Estrenamos nueva sub-sección de caracter mensual en la que aprovecharemos para reseñar y analizar los estrenos más interesantes de cada mensualidad independiente. El interés tanto público por parte de los aficionados como de la redacción de Zona Negativa nos ha impulsado a embarcarnos en este nuevo proyecto que esperamos sinceramente sea de vuestro agrado. A partir de ahora, todos los últimos Miercoles de cada mes estarán dedicados a este análisis, en el que de forma breve intentaremos abarcar el mayor número de los debuts que se hayan producido durante los treinta días previos. Con caracter de excepción, en esta primera entrega hemos querido ir más allá y vamos a analizar no solo las nuevas cabeceras que han llegado durante el mes de Septiembre sino que echaremos la vista atrás al nuevo contenido de Julio y Agosto. Sin más dilación, arrancamos esta aventura con un muy intersante surtido de novedades.
Captain Midnight, de Joshua Williamson y Fernando Dagnino. Dark Horse Comics.
El rincón superheroico de Dark Horse es uno que hemos mencionado bastante recientemente y hay buenas razones para ello. Esta serie es uno de esos motivos, que además es el punto nodal del pequeño universo superheroico de la editorial que se reúne bajo el sello Project Black Sky, lo cual aún está en su fase inicial y se verá más desarrollado en el curso del año.
Joshua Williamson, por iniciativa del jefe máximo de Dark Horse, Mike Richardson, recupera a otro de los personajes pulp que tuvieron su época de éxito en la década de 1940, una tendencia cada vez más extensa aunque no todos estos revivals tienen el mismo nivel y relevancia, desde luego. El autor de Masks & Mobsters y Voodoo, entre otros títulos planteó una premisa inicial emparentada con el Capitán América que funciona bien para actualizar a este otro capitán a la vez que conserva elementos originales y permanece fiel a su esencia. Como adivinarán por la referencia citada, la historia empieza con el personaje en la época de la Segunda Guerra Mundial (momento en que vivió sus aventuras originales), y de una manera que no es un congelamiento desaparece de su era y reaparece en nuestro presente, para enfrentar nuevas aventuras que tienen la misma sensación pulp de las de siempre, con viejos villanos originales recuperados y trasladados a este siglo XXI. Sin apelar a una estrategia original, la idea de Williamson resulta igualmente efectiva, logrando combinar y enfrentar bien los elementos de ambos mundos, contando una historia entretenida bien plantada en su género.
En el apartado gráfico, contamos con el arte del español Fernando Dagnino en la serie regular (no así en el #0, con dibujos de los también españoles Víctor Ibáñez y Pere Pérez), quien aporta a que el cómic tenga un aspecto superheroico también entre lo clásico y lo moderno.
Al igual que tantas otras colecciones de esta editorial, Captain Midnight comenzó en la premiada antología Dark Horse Presents, y esa historia fue recopilada en un #0 para luego continuar la serie regular desde el #1, aunque recapitulándose lo sucedido en dicho comienzo, por si acaso. No obstante, si pueden leer desde el #0 obtendrán una historia más completa y por ende mejor, ya que allí se realiza gran parte de la presentación del personaje con su origen, sus poderes y demás. Habiendo comenzado en el mes de julio, en el día de hoy se publica el #3 que completa el primer arco argumental y sin lugar a dudas redondeará un gran comienzo para esta serie, que pronto podrá adquirirse recopilada en tomo (con ese #0 incluido).
Valoración: Por Mariano Abrach.
Brain Boy, de Fred Van Lente y R. B. Silva. Dark Horse Comics.
Brain Boy fue una creación de Herb Castle y Gil Kane (Green Lantern, Amazing Spider-Man) a comienzos de los años sesenta, en plena cúspide y popularidad de los cómics en la Silver Age. La serie, publicada por Dell Comics (otrora editorial más importante de cómics en el escenario post-WWII), no llegó más allá de las seis entregas, pero dio tiempo a narrar las aventuras de Matt Prince, huérfano a temprana edad, joven telépata y colaborador del gobierno estadounidense, en la que se enfrentaba a amenazas tan distintas como un pseudo-Fidel Castro, Tyrannosaurus Rex con poderes telepáticos o viajeros por el tiempo. La serie duró poco, pero la media dodena de entregas, fascinantes a todas luces, no pasaron desapercibidos para Mike Richardson, presidente de Dark Horse Comics, que tras reeditar los cómics originales poco tardó en tratar de relanzar la cabecera, en un mundo donde las audiencias de productos similares como las aventuras de Patrick Jane (o la enésima reposición de ese Mel Gibson torpe con el manejo de los secadores de pelo en la bañera…) causan furor. Y es que, en el noveno arte los telépatas apenas abundan (masificación mutante aparte) y todavía hay margen de maniobra, incluso con alguna similitud al Chew de John Layman y Rob Guillory. Con este propósito, el equipo formado por Fred Van Lente (Incredible Hercules, Archer and Armstrong) y R. B. Silva (Superboy, Action Comics), además de las tintas de Rob Lean y portadas de Ariel Olivetti, ha sido el elegido para, tras un interesante debut en la antología Dark Horse Presents, han publicado en pleno 11-Septiembre el primer número de Brain Boy. ¿El resultado? Interesante y prometedor.
Durante veintidós frenéticas páginas (de las cuales tan solo una es una splash-page, lo cual es de agradecer), New York es testigo de la última reunión de la ONU y Matt Prince (no le gusta nada que le llamen Brain Boy, que lo sepáis) es el encargado de escoltar al presidente/dictador de la república sudamericana de turno (bigote incluido, para que no queden dudas). Pero no todo iba a ser tan fácil, ya que la CIA le “sugiere” que aproveche su cercanía al dictador para tratar de adivinar sus planes nucleares (no falta la mención a Pyonjang), a cambio de información confidencial sobre la verdadera identidad/destino de sus padres. De esta forma, Van Lente incorpora nuevos elementos y capas de misterio a la (de por sí breve) mitología del personaje que darán mucho juego en futuros números (es inevitable no pensar en la retrocontinuidad que sufrieron los padres de Peter Parker en su día…). De principio a fin y sin un segundo ni una viñeta de descanso, el lector conoce la personalidad de Matt (“Él puede leer la mente de quien quiera, así que es un poco estúpido”, Van Lente dixit), asiste a una presentación de secundarios y es sorprendido en un par de ocasiones, cliffhanger poderoso (aunque previsible para quien leyera la etapa original) y con gancho. El dibujo de R. B. Silva es limpio y eléctrico, manejando con soltura la representación de poderes tan poco visuales como los telepáticos/telekineticos, siendo el resultado final es muy similar al que firmó en los back-ups protagonizados por Jimmy Olsen (las similitudes entre ambos personajes son más que evidentes). En definitiva, un cómic sólido al que habrá que estar atento en futuros meses y un acierto más por parte de Dark Horse Comics, no tan lejos de Image Comics en cuanto a calidad.
Valoración: Por Pedro Monje.
The Star Wars, de J. W. Rindzler y Mike Mayhew. Dark Horse Comics.
Todos hemos visto La guerra de las galaxias. Todos sabemos quién es Luke Skywalker, y cuál es su relación con Darth Vader. Todos hemos jugado con androides, y también conocemos lo que se puede hacer con el poder de la Fuerza. Lástima que esos conocimientos sirvan de muy poco para este tebeo. The Star Wars es una miniserie de ocho números que toma una versión primeriza de La guerra de las galaxias, una en la que casi todo lo que conocemos aparece, pero de otra manera. Es una historia alternativa a la inversa. En vez de crear una variante a partir de un universo prefijado, éste se generó con una variante primigenia. Y dada la importancia que la saga de La guerra de las galaxias ha tenido hasta nuestros días, la idea de Dark Horse de adaptar ese guion inicial es simplemente maravillosa. O quizás no, visto el resultado.
The Star Wars es muy confusa. Si os la vais a leer (y a pesar de la confusión es una lectura muy recomendable), os aconsejo que olvidéis todo lo que conocéis hasta ahora de la saga cinematográfica. No estamos ante una narración que cambie una o dos cosas, todo es diferente. Absolutamente todo. Lo malo es que cuando se lee conociendo cosas que creemos que van a suceder, la historia nos da un guantazo en la cara nada más pasar página. No podemos presuponer nada. The Star Wars es una historia en sí misma. Las diferencias las vemos enseguida, pero para saber las similitudes nos tendremos que esperar a que la obra esté conclusa.
Una vez dicho esto, evaluemos la historia y el dibujo. La narración es efectiva, el tratamiento de los personajes mejora respecto al original. Sin embargo, aparecen tantos en tan pocas páginas que nos es muy difícil situarnos. Repito que esto hay que leerlo como si no conociésemos la saga, y si no la conocemos, no es fácil entender todo lo que sucede. Hay demasiado en juego, demasiados grandes acontecimientos, etc. Y, a pesar de que suene contradictorio, también hay demasiada tranquilidad. Aún no se sabe por dónde van a ir los tiros. Aunque eso lo sabremos en posteriores episodios, así que tampoco es preocupante. De hecho, esta historia seguramente se lee mejor en un volumen recopilatorio (lo cual es lógico si tenemos en cuenta que se pensó para visionarla en un par de horas y no para leerla en siete u ocho meses).
