Mundo Independiente: God Country #1

Reseñamos God Country, la obra de Donny Cates, Geoff Shaw y Jason Wordie, en la que dioses Kirbyanos alteran la vida de gente normal de un pueblo de Texas.

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Edición original: God Country #1, Image Comics.
Guión: Donny Cates.
Dibujo: Geoff Shaw.
Color: Jason Wordie.
Formato: Grapa USA, 32 páginas.
Precio: 3,99 $.
 

La ira de Dios permanece dormida. Fue escondida un millón de años antes de la aparición del Hombre, y solo el Hombre tiene el poder de despertarla. El infierno no está ni medio lleno. Escúchame. Llevas hacia un territorio extranjero la guerra que un loco ha creado. Despertarás algo más que a los perros.”

Con esta cita de Cormac McCarthy, abre God Country, la nueva serie de Donny Cates y Jason Wordie; un tándem creativo que ya nos ha dejado cosas tan interesantes como Buzzkill y The Paybacks. Aquí, Cates y Wordie se internan en la Texas profunda para mostrarnos un épico relato que aúna dioses de aspecto como diseñado por Jack Kirby con un drama humano que nos lanza un estimulante puñetazo al estómago.

Emmet, el padre de Roy Quinlan sufre del mal de Alzheimer. Su familia vive en una granja al oeste de Texas, donde se han mudado desde Austin hace no mucho, precisamente para atender a Emmet después de que muriese su esposa, quedándose solo. Pero las cosas no van bien: el anciano está empezando a ser peligroso, especialmente en sus fugas de casa, le advierte con pesar el sheriff local a Roy. Janey, la esposa de este, está de acuerdo con el oficial, y teme por la vida de Deena, su hija, ante la crecientemente violenta actitud —debida a su desorientación— del abuelo Emmet. Roy está desesperado y no sabe qué hacer: su padre es un buen hombre y no quiere abandonarle, pero su familia se está resquebrajando con la situación.

Una noche, un espectacular y sobrenatural tornado sacude la zona y destruye la casa de los Quinlan. Antes de que Roy pueda comprobar si su padre ha sobrevivido, una monstruosa criatura llegada con el misterioso torbellino, como si hubiese recorrido el camino inverso a la tierra del Mago de Oz, les ataca. Y un artefacto perteneciente a un dios de una desconocida (pero de aspecto familiar) mitología, aparece para cambiar para siempre sus vidas.

El guionista Donny Cates nos lleva un tiempo llamando la atención con su cada vez más sólido y refrescante trabajo. Desde hace unos meses, cuando empezó a promocionarse la aparición de esta serie que él mismo define como “Un relato Texano del Cuarto Mundo”, nuestras ganas de echarle mano al debut de God Country no han ido sino creciendo con las entrevistas que el autor ha ido concediendo a medios especializados. Cates, que creció en Texas leyendo tebeos de Jack Kirby, no ocultaba que hay elementos de su vida personal que han percolado en esta serie, con la que pretende contar una epopeya mítica de grandes dimensiones que gire en torno a una familia anclada en la realidad, con sus tragedias cotidianas. El guionista indicaba cómo en la mayor parte de sagas épicas, el viaje del héroe suele tener un tercer acto con éste ya maduro y habiendo adquirido sabiduría, y que aquí ha querido jugar con ese concepto: que parte del drama sea que ese tercer acto le haya sido arrebatado al héroe de esta historia, Emmet, por el Alzheimer.

La prosa de Cates nos sumerge en duros momentos familiares en los que contrasta de manera escalofriante la terrorífica demencia de Emmet con la tierna y heroica serenidad que éste muestra cuando todo se desata y vuelve a ser él mismo. La historia está muy bien equilibrada y la transición entre los acontecimientos de gran escala con los otros, anteriores, más íntimos, va sin fisuras. El momento en que se pasa de la tragedia humana (con la que el lector consigue conectar, y que le duela) a la trepidante acción sobrenatural, está muy bien medido: el cambio llega antes de que aquello tenga posibilidad de ser percibido como un rutinario dramón televisivo, suficientemente aliñado para que verdaderamente nos importe, pero sin saturar.

Sin embargo a pesar de lo mucho que promete la premisa presentada, este primer número apenas nos da nada que no conociésemos mediante la promoción, y que por tanto no esperásemos. Abre interesantes caminos ya prometidos, pero apenas probamos algo, cosa que por otro lado también es cierto que es un mal muy difícil de evitar en un número de presentación. Abundando en los aspectos menos atractivos de este debut, nos vamos a atrever a incluir entre ellos el dibujo de Geoff Shaw. Sus acabados son muy convincentes, y de hecho se nos antoja que incluso nos remiten de algún modo al estilo de nada menos que Sean Murphy. Pero sin embargo los lápices que subyacen no parecen muy brillantes. Como decimos, los sólidos acabados hacen mucho por compensar esto, y cuentan para ello con un poderoso aliado: el genial color aplicado por Jason Wordie, verdadera estrella del apartado gráfico de este primer número en opinión de quien redacta estas líneas.

God Country parece ofrecernos el comienzo de una serie que puede estar entre las más destacadas del ya rebosante de calidad catálogo de Image Comics. Su presentación ha sido poco más que eso, un muestra de lo que puede venir más adelante. Pero con ello, eso sí, nos da sólidos indicios de que va merecer la pena estar muy atentos a ella.

  Edición original: God Country #1, Image Comics. Guión: Donny Cates. Dibujo: Geoff Shaw. Color: Jason Wordie. Formato: Grapa USA, 32 páginas. Precio: 3,99 $.   “La ira de Dios permanece dormida. Fue escondida un millón de años antes de la aparición del Hombre, y solo el Hombre tiene el…
Guión - 7
Dibujo - 6
Interés - 8.5

7.2

Vosotros puntuáis: 8.58 ( 6 votos)
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Chinocu
Chinocu
Lector
29 enero, 2017 22:53

Me llamó la atención mientras revisaba de nuevo si me había olvidado algún pre-order, pero finalmente decidí no hacerme con él. Esperaré a que avance un poco la serie y según vea iré a por el TPB 🙂

Un saludo.