La semana pasada os explicamos detalladamente los efectos que está teniendo en el mercado actual el éxodo de artistas de Marvel Comics y DC Comics hacia las editoriales independientes. También lanzamos al aire algunas preguntas como: «La constante pérdida de guionistas por parte de Marvel significa que la calidad de las series superheroicas va a bajar hasta niveles insospechados?» «¿Estamos ante un punto de inflexión en el que las grandes editoriales se van a ver desbancadas por las empresas menores tanto en calidad como en ventas? » «¿Por qué Brian K. Vaughan ha recurrido a Image para lanzar Saga si tuvo tanto éxito con Y: El Último Hombre, publicada bajo el sello Vertigo?» «¿Cómo es posible que las ventas de Saga y las cabeceras Vertigo estén tan alejadas entre ellas (Saga dobla las ventas de Fábulas y American Vampire y cuadriplica o quintuplica las de los títulos Vertigo con menos éxito) si son productos relativamente similares?» Etcétera, etcétera.
Evidentemente, son tantas las incógnitas que no vamos a dar respuesta a todas ellas, pero gracias a las excelentes aportaciones de Jordi T. Pardo, Daniel Gavilán, Mariano Abrach y la mía propia (aunque por modestia no llamaré a la mía excelente), vamos a abarcar un abanico muy amplio de cuestiones. Desde aquí, primero de todo, quiero agradecer enormemente la labor de mis compañeros. ¡Sin vosotros esto no habría sido posible! Y también quiero agradecer a todos los que nos seguís e incluís vuestros comentarios aquí abajo. Entre todos conseguís mejorar y ampliar la calidad de estos artículos.
El éxodo camino de Hollywood por Jordi T. Pardo
Los actuales movimientos migratorios o trasvase de autores de corte tradicionalmente mainstream desde las grandes editoriales estadounidenses de toda la vida, Marvel Comics y DC Comics, al ámbito del cómic independiente, en este caso con especial relevancia en el caso de Image Comics, pueden tener muchas causas y motivos y ser un interesante motivo de análisis pero estaría bien destacar un punto que a menudo puede quedar en segundo plano a pesar de su importancia y que posiblemente, si no determinante, sí sea un motivo muy a tener en cuenta. Hablamos de la relación moderna entre cómic y otros medios como el cine o la televisión, algo que no es algo nuevo, sólo hay que tener en cuenta el Superman de Richard Donner de finales de los setenta, sin olvidar que ya en los años cincuenta el personaje tuvo su propia serie de televisión protagonizada por George Reeves, o películas como Las Tortugas Ninja o el Batman de Tim Burton que fueron todo un éxito en los noventa.
No obstante, en la última década, desde que las historias de corte superheroico se han convertido en un género cinematográfico en sí mismo, las producciones y adaptaciones relacionadas con el mundo del cómic se han multiplicado o incluso triplicado respecto a lo que venían siendo años atrás y ello, por suerte, no sólo engloba historias de mallas y capas como demuestran producciones del calibre de Una Historia de Violencia, American Splendor, Sin City, V de Vendetta, Persépolis, 300 o Camino a la Perdición.
El cómic en tiempos pasados tenía una presencia minoritaria en este apartado, más interesado en otro tipo de material de «corte más literario», y han sido Marvel Comics y DC Comics, como no podía ser de otra manera, las que han intentado con más interés llenar las salas de cine, y las parrillas de las televisiones, con sus longevos personajes convirtiéndose así en auténticas multinacionales del entretenimiento como demuestra el hecho de que ambas editoriales ahora pertenezcan a grandes conglomerados audiovisuales como pueden ser Disney y Warner Entertainment. Y ya no sólo son películas o series de televisión sino la capacidad de una obra o personaje para generar y explotar todo tipo de merchandising y productos derivados de estos, algo que el manga siempre ha sabido llevar mejor, siendo para las grandes editoriales sus cómics una premeditada arma publicitaria y los superhéroes su gran baza.
En este punto, muchos autores que se han hecho un nombre dentro de estas editoriales han visto y vivido este período de bonanza y haciendo balance muchos pueden haber considerado que el trabajar con juguetes ajenos, con un sueldo estable pero sin participar del festival y dividendos que genera este mundo alternativo al cómic, y más teniendo en cuenta que sus historias pueden ser utilizadas y violadas indiscriminadamente sin por ello recibir más que una palmadita en la espalda, no les compensa realmente tanto como poseer los derechos sobre sus propias creaciones, obras y personajes y posiblemente intentar llamar por sí mismos la atención de los inversores o productores.
Teniendo esto en cuenta, las mejores condiciones laborales siguiendo esta línea de razonamiento las encontraríamos actualmente en Image Comics -heredera casi natural hoy en día de la línea Vertigo de DC Comics– siendo además la editorial estadounidense que más nombre y publicidad puede generar en el medio, dejando a un lado a Marvel Comics y DC Comics, y este es un tema no baladí puesto que la ambición del autor sigue habitualmente presente cuando aborda proyectos personales. Centrándonos en Image Comics es de reconocer que parte de la responsabilidad de su revitalización parece asociado al talento y entusiasmo de una figura como Robert Kirkman y el éxito de algunas de sus propuestas como Invencible y, especialmente, el fenómeno de los Los Muertos Vivientes.
El hoy guionista estrella de Image Comics ya defendió en su día que los artistas y escritores debían dar un paso adelante y atreverse con el mercado independiente en el cual había más posibilidades para ellos y también suponía la oportunidad de conseguir mejores resultados artísticos. En este alegato, curiosamente o no, uno de sus mayores opositores resultó ser Brian Michael Bendis, argumentando que el éxito conseguido por Robert Kirkman con sus series en Image Comics tenían mucho que ver con su trabajo en Marvel Comics por el que había sido realmente conocido y que como él la mayoría de autores se ven obligados en algún momento a trabajar con ideas y personajes que no son suyos siendo «artesanos en vez de artistas».
Ciertamente, tampoco podemos hablar de una fuga de cerebros de las grandes editoriales, el perfil más habitual hoy en día es el del autor capaz de trabajar para una de las grandes mientras publica otro tipo de proyectos más personales en otras editoriales, y es difícil que en esa posición, si su trabajo no acaba generando por sí mismo resultados, que puedan apostar totalmente por la absoluta independencia pero esto tendremos que valorarlo en perspectiva teniendo en cuenta el panorama que nos encontremos en los próximos años en el mundo del cómic y en la eclosión de este como referente para otras plataformas como el cine, la televisión o incluso los videojuegos. Si esta generación de autores es capaz de vivir de su propio trabajo, si las ventas de sus cómics son lo suficientemente holgadas y atraen la atención de público, aunque sigan sin eclipsar los crossovers, relanzamientos y macroeventos de las grandes, y si además como decimos otros medios logran fijarse en sus historias, entonces sí es posible que a la larga pueda existir una cierta inversión de valores o cambio en el cómic independiente y mainstream estadounidense que también podría colarse con más fuerza en las filas marvelitas y deceítas.
Hay autores como Frank Miller que han conseguido traspasar ese umbral y conseguir ser comerciales sin perder su independencia en el camino, incluso en el campo de los superhéroes tenemos al siempre polémico Mark Millar que ha logrado triunfar con sus propias idas de olla, como demuestran las adaptaciones a la gran pantalla de títulos como Wanted y Kick-Ass, por lo que es difícil aventurar qué sucederá en el futuro pero puede que la clave, como decimos, no esté precisamente o no enteramente en los cómics. Vivimos en un mundo globalizado e hiperconectado y nada ocurre al azar y en el cómic menos que en ningún sitio.
El éxodo desde la perspectiva Marvel según Daniel Gavilán
Pese a lo extendido que está el uso de etiquetas como «mainstream» o «independiente» para definir dos ideas contrapuestas, resulta interesante pensar lo estrechamente que están ligadas ambas formas de entender el cómic, como si de una suerte de «ying» y «yang» se tratase.
En primer lugar sería conveniente plantearse dónde nace la división entre ambos conceptos y lo mucho que podría estar relacionado el nacimiento de sellos como Epic o Vertigo a este movimiento. Pero si hubiera que seleccionar un momento crucial para el devenir de estas dos formas de entender el cómic a lo largo de los últimos años, habría que citar el fichaje de Joe Quesada y Jimmy Palmiotti para que se hicieran cargo de la línea Marvel Knights.
La pareja llegaba de haber cosechado cierto éxito con su proyecto editorial propio en Event Comics dando como resultado una serie de títulos más cercanos a los estándares que estaban imponiéndose lejos de las grandes editoriales que a los cómics de superhéroes genéricos de toda la vida. Esta tendencia se trasladaría al resto de Marvel cuando Quesada se convirtió en editor jefe y desde entonces, la casa de las ideas se ha volcado en cazar a los más prometedores talentos del cómic más transgresor.
Tras una primera oleada de guionistas que incluía a gente como Grant Morrison (Los Invisibles), Paul Jenkins (Hellblazer), Garth Ennis (Predicador) o Christopher Priest (Quantum & Buddy), la editorial no tardaría en dar las llaves del reino a gente como Brian Michael Bendis (Jinx).
A estos le segurían guionistas provenientes del cómic independiente que habían podido demostrar su valía en DC Comics como Ed Brubaker (Sleeper) o Greg Rucka (Queen & Country) dando inicio a un ciclo en el que los editores y guionistas de la editorial se mantendrían en constante contacto con lo que se cocía en las editoriales minioritarias.
Si Brubaker hacía buenas migas con Matt Fraction (Casanova), ambos creaban El Inmortal Puño de Hierro haciendo las delicias de público y crítica. Que Bendis buscaba a alguien para echarle un cable en Guerreros Secretos, ahí teníamos a Jonathan Hickman, recien salido de proyectos como Pax Romana o The Nihghtly News.
Fraction haría lo propio contando con la colaboración de Rick Remender (Fear Agent) para poner fin a su etapa al frente de Punisher War Journal y de Kieron Gillen (Phonogram) para hacer lo propio en Uncanny X-Men. Ambos son hoy parte fundamental de la plantilla de Marvel Comics. Plantilla que no deja de nutrirse con la llegada de nuevos talentos del cómic independiente como Sam Humphries (Our Love is Real), Cullen Bunn (The Sixth Gun), Dennis Hopeless (Love Truck), Joe Keatinge (Glory), Simon Spurrier (2000A.D.), James Asmus (Ladrón de Ladrones) y otros tantos más.
Incluso gente con tanto peso en los guiones de la editorial como Jason Aaron tienen un pasado fuertemente arraigado en el cómic independiente a través de sus trabajos en Vertigo Comics (como Scalped, por citar el más conocido). No en vano, el actual editor jefe Axel Alonso fue uno de los principales pilares en este sello a mediados de los 90 / principios del siglo XXI editando títulos como 100 Balas, El Soldado Desconocido, Orquídea Negra o Human Target, por lo que no ha dudado en seguir la tendencia iniciada por Quesada.
O como diría un colega mío, los creativos de Marvel son gente del mundillo, fuertemente ligados a lo que está aconteciendo más allá del cómic generalista (no hay más que ver el famoso debate que mantuvieron Bendis y Kirkman respecto a las diferencias entre ambas formas de entender el medio hace unos años). En DC Comics pudo verse cierta tendencia parecida a principios del actual siglo o actualmente con el fichaje de talentos como Scott Snyder (American Vampire), Jeff Lemire (Sweet Tooth) o Justin Jordan (El Extraño Talento de Luther Strode), pero en general parece más interesada en la captación de autores ya establecidos que de talentos todavía por explotar.
Durante varios años, esta fue la dinámica predominante dentro del cómic americano donde, si destacabas dentro de las editoriales minoritarias, con suerte serías reclutado para trabajar para Marvel o DC y ganar peso de la industria guionizando a algún personaje o cabecera de perfil bajo hasta que escalases puestos dentro de la estructura de estas editoriales.
