Edición original: Book of death: The Fall of Ninjak one-shot (Valiant entertainment).
Guión: Matt Kindt.
Dibujo: Trevor Hairsine.
Entintado: Ryan Winn.
Color: Allen Passalaqua.
Formato: Grapa USA, 32 páginas.
Precio: 3,99 $.
The Fall of Ninjak es un one-shot adscrito al evento Book of death de Valiant, que aparte de contar con una saga central que afecta en mayor o menos medida al universo ficticio de la editorial, nos ofrece una serie de especiales en los que se relata el futuro final de cada uno de los personajes mas populares de esta escudería. Ya pudimos disfrutar de la historia de la muerte del asesino de psiots de piel blanca y ojos rojos que Jeff Lemire y Doug Braithwaite nos brindaron en The Fall of Bloodshot, y esta semana le toca el turno a esa mezcla de James Bond y un practicante del Ninjutsu que creasen hace más de veinte años Mark Moretti y Joe Quesada.
Desde un punto de vista personal, y totalmente sujeto al subjetivo mundo de los gustos, lo cierto es que debo confesar que me dominaba el escepticismo ante lo que podíamos encontrarnos en este número especial: ni el personaje me llama especialmente la atención, ni Matt Kindt y Trevor Hairsine me estimulan lo más mínimo desde hace tiempo. El escritor no me ha ofrecido nada siquiera lejanmente a la altura de las expectativas de su maravilloso Revolver en su deambular por el género superheroico y alrededores, y el dibujante hace mucho que dejó de ganarse aquel voto de confianza que con su trazo en Cla$$War o Ultimate Six obtuvo de mí: Si en su día prometía, Hairsine no ha conseguido superar esos defectos que perdonábamos por principiante, y que ya parecen más bien desgana a la hora de ofrecer unos lápices trabajados y vistosos. El Divinity que guionista y dibujante han realizado juntos para la misma editorial me ha aburrido sobremanera, a pesar de contar con la ventaja de un premisa fascinante.
Y sin embargo, o tal vez precisamente por las escasas expectativas que tenía y, lo reconozco, la pereza que me daba leerme este tebeo, The Fall of Ninjak me ha gustado.
Kindt nos lanza una historia honesta, de escasas pretensiones, en la que parece haber por fin cogido el tono (le ha costado) al género pijamero. Un anciano Ninjak de dentro de cien años ha madurado en su vejez, alejándose del ácido y pragmático Colin King que se pasea en la actualidad por los títulos de Valiant para acabar respondiendo a una imagen típica de viejo maestro oriental. A través de sus recuerdos, descubrimos que parte de esa maduración le vino por fuerza al recaer sobre sus hombros una enorme responsabilidad que otro personaje camarada suyo solía soportar. Y este punto ha de ser resaltado, pues más que una historia sobre Ninjak y el entorno propio del heroe que Kindt está desarrollando en su serie, éste es un relato que implica a una generosa porción del universo Valiant, especialmente al supergrupo Unity. Usa a Ninjak como elemento desde el que contarnos el devenir que le espera al equipo al que pertenece, e incluso pone las semillas del entorno de otra cabecera de la que Kindt también se encarga y que transcurre en un futuro mucho más lejano, Rai. Y a pesar de que tal vez tal amplitud de frentes diluya un poco conflicto central (un poco forzado, por cierto) del one-shot, éste se lee a gusto.
No solo eso, sino que Hairsine ha encontrado en las tintas de Ryan Winn y el color de Allen Passalaqua a los aliados adecuados por los que hace tiempo que su arte clamaba. Estos despliegan sobre el trabajo del dibujante un acabado gráfico notable sin tampoco recargarlo ni tapar su personalidad. Resulta curioso que el entintado de Winn no nos dejase tan buen sabor de boca en Divinity.
Una grata sorpresa. No está a la altura de Fall of Deadshot, pero dados los precedentes, los resultados han sido bastante mejores de lo que cabría esperar.