El apartado gráfico es precioso. Mayhew hace un gran trabajo embelleciendo las páginas. Pero su diseño de los personajes no ayuda en absoluto a entender la historia. Huye de las similitudes con los actores (lo cual es bueno), pero hace elecciones poco afortunadas. Por ejemplo, el primer personaje de pelo rubio es ciertamente andrógino. Dada la vestimenta, cuesta saber si es chico o chica. Ya os aviso que es chico, por si sois tan malos fisonomistas como yo. Y el padre de este “chico” se parece muchísimo a un personaje que aparece pocas páginas después, pero no es él envejecido, así que no hay salto en el tiempo. Desconozco si esa similitud se debe a que vaya a haber alguna relación de parentesco entre ambos. Lo que sí puedo asegurar que desconcierta y confunde.
Conclusión: The Star Wars es un tebeo que hay que leer con la mente muy abierta. Recomiendo su lectura cuando la obra esté completa, porque dudas surgen, así que mejor tener a mano las soluciones y no estar comiéndose la cabeza durante meses con lo que se ha leído.
Valoración: Por Enrique Rios.
Itty Bitty Hellboy, de Art Baltazar y Franco. Dark Horse Comics.
Art Baltazar y Franco saltaron a la fama con una colección para los más pequeños que recientemente hemos podido ver por nuestros lares por cortesía de ECC y que lleva por nombre Pequeños Titanes. ¿He dicho saltaron a la fama? Perdón, quería decir que redefinieron el cómic infantil y se llevaron unos cuantos Eisner en dicha categoría. Y no es una exageración. Pequeños Titanes es una delicia para todos los públicos, una lectura colorida y entretenida protagonizada por versiones infantiles de los Jóvenes Titanes que nos muestran que se puede reír sin necesidad de burlarse de los demás. Y, aún más importante, que no es necesario arrancar el corazón de nadie para que una lectura se quede grabada en la retina. Tras llegar a un número clave de esta cabecera, DC Comics canceló la serie y dejó que estos autores probaran suerte con los mitos kryptonianos, pero esa experiencia no llegó al nivel de la anterior (es que con los Titanes dejaron el listón muy alto), y el título fue cancelado al año… Así que eso podría haber supuesto el fin para los cómics infantiles de Art Baltazar y Franco, si no fuese porque han vuelto en una nueva miniserie de 5 números que nos explica las aventuras de un pequeño Hellboy y sus amigos y enemigos.
¿Qué nos encontramos en esta miniserie? Exactamente lo mismo que en Pequeños Titanes: historias simples a la par que entretenidas, personajes coloridos, situaciones divertidas, buen humor, buen rollo. En definitiva, un tebeo apto para todos los públicos – y muy accesible – que hará las delicias de pequeños y grandes. Si hay que poner un pero – y hay que ponerlo – el problema de esta serie es que es exactamente igual que Pequeños Titanes. Cambian los personajes y las situaciones, pero los fondos y el concepto son exactamente igual. Art Baltazar y Franco no son propietarios de los personajes y sí de este estilo de cómic, aun así un poco más de originalidad no habría estado de más.
Dicha la de arena, pasemos a otra de cal. La accesibilidad de Itty Bitty Hellboy es máxima. No es necesario que sepáis absolutamente nada de los personajes para saber qué está sucediendo. Al contrario, si no sabéis nada de ellos aprenderéis más sobre el universo de Mignola. Eso es un valor añadido porque en títulos de este tipo existe el temor de que no se entienda el chiste si no se tiene algo de conocimiento de los personajes. Y en Pequeños Titanes, “fue así”. Y añado las comillas porque si bien es cierto que existían guiños al lector, también lo es que esos guiños no impedían ni molestaban a la lectura. Simplemente eran cosas con la que los adultos disfrutamos, porque, estos cómics, más que infantiles, son para todos los públicos.
Valoración: Por Enrique Rios.
Kiss Me, Satan, de Victor Gischler y Juan Ferreyra. Dark Horse Comics.
Uno de los motivos por los que hemos creado esta sección es porque este año pasado no encontramos un hueco dentro del planning de Mundo independiente en el que encajase una reseña de Colder, posiblemente una de las mejores miniseries de la etapa más reciente de Dark Horse. Con esta sección nos redimimos – gracias a que ya no nos dejaremos tantos títulos en el tintero – y encima tenemos tanta suerte que este mes se ha publicado otra miniserie de 5 números dibujada por Juan Ferreyra. Si no conocéis a este autor, podéis entrar en su página web y mirar unas cuantas muestras de su arte, aunque lo mejor es que probéis con el tebeo que hoy os presentamos o con Colder. Ferreyra es un artista con un trazo algo brusco, pero con muchísima fuerza. Sabe trasmitir y, sobre todo, sabe sorprender. En Kiss Me, Satan vuelve a encontrarse con seres sobrenaturales y escenas de acción, todo ello mezclado con escenas de calma. No importa lo que pida el guionista, Ferreyra cumple con su papel, y sobresale con sus dibujos. Lo mejor: las líneas de movimiento. Parece mentira que un recurso tan sencillo aún siga dando tanto de sí. La escena del protagonista saltando de la silla mientras dispara es simplemente espectacular.
Ahora hablemos del guion. Si el dibujo es bueno, el argumento le va a la zaga. Lo que había leído con anterioridad de Victor Gischler no era gran cosa, pero con esta miniserie ha conseguido algo que mucha gente intenta, pero en lo que fracasa estrepitosamente. Y es que Gischler ha redefinido el mundo de los hombres lobo al fusionarlo con la mafia y añadirles la mala leche que se merecen. El resultado es una historia que puede poner en el punto de mira a estos seres sobrenaturales. De hecho, no me extrañaría que se hiciese una película de esta obra y nos encontrásemos ante un nuevo fenómeno. La era de los vampiros ya pasó. La de los zombis tendrá que llegar a su fin algún día. ¿Serán los hombres lobo sus sucesores? Eso solo el tiempo lo dirá, pero si no es así, al menos nos entretendremos con una gran obra en la que pasa de todo, se introducen un montón de personajes y no hay ni un momento aburrido.
En definitiva, la unión Gischler – Ferreyra pinta muy bien. Y si ya en el principio sucede todo esto… ¿Qué nos encontraremos cuando lleguemos al clímax y todo estalle?
Valoración: Por Enrique Rios.
Buzzkill, de Donny Cates y Mark Reznicek y Donny Cates y Mark Reznicek. Dark Horse Comics.
Aunque es tan sólo una miniserie de cuatro entregas y de autores bastante desconocidos, la comentamos aquí porque llamó la atención en su solicitation por su premisa: un superhéroe que obtiene sus poderes de tomar alcohol y drogas. Y no sólo eso, sino que la historia comienza con el protagonista asistiendo a una reunión de Alcohólicos Anónimos, recurso que utilizan los autores para presentarnos al personaje a grandes rasgos así como el conflicto de la historia que se contará en este cómic.
La narrativa de Donny Cates y Mark Reznicek cautiva desde el comienzo, generando intriga por el personaje que presentan en las primeras páginas, y aunque revelan parte de su origen dejan mucho misterio por develar en los próximos números.
El dibujo de Geoff Shaw es otro punto alto de Buzzkill, con líneas de lápiz aparentemente desprolijas pero que tienen perfectos motivos para estar donde están y sumar a la expresividad de sus personajes, especialmente en los rostros. Además se permite jugar con un filtro para lograr el efecto de cómic clásico en las escenas de flashback, constrastando de manera atractiva con el estilo de dibujo que presenta en su dibujo del presente.
En resumen, una miniserie y unos autores que prometen a futuro, recordándome un poco la sensación que me diera The Strange Talent of Luther Strode al leer su primer número, que derivó en la carrera en crecimiento de Justin Jordan. Bien puede suceder lo mismo con este cómic y sus realizadores.
Valoración: Por Mariano Abrach.
Lazarus, de Greg Rucka y Michael Lark. Image Comics.
Greg Rucka vuelve a la carga con una nueva serie protagonizada por… una mujer. Sí, tras proyectos como sus Queen and Country, Lady Sabre, Viuda Negra, Whiteout, Wonder Woman, Renee Montoya, Batwoman (menudas tres obras para DC Comics, que le dejó salir como si nada…) y tantos otros, Greg Rucka sigue encontrando inevitable elegir a una dama como el personaje principal de sus relatos. En esta ocasión se trata de Forever, una tipa dura (no creo recordar que Rucka haya caído alguna vez en los estereotipos feministas ni levantado polémicas artificiales con sus protagonistas) y brazo armado de La Familia, una de las idem que controla el mundo. El trasfondo de Lazarus parte de la visión socio-económica que tiene Greg Rucka del futuro a corto plazo de la Tierra. El mundo hace tiempo que dejó de estar dividido por fronteras territoriales o sociales y ahora las divisiones vienen marcadas por el nivel de riqueza. Cada vez hay más en manos de menos gente. Y esta progresión no hace sino aumentar a un ritmo exponencial, presentando a una sociedad dividida por completo. Inspirado en los movimientos «Occupy» de hace un par de años y en sus denuncias sociales, Rucka planteó a Michael Lark este proyecto a Eric Stephenson su publicación. Ninguno de los dos dudaron ni un minuto.
