Videojuegos y autores premiados. No está nada mal para un entrega de esta sección, especialmente cuando ambas novedades son tan estupendas.
Cyberpunk 2077: Trauma Team #1, de Cullen Bunn y Miguel Valderrama
Me cuesta creer que hubo una época en la que Dark Horse publicaba mucho material original. No solo Hellboy y alguna serie ocasional, sino también las nuevas ocurrencias de Frank Miller, Mike Allred o John Byrne, así como series como Concrete, Heartbreakers y Age of Reptiles. ¿En qué momento se convirtió en la editorial de Mike Mignola y series basadas en licencias? Una buena pregunta para un artículo.
Si antes Dark Horse adaptaba sagas cinematográficas como Star Wars y Aliens, hoy tiene interés especial en los videojuegos. Ante el éxito de los juegos de rol The Witcher, la editorial no dudó en hacerse con la licencia para estos. La buena acogida de los comics resultantes debió convencer a CD Projekt, desarrolladora de los juegos, para extender su asociación con la casa de Mike Richardson.
Este noviembre se pondrá a la venta Cyberpunk 2077, juego en el que CD Projekt lleva años trabajando. Basado en un juego de mesa muy popular en América, tiene todo con lo que millones de jugadores sueñan: gráficos ultrarrealistas, un mundo enorme que explorar, mucha acción y Keanu Reeves. Para calmar el ansia de jugadores impacientes y ganar un poco de dinero fácil, Dark Horse tiene lista una miniserie a cargo de
Titulada Cyberpunk 2077: Trauma Team, trata sobre Nadia, un paramédico en una empresa privada de mercenarios. Su equipo es asignado a una misión de rescate tan mortal como dolorosa, no solo físicamente sino también desde una perspectiva emocional.
Los cómics basados en videojuegos suelen decepcionarme porque cuentan una historia que muchas veces solo sirve para complementar la del videojuego con detalles irrelevantes o conectar diferentes entregas. Véase el caso de Crysis, cuyo cómic me dejó muy mal sabor de boca. Tales cómics son un verdadero desperdicio de papel, publicidad por la que los fans deben pagar. Dadme un cómic que no pueda funcionar como historia independiente, que se pueda leer una y otra vez, por favor.
Al no tener que hacer referencias al guion del videojuego, Bunn y Valderrama me dan justo eso. Me hubiese gustado ver un poco más de ambición, pero lo que ofrecen no es poco. Bunn, en un género en el que no estamos acostumbrados a verle, firma un guion que se sirve del personaje de Nadia y su misión para dar forma a cómic de acción más que competente en el que aprender sobre el universo del juego es un aliciente para el lector. Jamás sentí la impresión de leer un panfleto promocional. Es más, terminé la lectura interesado en las desventuras de la protagonista, sin importarme si ella aparecerá o no en el videojuego.
Respecto al dibujo, Valderrama me sorprendió con su trabajo. Sus lápices nos ofrecen una interpretación convencional pero atractiva del género cyberpunk, como esas calles inundadas de anuncios y peatones, los trajes cibernéticos y el contraste entre una tecnología avanzada y una fuerte desigualdad socioeconómica. También muestra soltura con las escenas de acción, algo que queda patente con unas trepidantes páginas iniciales, si bien en momentos puntuales es demasiado caótico. Afortunadamente esos deslices en la narrativa no fueron suficientes para mermar la buena impresión que me causó el dibujo. ¿Y qué puedo decir del coloreado de Jason Wordie? Su uso de los colores y luces se merece mil elogios.
En definitiva, recomendaría esta serie a todo lector de cómics que espera con ganas el videojuego de CD Projekt. O a cualquier fan del género cyberpunk con ganas de una lectura ligera pero entretenida.
Stillwater #1, de Chip Zdarsky y Ramón K. Pérez
Los redactores de Zona Negativa consideramos a
No nos decepcionan Zdarsky y Pérez. Desde la primera página nos muestran por qué son de los mejores autores de su generación. El guion de Zdarsky define rápidamente al protagonista y sus preocupaciones, usando algún que otro cliché con cabeza, pero jamás dramatizando innecesariamente ni ralentizando la narración; es decir, los diálogos y situaciones se antojan naturales y creíbles. Con un dibujo tan bonito y expresivo como el de Pérez resulta todo incluso más convincente. Ni siquiera sabemos cuál es el argumento, y ya nos han vendido la serie. Seguiríamos al protagonista allá donde fuera, a vérselas con degenerados sexuales como los de Sex Criminals o a pasar el rato con patos parlantes.
Adonde se dirige el protagonista es a Stillwater, una pequeña ciudad americana que cómo no esconde un secreto. Nada innovador o jamás visto en otros cómics, pero más que suficiente para ganarse nuestro interés. Nuestro protagonista llega de día a Stillwater, y el dibujo evoca con mucho acierto esas tranquilas localidades rurales en América donde los habitantes son un tanto huraños, sensación que se acrecienta por momentos. Y entonces, sin permitir que el ritmo decaiga y el cómic se vuelva aburrido, Zdarsky y Pérez nos empiezan a mostrar el lado perturbador de Stillwater, la noche se cierne sobre las colinas (buena elección de colores oscuros por parte de
Pedidle a vuestro librero un ejemplar de la edición USA o que os reserve la inevitable edición española, porque me atrevo a decir que esta será una de las series destacadas del catálogo de Image Comics en lo que queda de año y en todo 2021.
Me identifico con eso de «lector de cómics que espera con ganas el videojuego de CD Projekt». Desde los GTA’s no tenía el hype que tengo con el juego de marras. A ver si la traen por aquí en el futuro