doctor Who event 2015: Four Doctors #1
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2015-08-15
Sergio Aguirre
Guion - 7
Dibujo - 6
Interés - 7
Vosotros puntuáis: 9.8 ( 1 votos)
NECESITO la portada homenaje a Bohemian Rhapsody para mi pared. Más allá de eso, el interés de estas obras spin-off en cómic de una obra de otro medio suelen ser escaso, más allá del completismo. Lo que si evidencia este cómic, igual que el especial 50 aniversario del que también hablas, es la pena que supone no tener a todos los doctores recientes en él.