En esta serie, los ricos se dividen en familias y gobiernan sobre el 99% de la población (definida como “Waste”) con mano dura, eligiendo cada familia un representante al que proporcionan los últimos avances tecnológicos y las armas que desee con la misión de proteger a la familia. Gracias a esto, Greg Rucka puede volcar su interés por el espionaje, la acción y la sci-fi moderada con su habitual soltura, además de temáticas biológicas sugeridas por Warren Ellis (como el propio Rucka afirma en los textos que acompañan al primer número). Sin embargo, ¿qué ocurre cuando un miembro de la familia muere durante un minuto y regresa a la vida? ¿Vuelve a ser todo igual o verá el mundo de otra manera? ¿Se plantea las mismas preguntas? Con esta premisa arranca la serie. Tras un desafortunado y aleatorio incidente en el que casi pierde la vida (o la pierde y la recupera, más bien), Forever (cuyo parecido físico parece por momentos una mezcla hormonada de la Michonne de Walking Dead y Renee Montoya) empezará a plantearse algunas de las cuestiones que hasta ahora daba por sentadas. Su familia y su hermano Johan sospechan y harán todo lo posible porque siga fiel a la causa (aunque ello implique drogarla), pero pronto todo estallará.
Así comienza Lazarus, pero para no ser ajenos a la verdad deberemos afirmar que la mayor parte de la información sobre el contexto, la trama y los orígenes de la serie viene incluida en los textos que firman el cómic. Lo que en otra ocasión habría sido un complemento perfecto aquí se convierte en una parte clave y esencial para entender qué ocurre y por qué derroteros temáticos quieren tirar Greg Rucka y Michael Lark, lo cual uno no sabe muy bien cómo valorar, ya que el cómic debería satisfacer por sí solo. Además, Rucka muestra algunos errores de novato en algunas ocasiones como el hecho de incluir una conversación en cuadros de texto a lo largo de varias páginas sin diferenciar de forma clara el orador (por momentos no se sabe si es un monólogo o no) o mostrar un pasotismo total a la hora de preparar un cliffhanger más o menos potente, haciendo que el lector se pregunte si es que en realidad faltan páginas en su copia o si la futura recopilación en tomo es el único objetivo de Rucka. Sin embargo, el oficio de ambos autores sirve para cumplir con nota en esta primera entrega. Y es que el trabajo de Michael Lark (quien también rotula el cómic) y del colorista Santi Arcas no se puede calificar con algún adjetivo menor que brillante. Son varias las páginas en las que el guionista prescinde de los diálogos y la acción no se resiente en ningún momento, ganando incluso en ritmo y vertiginosidad. En definitiva, un inicio prometedor aunque con un potencial todavía no desarrollado al máximo. Cuando lo haga, estaremos ante una de las mejores obras de Greg Rucka.
Valoración: Por Pedro Monje.
Zero, de Ales Kot y Michael Walsh. Image Comics.
La premisa de este tebeo es ciertamente interesante. Zero nos explica la vida de un soldado llamado Edward Zero al que se ha adiestrado desde su juventud para actuar sin pensar, ni cuestionar a sus superiores. Y en cada número, un artista diferente nos narrará una misión que Zero cumplirá, a pesar de que eso cambie su vida. Y eso es justamente lo que nos encontramos en este primer número: una narración bélica en la que el protagonista hace cosas que nosotros cuestionaríamos a nivel moral, pero que dentro del contexto bélico igual están justificadas. O no. A nosotros no nos incumben las conclusiones porque esas serán las que modificarán la vida de Edward a medida que avance la serie.
La premisa es ciertamente interesante, pero… ¿Está el tebeo a las alturas de las expectativas? Sí, no, tal vez. Zero es deudora de muchos otros tebeos. Seguramente el referente más cercano es el Hawkeye de Fraction y Ajá, lo cual es bueno, ya que la de Marvel una obra de una calidad indudable; y es malo, porque ese tipo de tebeos son tan personales que a la que alguien les coge un recurso, se nota. La historia en sí está bien relatada, contiene escenas muy impactantes, – sobre todo la que abre el tebeo – y deja al lector con ganas de más. Sin embargo, también es una historieta muy cruda, no apta para todos los públicos. La temática bélica tiene que gustar al lector. En mi caso no es así y, por lo tanto, mi nota no es muy representativa. Lo que me interesa de Zero es la promesa de una evolución en el personaje, y eso es algo que no se puede ver en un número #1, ergo, le auguro importantes mejoras a medida que avance la serie. Al menos, por saber qué sucede con ese niño y esa pistola, esta cabecera merece que le echemos un ojo.
Valoración: Por Enrique Rios.
Sidekick, de Joe Michael Straczynski y Tom Mandrake. Joe’s Comics/Image Comics.
Joe’s Comics fue un subsello editorial, a su vez dentro de otro subsello editorial: Top Cow Productions, de Image Comics donde Joe Michael Straczynski (Thor, Amazing Spider-Man) publicó hace tres lustros su primera incursión en el mundillo del cómic, excelentes ideas, notable comienzo y fallida ejecución final (del dibujo mejor si no hablamos mucho…): Rising Star y Midnight Nation. Problemillas de derechos sobre las adaptaciones cinematográficas de la primera de ellas hicieron que el estudio desapareciera… hasta que en 2012 JMS decidió rebootear su propio sello y prometió nuevas series. La primera de ellas (Mayo 2013) ha sido Ten Grand con Ben Templesmith (al menos inicialmente, ya que todo parece indicar que se ha bajado del carro de una forma poco profesional) y ahora Sidekick, junto a Tom Mandrake (The Spectre, Martian Manhunter), de la cual ya se han publicado las dos primeras entregas (de doce). En esta cabecera, Mr. “I hated sidekicks” Straczynski vuelca todas las ideas que había recopilado alrededor de los sidekicks de los héroes y que los editores no le habían dejado editar, con un poco (o bastante) de mala leche y un enfoque adulto. No en vano, y en ello ayuda mucho el estilo oscuro de Mandrake, por momentos parece que estamos leyendo una entrega más de The Boys de Garth Ennis y Darick Robertson y que el crio en cuestión va a ser perforado en más de una manera al más mínimo descuido.
Una vez que JMS despeja esa sensación inicial (provocada o no), la serie se vuelve más interesante e introspectiva, sin abandonar el aura oscura y depresiva que inunda las viñetas de todas las páginas. Red Cowl y su compañero Flyboy son los defensores del crimen de Sol City… hasta que Red Cowl es asesinado al “JFK style”, dejando aún más huérfano al ya-no-tan-jovencito Barry Chase, quien es incapaz de superar la pérdida de su mentor. Los hechos de que la gente no le tome en serio en sus patrullas en solitario, la herencia sea inexistente (impulsándole a iniciar una campaña de crowdfunding) o resolviendo crímenes que él mismo organizó para ganar crédito no sirven sino para incrementar cada vez más la sensación de lástima que transmite el protagonista. JMS maneja de forma excelente la narrativa del relato, intercalando flashbacks (para mayor pena y lástima del pobre Flyboy) y anteponiendo el pasado brillante (y lleno de estereotipos) a un presente mucho más oscuro, dejando muy pronto de lado cualquier atisbo de temática superheróica que pudieran sugerir las portadas y se centra en una perspectiva más realista (mismas caras de la misma moneda que otras obras como la mencionada The Boys o el Irredeemable de Mark Waid, sin ir más lejos). Todo ello sin olvidar el poderoso cliffhanger del primer número que toda nueva serie debe contener. La vida deprimente y depresiva del protagonista transmite vergüenza ajena y diversión a partes iguales y el dibujo de Tom Mandrake, más cerca que nunca de Brent Anderson, se mezclan a la perfección confeccionando un relato entretenido de principio a fin. JMS ha vuelto. Si no deja la serie a la mitad, estamos ante de la de las series más interesantes de la temporada.
Valoración: Por Pedro Monje.
Reality Check, de Glen Brunswick y Viktor Bogdanovic. Image Comics.
Reality Check es posiblemente una de las sorpresas de la temporada. Esta miniserie de Image Comics trata sobre la vida de un guionista y dibujante de tebeos, haciendo un paralelismo entre lo que escribe y su obra. Sin embargo, no es un slice of life. Aquí estamos ante un tebeo con tintes comerciales, no saquéis vuestras gafas de pasta del armario. Lo curioso es que a pesar de la evidente comercialidad, hay lugar para las reflexiones profundas y para el metalenguaje. Es como si alguien quisiese juntar lo mejor de dos mundos en uno solo, pero sin avisarnos de ello. Como si alguien introdujese un mensaje profundo en una película porno. Y esta analogía es mucho más que gratuita, pues la historia – tras una pequeña escena inicial – empieza hablando de la superficialidad humana, tanto la del protagonista – que se enfrenta a las mujeres como un perdedor cualquiera – como la de algunas actrices, que ven bien vender su cuerpo ante grandes producciones pero no quieren tener el menor contacto con alguien que no es de su agrado (sin embargo, sí lo tendrían con billetes por medio).
El dibujo no es espectacular pero sirve muy bien a la historia. Tenemos el típico cómic de superhéroes en una narración que precisa de alguien que dibuje tebeos de superhéroes clásicos. Y lo mejor es el final, que nos augura un futuro posiblemente espectacular. O no. La verdad es que tengo mis dudas porque el punto fuerte del #1 de Reality Check es cómo se desgranan las diferentes capas que conforman la personalidad del protagonista, pero a la hora de hacer una relación con tebeos antiguos, algo falla. A la que se de más énfasis a la acción y las aventuras en detrimento de la reflexión y el diálogo, la historia perderá lo que la engrandece. Pero, claro está, es posible que eso no suceda. Habrá que leerse el resto de la miniserie para saber qué nos encontraremos.
Valoración: Por Enrique Rios.