Los grandes nombres eran los que marcaban las reglas del juego, pero esta tendencia comenzaría a cambiar cuando gente como Peter David o Ennis comenzaron a darse cuenta de que podían llevarse el Scatergoris a otro lado o autores tan establecidos como Warren Ellis daban forma a su discurso sobre como trabajar para estas editoriales equivalía a «pintar la casa de otro«. Guionistas como Brian K. Vaughan (Saga) no tardaron en darse cuenta de que vendían con su propio nombre sin tener que pagar la cuota de entregarle las licencias de sus guiones a las grandes editoriales mientras que otros como Mark Millar terminaron hartándose de las escasas satisfacciones que les dejaban los grandes sellos de Marvel para poner sus miras hacia Hollywood.
Y es que desde que la meca del cine vio el filón que tenía en la industria del cómic y a comprar derechos a mansalva, los autores comenzaron a darse cuenta de que no necesitaban del concurso de las grandes editoriales ni de que estas marcaran la pauta acotando las directrices por las que debían moverse sus creaciones, las editoriales independientes comenzaron a ganar peso ofreciendo un medio en el que el creador era el dueño total del producto. Intentando adelantarse a esta nueva vía, Marvel crearía el sello Icon, pero poco pudo hacer ante el despertar de la nueva Image y de toda esa marabunta de editoriales independientes que pugnan por su pedazo del pastel.
La editorial dirigida por Robert Kirkman se ha convertido en el estandarte de un nuevo modelo en el que varios autores de renombre han encontrado la plataforma para hablar de tú a tú con las grandes editoriales y asir fuertemente las riendas de sus propias carreras. ¿Que no me ofreces un marco cómodo para llevar a cabo las historias que quiero hacer? No pasa nada, me las llevo a Image y ya me ocuparé de desarrollarlas por mi cuenta. Esto puede verse tanto en la salida de gente como Brubaker o Rucka de Marvel o en como cada vez más artistas de las grandes editoriales está flirteando como el cómic independiente forzando a la editorial a esforzarse para retener a sus talentos.
¿Que Hickman comienza a tener más proyectos en Image que en nuestra casa? Le ofrecemos una franquicia tan potente como la de los Vengadores para que haga a su antojo y aquí ganamos todos. Una situación en cierto modo beneficiosa en la que se ve fomentada la creatividad y la voz del autor por encima de los andamiajes editoriales.
¿Significa esto que las grandes editoriales están condenadas a languidecer? Probablemente no, puesto que si tienes un nombre como el de Morrison, Ennis, Vaughan o Hickman, probablemente ya no necesites de su sello para vender tus propias creaciones, pero si estás empezando a despuntar en el medio, encargarte de los guiones de Batman o Spider-Man podría ser el espaldarazo que necesitases.
O en otras palabras, las grandes editoriales necesitan alimentarse del talento creativo de los autores que brillan en las más pequeñas, pero a su vez, estas últimas necesitan de la plataforma mediática que otorgan las grandes licencias. Pocos lectores llegan al mundillo leyendo Pax Romana en comparación con los que lo hacen leyendo los Vengadores o la Patrulla-X, por lo que la retroalimentación debe de ser algo constante.
A ello hay que sumar como la línea que separa ambas vías es a veces mucho más fina de lo que parece encontrando franquiciaciones en series como Invencible o Ladrón de Ladrones mientras que títulos como Ojo de Halcón de Fraction y Aja o Wonder Woman de Azzarello y Chiang parecen creadas conforme al credo del cómic independiente pudiendo hablar de tu a tu con proyectos supuestamente más «autorales» como Archer & Strong o Glory.
En resumidas cuentas, actualmente el cómic americano nos ofrece un panorama francamente interesante en el que si las grandes editoriales quieren verse nutridas por el imaginario de los talentos que medran en el panorama independiente deben currárselo ante la pregunta de «Vale, ¿pero que me ofreces?«. Probablemente esto limite la cantidad de proyectos más alternativos en los que puedan enfrancarse estas, pero si uno sabe ver más allá de los sellos, nombres y licencias de toda la vida, alternando cómics de grandes editoriales con otros menos conocidos, al final los beneficiados acabamos siendo los lectores.
El éxodo según la lógica creativa y la del lector por Mariano Abrach
Más allá del aspecto económico ya señalado, que no caben dudas que es beneficioso para un autor explotar los derechos de una obra propia a comparación de (en el mejor de los casos) recibir un cheque con un porcentaje de lo que gana una corporación, quisiera centrarme en otros aspectos, tanto en la perspectiva del autor en cuanto a lo creativo como en la perspectiva del lector.
Respecto a lo primero, se pueden vislumbrar varios factores que influyen para que los autores decidan dedicar más tiempo a los proyectos propios que a los de una editorial. Desde luego, el primero, el económico, ya tratado en detalle y mejor de lo que yo podría hacerlo, por lo cual no veo sentido a volver sobre ello, que es en gran medida también el clásico motivo para el éxodo que dio nacimiento a Image, junto al trato a los autores y la falta de libertad creativa.
Además de eso, también se ve una crisis en la industria del entretenimiento que desde ya no afecta únicamente al cómic sino que se traslada también al cine, por ejemplo. Esta crisis es principalmente creativa, motivo por el cual vemos ideas recicladas hasta el hartazgo, siguiendo la lógica de la industria pero con períodos temporales cada vez más reducidos, haciendo notoria la repetición que connota la escasez de buenas ideas. Sin embargo, a pesar de su carencia, muchas veces el reciclaje resulta en éxito comercial, lo cual contribuye a la repetición crónica. Un autor que quiera salir de esta lógica hoy en día, difícilmente pueda hacerlo a través de alguna de las dos principales editoriales del mercado estadounidense, lo cual lo conduciría a apelar a la publicación mediante una editorial menor en escala comercial, pero con mayores libertades y otra apuesta creativa.
Como ya se señalara también, la saturación es un factor que afecta tanto a los autores como a los lectores (me incluyo). Tiene que ver con lo mencionado en el párrafo anterior, pero no es precisamente lo mismo. Es el caso de Grant Morrison, que se aleja de los superhéroes porque ya no puede/quiere escribir a esos personajes y sus historias, al menos en este momento, sin necesariamente criticar al estado de la industria del comic. No obstante, no es el caso de Geoff Johns, por ejemplo, que parece tenerlo todo escribiendo superhéroes con las ganas de un niño.
Tomando como muestras a los dos autores mencionados, no me inclino hacia una postura apocalíptica que implique que todos se dirijan hacia las editoriales independientes. Creo más bien que tenderá hacia un equilibrio, con algunos exclusivamente en Marvel o DC, otros en sellos editoriales de otro perfil, y tal vez los más sean quienes trabajen tanto en unas como en otras. Quizás contribuya esto a un cambio en los números de ventas, que parece estar dándose ya con el crecimiento de Image e IDW, agrandando un poco sus porcentajes, quitándoles algo de mercado a las llamadas dos grandes pero sin amenazar realmente nunca su dominio.
Y aquí es donde cabe la perspectiva del lector, que mencioné ya al pasar con la cuestión de la saturación. ¿Cuántos seremos ya los que reaccionamos con apatía ante los anuncios rimbombantes de muertes, relanzamientos o trajes nuevos? O peor que apatía, reconociendo en ello una estrategia netamente comercial, quitándole el valor simbólico que debería tener. A esto le sumamos que hay autores haciendo grandes cómics en otras editoriales, y no tardaremos en llevarnos nuestros dólares/euros (/pesos) hacia ellas, quitándolo de las otras. De todos modos, no voy a pecar de snob afirmando que ya no me interesa lo que hagan DC o Marvel, o que quiero algo más elaborado en mis cómics aunque sean de alguna de esas dos, porque en primer lugar no tengo dudas de que de tanto en tanto voy a picar con alguna movida de marketing, hasta tal vez sin darme cuenta; y segundo, probablemente busque aquella emoción que me daban los superhéroes, en cuanto a lo estúpidamente espectacular, absurdo y entretenido, en otras historias porque allí ya no lo veo salvo honrosas excepciones.
Por último, y entrando más de cerca en mi propia visión como lector, hoy por hoy me parece mucho más interesante y atractivo lo que pueda hacer un autor libremente en un proyecto propio (por ejemplo, Hickman en The Manhattan Projects) que en una de superhéroes. No obstante, a esto le hace contrapeso que sigo disfrutando, aunque no siempre, de los cómics superheroicos de Geoff Johns. Y todavía más, apelando a lo que decía Francis Manapul en la Crack Bang Boom (sin ánimos publicitarios), me encantaría leer un cómic de autor suyo, admirando su trabajo como lo admiro, pero también querría que se concretaran sus ideas para Batman o la Legión.
Y así, volvemos a la cuestión del equilibrio, que no sólo creo que es el escenario más posible y realista de cara al futuro, sino también el mejor ya que tendría en cuenta todos los perfiles de autores y lectores.
El éxodo con la vista puesta en el futuro por Enrique Rios
En el artículo de la semana pasada me centré en las consecuencias que acarrea el éxodo de artistas de las dos grandes editoriales (DC y Marvel) hacia las pequeñas, pero en ningún momento hice hincapié en el aspecto económico (beneficios que pueden obtener o no los artistas con este trasvase), algo que se me solicitó de manera indirecta en los comentarios. Antes de dar mi opinión sobre el tema general, dejad que os explique qué pienso sobre el apartado económico.
Cada artista es libre de trabajar en la editorial que prefiera por los motivos que él considere oportunos. Cuando se produce un trasvase, en ocasiones se hace para obtener una mejora económica y/o una mayor exposición de la obra. En otros casos nos encontramos con autores que buscan una mayor libertad creativa o que han tenido problemas con las grandes editoriales y jamás volverán a cobijarse bajo el techo de DC o Marvel. También existen casos como el que expuse la semana pasada en la reseña de Fatale, gente como Ed Brubaker que simplemente se marcha de los universos superheroicos porque están quemados de escribir aventuras de personas disfrazadas y necesitan narrar otro tipo de historias. El caso de Brubaker es incluso más relevante ya que se une todo el asunto de la muerte de su padre y las dudas que esto le ha causado. Desde luego, si alguien cree que Brubaker cobra más con Fatale que con el posible relanzamiento de un icono Marvel en pleno Marvel Now!, es muy muy posible que se equivoque.
Bajo este punto de vista, existe un trasvase de gente que busca un beneficio económico o una mejora curricular (por llamarlo de alguna manera, me refiero a todos aquellos que pretenden crear una obra en una editorial independiente para ganar un galardón porque saben que es mucho más fácil conseguirlo en Dark Horse que en Marvel, por ejemplo); pero también hay un éxodo de artistas que simplemente no encuentran su lugar en las grandes casas. La verdad es que no consideré oportuno dar ejemplos de autores que hayan marchado simplemente por dinero porque:
Primero, se corre el riesgo de entrar en una falta de respeto hacia ciertos autores que sí huyen de las grandes asumiendo una pérdida de su poder adquisitivo pero que lo hacen porque realmente les apetece trabajar en un ambiente más amigable para con sus propias creaciones. Segundo, los documentos de los contratos no son algo que estén a la disposición de todo el mundo. No es tan fácil descubrir cuánto cobra un artista en tal o cual editorial y cuánto cobra en tal otra y aunque se pueda hacer en algunos casos puntuales, no creo que sea apropiado generalizar. Los contratos variarán según las editoriales, y no hablamos de una editorial, hablamos de muchísimas. Si alguien es capaz de cuantificar de forma exacta y firedigna los beneficios que obtiene un autor en trasvase, le agradecería enormemente que lo hiciera. Yo soy incapaz de llegar a ese nivel de detalle.
Dicho esto, paso a exponer mi idea sobre el trasvase actual. Desde mi punto de vista, estamos en un punto de inflexión dentro del cómic norteamericano en el que prima la definición. Si hace unos años veíamos que las editoriales probaban cosas nuevas y se lanzaban al río con propuestas muy interesantes (sobre todo las dos grandes), cada vez vemos que las empresas se centran más en ofrecer un único tipo de producto, dos a lo sumo. Eso es lo que yo llamo definirse: decidir una política editorial casi única y no salirse de ella. En las editoriales independientes esto es algo que está extremadamente claro, como quedó expuesto en el mapa de editoriales independientes. En las grandes, lo notamos con la sucesiva desaparición de líneas editoriales.
