Kurtis Wiebe estrenó el pasado 30 de abril una nueva serie en Image Comics, sumándose a las dos colecciones que ya escribe en esta editorial (Peter Panzerfaust y Rat Queens) y a varios títulos ya concluidos para la misma (Green Wake, Debris, The Intrepids, Grim Leaper).
Con este nuevo cómic titulado sigue añadiendo diversidad a su bibliografía, saltando de un género y estilo narrativo a otro. Pisces, así su título, además tiene la particularidad de en sí mismo alternar géneros combinándolos en torno a un mismo personaje en lo que resulta una propuesta ambiciosa y llamativa, que más de un lector se quedará a ver cómo avanza la historia.
En su #1 esto se aprecia en tres momentos bien marcados: uno introductorio, otro más extenso en el medio, y un final que sorprende porque descentra completamente con lo que se lee antes pero a la vez se ancla en la portada y todo el diseño de la revista con su aspecto cósmico, espacial. Esto último (junto con la premisa develada anteriormente, pero eso queda fuera del cómic en sí mismo), nos da a entender que por allí irá el centro de la cuestión aunque en su primera entrega apenas sea utilizado en dos páginas, a modo de cliffhanger.
Este primer número se ocupa, en cambio, de introducir al protagonista más que a la historia que se desarrollará presentándolo en diferentes contextos que tienen una característica común: es un personaje sufrido, traumatizado por más de una cuestión. La escena inicial nos los muestra a Dillon (de la única manera que se refieren a él) llegando a un hospital con heridas que lo hacen sangrar, pero no busca atención sino que busca a alguien, una mujer (su novia o esposa, suponemos), y desemboca en una pelea con un enfermero que lo conoce. De allí nos vamos, en una espectacular transición a doble página del dibujante Johnnie Christmas, a Vietnam viéndolo a Dillon con su compañero de avión luego de haber caído con su nave tras las líneas enemigas debiendo pugnar por escapar. Y esto nos conduce al final en donde, con otra transición notablemente lograda por el artista, el mar se convierte en el espacio exterior.
Aunque parezca que en el párrafo anterior está contándose todo el cómic, en verdad no es así ya que hay mucho contenido en los diálogos y en las situaciones que se van presentando en las tres secuencias del cómic. Además, y como se habrán dado cuenta, se juega con el misterio tanto del personaje principal como de lo que este debe enfrentar en los tres momentos. Ni siquiera hay referencias temporales para situar las escenas, aunque el lector pueda entender que la de Vietnam es el pasado, y pueda suponer que el comienzo es en el presente mientras que el final es un pasado más reciente al de la guerra.
El planteo del guión es una buena apuesta de Wiebe para generar intriga e interés, alimento necesario para sostener a los lectores de un mes a otro, y especialmente en su lanzamiento. La manera llamativa de introducir el cómic del guionista se apoya en el trabajo del dibujante, quien no solo se luce en las transiciones de un momento a otro sino que a su vez es capaz de desenvolverse con soltura y calidad en tres ambientes tan distintos como son un escenario urbano, otro selvático y el último en el espacio. Asimismo, el trabajo de Christmas cuenta con una tarea también muy buena en los colores de parte de Tamra Bonvillain, colaborando en la narrativa así como en las ambientaciones.
Se trata tan solo de un #1, nada más que el comienzo de la serie, pero es uno que se siente muy auspicioso. Este buen inicio deberá ser sostenido en los próximos meses habiéndose ganado la atención de los lectores que quedarán intrigados por saber qué pasa con este personaje, cómo y por qué se relacionan los tres momentos que se muestran en esta primera entrega.
Buen apunte Mariano, gusta ver nuevas colecciones que prometen. El dibujo me parece cojonudo dónde se ve un estilo propio y con buena narrativa sobre todo esa tercera página. Saludos