Quantum and Woody, de James Asmus y Tom Fowler. Valiant Entertainment.
Quantum and Woody es la sexta serie regular de Valiant Entertainment en debutar. No tendrá los personajes más populares como Shadowman (gracias a los videojuegos) o a los más centrales de su universo compartido (Harbringer, X-O Manowar), pero sí que cuenta a su favor con el desbordante carisma de los dos protagonistas y la fuerza de la nostalgia de todos aquellos que leímos la etapa y descacharrante etapa de Christopher Priest (Black Panther) durante los años noventa. Y la cabra. No nos olvidemos de la cabra, por favor. Desde que Valiant anunció su regreso (no exento de problemas, como no podía ser de otra forma dada la vida editorial de la compañía) en todas y cada una de las entrevistas se pedía, demandaba y/o exigía el regreso de esta cabecera por parte de los aficionados. Hasta que por fin, el sueño se ha hecho realidad. Con los guiones de James Asmus (Gambit, Thief of Thieves) y el dibujo en el primer arco argumental de Tom Fowler (Venom), ¡Quantum y Woody han vuelto!
¡Explosiones! ¡Desnudos! ¡Discusiones continuas! ¡El Peor Grupo de Superhéroes! Todo eso y mucho más en las tres primeras entregas de la serie, a la que podríamos catalogar sin temor a equivocarnos en la sección de comedia. Por un lado tenemos a Eric Henderson, hijo formal, estricto, serio y disciplinado, tanto en la escuela como en el ejército. Por el otro, a su hermano adoptivo Woody, irresponsable, encantador a su modo, ladronzuelo y callejero (muy similar a Gambito, otro de los personajes de los que se encarga Asmus). No pueden ser más opuestos. La noche y el día. O, si se me permite dada su raza, blanco y negro. Tras varios años separados, la misteriosa muerte de su padre les reune… con desastrosos resultados y poderes energéticos de regalo. Policias persiguiendoles, malosos de segunda fila con poderes a cada cual más gore/surrealista y un uniforme de los más cutre son lo que podréis eperar en los tres primeros números, salzonados con chistes y bromas continuas y discusiones disparatadas fruto de las muy evidentes diferencias entre ambos. Por momentos, es como si uno estuviera leyendo, por personalidad de los protagonistas y por dosis de diversión, el Cable y Masacre de Fabian Nicieza de hace unos años (y esto, para las nuevas generaciones, he de decir que es muy buen piropo) o en una línea similar de su cabecera hermana en Valiant: Archer & Armstrong. Y eso es mucho decir. Lamentablemente para ellos y afortunadamente para el lector, la desintegración energética a la que se ven sometidos les obligará a no pasar mucho tiempo separados. Y todo esto sin que la cabra haya hecho todavía acto de presencia. Las subtramas de fondo, la potencia de los cliffhangers, los flashbacks bien repartidos, la diversión a raudales y el dibujo de Tom Fowler conforman una lectura fresca y entretenida que no defrauda en ningún momento.
Valoración: Por Pedro Monje.
Eternal Warrior, de Greg Pak y Trevor Harisine. Valiant Entertainment.
Y tras Quantum and Woody, la nueva serie en debutar por parte de Valiant es Eternal Warrior. Un nuevo género que se une al coral de temáticas del resto de colecciones de la editorial, obviando fórmulas repetitivas y reciclando conceptos originales. Es cierto que la base de la serie puede tener su similitud con personajes mainstream más o menos conocidos (en este caso la comparativa más acercada sería Vandal Savage, de DC Comics. O Hércules, en menor medida), pero los autores pronto se desmarcan con su propia propuesta. El protagonista es Gilad Anni-Padda, guerrero inmortal y hermano de otro de los personajes de la editorial: Armstrong (aunque este detalle no tiene importancia… de momento). El guionista de la serie es Greg Pak (Incredible Hercules, Batman/Superman) y cuenta con el apoyo de Trevor Hairsine (X-Men: Deadly Genesis), conformando ambos un tándem creativo que ofrece un primer número de presentación con mucho potencial.
Se les podría acusar de imitar la estructura del primer número de X-O Manowar (presentación del héroe y su amenaza para, elipsis narrativa mediante, dar un salto temporal y situar la acción en nuestro presente). Justo en el momento en el que la acción se pone interesante en plena edad mesopotámica, cuando el conflicto tanto familiar como guerrero alcanza su cenit y Trevor Hairsine tiene que esforzarse al máximo por encontrar formas originales de ilustrar la crudeza y la violencia de las batallas y los hachazos, justo en ese momento, un salto temporal nos trae al presente y nos ofrece un héroe, semi-retirado y alejado de cualquier disputa entre civilizaciones, nómada y defensor de su propia causa. Las razones que le han llevado a su actual situación y los sentimientos experimentados han quedado diluidos por la brusquedad de esta transición, en apenas dos páginas y media docena de textos narrativos. Es una pena que ese potencial, al menos de momento, quede sin explorarse. Afortunadamente, el cliffhanger es poderoso y se agradece la valentía por parte de Greg Pak a la hora de crear personajes nuevos que no estaban en la mitología original de la serie y al posicionarlos en el centro de la acción. El dibujo es adecuado y la paleta de colores, acertadamente limitada, ayuda a dar forma a un ambiente adecuado para la serie. Habrá que estar atentos para ver por dónde discurren las tramas y si la inclusión de Gilad en Unity (la nueva serie de Matt Kindt) condiciona (y de qué forma) el discurso de los argumentos de la serie. No es un arranque tan prometedor como el de Quantum and Woody pero sí que ayuda a aumentar la diversidad y el disfrute del Universo Valiant.
Valoración: Por Pedro Monje.
God is Dead, de Jonathan Hickman y Di Amorim. Avatar Press.
Jonathan Hickman tiene su hoja de ruta muy clara. Alternar dos series comerciales de primera línea en el escaparate Marvel Comics (hasta ahora alejándose de cualquier crossover editorial) con sus otros proyectos, a partes iguales en Image Comics y Avatar Press, en forma de series regulares (Manhattan Comics, East of West) y muchas miniseries donde puede canalizar y condesar sus inquietudes por la simbología, ciencia, religión e historia a partes iguales, todo ello con un filtro de ciencia-ficción y alguna que otra macarrada apocalíptica llena de hipérboles al estilo Mark Millar. Precisamente, si nos fijamos en la obsesión simbólica-religiosa (dejando de lado su fijación por asesinar a los presidentes de los Estados Unidos a la mínima oportunidad) del guionista norteamericano podríamos definir a Jonathan Hickman como “el Dan Brown de los cómics”. En su último proyecto, “God is Dead”, podemos encontrar un mundo en el que los dioses, en sus distintas ideologías, regresan a la Tierra (están muy vivas, nada de muertas como pueda sugerir el título) para tomar el control de las incapaces manos del hombre dejando detrás un rastro de destrucción y desastres. Premisas como estas no son nuevas en el mundo de los cómics (quien lea Sandman podrá degustar un ejemplo mucho más redondo), pero el enfoque es suficientemente interesante y le permite a Hickman incluir un desfile de divinidades que incluyen a Zeus, Odin, Horus, Shiva y demás apéndices y comenzar a plantear nuevos acercamientos al clásico debate entre “Razón o Religión” y “Ciencia o Fe”.
Sin embargo la ejecución es fallida por momentos, las personalidades (estereotipadas) de los científicos que forman la resistencia no ofrecen ninguna profundidad y la acción da muchos saltos a lo largo de las veintidós páginas como para centrar la atención en ningún momento. Antes de continuar, hay que comentar que si bien el nombre de Hickman aparece en letras bien grandes en la portada, el cómic en sí está co-guionizado entre el propio Hickman y Mike Costa (G.I. Joe, Blackhawks), lo que quizás lastre en su medida la narración de la historia. Lo que definitivamente entorpece la lectura es el dibujo del novel Di Amorim. Demuestra algunas aptitudes y una cierta similitud a los estilos de Jacen Burrows o Steve Dillon, pero su endeble manejo de las perspectivas y las expresiones faciales y una elección pésima de los contrapicados en más de una ocasión no le ayudan en ningún momento y dejan un sabor amargo al terminar. La serie tiene potencial en manos de Hickman pero este primer número prometía más de lo que proporciona y queda muy por detrás del nivel de calidad ofrecido por otras primeras entregas del guionista.
Valoración: Por Pedro Monje.
Hit, de Bryce Carlson y Vanesa R. Del Rey. BOOM! Studios.
Policía con largas gabardinas y vocación de verdugos, mafiosos armados hasta sus dientes, camareros de bares de espejos relucientes y humareda continua, maletines llenos de billetes numerados y, por supuesto, femme-fatales rubias y peligrosas de piernas flexibles y oscuros secretos con nombres sacados de canciones de Frank Sinatra. El género noir en el noveno arte vive un excelente estado de forma actualmente, impulsado por las obras maestras de artistas no menos maestros como Ed Brubaker (Criminal, Incognito) o Darwyn Cooke (Parker), por nombrar alguno. No es de extrañar que a medida que pasen los meses proliferen las cabeceras con esta temática. El último ejemplo de este caso lo encontramos en la nueva serie de Bryce Carlson (Higher Earth) y Vanesa R. Del Rey. Envuelta en unas portadas muy evocadoras del estilo de Michael Lark o Sean Philips, el lector se encuentra en una historia con los alicientes básicos propios del género y una atmósfera muy conseguida, ambientada en los convulsos años cincuenta en la Costa Oeste americana y protagonizada por un detective del Departamento de Policía de Los Ángeles, muy de gatillo fácil por aquel entonces en pos de una efectiva (y rápida) limpia de mafiosos (y un ahorro considerable en papeleo). El color prima el azul por encima del negro y el resultado es algo original entre los cómics de este perfil, pero la trama, aunque documentada, por momentos da la sensación de estar más pensada para una potencial adaptación cinematográfica y televisiva (¿cuál no, hoy en día?). La serie inspira confianza pero no despega del todo.