Tomemos el ejemplo de DC Comics. Con el Nuevo Universo DC han dejado bastante claro el camino a seguir. Han intentado ofrecer productos diferentes pero el público sobre todo ha respondido bien al cómic de superhéroes tradicional y al de horror, recién recuperado de la línea Vertigo. En consecuencia, cada vez son menos las cabeceras que ofrecen personajes de otras razas o temáticas que se salgan de las habituales. DC Comics está en un proceso de redefinirse, pero les honra que no se den por vencidos y continúen probando suerte con algunas propuestas no tan convencionales.
Sea como sea, el gran exponente de éxodo nos lo encontramos en la línea Vertigo. No es solo que en DC Comics pongan más trabas para la supervivencia de la línea Vertigo (han reducido el umbral de cancelación de este tipo de cómics y han traspasado los personajes Vertigo al Nuevo Universo DC), el principal problema de esta línea es que se ha deslucido y sus ventas no son tan buenas como las de las editoriales independientes. ¿Por qué? Yo creo que esto se debe a varios motivos:
Primero, a DC Comics sí le afectó en su día la marcha de The Boys. Cancelar una serie por su contenido y no por las malas ventas da mala imagen a una editorial, sobre todo en sus líneas “de autor”. Segundo, Vertigo siempre ha estado un poco en tierra de nadie. No es independiente, pero podría serlo perfectamente. En una etapa de definición, la gente prefiere encontrar un producto típicamente independiente dentro del mundo independiente, y no en una de las grandes casas. De ahí que obras como Saucer Country, que funcionarían perfectamente en otras editoriales, no consigan el favor del público. Tercero, el efecto reclamo. Desde sus primeros días, Vertigo se ha asentado sobre unas colecciones-pilares que le ha servido de reclamo hacia otras. Con el paso del tiempo, la línea se ha diversificado en temáticas y el efecto reclamo ya no funciona. Si antes un seguidor de La cosa del Pantano probaba Hellblazer o The Sandman por afinidad, ahora un fan de American Vampire no se acercará a Saucer Country o Fábulas, por ejemplo.
¿Cuál es el futuro de la línea Vertigo? Los recientes anuncios van a una redefinición de la línea hacia una vertiente más comercial y ligada a grandes autores DC (Snyder y Lemire). Lo más seguro es que intenten asentar las bases de nuevos pilares que les permitan rehacer la línea sin problemas. Si el resultado les sale bien, en el futuro presenciaremos el renacimiento de Vertigo cual Fénix. Sin embargo, en el futuro reciente veremos que los pequeños nombres Vertigo, el de aquellos autores que aguantaban series de ventas bajas pero eran altamente galardonados y aplaudidos, poblarán el mundo independiente.
Pasemos al caso Marvel e Image. Trataré los dos al alimón porque están muy ligados. Marvel Comics está en pleno relanzamiento y dentro de poco va a atiborrar (de hecho, ha empezado ya) el mercado de números uno. Image está viviendo una época dorada con éxitos sonados como Fatale o Saga y con el anuncio de múltiples series que vienen abaladas por los autores Marvel más importantes del momento.
¿Qué va a suceder con el trasvase de autores Marvel? Dado que estas casas se encuentran en un punto de inflexión y redefinición mucho más acentuado que sus competidoras, lo cierto es que puede suceder cualquier cosa. Yo voy a resumir la relación Marvel/Image en dos: la relación simbióntica y la parasitaria,
El caso del simbionte (no confundir con Veneno): Marvel relanza sus series y son un éxito. Image lanza nuevas series escritas por autores Marvel y son otro éxito. Los lectores Image prueban series Marvel de aquellos autores que los acaban de sorprender, y viceversa. En este ejemplo, la ventas de ambas casas se ven beneficiadas porque las ventas de una sirven para aumentar las de las otra, y al revés.
El caso parásito (en este caso Image sería el parásito): Image lanza unas series muy buenas, escritas por autores Marvel. La Casa de las Ideas relanza sus series pero el nivel de calidad de las series Marvel es inferior al de las de su competidora. En Image, las series aumentan sus ventas ya que tienen el reclamo de autores famosos de Marvel. En la competencia, las cabeceras sufren una pérdida de ventas ya que los lectores se sienten estafados por un producto inferior. (Ya dicen que las comparaciones son odiosas). En este ejemplo, Image se aprovecha de la fama que han conseguido algunos nombres en Marvel, pero la Casa de las Ideas pierde seguidores porque su política editorial se ve tocada.
¿Qué caso se asemeja más a la realidad? Posiblemente los dos, ninguno y los que no nada tienen que ver con estos. Como el éxodo Marvel-Image es de una decena de autores, lo más seguro es que alguno de ellos llame la atención de todo el mundo con una cabecera extraordinaria en Image; aumente su reputación tras ganar unos cuantos premios Eisner y Harvey y vea sus ventas aumentadas en ambas casas (simbionte). Pero también habrá alguno al que le salga el tiro por la culata. Es posible que se dé el caso parasitario, pero lo más lógico es que los autores que fracasen lo hagan por culpa del exceso de trabajo. Y es que varios de estos creadores que ahora trabajan para ambas casas llegan a publicar hasta cinco o seis tebeos al mes. La cantidad casi nunca ha sido sinónimo de calidad… Ya veremos si son capaces de aguantar ese ritmo tan frenéetico…
Por supuesto, aún es pronto para saber qué va a suceder. Recién acaba de relanzarse el Universo Marvel. Todo es posible en este mundo. Sea como sea, me gustaría hacer notar unas cosas que debemos tener en consideración. El éxodo de Marvel hacia Image en principio no es una noticia tan grande como parece a primera vista porque es algo que sucede de manera regular desde casi siempre y, sobre todo, porque muchos guionistas de Marvel han centrado su carrera en la Casa de las Ideas. El reclamo que pueda tener un autor que ha trabajado casi exclusivamente para una editorial no es el mismo que puede tener gente como Vaughan, Morrison o Brubaker, que son conocidos por haber picado en casi todas las puertas. Los creadores casi exclusivos Marvel que lleguen a Image serán tratados como desconocidos por la gente que solo lee cómic independiente (o DC). Una vez entren en Image deberán demostrar su valía, como en su día lo hicieron cuando entraron a trabajar en Marvel. Me parece importante constatar este hecho porque a la que un autor marcha de una editorial a otra, las reacciones son muy diferentes si las lee un seguidor de DC, de Marvel o de tebeos independientes.
Y ya para finalizar, unas pequeñas conclusiones. Tras leer todas las opiniones he constatado que no estamos todos de acuerdo en todo porque el tema del éxodo es muy amplio y cada uno lo vemos desde un prisma diferente. Es muy interesante la relación que establece Jordi T. Pardo con el cine porque, efectivamente, el Séptimo Arte está cambiando la manera de entender el cómic. No solo desde el aspecto económico, llevamos años comprando tebeos que utilizan un lenguaje más propio del cine que de la historieta. Daniel Gavilán, Mariano Abrach y yo hemos tocado teclas de un mismo piano y la conclusión común que se puede extraer de las tres opiniones es que el éxodo tiende hacia el equilibrio. Daniel ha explicado perfectamente que el trasvase se da en dos direcciones, de menores a grandes y a la inversa. Mariano se ha centrado en los movimientos principalmente creativos, que son tan maleables como el agua. Y yo he hecho un pupurrí pero la idea que quería expresar principalmente es que ahora mismo estamos en un movimiento de asentamiento, pero que en el futuro bien puede suceder otra cosa (no en vano, todas estas movidas son cíclicas).
Y podría extenderme hasta el infinito y más allá, pero doy el artículo por concluido.
Impresionante multi-artículo, pero me temo que es de esos que te dejan sin palabras, bien por la abrumadora cantidad de información, bien por el «¿Y qué más puedo aportar yo que no se haya dicho?».
Enhorabuena, señores. Un placer leeros.
Me acabo de comer un Spoiler con la portada del Invencible 50,voy por el 34 cabrones!!!!
Muy buen articulo ya lo creo. Mis conclusiones: el autor es el que se labra exclusivamente su nombre y popularidad en base a su trabajo (ya sea de carácter independiente o ligado a la franquicia editorial «x»). Aqui, entre ambas partes (autor y editorial), se establece una interdependencia (con pros y contras para unos u otros) y cuya finalidad es catapultarse para alcanzar cierto éxito y, por ende, gananciales.
La deserción de autores hacia otras compañias con cláusulas más «acolchadas» no es más que una cuestión de derechos y jurisprudencia de carácter laboral. Un autor de Marvel o DC no posee ningún acuerdo tácito que le exima de crear sus propios trabajos personales por cuenta propia. Ahora bien, que su campo de acción crezca por estar en boca de todos por su labor en la editorial «x»o «y» es influyente y beneficioso, por supuesto, pero eso se llama «curriculum vitae» y se lo gana cada uno con su esfuerzo y la crítica del lector. Del mismo las editoriales se alzan, a través del trabajo de autores, pero tambien realizando su trabajo sabiendo escoger y mimando a los mismos, ofertando precios competitivos y acercándose al lector de manera atractiva (eso es el curriculum de la editorial).
Por tanto estamos ante un parasitismo bidireccional en el que a veces ganan ambas partes o el beneficio se lo lleva una sola parte. Aqui no estamos en una carrera deportiva que sólo gana uno (ya sea editorial o autor) sino que la competición otorga muchas veces recompensas a repartir siempre dentro de unos límites de ventas mínimos. No obstante, como todo en esta vida, el desequilibrio no es fácil de resolver y nunca llueve a gustos de todos.
Sinceramente, creo que a veces se desenfoca un poco la verdadera dimensión de las cosas. Marvel y DC siguen comiéndose el 75% de las ventas de comic (último top 100) y sus competidoras más cercanas apenas llegan al 6%. O sea que por dimensiones, ni cambio de tendencia ni leches. Es verdad que a veces fenómenos cuantitativamente poco importantes en un principio pueden ser indicativo de un cambio cualitativo futuro, pero dudo que estemos ante el caso.
Lo único que está ocurriendo es un auge de un cierto tipo de lectores, un segmento de mercado, que se ha quedado sobre todo Image y que antes compraba Vertigo o Epic (y Dark Horse) y ahora se va a la compañía de Kirkman. Pero vamos, que a principios de los 90 se decía lo mismo y aquí seguimos (esa Image vendiendo 1 millón de copias de Spawn o WildC.A.T.S., esa DH con su Máscara y su Cuervo trasladadas con éxito al cine…).
Además dais por hecho que un autor que conserve sus derechos inmediatamente tiene beneficios económicos por ello, y eso no es cierto. ¿Cuánto va a durar la burbuja de pelis de comics?, ¿cuántas han dado beneficios realmente?, ¿cuántos autores se «forran» por el merchadising? Pues de momento Kirkman, Millar y a ver cuántos más. ¿Millar vendería tantísimo a Hollywood sin haber pasado antes por Marvel y DC? Ja-ja.
Y luego lo del maniqueísmo entre mainstream e independiente. Pues lo dicho muchas veces, que en ningún arte la «libertad creativa» garantiza grandes obras, ni tampoco la sujección a la industria. No hay muchas mejores pelis independientes que pelis de grandes estudios. Y con los comics tres cuartos. El problema actual quizá sea que la industria (tanto la del cine, como la de la música como la del comic) presiona cada vez más por sacar beneficio rápido, y desequilibra la relación producción industrial/libertad creativa. Pero vamos, pocos medios más creativos y con más hitos narrativos ahora mismo que la televisión, y medio más comercial que ese no hay. O sea, que…
A modo de comentario picajoso en lugar de simbiosis utiliza mutualismo
Impresionantes artículos. Y aprovecho para felicitar a Zona Negativa,
porque cada vez es mejor y más variada.
En este caso, hay poco que yo pueda añadir. Sin embargo, me voy a
atrever a hacer algunas precisiones. Al centrar el texto en el trasvase de autores
se deriva la idea de que los escritores y dibujantes prueban esta vía “por
oposición” a las grandes, buscando libertad creativa y beneficios económicos,
pero se obvia que el mercado independiente, por sí mismo, tiene varias obras
que demuestran sus atractivos. Me refiero a casos como Robert Crumb, Gilbert
Shelton, Dave Sim, Jaime y Beto Hernández, Jeff Smith, Stan Sakai, etc. Incluso
Mike Mignola, que, como precedente, es tanto o más significativo de lo que hacen ahora
Kirkman o Vaughan que el caso Miller, en mi opinión. Es decir: si cualquiera de
nosotros tuviéramos el germen de una historia nueva, con nuevos personajes y
situaciones peculiares, dudo mucho que nos acercáramos a Marvel o a DC. Lo más
probable es que Bone o Hellboy nos sirvieran de ejemplo de lo que podemos
conseguir por nosotros mismos. La idea de Kirkman de que ya tiene pensado un
final para Los muertos vivientes pero que aún queda mucho para llegar a él… ¿no
recuerda las intenciones de Dave Sim para Cerebus, por ejemplo?
