Volvemos tras un largo hiato. Varios compromiso y una enfermedad me impidieron continuar la sección. Para compensar la ausencia, quiero redoblar mis esfuerzos, cubriendo novedades de semanas previas. Empezamos con las tres siguientes.
Usagi Yojimbo #1, de Stan Sakai
Se ha hablado largo y tendido sobre la estrategia de relanzar series para atraer la atención de los lectores. En el caso de las dos editoriales de superhéroes americanas, Marvel y DC, los relanzamientos solo logran mejorar las cifras de ventas uno o dos meses. Posteriormente, estas decaen inexorablemente hasta niveles previos. ¿Será ese el caso de Usagi Yojimbo? Ojalá no.
El relanzamiento de Usagi tiene el honor de ser uno de los mejores debuts que he leído desde que comencé la sección Novedades USA. Desprende un amor sincero e infinito hacia la cultura e historia de Japón. Un amor tan grande como el talento y habilidades de su creador. Stan Sakai, con más de tres décadas de experiencia creando cómics de samuráis, sabe cómo hacer que una simple historia sobre marionetas encantadas nos atrape desde las primeras páginas. ¡Y vaya primeras páginas! Sakai abre fuego dejando a la altura del betún a la inmensa mayoría de dibujantes en la industria del cómic americano, que desgraciadamente suele premiar el realismo y los detalles. Dibujando lo que críticos desalmados y cínicos hasta la saciedad llamarían «monigotes», crea sin despeinarse una secuencia espectacular y memorable con la que con muchos solo pueden soñar.
Una diferencia respecto a volúmenes previos evidente incluso para rezagados como este redactor es la presencia del colorista Tom Luth, escogido personalmente por Sakai. Se podría debatir si abandonar el formato en blanco y negro es una decisión correcta, pero jamás cuestionar la calidad del coloreado. Luth le da un aspecto envidiable al trabajo de Sakai.
En definitiva, dadle una oportunidad a Usagi Yojimbo si, como yo, aún no seguís la serie. No os arrepentiréis.
Warlord of Mars Attacks #1, de Jeff Parker y Dean Kotz
Era inevitable. John Carter de Marte se enfrenta a los alienígenas de Mars Attacks. Mi única pregunta es por qué Dynamite ha tardado tanto en publicar esta propuesta. Uno esperaría que la editorial, propensa a cruces entre sus diferentes licencias, se hubiese apresurado a venderla nada más hacerse con Mars Attacks.
En realidad estoy mintiendo. Tengo otra pregunta. ¿Es la propuesta de
Sin embargo, Parker me ha defraudado muy pocas veces. Es justo que le dé un voto de confianza. Además, el primer número de Warlord of Mars Attacks es una lectura bastante sólida. En la primer parte, Parker demuestra conocer el estilo narrativo de las dos licencias que usa, tanto las florituras de John Carter como el surrealismo de Mars Attacks. Hay que reconocer que la segunda parte tiene momentos ingeniosos. Y el dibujo de Kotz, un novato en la industria, conjuga ambas licencias con un estilo visual consistente y vistoso. Habrá que seguirle la pista a este dibujante.
En conclusión, aunque no me termina de convencer el acercamiento de Parker, no encuentro motivos convincentes para desaconsejar esta Warlord of Mars Attacks por ahora. Su debut es un buen cómic, y eso es lo más importante a la hora de emitir un veredicto.
Ignited #1-2, de Mark Waid, Kwanza Osajyefo y Phil Briones
Da igual cuántos universos compartidos de superhéroes fracasen. Las editoriales independientes americanas, incluso algunas tan alejadas del género como Fantagraphics, siguen empeñadas en crear uno. La última en intentarlo es, sorprendentemente, Humanoids, la división americana de Humanoïdes Associés. Para ello han reclutado a
Humanoids da comienzo este universo con
En la página de créditos, los dos guionistas explican sus intenciones con esta serie. Quieren una serie que alabe a las víctimas y supervivientes de tiroteos escolares, a las personas que luchan por prevenir más tragedias en las escuelas. También hacer una historia con la que el público americano pueda soñar con cambiar su sociedad y sus leyes.
Esta no es una serie que aboga por un control estricto del uso de armas mediante estadísticas y argumentos bien razonados. Ni una serie que muestra con todo lujo de detalles cómo la negligencia de las escuelas permite que chavales vayan acumulando resentimiento hasta estallar de la peor forma. O cómo la ignorancia de gran parte de la sociedad americana respecto a cuestiones de salud mental también podría contribuir al triste fenómeno de los tiroteos escolares.
Esta es una serie realizada por personas cansadas de tanto sufrimiento innecesario y de la pasividad u hostilidad, de tantos americanos frente a cualquier iniciativa para prevenir otro desastre. En ella, los jóvenes con superpoderes que la protagonizan ridiculizan y se enfrentan a todos esas personas, siendo su primer blanco un sosias de Alex Jones, un popular locutor de radio que promueve teorías tan absurdas como que el tiroteo escolar en Sandy Hook fue una conspiración del gobierno federal americano para repeler el derecho a portar armas.
Pero más allá de la satisfacción que uno pueda recibir leyendo a la NRA y sus amigos perder la guerra por el control de armas, ¿qué nos ofrece Ignited? A riesgo de parecer cínico, como lector europeo, por ende alejado de tragedias como Sandy Hook, quiero una buena historia. No me vale con ver cumplido el sueño de millones de americanos (un dato curioso: según las encuestas la inmensa mayoría de americanos favorece restringir el uso de armas, por lo menos un poco. Cabe preguntarse cómo puede producirse tal discrepancia entre las preferencias de decenas de legisladores y el pueblo al que representan).
Cuando Waid y Osajyefo se olvidan de locutores de radio y paletos con más armas caras que su seguro médico, Ignited se convierte en algo único en un género tan saturado como el de los superhéroes adolescentes. Nos ofrece un cómic de adolescentes afrontando un trauma devastador y la impotencia de sentirse abandonados por el mundo fuera de las aulas, siempre respetando a aquellos que lo han vivido fuera de la ficción. Es en los momentos más personales donde el guion brilla y da un motivo para seguir leyendo.
A cargo del dibujo se encuentra Phil Briones, un veterano de Marvel y DC. Conociendo el género realiza un trabajo correcto, pero no necesariamente el adecuado. Ignited se hubiera beneficiado quizás de un dibujo más realista y menos «superheroíco», uno que enfatizase la brutalidad y horror de la violencia que sus protagonistas vivieron. En manos de Briones el tiroteo escolar es demasiado espectacular y frenético, cada página más propia de Batman que de una serie dramática.
¿Recomendaría Ignited? La respuesta es un cauteloso sí. Me gusta cómo tratan sus autores la experiencia de sobrevivir un acto de violencia que el resto de la sociedad jamás entenderá y contempla con pasividad. Sin embargo, puede que esté demasiado enfocado al público americano y hayan errado con la elección del dibujante. Solo los siguientes números lo confirmarán o desmentirán.