Valoración: Por Pedro Monje.
Sons of Anarchy, de Christopher Golden y Damian Couceiro. BOOM! Studios
Una de las patas que sostienen a BOOM! son los títulos de franquicias de cine y TV. No obstante, realizar un cómic de esta serie televisiva igualmente resultó llamativo al momento de su anuncio. Más allá del éxito y la calidad del programa que ya lleva seis temporadas, a priori no es un producto que interesaría al público modelo lector y comprador de cómics; pensándolo bien, probablemente no se trate más que de una forma creativa de publicitar la nueva temporada de la serie… Sea como sea, en la editorial saben muy bien lo que hacen porque aún con decisiones que sorprenden y desconcertan, hemos atestiguado un franco crecimiento de BOOM! en los últimos meses y aquí nos encontramos comentando un cómic de Sons of Anarchy.
Debo reconocer en este punto que no he visto la serie de TV, y gracias a lo leído tal como lo presentan los autores por mi parte podría funcionar como un lector del cómic que se ve interesado en ir al producto original; y bien también puede ser efectivo al revés, con televidentes que se acercan a las viñetas por seguir a su serie favorita.
Dicho eso, aún desconociendo la serie, por varios datos que leemos y Wikipedia podemos saber que el cómic está ambientado después de la última temporada (la número 5, con la sexta apenas iniciando ahora), que presenta varios personajes relevantes de la historia original, al mismo tiempo que se sitúa el foco de atención en un personaje nuevo que interactuará con aquellos. De esta manera, como decíamos, puede ser disfrutado igualmente por seguidores del show televisivo como recién llegados a Sons of Anarchy. Estos últimos leerán un cómic ambientando en el oscuro submundo de las pandillas motoqueras, con bares, violencia, drama y que a corto plazo traerá mucha acción… todo esto con el buen dibujo de Damian Couceiro, siempre prolijo en su forma de narrar muy legible, logrando rostros tan expresivos que nos hablan desde las viñetas, quien por fin tiene la posibilidad de lucirse en otro ámbito que no sea el de los simios.
Sons of Anarchy será una serie limitada de seis entregas, que en lo personal me interesa seguir leyendo y probablemente me lleve a su origen audiovisual.
Valoración: Por Mariano Abrach.
T.H.U.N.D.E.R. Agents Vol. 2, de Phil Hester y Andrea Di Vito. IDW Publishing
Otro de los estrenos de este trimestre ha sido un nuevo relanzamiento de T.H.U.N.D.E.R. Agents. La trayectoria editorial de la franquicia desde su creación a mediados de los sesenta ha estado repleta de reimpresiones, relanzamientos, frenazos en seco, reboots (también llamados revivals) e intentos fallidos de capturar el genio en la botella. El más cercano a conseguirlo fue Nick Spencer (Morning Glories), en su mejor incursión en el cómic mainstream hasta el momento en la serie publicada por DC Comics hasta que TheNew52 se interpuso en medio y propició todo un coitus interruptus. Actualmente los derechos pertenecen a IDW Publishing que ha relanzado la serie una vez más, esta vez contando con el experimentado Phil Hester (Green Arrow, Project Superpowers) a los guiones y Andrea Di Vito (Annihilation, World War Hulk: X-Men) en el apartado gráfico, esforzándose al máximo cumplir en su estilo de siempre, el más parecido al de Ed McGuinness que yo haya podido descubrir.
Las expectativas en torno a la nueva serie eran altas y existía la duda de si serían capaz de superar al precedente más inmediato, pero el resultado hasta el momento son dos cómics tirando a aburridos y predecibles, menos corales de lo que suele ser normal en las series de The Higher United Nations Defense Enforcement Reserves. El primer número es básicamente el reclutamiento del nuevo Dnyamco (Len Brown) y su entrenamiento para hacer frente a la malosa Iron Maden (si, tal cual), obviando casi por completo la «cuota de pantalla» del resto de protagonistas, Noman aparte. Algunos problemas de despacho, un mal balance de acción/presentación, cliffhangers poco potentes, diálogos de manual y un dibujo con los fondos muy trabajados son las credenciales del nuevo proyecto al que no se le augura una vida editorial muy amplia
Valoración: Por Pedro Monje.
The Rocketeer & The Spirit – Pulp Friction, de Mark Waid y Paul Smith. IDW Publishing.
Cuando se anunció este comic fue algo sorprendente e inesperado, pero a la vez parecía tener sentido unir a estos dos personajes pulp en una misma historia, siguiendo la moda actual que está gozando esa era de la historia, y podría salir algo muy bueno. Faltaba ver cómo lo harían funcionar los autores.
Por fortuna, lograron una de las lecturas más entretenidas y divertidas que he tenido en estos últimos tiempos, combinando muy bien a los dos personajes con una trama algo ingeniosa aunque no original, y jugando con el tópico común de enfrentarlos inicialmente para luego hacerlos trabajar juntos.
Tanto el guionista como el dibujante capturan muy bien la sensación de época, dándole un tono más bien relajado y divertido a la narración (apropiado para ambos personajes) aún cuando la trama es de misterio y policial.
Y si bien destacamos lo atractivo del guión, nos quedamos por el excelente trabajo en el dibujo de Smith, capturando la estética de la época de los años ’40, imprimiendo vértigo a sus escenas de acción, y entregándonos personajes que se sienten vivos en la página. Da gusto ver a un artista trabajar así de bien.
Lamentablemente, no se publicó todavía ningún otro número de esta miniserie de cuatro entregas, por lo cual lo más lógico sería esperar a que se termine y edite en tomo para una mejor lectura.
Valoración: Por Mariano Abrach.
The X-Files – Season 10, de Joe Harris y Michael Walsh. IDW Publishing.
Parece mentira que ya hayan pasado más de diez años desde el final de la emisión de la serie de culto The X-Files (Expediente-X en España, Los expedientes secretos X en Latinoamérica). Para muchos esto sonará a historia antigua, e ignorarán su importancia histórica, siendo la que, junto a Twin Peaks, demostró que se podían hacer series de calidad fílmica, tanto en factura técnica como en complejidad y nivel artístico. La aparición de este cómic hará que más de una ceja se alce, empezando por la de un servidor, que siendo fan radical de Expediente-X también es consciente de que el medio en el que mejor funciona es en el audiovisual.
Pero vayamos por partes: este cómic no solamente está basado en la serie homónima, sino que sigue la estela de Buffy The Vampire Slayer y Smallville, cuyos cómics han continuado la historia desde allí donde quedó en su final televisivo. En estos casos el resultado es muy desigual, pues si en Smallville hemos visto las aventuras de Tom Welling vestido de Superman y conociendo a otros superhéroes importantes que no tuvieron lugar en TV, con un resultado digamos que adecuado al original, Buffy se convirtió en el ejemplo a seguir. En ella se implicó su creador y responsable, Joss Whedon, insuflando nueva vida a la historia y trayendo de vuelta a sus reconocibles personajes sin perder ni un ápice de frescura.
El caso de X-Files es muy distinto. La serie se arrastró en sus últimas temporadas gracias a una legión de fans que pedían más historias de una franquicia que parecía argumentalmente agotada. Y aunque esto es cierto si hablamos de la trama global de la serie, los episodios autoconclusivos no bajaron en calidad. El caso es que su final abierto dejaba en el aire la posibilidad de continuar en el futuro con la historia (no entraremos en spoilers), y cuando en 2008 Chris Carter, su responsable, hizo una película que se situaba tras dicho final muchos esperábamos ver esa continuación, pero fue una historia completamente independiente y que terminó de enterrar el interés del gran público en este producto.
Sin embargo el éxito de Buffy ha animado a IDW a lanzar esta serie con el sello de aprobación de Carter. ¿El resultado? Digamos que tiene buenas intenciones, pero el nivel de calidad de los guiones originales debería animar a su guionista, Joe Harris (Darkness Falls) a hacer un ejercicio de humildad y darse cuenta de que no está a la altura. Logra retomar el argumento adecuadamente, y a falta de ver por dónde continúa parece que no deja lugar a la improvisación. El tono sobrio y las ilustraciones de Michael Walsh, que huyen de la espectacularidad, se adecuan bastante a lo que se espera de X-Files, aunque se echa en falta algunas sombras más que creasen ambiente, aunque no tanto como se echa de menos la música de Mark Snow… Pero la inclusión de personajes gratuitamente y cierta sensación de apresuramiento a la hora de hacerlo para captar la atención le hacen restar puntos. Su gran pega, sin duda, es su simplicidad en comparación con el original. El primer arco, de cinco números, completará la primera historia, que se correspondería con un solo episodio televisivo, para que nos hagamos una idea, y aún así sería uno bastante liviano.
Además, seamos realistas, es difícil trasladar la química existente entre dos actores y sus personajes a un medio en el que ellos no participen. Probablemente esta serie tendrá su público y hará que continúe publicándose, pero necesitará un gran cambio para dejar de ser una serie que se deja leer a una que realmente merezca la pena.