De otro lado, pocos nombres más relevantes de lo que significa
vivir entre la independencia y el mainstream como Alan Moore. Y sabida es la
opinión del genio de Northamptom sobre este particular. En su momento fue
tomada como una boutade, con sonrisas nerviosas de “claro, él puede
permitírselo porque es Alan Moore, pero ¿adónde voy yo si dejo de escribir
Spider-Man?” Pero cuantos más autores de primer nivel prueban esta vía más
demuestran que tenía razón. Y es que… ¿para qué escribir otra historia (más) de
Superman o Batman pudiendo dar vida a tus propias creaciones? Si eres escritor,
llega un día que tienes que dejar atrás al niño que soñaba tendido en cama con
las historias de sus héroes favoritos para crear las historias con las que
soñarán los niños de ahora.
El tercer vértice es el mercado japonés. Entendido como modelo,
demuestra que las series pueden ser propiedad de sus autores y el colmo de la
comercialidad. Los beneficios de los juguetes y las películas ya eran aquí
habituales hace décadas, donde la relación entre las editoriales y los autores
era más similar a la de las discográficas y las estrellas del rock. Sin
embargo, Marvel y DC jamás aceptarán esto mientras Los Vengadores (un poner) dé
más dinero con autores de segunda fila (o tercera, o cuarta… ) que las obras
mejores de los mejores autores (tipo From Hell). Y esto, consciente o
inconscientemente, lo sabemos todos, incluso los que no son lectores habituales
de Marvel o DC. De ahí que las dos grandes estén en una situación muy parecida
al Hollywood actual: genera cada vez más dinero, es cierto, gracias a los
públicos cautivos. Pero (y este es un pero muy grande) casi nadie, a día de
hoy, confía en la calidad de un producto surgido de ellos. De ahí que,
acertadamente, uno de los participantes habituales (no recuerdo el nombre,
sorry), cuando se trataba de explicar por qué a día de hoy los proyectos de
creación propia funcionan mejor en mercados dedicados a la creación propia (en
vez de bajo el paraguas de una multinacional) se refiriera a los distintos
canales de distribución de música, explicando que sería un error publicitar una
banda heavy en los 40 principales porque perdería a su público potencial sin
obtener a cambio uno receptivo.
Una situación parecida se dio en el Hollywood de los ’60, con las
grandes productoras dormidas en los laureles y los nuevos autores influidos por
las corrientes que venían de Europa. Esperemos que se aprendiera algo de ello.
Ignoro por qué me ha salido como si lo hubiera escrito en versos libres…
@Mr_Air
ha comentado el 30 octubre, 2012 a las 13:07h
Me acabo de comer un Spoiler con la portada del Invencible 50
Y yo con el Scalped 1, no sabia que iba de indios, siempre quitandonos la ilusión…
Gran articulo!!, por suerte, aun hoy dia, las grandes editoriales no ceden sus derechos a los artistas que trabajan con licencias, de no ser así, ¿Quien se iba a arriesgar a lanzar una serie independiente pudiendo cobrar royalties de por vida por un villano de Spider Man?
Gran articulo!!, por suerte, aun hoy dia, las grandes editoriales no ceden sus derechos a los artistas que trabajan con licencias, de no ser así, ¿Quien se iba a arriesgar a lanzar una serie independiente pudiendo cobrar royalties de por vida por un villano de Spider Man?
Grandioso comentario.
«Sinceramente, creo que a veces se desenfoca un poco la verdadera
dimensión de las cosas. Marvel y DC siguen comiéndose el 75% de las
ventas de comic (último top 100) y sus competidoras más cercanas apenas
llegan al 6%»
2011 Venta de tomos, no de grapas:
«DC ganó en el porcentaje de mercado, ya que se quedó con el 27,21% del total. Marvel quedó tercero, con un 20,09%, ya que Image (y Kirkman), le robaron el segundo puesto con el 24,4% del marketshare»
Image el año pasado vendió más tomos que Marvel y se quedó a menos de 3 puntos de DC. Si eso no es significativo…
> No hay muchas mejores pelis independientes que pelis de grandes estudios.
Lo que no hay es pelis independientes, prácticamente, sean estas buenas o malas. En USA la mayoría de ellas están producidas por un subsello de las Majors.
> Y con los comics tres cuartos.
Por eso los últimos Eisner rebosaban de títulos de Marvel y DC en cada categoría… 🙂 Una cosa son las ventas (y la hegemonía de mercado) y otra las obras que merecen la pena. En el corto plazo siempre parecen ganar los mismos, gracias a maniobras de marketing, y en ventas siempre lo hacen, pero a largo plazo hay otras muchas obras que se abren camino, como Usagi Yojimbo o Extraños en el paraíso.
Top 10 Novelas gráficas y TPBs de 2011
1. The Walking Dead Vol. 1: Days Gone Bye (Image)
2. The Walking Dead Vol. 14: No Way Out (Image)
3. League of Extraordinary Gentlemen III: Century #2 (Top Shelf)
4. The Walking Dead Vol. 15: We Find Ourselves (Image)
5. The Walking Dead Vol. 2: Miles Behind Us (Image)
6. Fables Vol. 15: Rose Red (DC/Vertigo)
7. Batman: Noel (DC)
8. The Walking Dead Vol. 3: Safety Behind Bars (Image)
9. The Walking Dead Vol. 13: Too Far Gone (Image)
10. Morning Glories Vol. 1: For a Better Future (Image)
> Y con los comics tres cuartos.
Por eso los últimos Eisner rebosaban de títulos de Marvel y DC en cada categoría… Una cosa son las ventas (y la hegemonía de mercado) y otra las obras que merecen la pena. En el corto plazo siempre parecen ganar los mismos, gracias a maniobras de marketing, y en ventas siempre lo hacen, pero a largo plazo hay otras muchas obras que se abren camino, como Usagi Yojimbo o Extraños en el paraíso.
A mí los Eisner me importan más o menos lo mismo que los Oscar o los Grammy, sólo que en estos no ves tías buenas. Aunque tienen mejor criterio, no me orientan nada sobre la calidad de la obra.
El tiempo es el único que quita y da razones, como bien dices. En el cine, la música o el comic. Y en cualquiera de los 3 ámbitos no encuentro más calidad en lo «independiente» que en lo «mainstream» (tampoco al revés). Que por cada Usagi Yojimbo, Mauss o Contrato con Dios hay unos X-Men de Claremont, una muerte del Capitán Marvel o al menos diez títulos de Batman que se me ocurren.
Respecto a los TBP, pues bueno, cada uno que se agarre al clavo ardiendo que quiera. Pero lo cierto es que en cifras globales de negocio: 6% Image. O sea que no.
Saludos a tod@S y muchas gracias por los comentarios y las felicitaciones. No voy a entrar en debates, que todo el mundo tiene su parte de razón en todo, pero sí que voy a echar un pequeño cable a Mr. X en su discusión con Lemmytico sobre el asunto ventas. El dato que ha facilitado Lemmytico corresponde a las ventas de Diamond. Si usamos los datos de Diamond resulta que el mercado norteamericano esá dominado en un 60-70 % por DC y Marvel, el cómic independiente ocupa casi el 20-30% restante, algún despistado compra manga y el cómic alternativo no existe. Como Diamond no es la única distribuidora ni las tiendas de cómic son las únicas vías de venta, sabemos que el % copado por DC y Marvel es muy amplio pero no tanto, que el manga ha pegado muy fuerte en los últimos años (aunque ahora está un poco de capa caída) y que las independientes también pegan fuerte, sobre todo en el mercado de recopilatorios (que es justamente el que más lejos queda de Diamond porque llega más allá de las librerías especializadas).
En definitiva, los dos tenéis vuestra parte de razón, pero ni Marvel ni DC pegan tan fuerte como nos hacen ver los Top Diamond ni las independientes son capaces (al menos por ahora) de desbancar a las grandes. Aunque yo no pondría tan en duda que lo hagan algún día porque en el pasado no existía el duopolio DC/Marvel, asíq ue no veo porqué esta situación se ha de prolongar in eternum. Además, en algunos momentos de la historia, estas dos grandes han estado a punto de quebrar e irse al garete (que espero que eso no ocurra jamás). O sea que ya veremos cuál es el panorama del 2020 cuando llegue el 2020. 😉
Respecto a los TBP, pues bueno, cada uno que se agarre al clavo
ardiendo que quiera. Pero lo cierto es que en cifras globales de
negocio: 6% Image. O sea que no.
Cada uno puede interpretar las cifras como quiera para darse la razón. Poniendo como ejemplo el mismo mes de Septiembre que mencionas, debemos tener en cuenta que Image puso a la venta 21 comics (en el Top300), Marvel 77 y DC 82 (si, DC vendió cinco comics más que Marvel). Es decir:
Image – 26 titulos (4,7% del total) – 6,09% de recaudacion
DC – 82 titulos (43.14% del total) – 36.41% de recaudación.
Marvel – 77 títulos (35,9% del total) – 31.04% de recaudación.
¿Quién le saca más beneficio a sus titulos? Porque a mi me da la impresion que es Image Comics…
Además, el tema a debatir está centrado en los autores. Y de lo que no hay ninguna duda es que Hickman, Brubaker, Millar y compñia le sacan mucho más beneficio a escribir dos series de creación propia que a dos series para Marvel o DC. Y ya no hablamos si esas dos mismas series acaban recibiendo adaptación cinematográfica, que ahí es cuando se forran (vease Robert Kirkman y los zombies en la pequeña pantalla)
Lemmytico, en realidad estamos diciendo cosas parecidas. Sin enfarragarnos en cifras, resulta que Marvel y DC se comen las tres cuartas partes (o más) del mercado USA, mientras que tú mismo dices que no ves más calidad en un lado que en otro… Aceptando el razonamiento, resultaría que del 75% del mainstream salen el 50% de las obras destinadas a perdurar en el tiempo por criterios artísticos, mientras que del otro 25% saldría el otro 50%. Para mí (y eso es lo que defendía, precisamente) lo que demuestra eso es la efectividad del mercado independiente. O, si lo prefieres, parece que Marvel y DC necesitan producir mucha más basura para regalarnos una gema, cuando en teoría -ya que cuentan con los mejores medios y tal- debería ser justo al revés. De ahí la sensación de que las independientes emergen mientras que las grandes se colapsan.
Otro detalle significativo: ¿te has fijado que cuando hablamos de las grandes obras de Marvel y DC citamos a menudo historias que tienen más de 20 años mientras que con las independientes pasa lo contrario? Es más: bastantes de las que citaríamos serían de Vertigo, que entonces funcionaba con criterios muy distintos al de las franquicias al uso.
Yo estoy con Pedro: el mercado cinematográfico es la clave, y el control que en este sentido ejercen Marvel y DC –dos editoriales que pertenecen a grupos con productora propia– sobre sus propios productos está desincentivando a autores que saben que su nombre vende y que creen tener una buena idea. Entre sacarla en DC/Marvel o sacarla en una editorial en la que tengan pleno control sobre los derechos derivados, van a hacerlo en esta última. Recordemos… Los Vengadores ha recaudado este año lo que ingresó todo el mercado de venta directa en los años 2011, 2010 y 2009. Y no me refiero a los cómics que vendió Marvel, no. O a la grapas. Me refiero a TODO. Los ingresos brutos de todas las editoriales con todas sus series y productos mediante ese canal de distribución y durante tres años. Desde luego Los Vengadores es un pelotazo y nada se puede comparar a ella, pero es indicativo de la diferencia brutal de escala que separa al séptimo del noveno arte. El real mainstream historierístico es la cantera de la gran pantalla. Así que la cuestión no es si ganas más haciendo Fatale o Marvel Now: Capitán América, sino quién se lleva la pasta cuando se adaptan al cine. Y precisamente Brubaker viene al pelo, porque su «HOLY SHIT.» al enterarse de cómo se iba a subtitular la segunda parte del Capitán América no tiene precio. ¿Sabéis por qué? Pues porque la primera recaudó a nivel mundial 368 millones de dólares en 2011. El mercado directo en 2011 hizo 414.
