Mundo Independiente: The Dregs#1

Uno de los mitos griegos presenta a Cronos devorando a sus hijos nada mas nacer, al igual que las horas, los días, los años se consumen sin cesar con el pasar del Tiempo, impidiendo que nada pueda echar raíces. Otros narran a Sísifo en el Infierno rodando su piedra, arriba y abajo, a Prometeo y su hígado, o Ixión atado a una rueda ardiente que gira sin parar. Fue Immanuel Wallerstein el que señaló que los capitalistas son como ratones en una rueda, que ruedan cada vez mas deprisa a fin de correr aún mas deprisa. Mientras que Terry Eagleton comparó el capitalismo como una locomotora en marcha que está fuera de control.
¿Y qué tiene todo esto qué ver con el cómics The Dregs?
Los guionistas Zac Thompson y Loonie Nadler echan una mirada a Vancouver, una de las ciudades mas caras de Norteamerica en cuestión de vivienda, donde la población sin hogar apenas ha caído en 10 personas entre los años 2008 y 2011, típica ciudad cosmopolita con un fuerte desequilibrio entre la población rica y la pobre, cuya separación geográfica es de apenas un par de calles. Y como ejemplo de ello el comienzo del cómic. En la página inicial, el dibujante Eric Zawadzki, presenta tres viñetas horizontales donde se refleja el cambio producido en la panorámica de la ciudad de Vancouver entre 1950, 1990 y la actualidad. Desde cierto punto de vista esa modificación del skyline es sinónimo de progreso ¿pero bajo que coste social o humano? ¿El desarrollo se mide por los rascacielos y puentes modernistas que presenta una ciudad o por la calidad de vida de las personas que en ella viven?

Tras ello la historia se traslada a una especie de matadero, donde a un hombre le rapan al cero, le inyectan algo, le quitan los dientes, la ropa y finalmente le cortan la cabeza, para a continuación ser colgado como un animal y ser desmembrado y extraerle las vísceras con las que hacer una especie de chorizos o salchichas, que aparentemente llegan a un restaurante cool llamado La Mancha. Sin ninguna duda, inicio impactante y demoledor, que traslada los mitos o las comparaciones a la cruda realidad. Crítica a la sociedad y a sus mecanismos de reproducción que no quedan solo ahí, puesto que en las páginas siguientes, nos relacionan la desaparición de distintos individuos de un barrio marginal de Vancouver con la especulación inmobiliaria, o mas bien, como sus desapariciones facilitan la modernización del barrio.

Zac Thompson y Loonie Nadler, en este primer número se centran en mostrarnos el barrio marginal, posiblemente un barrio obrero que a causa del desempleo y las subvenciones fue decayendo y donde el consumo de drogas es algo habitual. Es en las calles de este barrio donde vive el protagonista de la historia, Arnold Marlowe, un indigente drogadicto, con un pasado aún por revelar y con gusto por el mundo ficcional así como por las drogas, y que como buen lector de El largo adiós comienza a investigar la desaparición de su amigo Manny.
The Dregs#1 es una crítica sin concesiones del actual sistema donde todo y todos han de tener un valor, y no soporta aquellos que no ocasionan beneficio alguno. Todo residuo debe ser reciclado. Zac Thompson y Loonie Nadler abordan la cuestión social bajo una trama detectivesca, sin esconder sus influencias: Jonathan Swift, Raymond Chandler, Albert Camus, Auster, Hammet o Cervantes. Esta última referencia es clara al mostrar a Arnold como una especie de Don Quijote, que ha de lidiar tanto con alucinaciones como con molinos de vientos en su aventura para descubrir la verdad que está detrás de las desapariciones. Otros homenajes a la obra de Cervantes se pueden hallar en el nombre del resturante, La mancha, así como en la imagen de un molino, entre otras.

Respecto a Eric Zawadzki a pesar de su preponderante dibujo feista , que por otro parte es el más adecuado para imponer el tono y ambientación de esta historia, se muestra como un dibujante muy versátil, tanto con los detalles de la ciudad, las alucinaciones o con viñetas mas experimentales. Del mismo modo se puede decir de su narración, tanto en el inició como en el final utiliza la clásica página de 3×3, pero entre ellas encontramos composiciones de página muy hetereogéneas, acorde a lo que demande la historia, ya sean catorce viñetas, como se puede observar en la página en la que Arnold se enfrenta dialécticamente con el empleado de la Empresa Canary, o un 2×2 en un página reflexiva. Narración que se ve ayudada por el color de Dee Cunnife, que al igual que el dibujante es capaz de aplicar de manera acertada una paleta de colores según las necesidades de la obra, pues dentro del ambiente oscuro y agobiante creado por tonos verdes, azules y marrones, hay cabida para colores vivos, en los momentos en los que entran en acción otros elementos que chocan con el protagonista. Por último, señalar que al final del cómic hay un apartado titulado Off hours, donde Thanh Nguyen traslada a la realidad la ficción contada en The Dregs, a través de una fotografía en blanco y negro, con la que aborda la cuestión de la vivienda y la indigencia en las calles de Vancouver.

The Dregs#1 es una piedra lanzada contra este sistema que nos consume y aún así está muerto de hambre. En palabras de los autores “No pensamos en cambiar el mundo porque no somos lo suficientemente ingenuos como para creer que un cómic puede hacerlo, pero intentamos ofrecer una mirada sobre la vida real en las calles, y llegar a algún tipo de verdad a través de nuestra extraña ficción.”