Valoración: Por Sergio Robla.
Red Sonja, de Gail Simone y Walter Geovani. Dynamite Entertaintment.
Gail Simone es una rara avis. Gracias a su condición de mujer – y a su lucha por normalizar el papel de las féminas en los tebeos -, todos consideran que es la guionista perfecta para tratar personajes femeninos; y seguramente así sea, pero Simone no es perfecta. Es casi perfecta. Su etapa en Aves de presa fue entretenida y diferente, pero su retorno tras el relanzamiento de El día más brillante no estuvo a la altura de su anterior andadura. Simone hizo un trabajo espléndido en Los Seis Secretos, sobre todo con Scandal y el resto de personajes femeninos. Sin embargo, no acabó de coger el punto a un personaje tan importante como Wonder Woman. Y es que Simone no es infalible. A veces acierta, y a veces falla. Cuando se anunció que iba a encargarse de Red Sonja, todo el mundo se alegró de ello por la reputación de Simone. Yo deduje que su trabajo más comparable sería el de Wonder Woman, que posiblemente sea lo peor que me he leído de esta escritora, así que preferí esperarme a tener el tebeo en mis manos antes de juzgar. Ahora que he tenido la oportunidad de leerme no uno sino tres ejemplares de Red Sonja puedo asegurar que todos los temores estaban infundados. Os enumero los porqués:
1. Red Sonja es una de las franquicias más importantes de Dynamite y es obvio que este relanzamiento se lo han cogido con mucho cariño. Han llamado a Simone, una gran autora que trabaja en DC Comics. No es moco de pavo. Sin embargo, para que un relanzamiento así funcione la accesibilidad es muy importante, porque a esta serie se van a acercar muchos lectores que no conocen de nada a la bárbara protagonista. ¿Hace Simone una serie accesible? Absolutamente. Cualquiera puede abrir las páginas del #1 de Red Sonja y saber qué está sucediendo, sin necesidad de conocer los personajes. Tanto es así que Simone no explica el origen hasta el #3, y eso se justifica porque el origen se relata por necesidades de la historia. Hay un motivo muy importante que hace que el #3 sea el momento ideal para recordar (y, de paso, para crear atmósfera y que el final sea más impactante).
2. Simone ha sabido crear un fuerte personaje femenino y, lo que es mejor, le toma el punto desde la primera viñeta (en la que aparece). Uno de los defectos de Simone es que a veces necesita unos cuantos números para entender al personaje y hacérselo suyo. Este no es el caso, Red Sonja parece una vieja conocida de la guionista. Si no hubiese un #1 en la portada pensaría que Simone lleva escribiendo a Sonja desde hace años.
3. Indudablemente, un punto fuerte de Simone son los malvados. Nadie escribe villanos como ella. En serio, no sé por qué tiene tanta fama de ser buena con las mujeres cuando lo que realmente engrandece a Simone son los villanos. Y en esta ocasión, repetimos la misma historia de siempre. La malvada del número 2 es simplemente excepcional. Es tan buena (o mala, según como se mire) que llega a robar el protagonismo a Red Sonja. Eso y las ganas de vivir, ya puestos… Por quitar cosas que no quede.
4. ¿Queréis espectáculo? Aquí lo hay a raudales: escenas de acción, luchas, de todo. ¿Queréis drama? Simone ha abierto la puerta a la tragedia, así que preparaos para sufrir. ¿Queréis ver cosas impactantes? Simone juega con los giros argumentales más incluso que en otras cabeceras. Con Red Sonja hay que prepararse para lo inesperado. ¿Queréis aburriros? Esta no es vuestra serie, probad con The Moking Dead.
Y ahora es el turno del dibujante. Ya os hablé de Walter Geovani en la reseña de Prophecy, y dije: “Como estamos ante una aventura en la que la acción es sumamente importante, Geovani utiliza un sistema de composición de imágenes dinámico. No le importa jugar con las líneas y el movimiento para dar más fuerza a las batallas, de la misma manera que se detiene en viñetas de mayor tamaño cada vez que debe ofrecer una imagen impactante. Y hay unas cuantas de éstas. Los personajes, sobre todo las mujeres, están perfectamente caracterizados y muestran sus sentimientos a cada viñeta. (…)Y, en las escenas más tranquilas, Geovani utiliza un sistema compositivo mucho más convencional y oscuro. Parece que quiera dar un tratamiento diferente a cada” escena según se necesite. Es curioso pero a pesar de tratarse de obras diferentes, lo que dije entonces me viene como anillo al dedo.
En definitiva. Leed Red Sonja. No digo más.
Valoración: Por Enrique Rios.
Kings Watch, de Jeff Parker y Marc Laming. Dynamite Entertainment
En otra demostración de cuántos personajes hay de los que beber de las décadas del 20, 30 y 40, y cuántas historias diferentes pueden contarse con ellos, llega esta miniserie de cinco entregas que reúne a Flash Gordon, El Fantasma y Mandrake, con un equipo autoral deseoso de jugar con todos ellos y divertirse, lo cual suele redundar en entretenimiento para el lector. Y en efecto así es, aunque este número es apenas el comienzo que plantea la situación problemática y presenta a los protagonistas sin prisa pero sin pausa, con escenas de acción y varias tramas a la vez. Resulta por ende en una introducción a la historia muy rica, que nos ofrece mucho como para querer saber qué pasará después y seguir leyendo, sobretodo porque aún no vimos a los tres principales personajes reunidos. Queda mucho por ver en Kings Watch y por fortuna su #1 da ganas de volver en los próximos números y verlo.
La situación de conflicto es algo que aparenta ser un escenario de apocalipsis, del cual hay varias teorías a lo largo de estas páginas pero intuimos que se tratará un misterio que implicará a un villano y una amenaza muy grande. Pero como ya dijimos apenas se revela nada en este primer número, mientras suceden cosas nuestros héroes están separados, el mencionado antagonista se prepara y hasta hay personajes secundarios actuando, lo cual es mucho para una serie limitada. Esperemos el guionista pueda con todo ello, porque de lograrlo conseguirá un gran cómic.
No lo hará solo, desde luego, sino que cuenta con el muy buen trabajo del dibujante, capaz de presentar una misteriosa escena de pesadilla, seguido de una situación realista, figuras humanas seguidas de criaturas monstruosas, la selva seguida del espacio… todo sin desentonar. Sin dudas, una miniserie a seguir y ver cómo se desenvuelve.
Valoración: Por Mariano Abrach.
The Mocking Dead, de Fred Van Lente y Max Dunbar. Dynamite Entertaintment.
Fred Van Lente ha demostrado su saber hacer en más de una ocasión. Los seguidores Marvel lo conoceréis de sus miniseries de Marvel Zombies, y los que no, puede que os suene porque escribe – y muy bien – Archer & Armstrong para Valiant. Max Dunbar es un recién llegado, pero apunta maneras. Su dibujo evoca en algunas ocasiones al de J. Scott Campbell , y en otras recuerda a autores más cercanos en el tiempo pero menos conocidos… Es divertido jugar a las referencias con los dibujantes más nuevos. Sea como fuere, lo lógico cuando se ve un dibujo de Dunbar es pensar… “¿y qué ha hecho antes?”, y lo siguiente es sorprenderse de que ésta sea su segunda miniserie (tras una de Red Sonja). En resumen, tenemos un buen autor y un dibujante novato pero también de calidad. Cualquiera diría que The Moking Dead debería ser una buena obra, pero no es así.
The Moking Dead es un título engañoso. Es una referencia a The Walking Dead, y dado que se sustituye “andantes” por “bufones”, podríamos pensar que estamos ante una parodia de la serie de Kirkman. Error. Moking hace referencia al rostro de los zombis. Cuando las víctimas mueren, pierden un trozo de cara y les queda una mueca similar a la del Joker. La historia en sí nos explica el enésimo apocalipsis zombi, al cual se enfrenta el ejército con ayuda de un geek informático que cumple con todos los tópicos habidos y por haber de los geeks y de los aficionados al cómic. Al protagonista solo le falta tener acné. Se supone que este chico es el factor gracioso de la historia. Por mucho que busque, no encuentro la gracia por ninguna parte. Y eso plantea un problema. La historia es un 80% seria y un 20% “graciosa”. La lectura resulta rara, porque es como si estuvieses viendo Los Miserables y cada veinte minutos la chica de atrás se riese a carcajadas. Es una situación extraña y, por si todo esto no fuese suficiente, el blanco y negro – otro intento de emular a Los muertos vivientes – le hace un flaco favor. Dunbar dibuja bien, pero tiene un estilo cercano a Image comercial, no a Image indie. Los grises que se usan en Los muertos vivientes funciona muy bien por el estilo de dibujo, pero si intentas imitarlo con según quien, no funciona. Y este es el mejor ejemplo.
Conclusión: The Moking Dead es una serie engañosa que nos vende algo que no es. No nos ofrece nada que no hayamos visto en otros tebeos, y junta cosas que deberían seguir separadas (o unirse de otra manera). Para mí ha sido una gran decepción, pero me queda la duda porque si hubiese sido consciente de lo que realmente tenía en mis manos antes de leerlo, quizás valoraría mejor este título ya que no me sentiría engañado. Eso sí, The Moking Dead también tiene sus cosas buenas: está bien relatada, es entretenida y el dibujo es una sorpresa agradable. Si matan al protagonista en el próximo número le daré otra oportunidad.