Luego, naturalmente, está el hastío de hacer superhéroes. Y las ganas de tener un control creativo absoluto en una serie regular. Pero la cuestión es que antes, cuando no querías hacer superhéroes y querías tener control creativo te ibas a Vertigo, sobre todo si habías hecho allí cosas antes. Ahora te vas a Image. ¿Que por qué vende más Saga que Saucer Country? Personalmente no creo que sea porque la gente que quiere independiente se va a una independiente. Saga vende más que Saucer Country porque el predicamento de Vaughan no puede compararse al de Cornell; pero, sobre todo, Saga vende más que Saucer Country porque es mejor. O, si no queréis atender a un criterio tan subjetivo, lo diré de otra forma: porque gusta más. Y es que la gente rara vez compra por principio… la gente compra lo que le gusta. Además, tampoco creo que la diversificación temática sea un problema en Vertigo. Al menos, no lo fue cuando tenía colecciones tan dispares como Y, el último hombre, 100 Balas o Fábulas coexistiendo. ¿Por qué? Porque era buenas series. Series a las que Saucer Country o Dominique Laveau: Voodoo Child no les llegan ni a la rodilla.
A este respecto, el futuro de la línea Vertigo es intentar dar con un mirlo blanco: atraer a un autor novato –porque para los novatos DC sigue siendo mucha mejor carta de presentación que Image… no todas las series que lanza Image se comportan como Saga, ni mucho menos– que resulte ser un genio. Mientras se conformará con buscarse artesanos enormementes competentes como Snyder o Lemire para que hagan una serie (American Vampire, Sweet Tooth), dejen buena impresión, pasen a continuación a encargarse de series en el UDC (Batman, Swamp Thing, Animal Man) y regresen triunfalmente a Vertigo como autores hot (con puntuales escapadas fuera, como pueda ser Severed).
Argh, con Pedro no… con Jordi. ¡Se me ha ido el santo al cielo!
El éxodo de Marvel hacia Image en principio no es una noticia tan grande como parece a primera vista
A mi esa es una idea que me ronda por la cabeza. Ahora parece que todo el mundo se quiere ir a las independientes (mas mainstream como Image y Dark Horse, porque realmente a pocos de esos autores citados en el articulo los veo haciendo cosas como las de Crumb o Bagge). Y realmente miramos los autores y muchos como Ellis, Ennis, Miligan que es la gran ausencia en el articulo de Daniel con su X-Statix, Morrison, Vaughan, Brubaker, etc. Son gente que siempre han coqueteado con series propias, generalmente en Vertigo.
Así que la impresión que tengo es que todo sigue muy parecido a como estaba, salvo que Image le ha comido su parcela, fundamentalmente, a Vertigo, y que los autores alternan entre creaciones propias y grandes franquicias.
Y de lo que no hay ninguna duda es que Hickman, Brubaker, Millar y compñia le sacan mucho más beneficio a escribir dos series de creación propia que a dos series para Marvel o DC
Pues Pedro, yo niego la mayor. No creo que, por ejemplo, Morrison se levantase mas pasta con Vinanarama y Seaguy que con el contrato para Marvel con sus New X-Men. Y te cito esas por ser las siguientes en aparecer después del paso por Marvel. Pero oye, si alguien me aporta datos objetivos me como mis palabras.
Otra cosa es que, si sale bien la jugada, puedan ganar mucho mas. Pero es mas una posibilidad que algo real, en mi opinión. Por poner otro ejemplo, Millar seguro que se ha forrado con Kick-Ass, pero de momento no sé si Superior (que hasta donde yo sé no tiene prevista adaptación cinematográfica) le ha reportado mas beneficios que The Ultimates.
Pues yo solo me paso a felicitar por el fabuloso tri-artículo y que haya tanta variedad en zona negativa, que la verdad se estaba estancando un tanto en tanta noticia sobre marvel now!
Iba a decir algo sobre autores que han hecho buenos trabajos en las dos grandes pero que luego han pasado a las independientes y, con más libertad creativa, no han llegado a los niveles de antaño. Me viene a la mente el caso de Neal Adams y de Marv Wolfman, pero en verdad no es sintomático de los tiempos actuales ni de lo que se habla en este artículo, a cuyos autores felicito una vez más.
Vamos, que yo tambien estoy con Jordi (y José) en que económicamente el éxito en una independiente depende de su adaptación al cine (o a la tele). Y creo que esto es así no solo en el comic sino en otros campos como la literatura, porque apostaría a que G.R.R. Martin ha gabnado mas con la serie en dos años que con los 5 libros de Canción de Hielo y Fuego.
Por cierto, una cosa que se me ha olvidado comentar, al respecto de la parte de Enrique, respecto a autores con éxito en independientes y sus trabajos en Marvel o DC. Personalmente no creo que las dos grandes se beneficien demasiado del éxito de los autores en las independientes, y sobre todo por la actual política editorial del crossover continuado, algo que el lector mas «independiente» aborrece con fuerza, en mi opinión, y que no pasaba al principio en la Marvel de Quesada, donde si se podía dar que el lector de Predicador se acercase al Punisher de Ennis.
A lo mejor soy un ingenuo, pero me resisto a creer que la mayoría de los creadores de cómic estén pensando en la adaptación cinematográfica (y lo mismo podría decir de literatos o músicos) sino, simplemente, en las satisfacciones que la propiedad de sus obras da en todos los sentidos. ¿Eisner pensaba en la rentabilidad cinematográfica de sus creaciones? ¿Chaykin? ¿Mignola? Y aquí recuerdo lo que decía Moore al respecto, que incluso reniega de ellas, y no puede, en cambio, dudarse del compromiso que tiene con los derechos de autor.
Recordemos, además, que muy pocas obras propiedad de sus autores han sido grandes éxitos en la pantalla, que por cada 300 o TWD hay varios From Hell o Spawn. Y que los éxitos de Marvel en la gran pantalla son de pocos años acá mientras que este movimiento «autoral» viene de décadas. Sobre el particular son muy interesantes las reflexiones de Miller publicadas en uno de sus Sin city (no recuerdo ahora la historia concreta).
Para mí que el oligopolio y las condiciones leoninas de Marvel y DC son una anomalía en los tiempos que corren, como lo serían los métodos de Bruguera o Editorial Valenciana hoy día. Es lógico que se busque un «reajuste», como ocurrió con el sistema de estudios del Hollywood clásico.
Cada vez me da mas grima el término «independiente» sea el medio que sea. Se le está adjudicando a materiales que no se diferencian en casi nada de lo mainstream con la finalidad de hacerlos pasar por algo mas trasgresor, innovador o molón.
Mainstream, o sea, los tebeos de nuestros abuelos, son los que hacen Marvel o DC, que intentan periódicamente reinventar a sus personajes y crean otros nuevos casi cada mes.
Independiente, o sea, los tebeos molones que hay que leer, son adaptaciones de los putos Transformers o la enésima aventura de la superinteresantísima y megaoriginal Witchblade.
Pero como no todo van a ser críticas a adaptaciones de personajes infantiles o repescas de lo mas infame de los 90, comento que estos días he podido leer los primeros tomos de Saga y Ladrón de ladrones, ambos con la mayor de las predisposiciones.
Conclusión: ¿Esto es todo? ¿Para esto tanto bombo y platillo?
Pero Phantomas una cosa es que se gane más dinero en un medio y otra que escribas pensando en ello. Ya hablaba Faulkner, amigo de Howard Hawks, de la indecencia que pagaban en Hollywood por cuatro letras mal escritas y, sin embargo, dudo que haya nadie en su sano juicio que diga que Faulkner escribía pensando en la adaptación cinematográfica de sus obras. Son cosas distintas.
«…he podido leer los primeros tomos de Saga y Ladrón de ladrones, ambos con la mayor de las predisposiciones.
Conclusión: ¿Esto es todo? ¿Para esto tanto bombo y platillo?»
Ladrón de ladrones no lo he catado. Pero Saga si y, teniendo en cuenta cómo anda el cómic norteamericano, me parece de notable alto, como mínimo.
> Cada vez me da mas grima el término “independiente” sea el medio que sea.
Concuerdo. Yo prefiero hablar de «libertad creativa», que es -junto con el talento- lo que realmente diferencia unas obras de otras. Porque si tienes libertad y no tienes talento no sale nada de provecho, mientras que si tienes talento y no te dejan desarrollarlo es como si no lo tuvieras.
Javié eres un cachondo mental.
Oci, volvemos a una discusión que tuvimos el primer día… Las independientes (Image, Dark Horse, Dynamite, Avatar Press, Boom!, Dark Horse, y sus imitaciones dentro de las grandes editoriales, como Vertigo e Icon) perpetúan esquemas de género –el real mainstream, como se vino a llamar para superar la clásica distinción entre superheroico y no superheroico, e incluir así una categoría que incluyese superhéroes para también fantasía, ciencia ficción y otras ficciones de género–, pero también se apoyan básicamente en el mercado de venta directa, tienen una dimensión industrial muy acusada, se basan esencialmente en el esquema de serialización/recopilación (primero grapa, después tomo) y, básicamente, lo que hacen es proporcionarle a los autores libertad económica y creativa. Su historia es la del creator owned. Las editoriales alternativas (Aardvark-Vanaheim, Kitchen Sink Press, Fantagraphics Books o Drawn and Quarterly) escapan de ese real mainstream, se enfocan hacia el mercado generalista más que al de librerías especializadas, tienen una identidad arty más clara, se han desligado progresivamente de la serialización clásica a partir del underground (tienden por tanto al formato novela gráfica de primeras) y su reacción no es tanto a los condicionantes económicos impuestos por las grandes editoriales (no en vano, los autores alternativos no suelen participar de ese alegre transvase entre DC/Marvel e independientes al que asistimos ahora) como a su limitación temática. Su historia es la del undeground.
Mixmerik… no es cuestión de «escribir pensando en». Es cuestión de ser consciente de que si tu trabajo da dinero es porque es bueno, y que si es bueno es porque lo escribes tú. Sin embargo, el dinero que da por ser bueno (e incluso, cuando adquieres cierta fama, el dinero que da por ser tú quien lo escribe) no va a parar a ti. La cuestión cinematográfica es en la que esto es más patente, pero ni mucho menos la única: derechos internacionales de publicación, merchandising (que recordemos que fue la chispa que prendió las hostilidades entre Moore y DC)… Si todo fuera tener el control creativo de tu producto, todo seguiría como hasta hace unos años. De todas formas, hay que sumarle otras cuestiones importantes a este asunto, como el cambio en los contratos estándar. Image posee, de lejos, los más beneficiosos si eres un autor de renombre. Porque la cuestión es justamente esa: a Image «te llevas tus lectores». Es enormemente raro que los consigas publicando allí. Sin embargo, a las dos grandes vas a «conseguir» esos lectores.
Me refería precisamente a lo que dice Phantomas, que se están poniendo como ejemplo casos muy muy aislados, los que venden bien. Pero es que son pocos. Como ha dicho él, estamos hablando más de una posibilidad que de una realidad.
Mixmerix, no estoy de acuerdo en que todas las grandes historias de supers fueran hace 20 años. He puesto sólo aquellas que estaríamos todos de acuerdo, porque, insisto una vez más, el único criterio fiable es el tiempo. Pero eso me vale para las indys igual. A ver donde están Saga o Chew dentro de 20 años, ahí hablamos. Pero comics buenos, malos y mejores yo los encuentro en Marvel, DC, independientes, USA, Europa y todos lados. ¿Porcentajes? Pues no lo sé. A lo mejor es lo que tú dices, pero si juntamos todas las independientes publican tantos o más comics que Marvel y DC y tampoco hay tantísimo que mole.
