La semana pasada concluyó la miniserie de Black Mask Studios Come Into Me, pero la ausencia de una versión digital del último número en Comixology me impidió hablar de ella. Afortunadamente, Lonnie Nadler acudió raudo al rescate, y nos ofreció a Zona Negativa ese último número en versión digitald. ¿Un intento de influenciar nuestra opinión? En absoluto. Come Into Me es uno de los mejores cómics de terror que he leído en mucho tiempo; Nadler no necesita ganarse mi simpatía para conseguir que os intente convencer, queridos lectores, de darle una oportunidad a esta miniserie.
Come Into Me #1-4, de Zac Thompson, Lonnie Nadler y Piotr Kowalski
Zac Thompson, Lonnie Nadler y Piotr Kowalski nos presentan un escenario inquietante. Un doctor ha conseguido encontrar un método para conectar dos mentes en un solo cuerpo. Desesperado por encontrar nuevas fuentes de financiación, accede a experimentar con una voluntaria con ganas de experimentar la sensación de unir su mente con la de otra persona.
¿El resultado del experimento? Una historia que me hizo pasar una muy mala noche. Comencé a leer la serie tumbado en mi cama, dispuesto a pasar un buen rato. Pero a medida que avanzaba la historia, me sentía cada vez más atemorizado. Hacía tiempo que no contemplaba posponer una lectura hasta la mañana siguiente.
Come Into Me es body horror en estado puro. Desde las primeras páginas, con esos cables con forma de intestinos y ese experimento que termina de la peor forma posible, los autores de la serie me hicieron sentir náuseas y sudor frío. Este es un cómic grotesco, entregado a perturbarnos. Un objetivo que el guion consigue sin depender jamás del exceso de sangre y entrañas, que, por otra parte, es una constante a lo largo de la obra. Lo verdaderaremente terrorífico son las implicaciones que tiene la tecnología que usan los personajes de la serie. Thompson y Nadler nos las muestran sin miedo alguno.
Es difícil darse cuenta en la primera lectura, donde estaremos demasiado absortos en la trama general, pero Come Into Me reflexiona sobre la erosión de la privacidad en el siglo XXI. Compartimos muchísima información personal en Internet, especialmente en redes sociales, y Thompson y Nadler nos preguntan si eso es una buena idea. Asimismo exploran la obsesión por conocer cada detalle personal de otros individuos tan caracaterística de la época en la que vivimos. Uno de los personajes empieza a hurgar en las memorias de otro, con consecuencias absolutamente horrendas. No soy una persona muy activa en Internet, pero incluso a mí la miniserie me ha hecho temer que quizás he compartido demasiada información en la red.
Generalmente, esta clase de mensajes suele ser un lastre, ya que demasiados autores están tan concentrados en educar a los lectores que se olvidan de que también tienen que contar una historia. Afortunadamente, Thomspon y Nadler evitan ese error. Come Into Me podría sostenerse tranquilamente sin las analogías a las redes sociales; los dos escritores demuestran conocerse a la perfección el subgénero body horror. Si la serie tratase unicamente sobre un experimento fallido, sería igual de efectiva. Pero con las alusiones a nuestra sociedad, bien integradas en el guion, gana cierto encanto y atractivo.
Por su parte, Piotr Kowalski tiene una tarea difícil, pero consigue hacerlo: crea una atmósfera opresiva e incomoda para los lectores. Mediante un uso inteligente de planos excesivamente cercanos a los personajes y una elaborada estructura de nueve viñetas por página en los momentos más intensos, nos hace sentir que estamos en mundo del que deberíamos huir cuanto antes. A esto contribuye el coloreado de Niko Guardia, aseptico y frío tal y como demanda el subgénero del body horror. Y hablando de body horror, la habilidad de Kowalski para dibujar cuerpos mutilados y deformes es digna de elogio. Igual que sus pasajes en los que nos zambullimos en la mente de personajes que comparten cuerpo (no puedo decir más sin spoilers).
En definitiva, Come Into Me es una de las sorpresas más agradables, si es que esa es la palabra adecuada, que he tenido el placer de leer en mucho tiempo. No esperaba mucho de ella, quizás una historia de terror ligera como producen otros autores en el mercado indie. En vez de eso, Thompson, Nadler y Kowalski me dieron una serie intensa y escalofriante de la que ya podrían aprender muchos.
Una de las mejores series indies del año. Muy buen análisis.
Gracias por la reseña, me había llamado la atención pero no lo suficiente para echarle un ojo. Creo que volveré a ella.
Tengo unas ganas tremendas de leer este último número. Y cuando la recopilen en TPB para la saca.
Cualquier cosa que saquen Lonnie y Zac es un must buy para mi.
También a la espera del último capítulo de «Her Infernal Descent».