Valoración: Por Enrique Rios.
Codename Action, de Chris Roberson y Jonathan Lau. Dynamite Entertaintment.
Superhéroes en la guerra fría. A estas alturas un concepto así debería ser, ante todo, manido y repetitivo pero por algún motivo que desconozco, las editoriales norteamericanas no suelen hablar mucho de la guerra fría. Dynamite sí se atreve con este tema y para esta miniserie de 6 números cuenta con la colaboración de un reputado novelista, Chris Roberson, y un dibujante de la casa que se ha especializado en personajes Pulp. Y esta última palabra también es relevante para este título porque ciertamente estamos ante una cabecera que podría entrar en esta categoría. Y hago especial énfasis en la terminación verbal de podría porque si os tengo que explicar qué nos encontramos en Codename Action, lo más fácil es decir que estamos ante una película de James Bond de los años setenta u ochenta. Es más de espionaje que de personajes pulp.
Ahora que ya estamos situados, entremos a las valoraciones. El trabajo de Roberson es muy correcto. Nos presenta una historia y unos personajes de una manera efectiva y muy poco original. Para que no nos aburramos entre premisa y premisa incluye escenas de acción que cumplen su función de entretener de una manera también efectiva. En definitiva, es un tebeo bien escrito, entretenido, que no nos ofrece nada que no hayamos visto ya.
El nivel gráfico también es elevado, aunque la composición de página de Lau es cuestionable en algunos momentos ya que rota viñetas sin que podamos discernir el motivo. Es un recurso que otros autores emplean con maestría, pero que en las manos de Lau parece gratuito. Aun así, la valoración general es buena. No nos arrancaremos los ojos viendo – o leyendo – este tebeo, pero tampoco sentiremos que nos ha cambiado la vida.
Valoración: Por Enrique Rios.
All-New Fathom, de David Wohl, Frank Mastromauro y Alex Konat. Aspen Comics.
Hace quince años, ni más ni menos, salía a la luz el primer número de Fathom bajo el sello Top Cow de Image Comics. La creación de Michael Turner, que por aquel entonces se encargaba de guión y dibujo, fue un éxito dentro de la editorial y así, cuando Turner creó su propia editorial en 2003 Fathom se convirtió en cabeza de playa, ya con el dibujo y parte del guión en manos de otros. Y desde entonces, tanto el personaje como Aspen Comics se han ganado su pequeño nicho en un mercado que se sabe complicado para editoriales minoritarias. Desde entonces se han sucedido diversas series (el presente volumen es el quinto), miniseries y spin-offs que han mantenido la creación de Turner viva pese a su pronta muerte en 2008. Y como ocurría en el resto de los volúmenes, esta All-New Fathom es menos nueva de lo que el título pudiera indicar. Aunque evidentemente se nos cuenta su procedencia y sus poderes en líneas generales, un lector recién llegado puede sentirse muy perdido si es su primer acercamiento al mundo de Aspen.
Esto no es nada nuevo viendo que series cómo All-New X-Men también requieren grandes conocimientos por parte del lector, pero dado que hablamos de cómic minoritario hubiera esperado una ruptura algo más grande. Es decir, en Aspen Comics saben lo que quieren: al público de siempre. Para encargarse de ello, el guionista de esta nueva serie es David Wohl, editor de Top Cow durante muchos años y por ende editor de la serie original de Fathom. Y lo que nos ofrece es un nuevo misterio submarino cuando unas barreras de hielo de cientos de metro surgen de las profundidades y se levantan sobre el mar en pleno Caribe. La secuencia inicial en que esto sucede, por cierto, es la más meritoria del número, cuando no sabe lo que está por venir. Una pena que eso no ocurra al final, cuando la amenaza queda diluida si uno sabe o intuye quienes son los responsables. El resto del número demasiadas novedades salvo por la decisión de Aspen de convertirse en un “agente libre”, sólo al servicio de los intereses de la tierra y defendiendo tanto a los humanos como a los azules (la raza submarina de la que ella tiene la mitad de los genes). El dibujo de Alex Konat se presenta como bastante apropiado para el tono que busca la serie y la única pega que se le puede poner son unos primeros planos en tanto toscos. En el resto de lides se desenvuelve bastante bien.
Valoración: Por Ivan Rivas.
Overtaken, de Frank Mastromauro y Marco Lorenzana. Aspen Comics.
Nuestro gurú de las ventas de cómics Pedro Monje nos advirtió de que este era uno de los estrenos del mes de agosto más vendidos, siendo un curioso caso que merecía la atención, tratándose de una serie de una editorial de no mucha importancia más allá de Fathom (cuyo #1 también comentamos) y a cargo de autores que tampoco son de renombre. ¿Cómo alcanzó ese número de ventas un tanto extraordinario? ¿Qué tiene de especial Overtaken?
En cuanto a la primera pregunta, la respuesta puede estar en que valía tan sólo un dólar, en que es parte de la campaña por el aniversario de la editorial (10 for 10, diez cómics nuevos por los diez años de vida) y con ello recibe gran atención publicitaria, y seguramente la cantidad de portadas variantes también colaboró a agrandar el número.
Respecto a qué tiene de especial el cómic, la respuesta es desalentadora. Sinceramente nada. Se supone que es una historia de ciencia ficción, pero en todo su #1 no se mete en dicha trama, quedándose en una aburrida y poco interesante presentación del protagonista y su pareja, luego de una introducción que debería sembrar el misterio pero no consigue ese objetivo.
El dibujo tampoco cautiva, siendo apenas correcto en su narración secuencial, pero sin lograr transmitir ningún tipo de emociones, especialmente en la supuestamente dramática escena final, que no genera la sensación que debería en la lectura.
Sin lugar a dudas, el #2 de Overtaken no contará con el mismo número de ventas que su #1, aún siendo posible que mejore en el curso de la narración es un mal comienzo.
Valoración: Por Mariano Abrach.
Hit List, de Ralf Tedesco y Sami Kivela. Zenescope Entertaintment.
Zenescope es una editorial que se ha dado a conocer principalmente por sus versiones actualizadas de cuentos clásicos. Suelen coger personajes de toda la vida y modernizarlos con un toque “adulto”. Ya sabéis a qué me refiero. Sin embargo, esta nueva serie – guionizada por el cofundador de la editorial – huye de los títulos a los que nos tiene acostumbrados esta casa y nos narra una historia policíaca. La premisa es tan simple que muchos la identificaréis con cierto personaje de Marvel: un hombre cree que ha llegado la hora de erradicar el mal y por eso se ha decidido a matar a cualquier mafioso que se cruce en su camino. Y justamente eso es lo que vemos en las primeras páginas de Hit List, acción, aventuras y muchas balas.
Visualmente, la serie es atractiva. A los chicos de Zenescope les gusta jugar con las imágenes impactantes y, sobre todo, utilizan las mujeres de una manera que yo cuestionaría. Lo cual en sí no es bueno, pero si hablamos de visualidad, impacta. Lo malo del debut de Hit List es que no es muy accesible. Nos hace falta una mayor explicación de los personajes y de sus motivaciones. Las escenas de acción están bien articuladas, pero aún no sabemos a qué se deben. En definitiva, en este número tenemos un espectáculo de luces de artificio. Quizás avance la historia y descubramos que debajo de la ajustada ropa de las muchachas hay una profundidad inusitada, o quizás no. Es posible que tres números después nos encontremos con las mismas escenas sin contenido. A estas alturas es muy difícil saber si Hit List merece la pena.
Valoración: Por Enrique Rios.
Gracias pro estas reseñas y por la sección!!!
es genial que hableis de tantas series de editoriales que no sean Marvel o DC.
y por cierto, he flipado con la web de Juan Ferreyra, que no conocía de nada, y voy a tener que seguirle a partir de ahora…
seguid asi!!!
KISS ME, SATAN: genial. Alabado sea Ferreyra. Prometedora y, si no es para película, como mínimo da para serie de televisión bien maja. Que se la den a Whedon. Ah, espera, que parecería un spin-off de Buffy… Que se la den a Whedon.
LAZARUS: avanzando lento pero seguro. El primer número me dejó frío pero poco a poco va aumentando mi interés número a número.
ZERO: me encantó su crudeza y su apartado visual, que si bien tiene un toque Aja, me parece el tono más adecuado y la paleta de colores que le acompaña es inmejorable (aquí el coloreado digital efectoso de hoy en día la habría matado).
SIDEKICK: Ni de lejos comparto el entusiasmo de Pedro por esta serie y, efectivamente, si me dicen que transcurre en el mismo universo de The Boys me lo habría creído, pero es que me parece muy descafeinada, nada arriesgada e incluso predecible (o al menos yo acerté enseguida el cliffhanger del primer número). Leído el segundo he decidido que no voy a seguir con la serie ni de coña.
QUANTUM & WOODY: he de reconocer que el primer número me decepcionó y, salvo un momento puntual relacionado con un pañuelo, no me sacó la sonrisa… peeero enseguida se redimió y ya estoy enganchado a otra Valiantada más. Predecible que es uno.
ETERNAL WARRIOR: sí que es cierto que, de algún modo, la estructura de Eternal Warrior está ligada a la de Aric de Dacia, pero es que su personaje también lo está, inevitablemente, así que a mí no me chirrió. Y el apartado visual me parece espectacular. Sold desde las primeras páginas!