Precisamente el ejemplo del Hollywood clásico/años 60 viene al pelo. No sé si has leído «Moteros tranquilos, toros salvajes» pero ahí explican claramente por qué la libertad absoluta que se les dio a aquella generación acabó en un completo fracaso y en los estudios retomando el control y apostando por pelis aún más comerciales que las del Hollywood clásico. Y hasta aquí hemos llegado.
> Si todo fuera tener el control creativo de tu producto, todo seguiría como hasta hace unos años.
No me he explicado bien. El mercado editorial USA es una anomalía en los tiempos que corren, dominado por productos franquiciados que no son propiedad de sus creadores. Vertigo no era una «solución estable», desde mi punto de vista, sino un paso adelante… que luego se truncó. De ahí que las que toman el relevo le coman el terreno. ¿De que sirve hacer una obra de tu «relativa» propiedad si para ello tienes que claudicar en cientos de otras a las que te «obliga» el mercado? Vertigo sólo tenía sentido como punta de lanza para cambiar el concepto de mercado y acercarlo a lo que es en otros medios y en otros países. Que es lo que estamos viendo. Que Jeff Smith no tiene que pasar por las grandes para hacerse un nombre, por ejemplo. Es como si en España, por ejemplo, Paco Roca tuviera que hacer Mortadelos o Roberto Alcázar y Pedrín para poder despuntar, hiciera luego Arrugas, al año siguiente retomara el Capitán Trueno, que a su vez simultanearía con El invierno del dibujante… Esto, que aquí nos chocaría, resulta que es lo que estamos viendo a propósito de este artículo.
En definitiva, lo que yo creo (y puedo equivocarme) que quieren los creadores es ser libres para adoptar su propio camino porque, a la larga, da más satisfacciones. No solo monetarias (¡ojo! a nadie la amarga un dulce).
> No sé si has leído “Moteros tranquilos, toros salvajes”
Por eso hacía la comparación más arriba con el Hollywood de los ’60, diciendo que ojalá hayamos aprendido, porque de lo contrario, al cabo de 10 años tenemos a Marvel y DC acabando con las series de creación propia para cimentar un mercado en el que todo sean franquicias.
Y, bueno, tampoco afirmo que en 20 años no se haya publicado un cómic mainstream decente. ¿He dicho ya que me encanta Planetary? Pero la comparativa entre lo que son ahora Marvel y DC y lo que fueron es para echarse a llorar. Sobre este punto no cabe discusión posible.
De todos modos, esto del mundillo es muy complicado o yo soy un lector raro, porque…
…los fans de Marvel me dicen que tengo mucho DC…
…los fans de DC me dicen que tengo mucho Marvel…
…los fans de los superhéroes me dicen que tengo mucho independiente…
…los fans del cómic independiente me dicen que tengo muchos superhéroes…
…los fans del cómic USA me dicen que tengo mucho europeo…
…los fans del cómic europeo me dicen que tengo mucho USA…
Y así todo el rato.
José Torralba ha comentado: Las editoriales alternativas (Aardvark-Vanaheim, Kitchen Sink Press, Fantagraphics Books o Drawn and Quarterly) escapan de ese real mainstream, se enfocan hacia el mercado generalista más que al de librerías especializadas, tienen una identidad arty más clara,
Que ironía. Los raros, los que intentan cosas distintas, se enfocan al mercado generalista. El mainstream, lo de siempre, se encierra en librerías especializadas.
Bueno, personalmente no creo que los obliguen a hacer superhéroes. Los equivalentes a Paco Roca en el mercado americano no están ni en DC, ni en Marvel ni en ninguna independiente. Están en editoriales alternativas o en determinados departamentos de grandes editoriales generalistas. DC, Marvel y las independientes siempre se han movido entre los superhéroes y los esquemas de género. Si alguien está ahí es porque una de esas dos cosas le gusta. Y si no le gustan, se ha equivocado claramente de sitio porque puede ganarse el pan en otro lado y ser más feliz. Respecto a Vertigo, estoy totalmente de acuerdo: en su momento supuso un híbrido con las ventajas del independiente y de una gran editorial; una respuesta a las reivindicaciones de la propiedad creativa de los años 80 y 90 y al nacimiento de las editoriales independientes. Pero la fórmula que funcionaba entonces ahora ya no lo hace. Es más, ni siquiera han mejorado la fórmula o la han dejado igual, sino que han dado pasos para hacerla más «tradicional».
Que ironía. Los raros, los que intentan cosas distintas, se enfocan al mercado generalista. El mainstream, lo de siempre, se encierra en librerías especializadas.
Tiene todo el sentido del mundo. El mercado generalista es más grande y, por tanto, si estás intentando vender algo raro, es más probable que encuentres ahí a tu público. El especializado, por contra, es más pequeño y lo tienes ya muy copado y con un público con gustos muy definidos. De todas formas, en el mercado generalista (que en ventas sigue siendo más pequeño que el especializado) lo que más se vende es manga. Luego, más manga. Luego superhéroes. Y luego, año tras año, los grandes puntales del alternativo en forma de novela gráfica que cualquiera podría citar (Maus, Persépolis, etc.) más la sensación de la temporada.
Bueno, no sé si DC y Marvel son una triste sombra de lo que fueron… Tampoco me parece para tanto.
Lo que sí creo estaremos de acuerdo es que ahora estamos viviendo un momento histórico en el que las grandes corporaciones están tomando cada vez más control de la industria cultural en general, y exigen cada vez más beneficio y más rápido, como en todos los demás aspectos de la vida. Eso indiscutiblemente va limitando la libertad de los creadores cada vez más, en todos los ámbitos.
Pero por otro lado, ahora disponemos de unos medios de producción y distribución que abaratan los costes para el creador y van haciendo más superflua la intervención de los intermediarios, porque hay contacto directo con el público. A los músicos no les hace falta ya compañías discográficas que les metan pasta para grabar y pueden distribuirlo ellos mismos, gratis incluso, y vivir de los conciertos, lo que también elimina la necesidad de tiendas de discos.Y otro tanto podemos decir de la literatura y el comic, que es de lo que creo estamos hablando. Al cine le pasa menos porque es muchísimo más caro de producir, aunque iniciativas en ese sentido hay varias ya también.
Así que asistimos a una especie de batalla entre los creadores/clientes y las corporaciones por ver qué modelo de negocio sale adelante. De momento las segundas siguen goleando, pero hay síntomas de que eso puede cambiar, o al menos hay segmentos de mercado donde ese «otro» modelo va cuajando más. ¿Estamos de acuerdo con esta interpretación?
José, si el ejemplo de Paco Roca lo ves demasiado ajeno, cámbialo por, qué sé yo, Carlos Giménez, que empezó haciendo vaqueros y ha tocado multitud de géneros, desde la aventura a la ciencia ficción pasando por las obras autobiográficas en las que se ha especializado. Lo que no ha hecho es unos números de Esther, luego un fill-in de El Jabato y una recordada etapa de 30 números en El guerrero del antifaz. Eso es lo que yo llamo «la anomalía» del mercado USA.
De acuerdo en lo de los esquemas de género. ¡Ojalá ese fuera el caso! Lo malo es que en Marvel y DC, a día de hoy, sólo hay el esquema de un género, el de superhéroes. Es como sin en Hollywood llevaran 40 años filmando películas de vaqueros en el 80% de su producción. No tengo nada contra los vaqueros (o los superhéroes). Es más, me gusta. Pero un poco de variedad, por favor.
Hace poco se comentaban las cifras de ventas de septiembre y se decía que el mercado gozaba de buena salud. ¿Porque se venden 6 Batman, 4 Green Lantern, 2 Vengadores, un Spider-Man? ¿Os imagináis si la lista de libros más vendidos de septiembre fueran 6 Tarzanes, 4 James Bond, 2 Sherlock Holmes y un Dracula? ¿Que los discos más vendidos del mes fueran 6 versiones de los Beatles, 4 de los Rolling Stones, 2 de Bob Dylan, una de Stevie Wonder? ¿Alguien se atrevería a decir que ese mercado goza de buena salud? ¡Pues eso es lo que vemos todos los días en el mercado USA y a nadie (o casi) le sorprende! Con Vertigo (y otras iniciativas) parecía que la cosa empezaba a normalizarse. Y ese es el camino que, para mí, deberían llevar las cosas. Vamos, que sé que, en el fondo, estás de acuerdo conmigo, porque uno de los artículos más clarividentes que he leído sobre el particular era tuyo, de hace unos meses, explicando qué opciones tenían los superhéroes como ficción de género.
> ¿Estamos de acuerdo con esta interpretación?
En todo, salvo en la primera frase. A mí sí me parecen hoy día una sombra de lo que fueron en sus mejores tiempos. No sé. Es cómo comparar a Lennon con su hijo.
comento que estos días he podido leer los primeros tomos de Saga y Ladrón de ladrones, ambos con la mayor de las predisposiciones.
Conclusión: ¿Esto es todo? ¿Para esto tanto bombo y platillo?
Pues si, y eso es lo que hay, como hijo de tu tiempo no puedes aspirar a
mas, yo me canso de comprar series actuales que me recomiendan como
obras maestras y que luego no pasan del «correcto».
La realidad
es que vivimos un momento de sequía creativa, y todo lo que escapa ligeramente
de esa mediocridad recibe tratamiento inmediato de «maravilla» y
«revolucionaria», pero rara vez es la primera y nunca es la segunda, sigue
comprando clásicos hasta que pase y reza por morir antes de acabar con todo lo
bueno que YA se ha hecho.
Frecuentemente me he lamentado de no ir al día con las series nuevas, las más de las veces por dar oportunidad a relecturas o al descubrimiento de muchos de esos clásicos que todos tenemos pendientes, pero he de reconocer que tiene una gran ventaja: cuando acometo la lectura las expectativas ya están mucho más matizadas, a veces para bien (esas series que empiezan flojo y van creciendo), a veces para mal (esas historias que parece que van a romper y luego se desinflan).
Pero Phantomas una cosa es que se gane más dinero en un medio y otra que escribas pensando en ello
Yo no he dicho tal cosa. No reniego de que los creadores se van a sellos independientes para tener mayor control de sus creaciones, en todos los sentidos: artísticos, ideológicos, de satisfacción personal, y también, de posibilidades económicas.
Pero la fórmula que funcionaba entonces ahora ya no lo hace. Es más, ni siquiera han mejorado la fórmula o la han dejado igual, sino que han dado pasos para hacerla más “tradicional”
Coño, pero no lo hace precisamente porque la han empeorado. Y también porque, por mucho que no le guste a Ocioso, no era un sello independiente, sino totalmente dependiente de una corporación de la industria del ocio como Warner, que no odia permitir que el autor de un comic que ellos publicaban se querellase por plagio contra los directores de una película, también producida por ellos, y que había dado cientos de millones de beneficio…
Javié, define cual es el periodo de sequía creativa, por favor…
Mixmerik, no entiendo lo de Carlos Giménez. No tiene, efectivamente, esa trayectoria que comentas, pero trabajó en Drake & Drake o Buck Rogers, hizo sus pinitos en varios estudios, hizo tebeos románticos, hizo tebeos de ciencia ficción creados por otros (como Delta 99), ha adaptado la La isla del tesoro… Después es cierto que va variando su trayectoria hasta ser el Giménez que conocemos hoy, y aquí hay que tener en cuenta las diferencias entre el mercado americano y el europeo, ojo, que es como si te pones a comparar el americano y el japonés y dices «es que los americanos no tienen una revista en la que sacar varias historietas y votar la más popular para después pasarla a tomo». Pero, con todo y con eso, mira esto de aquí. Es bastante reciente.
Respecto a los géneros (entendiendo por tal «ficción de género» y no géneros narrativos en el sentido taxonómico), lo de real mainstream se acuñó para hacer referencia al cómic mainstream no superheroico, que lo hay y tiene gran tradición en Estados Unidos: terror, género negro, fantasía, ciencia ficción, bélico… Estrictamente hablando, Conan no es superheroico. Ni Y el último hombre. Ni la mayor parte de Sandman. Ni Criminal. Ni Saga. Ni Los Muertos Vivientes. Ni la primera parte de Dreadstar. Ni 100 Balas. Y quien dice estos títulos ahora, decía Weird War Tales, G.I. Combat, House os Secrets o toda la EC Comics entonces. No son títulos superheroicos. Pero, sin embargo, no creo que puedan considerarse «no maintream» en el sentido en el que lo es la producción de Chris Ware.
