Edición original: Frankenstein Underground #1 (de 5) USA, Dark Horse comics. Guión: Mike Mignola. Dibujo: Ben Stenbeck. Color: Dave Stewart. Formato: Grapa, 32 páginas. Precio: 3,50 $.
Desde que fuese creado por Mary Wollstonecraft Shelley en su novela Frankenstein de 1818, la criatura devuelta a la vida a partir de fragmentos de cadáveres cosidos ha tenido un amplio deambular por muy variados medios. Curiosamente, en el mundo del cómic ha tenido múltiples encarnaciones en las que ha aparecido no cómo un monstruo, sino caminando por el sendero del héroe. Así, podemos hablar de la versión de Dick Briefer de los años 40, de la que aparecía en los cómics Marvel de los años 70, del creado por Grant Morrison para DC en sus Siete Soldados de la Victoria, o del que aparece en el reciente Joe Frankenstein de Chuck Dixon y Graham Nolan. Incluso podríamos mencionar ese único número publicado por la editorial Gold Key en 1966 que contaba aventuras del superheroico robot que aparecía en la serie de dibujos animados titulada Frankenstein Jr. de Hannah-Barbera. Por supuesto, en el noveno arte también han abundado versiones más cercanas a la canónica, y el monstruo ha sido en ellas un trágico homicida o directamente un villano, pero no deja de llamar la atención la abundancia de acercamientos heroicos desde los que el personaje ha sido abordado en las viñetas.
Ahora, Mike Mignola se une a esta tradición y nos trae una miniserie en la que el ser reanimado mediante la electricidad por el barón Víctor Frakenstein asume, si no el manto del heroísmo, por lo menos sí el de protagonista no malvado. No es la primera ocasión que el autor usa a este personaje en el universo ficticio que ha edificado a partir de su Hellboy: en la novela gráfica House of the living dead, dibujada por Richard Corben y protagonizada por el chico infernal que en el cine interpretase Ron Perlman, éste ya se enfrentaba en un ring mexicano contra la criatura sin nombre. Allí, un enajenado científico que controlaba sus actos decía haberlo creado, pero una vez libre de su yugo, el monstruo aclaraba a Hellboy que esto no era así y que simplemente había sido adquirido de un circo ambulante por el villano, como si de una mercancía humana se tratase. Quedaba abierta entonces la vía de que estuviésemos ante la genuina creación de Frankenstein, y no ante una mera imitación.
Mignola, que vuelve a ejercer sólo de guionista en esta ocasión, recoge esta posibilidad y retoma al monstruo poco después de aquel encuentro con Hellboy. Nuestra historia transcurre por tanto en el México de 1955, y nuestro protagonista llega tambaleándose a unas ruinas probablemente aztecas, donde se encuentra con una misteriosa anciana. Ésta, adoradora de antiguos dioses, sana sus heridas y escucha el triste relato del monstruo: cómo desde hace más de un siglo ha tenido que esconderse, apartado de una humanidad que le teme y le persigue. Vislumbramos así su desoladora soledad, su intensa angustia vital. No es un bruto ininteligible, como la versión que ha trascendido mayormente al publico, heredera de la película de James Whale protagonizada por Boris Karloff, sino alguien culto y atormentado por la culpa de los actos que otros le han llevado a realizar, y por la consciencia de su terrible naturaleza, por la certeza de no pertenecer al mundo natural. Es por tanto, alguien mas cercano al personaje descrito en la novela de Mary Shelley, aunque despojado de la vileza homicida a la que finalmente es empujado por su sufrimiento en ésa obra.
Pero al existencialismo que aqueja a nuestro protagonista se sumará otro problema más acuciante: un ocultista a medio mundo de distancia le observa. Deseando para su colección de criaturas sobrenaturales a tan único ser, enviará a uno de sus secuaces a capturarle. El conflicto está servido.
Mignola cumple como escritor, al igual que Stenbeck como dibujante, pero aunque el producto final resulta muy atractivo, de forma paradójica la labor de ambos no parece sobresalir especialmente. Tampoco hay nada especialmente destacable en la labor del gran colorista Dave Stewart. Es la fuerza del propio relato, del protagonista elegido, lo que hace que el producto sea atractivo. Es como si su autores solo tuviesen que hacer lo básico y después apartarse para que por su propia inercia lo contado y sus personajes conquisten al lector.
Lo cierto es que la inclusión del monstruo de Frankenstein en el cosmos terrorífico y pulp de Mignola -al lado de Hellboy, los miembros de la AIDP, Lobster Johnson, Sir Edward Grey y demás- resulta un agradable hallazgo. Es además de agradecer que aunque haya referencias al mencionado House of the living Dead y a otras obras como Witchfinder: In The Service of Angels (en la que ya formasen equipo creativo Mignola y Stenbeck), o BRPD: The Universal Machine, la lectura de éstas no sea requerida para entender nada de lo contado, dando lugar a un tebeo que además de atractivo, y emocionante, es accesible. No es poco.
Edición original: Frankenstein Underground #1 (de 5) USA, Dark Horse comics. Guión: Mike Mignola. Dibujo: Ben Stenbeck. Color: Dave Stewart. Formato: Grapa, 32 páginas. Precio: 3,50 $. Desde que fuese creado por Mary Wollstonecraft Shelley en su novela Frankenstein de 1818, la criatura devuelta a la vida a…
Mundo Independiente: Frankenstein Underground #1, de Mike Mignola
Mundo Independiente: Frankenstein Underground #1, de Mike Mignola