RED SONJA: Aplausos a Simone. Sonja es inteligente, fresca, diferente respecto a lo que un servidor ha leído de heroínas comiqueras actuales (sin tener en cuenta anteriores encarnaciones de esta guerrera, porque éste es mi primer contacto comiquero con la pelirroja). Enganchado.
P.D. Muchisísisisisisimas gracias por esta sección. Me parece una idea estupendísima y espero que tenga éxito.
P.D.2. Pero la reseña de COLDER la sigo esperando, que es un serión xD
Gracias por los comentarios!!! Ferreyra rules!!! Y bueno, igual cuando Jordi y yo acabemos nuestro proyecto secreto que os anunciamos en la presentación de la segunda temmporada de Mundo Independiente os hago una reseña de Colder fuera de planning 😛
Gran sección. Otra más.
De las que reseñais solo he leído los dos primeros números de Lazarus y, dentro de que estas series son muy lentas, la premisa es de los más interesante y Lark se sale.
Madre mía, cómo os lo curráis.
Sois unos cracks.
Veamos, por partes…
He leído algunos números de las series pulp actuales de Dark Horse y ninguna me ha llamado lo suficiente para quedarme, pero su público tienen que tener, porque sacan nuevas continuamente.
La serie de “Little” Hellboy seguro que la saca Norma y tiene una muy buena pinta.
He leído los dos primeros números de Lazarus de Rucka y Lark y estoy muy de acuerdo con lo que dice el Sr Monje. La serie tiene una envoltura tan brillante y apabullante, los dibujos de Lark, que cuesta reconocer que Rucka no acaba de explotar la premisa (que tampoco es el colmo de la originalidad) del todo en estos números y que, en fin, siendo su reconocida especialidad los cómics de tías duras, no le saca todo el partido que debería. Veremos.
Por cierto, le agradezco mucho al Sr Rucka su trabajo con Reene Montoya, en Gotham Central y demás. Pero su Wonder Woman me pareció lamentable.
A Ales Kot le tengo en un altarcillo por sus tres números y medio de Suicide Squad. Así que también he leído Zero y me ha recordado mucho a ciertos cómics de Warren Ellis –y no digo más por no soltar spoiler-. Interesante.
A ver si leo el Sidekick de JMS, o por lo menos cuando lleve unos cuantos más, porque de ese hombre cuesta fiarse, y, gracias a su trabajo en Batman/Superman y en el Mes de los Villanos, ya que no conozco mucho de su etapa en Marvel, por el Eternal Warrior de Pak.
De lo siguiente, leí el God is dead. Dibujo muy flojillo y premisa que me gustó por burra. Vamos, típico de Avatar.
Y también ganas por la Red Sonja de Simone, que todo el mundo pone por las alturas.
Un gran artículo, chicos. Gracias por el esfuerzo. Así podemos tener una amplía perspectiva de lo que se cuece en las editoriales independientes.
A ver si Norma se estira y trae por aquí el Spirit/Rocketeer que tiene buena pinta (Paul Smith!) aunque creo que tardarán bastante.
Pues enhorabuena por esta sección, me ha encantado leer tantas reseñas de tantas cosas que tienen tan buena pinta…
La que más me interesa es Quantum and Woody, pero más la clásica, de Christopher Priest y MArk Bright, auqnue para ir probando podría empezar con ésta.
También me llamaba la atención Lazarus, pero pcoo a poco he ido perdiendo interés, sin un motivo concreto, quizás porque hace mucho que no leo nada de Rucka que me sorprenda como me pasó en su día con Whiteout o Queen and Country.
Bueno, y lo de Rocketeer y Spirit cae fijo, que son Waid y Paul Smith, palabras mayores, auqnue no he leído la otra miniserie de Waid de Rocketeer, Cargo of Doom, creo que se llamaba, dibujada por Samnee, también con muy buena pinta.
Algún día aprenderé a escribir «aunque» en vez de «auqnue», dos veces en el mismo comentario….
“También me llamaba la atención Lazarus, pero pcoo a poco he ido perdiendo interés, sin un motivo concreto, quizás porque hace mucho que no leo nada de Rucka que me sorprenda como me pasó en su día con Whiteout o Queen and Country.”
Eso que me recuerda que leí que existe la posibilidad real de que se adapte Queen and Country en una serie de pelis –al estilo de la saga de Bourne- y lo más importante, ¡protagonizada por una de las actrices favoritas por los habituales de ZN!
Y le miro a usted, por ejemplo, Mr Ocioso.
Es ironía? Scarlet?
Esta sección es demasiado buena como para ser real. ¡Enhorabuena, chicos, porque esto da gusto! Todas las nuevas series del indie americano reunidas mes a mes (bueno, en este caso, las de tres meses). De las mentadas, me lanzaré a por Red Sonja sin dudar tras la pedazo de crítica que recibe. Y, de las que me he leído (que son mayoría), me quedo sin duda con Lazarus, que a mi gusto es la mejor de la tanda.
Del resto, Zero me ha sorprendido para bien, aunque la verdad es que tampoco me ha dado mucho más que un buen tebeo entretenido a partir de una misión de infiltración en el marco de un contexto bélico con metahumanos de por medio. Por lo demás, coincido en casi todo menos en dos puntos: 1) No soy tan entusiasta con las nuevas series de Dark Horse y 2) Reality Check y Sidekick no me han gustado nada de nada (especialmente esta última) y 3) God is Dead me parece realmente pésima. Como (casi) siempre ocurre con Hickman (Proyectos Manhattan aparte), un punto de partida muy ambicioso malogrado por un desarrollo farragoso (más una construcción de personajes penosa para la ocasión). Hickman siempre da con premisas interesantes sin saber a dónde llevarlas (le pasó en SHIELD, le ha pasado en East of West y le pasa aquí), y parece que intenta compensarlo complicándolas.
Poco más. Felicidades de nuevo y… ¡aquí estaremos el mes que viene!
PD. Guolberin, no. No es ironía. La que suena es Ellen Page, no Scarlet.
Gracias, José, no siempre se sabe cuando se habla en serio o de coña por aquí.
En cualquier caso, no iba desencaminado, ambas actrices han hecho de un personaje Marvel
Gracias a todos por sus comentarios y su buen recibimiento!
Creo igual que a nosotros nos gusta más hacerla que a ustedes leerla y comentarla 😛
Saludos!
Guau! Felicidades señores. Pedazo sección.
Spirit «Pues enhorabuena por esta sección, me ha encantado leer tantas reseñas de tantas cosas que tienen tan buena pinta…»
Pues eso …..
¿Puedo afirmar ya que esta es y será mi sección favorita para 2014?
El problema que le veo a estas tandas de noticia es que después nada o casi nada llega a nuestro país, por lo que una vez desechada la via ilegal, lo único que falta es arañarse la cara.
P.D: ¿Que hacéis con vuestras vidas para no ver la maravillosa Sons of Anarchy?
P.D. 2: Aun estoy esperando que editen por aquí algo de El planeta de los simios…
Una sección cojonuda, para ayudar a dar una idea de lo nuevo que va saliendo fuera de Marvel o DC, una vez leído el primer número y no en base a los anuncios previos al lanzamiento de las mismas.
En principio lo que más me llama (y creo que de lo que tiene más posibilidades de publicarse por aquí) es el Lazarus de Rucka/Lark, aunque tanto a Zero (y más leyendo los comentarios de José y el Mr.) como a Red Sonja les daría también una oportunidad.
+1 en la felicitación por la Sección.
¿Que hacéis con vuestras vidas para no ver la maravillosa Sons of Anarchy?
Ver la season finale de Breaking Bad (si bien Sons la voy a ver de un tirón en cuanto acabe con Heisenberg la semana que viene, que ya van casi por la mitad de la sexta temporada 🙂 ).
El problema que le veo a estas tandas de noticia es que después nada o casi nada llega a nuestro país, por lo que una vez desechada la via ilegal, lo único que falta es arañarse la cara.
O aprender inglés, que estamos en septiembre y hay que apuntarse a una academia, aparte de dejar de fumar y empezar con el gimnasio.
Los comentarios de Javié no me han salido en negrita, a aquel que lea mi comentario que sepa que son propiedad intelectual suya los párrafos pares (ya sabeis, los que dicen cosas sensatas).
Tremenda iniciativa, cada vez os superáis más! Vamos a ver… Solo me he leído Lazarus y de momento voy por el tercero, la verdad es que si bien va un poco lento como se ha comentado por aquí no tiene desperdicio, la premisa puede parecer poco original pero la vuelta de tuerca está bien buscada y poco a poco se va tejiendo una historia de traición que tanto abundan estos días.
Me apunto algunos como Red Sonja para echarles un ojo en cuanto tenga un rato ^^
Enhorabuena por la sección!!!
Particularmente estoy contentisimo de que cada vez el mainstream independiente tiene más sitio en la web, habeis pegado un subidón en poco tiempo y me habéis descubierto un monton de material interesante, como «Kiss me, Satan» que pienso probarlo.
De lo poco que le leído recomendar «Lazarus» que empieza bien y continua mejor, si teneis duda a por el. todo lo contrario para «Gos is Dead»; para mi lo peor que ha hecho Hickman, veo otro cómic bestia más de Avatar que parece que incluso oculta todas las virtudes del escritos con tal de ser fiel a su estilo descarado.
Qué sección tan magnífica!
Felicidades a todos los implicados.
He ido directamente a las reseñas que más me interesaban, pero seguro que a la larga me las pego todas. Una información muy valiosa que engrandece ZN.