¿Hace falta más variedad? Por supuesto, y ahí es donde entra la parte en la que estoy de acuerdo contigo. El supeheroico es un mercado (impreso) en serio retroceso. Las mejores cifras de ventas de ahora parecerían ridículas hace años, y el caso es más llamativo si lo comparamos con otros medios de masas. Y a mí me gusta comprar de todo. Pero, independientemente de mis gustos, los productos de autor no tienen tanto éxito (salvo excepciones) que los franquiciados. El problema del descenso de ventas es un problema general del medio; un problema distinto en cuyo análisis, efectivamente, estamos totalmente de acuerdo.
Coño, pero no lo hace precisamente porque la han empeorado.
A eso me refería con lo de volverla «más tradicional». No sólo no son competitivos con respecto al creator-owned de ahora. Es que no lo son con respecto al que ofrecían hace unos años. Por eso están perdiendo autores consagrados que antes trabajaban allí.
¿Hace falta más variedad? Por supuesto
Estando de acuerdo en eso, yo echo mucho de menos una serie nueva de space opera, por ejemplo (aun no he empezado Saga), lo que no entiendo es la petición de Mixmerik de que tenga que ser Marvel o DC el que lo haga…
Por qué motivo??? No es mas lógico que otras editoriales con esquemas industriales similares se dediquen a ese nicho desatendido por las dos grandes?
José, sé que te referías a eso, pero queria añadir que ademas del cambio en la politica empresarial surgida con la sustitucion de Berger, Vertigo tambien tenia algún problema de «estabilidad» al formar parte de Warner (y sé que conoces el caso Invisibles vs Matrix mejor que yo), como comentaba Mixmerik,mpor lo que es lógico que si Morrison quiere hacer algo que cree se puede adaptar a algún Medio audiovisual, se vaya a una editorial que no dependa de Disney o Warner
Sí… estoy de acuerdo. De hecho en mi primer comentario medio lo apuntaba al decir que «el control que en este sentido ejercen Marvel y DC –dos editoriales que pertenecen a grupos con productora propia– sobre sus propios productos está desincentivando a autores que saben que su nombre vende y que creen tener una buena idea. Entre sacarla en DC/Marvel o sacarla en una editorial en la que tengan pleno control sobre los derechos derivados, van a hacerlo en esta última». Pero vaya, que estoy de acuerdo es que eso supone un problema estructural. Cambian las órdenes de arriba y cambia todo. En una editorial que sólo es editorial, la política es mucho menos probable que cambie.
Respecto a lo lógico… lo lógico sería que en DC/Marvel se dieran cuenta de que hay un nicho desatendido que podrían copar, dada la potencia del grupo que tienen detrás. Y que el éxodo de autores que están teniendo puede acarrear problemas. Si tienes autores que antes publicaban contigo y ahora no, piensa en qué ha cambiado y en cómo puedes volver a atraerlos, porque tal vez querer más porciones del pastel te lleva a que el pastelero se largue. De hecho, lo que me sorprende es que la Warner –que tiene dentro del grupo estudios filoindies como New Line Cinema o Warner Independent Pictures, y que es dueña de la HBO– no se haya puesto las pilas todavía con este tema.
José, mis ejemplos no eran tanto para comparar entre autores (mea culpa si se ha entendido así) sino para ilustrar, precisamente, lo que comentas luego: las diferencias entre uno y otro mercado y, sobre todo, esa arraigada tendencia a pensar, respecto al mercado USA, que uno necesita «hacer méritos» para encargarse de Batman o Los 4 Fantásticos y triunfar, como si este fuera el pináculo de la carrera de uno, cuando -con carácter general- debería ser lo contrario. Es decir: las creaciones propias deberían ser las que sustenten el mercado y no al revés. Las nuevas creaciones, por supuesto, pueden (a lo mejor incluso deben, si nos atenemos a otros mercados) ser ficciones de género, por ser las de más amplio arraigo, pero lo que me parece contranatura es este predominio del personaje franquiciado sobre cualquier otra consideración. Ello no es óbice para que un autor adapte o trabaje con el material de otros, llegado el caso, aportando su propia sensibilidad, pero -insisto- lo lógico en un sistema sano es la renovación y no el reciclaje ad nauseam.
Coincido en lo del real mainstream, así como en los ejemplos que das, de ahí lo comentado por mí de que ojalá el mainstream USA fuera así a día de hoy, porque de lo que va el artículo es de que antes Dreadstar, Y el último hombre, Sandman y muchas otras que citas tenían acomodo en las 2 grandes y ahora no, por eso sus equivalentes actuales están en otras compañías más propicias para estos géneros. El trasvase o éxodo. O, si lo prefieres, Marvel y DC han hecho una apuesta clara por un único género del mainstream, aquel que le da unos beneficios rápidos gracias al público cautivo (cada vez menor obviamente) y aquel que menos riesgos conlleva, dado que ya está amortizado. Lo de Vertigo es paradigmático de lo que digo. Las 2 grandes, en vez de abrirse a los nuevos tiempos, se abastionan en la propiedad empresarial, es decir, sólo invierten en productos que puedan manejar a su antojo. No es casual, por ejemplo, que franquicias poderosas como Conan, Star Wars o Transformers, que estuvieron en Marvel ahora no lo estén.
Al final creo que estamos dando vueltas un poco sobre lo mismo. Salvo algún detalle, creo que estamos de acuerdo en que esta no es la Marvel de los ’70 ni la DC de los ’80 capaces de asimilar e impulsar las corrientes a su alrededor, sino un dinosaurio anquilosado que repite fórmulas gastadas, de ahí que las nuevas propuestas no encuentren en ella acomodo. Como ambas son gigantes que monopolizan el mercado, esta situación anómala se perpetúa más allá de lo que fuera razonable.
> Pero, independientemente de mis gustos, los productos de autor no tienen tanto éxito (salvo excepciones) que los franquiciados.
Esta afirmación necesita matizaciones importantes. Que, al final, el producto de éxito (salvo excepciones, como Titanic o ET) se convierte en franquicia es algo que, a día de hoy, nadie puede negar, pero sería difícil sostener que Spider-Man o Los 4 Fantásticos nacieron como franquicia (o se comportaron como tales en sus primeros años). O Watchmen. Tiburón, en el cine. Y, de nuevo, hay diferencias entre Harry Potter, por ejemplo, que se puede tomar como franquicia, evidentemente, o como saga, tipo El señor de los anillos, sin que la mercantilización afecte ostensiblemente a la creación sino a la comercialización posterior. Llevando el símil al mundo del cómic, hay gran diferencia entre Los muertos vivientes y Batman, por ejemplo, por mucho que ambas tengan, en efecto, tratamiento de franquicia.
José pero estas mezclando dos temas:
Respecto a los autores, totalmente de acuerdo. Si tenias gente de renombre que antes trabajaba contigo y ahora no, piensa el por qué. En cualquier caso, el gran arquitecto y top de ventas de Marvel de la ultima década ha sido Bendis, y sigue con ellos. Y en DC el equivalente seria Johns que también. El resto, en mi opinión no experta, tiene mucho menos peso.
En cuanto a los nichos… La rama galáctica de Marvel ha tenido buenas criticas, pero creo que vendía menos que las series punteras de Vengadores o Patrulla-X. Y en cuanto parecio que iba bien, empezaron con los eventos. La de DC No siquiera eso. Así que, empresarialmente tiene algo de sentido centrarse en esas series, que es lo que ha hecho Marvel. Ahora si te fijas, todo son derivados de Vengadores o mutantes. Para mi es mas lógico que si alguien quiere escribir una space opera sin tener que cortar la historia por exigencias de la editorial para tener a Cohete Mapache de invitado durante 3 números, se vaya a una independiente, mientras que si alguien tiene una historia cojonuda con un sosias de Batman, es casi preferible que la publique en Batman. Pero repito, eso es para mi. También entiendo la alternativa que planteas respecto a copar el mercado
Phantomas, no digo que las nuevas series se tengan que publicar en Marvel o DC, sino lo que explica justo después José Torralba: «lo lógico sería que en DC/Marvel se dieran cuenta de que hay un nicho desatendido que podrían copar». Es decir, que se deberían poner las pilas en vez de practicar esta política de «tierra quemada». Pero claro, explícales que para tener un éxito como Los muertos vivientes tienen que aguantar la serie durante meses vendiendo por debajo de los 15.000 ejemplares, renunciar a franquiciar a cada uno de sus protagonistas porque pueden morir en cualquier momento (¡y sin resurrección!) y a la política del invitado especial (Batman o Lobezno) en el nº 3, por no mencionar el crossover anual… Están mucho más cómodos exprimiendo a la cada vez más exhausta gallina de los huevos de oro, pensando en que aún le pueden sacar unos cientos de miles más al Capitán América o a Superman.
> si alguien quiere escribir una space opera sin tener que cortar la historia por exigencias de la editorial para tener a Cohete Mapache de invitado durante 3 números
Jajaja. Hemos coincidido en argumentación, aunque no en personaje. 😉
> En cualquier caso, el gran arquitecto y top de ventas de Marvel de la ultima década ha sido Bendis, y sigue con ellos. Y en DC el equivalente seria Johns que también.
Ese es para mí el gran problema de las Marvel y DC actuales, con independencia de quienes trabajen para ellas en cada momento. Y es que, aunque parezca mentira, los 4 F de Lee & Kirby, la Patrulla-X de Claremont & Byrne o La Cosa del Pantano de Moore se hicieron sin ningún plan maestro detrás imponiéndose a los autores. Tanto es así que la muerte de Fénix se produjo… ¡porque nadie vigilaba la colección! A día de hoy eso es impensable, pues se le da más peso a la «visión de conjunto» que a cada serie con el resultado esperado: nunca las series Marvel o DC estuvieron tan cohesionadas… y nunca fueron tan malas.
Las 2 grandes, en vez de abrirse a los nuevos tiempos, se abastionan en la propiedad empresarial, es decir, sólo invierten en productos que puedan manejar a su antojo
Están mucho más cómodos exprimiendo a la cada vez más exhausta gallina de los huevos de oro, pensando en que aún le pueden sacar unos cientos de miles más al Capitán América o a Superman.
Pero es que no les están sacando unos cientos de miles!!! Les están sacando miles de millones EN EL CINE!!!
Repito lo de antes: a Warner le interesa mas mimar a los Wachosky por mucho que hayan plagiado Los Invisibles, antes que a Morrison con el que posiblemente no cubran ni la porción de gastos generales de la compañía. De verdad alguien cree que los derechos sobre Superman son por los comics que vende en lugar de por los potenciales beneficios de las películas???
Y ante eso, para que invertir en una serie nueva con personajes desconocidos que puede ser buena o no, pero que difícilmente se convertirán en iconos como los que maneja, y encima dándole la libertad autoral a los creadores…
Tanto es así que la muerte de Fénix se produjo… ¡porque nadie vigilaba la colección
No, no, no, no!!! Pero si precisamente La muerte del Fénix es una decisión totalmente editorial impuesta por Shooter en contra de lo que querían los autores…
> para que invertir en una serie nueva con personajes desconocidos que puede ser buena o no, pero que difícilmente se convertirán en iconos como los que maneja, y encima dándole la libertad autoral a los creadores…
¿Para qué? Pues precisamente para que fuera un negocio tan saneado como el cine, por ejemplo, donde sería impensable que cada semana el Box Office lo petarán Indiana Jones, Rambo, Harry Potter o Crepúsculo… que, vaya por Dios, son propiedad de sus creadores, a quienes se les paga por usar a sus criaturas. Una cosa no tiene que ver con la otra… en principio.
Entonces ¿por qué no lo hacen? Porque no tienen necesidad. Es lo que se decía en los ’90 cuando echaron a Claremont de los X-Men: ¿para qué vamos a contratar a un buen guionista que escriba la serie si se vende sola? Y, en efecto, se vendía. El problema vino años después cuando no hay manera de reflotarla, la escriba quien la escriba. Y así vamos.
> Pero si precisamente La muerte del Fénix es una decisión totalmente editorial impuesta por Shooter en contra de lo que querían los autores…
En efecto, cuando se enteró de lo que estaban haciendo MUCHO después de que estuviera publicado. Vamos, que no lo digo yo, que se lo he leído al propio Shooter. Y no sólo al respecto de Fénix, sino de Lobezno, de quien todos los implicados confiesan que coló porque nadie vigilaba la serie. Es decir, al contrario que ahora, que se hace la planificación a un año vista. Entonces, el «arquitecto» se enteraba cuando los demás ya lo habíamos leído. Igualito que lo de Ms Marvel, que también confesó el propio Shooter en su blog.
Tengo claro que la única oportunidad que tienen ahora mismo las grandes editoriales para salir del círculo reviciado en el que se han metido es que alguien le de la patada a Quesada y Didio.
O a los que manden ahora, que a fin de cuentas mantienen los mismos criterios que esos dos.
Una vez perdida completamente la continuidad en DC, y parcialmente en Marvel, no me importaría que llegara alguien y lo pusiese todo patas arriba si con eso se consiguiera recuperar la frescura perdida.
> Una vez perdida completamente la continuidad en DC, y parcialmente en Marvel, no me importaría que llegara alguien y lo pusiese todo patas arriba si con eso se consiguiera recuperar la frescura perdida.
+1
Os respondo a los dos a la vez que está relacionado. Phantomas, la cuestión es que antes en Marvel podías publicar Dreadstar en Epic y quedarte tan ancho. Sin embargo, hoy en día Marvel no tienen ningún sitio donde publicar cosas así (Icon cae muy lejos). ¿Por qué? Pues por todo un poco, supongo. Porque Jim Shooter y Archie Goodwin tienen una categoría profesional a años luz de la que puedan tener Quesada y Bendis, porque se centran en explotar cómics relacionados con sus productos cinematográficos o vete a saber por qué. Pero da un poco de pena, como da pena –relativa, que no soy accionista– ver lo que fue Vertigo y lo que es. ¿Que estando las cosas así es normal que un tipo que quiera hacer algo suyo se vaya a una independiente? Pues sí. Pero me resulta sorprendente la facilidad con la que DC y Marvel parecen haber cedido una parte del negocio. O la ceguera con la que han impuesto determinadas condiciones sabiendo que hoy en día hay varias alternativas. Vaya, que coincido con lo expuesto en el grueso de párrafos que ha escrito Mixmerik en el comentario 47. Pero no con todo…
Porque, Mixmerik, tal como lo expones es como si el súmmum de la literatura estuviera en escribir Drácula 87 o el del cine en interpretar a James Bond (aunque pueda ser un divertimento para actores consagrados, especialmente los papeles de villano), pero no creo que el mercado americano sea así del todo. Los superhéroes, efectivamente, son iconos editorialmente inmortales, franquicias multimillonarias cuyas riendas creativas se entienden a modo de cátedras o sillones de la RAE. Es una forma curiosa de funcionar, distinta, peculiar (muy propia de un mercado tan especializado, por otra parte). Azzarello lo comparaba no hace mucho con un Ferrari (o un Rolls, no recuerdo), pero viene a ser eso: si haces méritos, te dan las llaves. Y es normal… de la misma forma que no le darías un Ferrari a alguien que acaba de aprender a conducir, tampoco dejarías que cualquiera guionizara Batman. La razón última para querer guionizarlo puede ser múltiple: estar bien pagado, tener un trabajo seguro, ser un mitómano, pasar a la historia… pero hoy en día la cima de la cadena alimenticia en el mercado directo no está ahí. Está en ser Alan Moore. O, los más espabilados, en ser como Mark Millar.
O en otras palabras: nadie se contenta con escribir al personaje y punto. Quieres marcar época, quieres que se te conozca… que Batman venda más porque lo escribes tú y no porque es Batman. Y, cuando eso pasa, es cuando llegas realmente a la cima del mercado directo: le pones tu nombre a un tebeo y, oh, magia, vende. Y entonces te puedes independizar del superhéroe, porque ahora el superhéroe –editorial– eres tú. Aunque, de nuevo, de forma relativa. Porque aunque el tebeo con tu nombre venda, lo cierto ahora mismo en el mercado directo es que vende más si acompaña a una franquicia superheroica que si acompaña a una franquicia propia o a una obra que ni siquiera ha sido franquiciada. Ah, y totalmente de acuerdo con tus matizaciones: no es lo mismo una franquicia atada en corto por su creador, que siempre tenderá a conservar ciertas características autorales, que una corporativa.
Tengo claro que la única oportunidad que
tienen ahora mismo las grandes editoriales para salir del círculo
reviciado en el que se han metido es que alguien le de la patada a
Quesada y Didio.
O a los que manden ahora, que a fin de cuentas mantienen los mismos criterios que esos dos.
Una vez perdida completamente la continuidad en DC, y parcialmente en
Marvel, no me importaría que llegara alguien y lo pusiese todo patas
arriba si con eso se consiguiera recuperar la frescura perdida.
Daredevil, Ojo de Halcón, Lobezno y los X-Men, Soldado de Invierno, Ultimate All New Spider-Man, Uncanny X-Force, X-Factor, Journey Into Mystery… Frescura ¿qué? 😛
> Porque, Mixmerik, tal como lo expones es como si el súmmum de la literatura estuviera en escribir Drácula 87 o el del cine en interpretar a James Bond
Hoy no es mi día con los ejemplos, parece. Esas comparaciones las hacía para demostrar que en otros medios no pasa lo que en este… y siempre matizando, como escribía más arriba, que el tiempo pone a cada uno en su lugar y ahora las ventas millonarias de la Image fundacional son una anécdota, más que otra cosa, por mucho que en su día hicieran correr ríos de tinta, y tebeos de aquel tiempo que se publicaban de tapadillo son ahora las obras maestras de la época (¿alguien ha mencionado From Hell?). Evidentemente, no sostengo que escribir una nueva entrega de Dracula sea el no va más de la literatura, sino justo lo contrario, que los grandes escritores no se dedican a malgastar su talento en las creaciones de otros, por regla general, sino que lo invierten en sus propias creaciones. Lo mismo que argumentó Moore a propósito de los nuevos Watchmen, por cierto. Y es que, insisto, no veo nada de malo en que, con carácter puntual, se dediquen a esos divertimentos (como lo que dices de los malos de Bond) sino que ese sea el carácter troncal de sus carreras. El ejemplo de Azzarello es magnífico, porque ilustra perfectamente lo que quiero decir: compara el escribir estos cómics no con una labor artística, sino con una labor artesanal o de oficio. No con la creatividad sino con la pericia.
A este respecto recuerdo como, no hace tanto, se debatía por aquí sobre la carrera de Alan Moore y algunos lamentaban que no hubiera escrito alguno de sus personajes favoritos en vez de felicitarse por su impresionante legado de obras destacables (y en varios géneros), lo que debería ser la envidia de cualquier otro autor. Esto, insisto, en otros medios es mucho más raro. Siempre puede haber algún comentario del tipo «Lástima que Spielberg no dirigiera Harry el sucio» o «Agatha Christie podría haber escrito nuevas aventuras de Sherlock Holmes», pero es algo completamente anecdótico.
En definitiva, lo que vengo a decir es que la hegemonía de Marvel y DC, en particular con sus universos superheroicos, distorsiona la creatividad del medio, llevando a muchos a pensar que la salud del cómic depende de la solvencia de estos universos… cuando creo yo que es al revés, vaya. De ahí que aplauda cualquier iniciativa que implique más variedad (temática, estilística, etc.) y que modifique estas condiciones monopolísticas. Porque con ello ganamos todos… incluidos quienes nos gustan los superhéroes.
Ejemplo: Marvel prefiere sacar sus títulos más populares cada 15 días, con lo que ello supone en deterioro de la calidad intrínseca de la serie, en vez de arriesgar con nuevos títulos que puedan convertirse en franquicias futuras. ¿Es esto saludable a largo plazo?
Y lo mismo en DC con Batman, por ejemplo, quien para ser un solitario en sus orígenes tiene a día de hoy una extensa familia, como bromeaban en uno de sus propios tebeos.
Uff… el que se ha explicado ahora como una patata ahora soy yo, te pido disculpas. Te había entendido perfectamente. Tu postura es que en el cómic americano parece que escribir Batman es lo más de lo más, y que eso sería el equivalente a que el súmmum de la literatura estuviera en escribir Drácula 87 o el del cine en interpretar a James Bond. Por eso decía que aunque la comparación es ajustada, lo es relativamente, porque el súmmum de verdad está en ser Alan Moore. Es decir, en asociar tu nombre –y no una franquicia– a éxito y calidad.
Respecto a tu último párrafo, lo suscribo al 99%. Y el 1% restante es una matización: si hablamos de lectores, cuanta más variedad mejor. Pero si hablamos del medio, la salud de DC y Marvel es importante. Sin ellas, se iría al garete el mercado directo americano y multitud de tiendas especializadas en Europa. Lo que redundaría en que los canales de distribución quedarían tocados para el resto de editoriales. Ésa es la cuestión: me gusta que haya variedad temática en el cómic. Pero, hoy por hoy, parece imposible –con la excepción del manga– que el mercado sobreviva sin superhéroes. Todo lo que sea caminar hacia que el mercado sea sostenible con menos superhéroes me parece saludable.
Respecto a lo de Marvel y DC, no sé. Aquí quebraron Bruguera y Editorial Valenciana, que eran el equivalente hispano en los 40 y 50 y tampoco ha pasado nada. Teniendo en cuenta, claro, que no desaparezcan de la noche a la mañana, sino que vayan perdiendo su hegemonía en favor de otras más audaces, que reflejen mejor los nuevos gustos.
¡Ojo! Tampoco estoy diciendo que quiero que quiebren. Solo digo que «Todo lo que sea caminar hacia que el mercado sea sostenible con menos superhéroes me parece saludable.», en tus propias palabras.
cada que leo el nombre de daniel gavilan en el articulo, se que sera largo, algunas veces bueno, algunas malo, pero inevitablemente largo
Jejejej, ¡eso mismo! Además, si obraran con más cabeza yo creo que incluso les iría mejor.
Yo creo que les cuentas que, en la Patrulla-X, los más de cincuenta números que se hizo el Claremont hasta la marcha del Byrne discurrieron plácidamente, sin verse interrumpidos por un sólo «evento» de esos y contestan: ¡Qué desperdicio!
Sólo esa ya es una ventaja tremenda. ¿Alguien imagina la trama de Sandman interrumpida por Invasión o la basura de crossover que tocara aquel día? ¡Brrr!
Lo siento pero causais demasiado mareo, os resumo, al final tenemos que Paco Roca es puro mainstream en tierras iberas. Además bebe de ejemplos como Millar al igual que Mariscal exportando sus obras al cine. ¡Fuck yeah!
¿Roca? ¿Ese no es el de los cuartos de baño? Un millar son mil unidades, como en «un millar de personas». ¿Y un Mariscal? ¿Qué tiene que ver el ejército en todo esto? ¡Qué mensaje más confuso! 🙂
cada que leo el nombre de daniel
gavilan en el articulo, se que sera largo, algunas veces bueno, algunas
malo, pero inevitablemente largo
Me alegro de que te hayas dado cuenta. Ahora bien, no te olvides de comentarlo entre tus amigas y conocidas 😛
Jorgenexo debe ser otro yo mío, porque ha calcado mis pensamientos.
Yo ni siquiera tengo el culo del tamaño de esos pectorales.
Estoy con vosotros, Jorge ha contado la historia de mi vida marvelita. A lo que me refiero con ponerlo todo patas arriba para recuperar la frescura es a hacer algo parecido a lo que hizo Quesada en su momento marvelknigthizando casi todas las colecciones. O lo que hizo Bendis con los Vengadores.
No se trata de rebutear Marvel porque eso no funcionaría, sino de reinventar el tono general de las historias. Recordemos que siempre han sido superheroes + algo, donde ese algo era ciencia-ficción, monstruos, romance o lo que tocara en cada momento. En los 90 entró el ¿género? militar y todo se fué a tomar por el culo. Quesada y sus contratados trajeron el noir y una determinada forma de dialogar y Marvel revivió.
Ahora hay que encontrar un nuevo revulsivo para la nueva década porque esas fórmulas parecen gastadas.