BOOM! Studios, sin lugar a dudas, es una de las editoriales del panorama independiente estadounidense que más y mejor ha crecido en el último tiempo. Así lo reconocimos en el reciente balance de 2015, seleccionándola como la segunda mejor editorial, y así también lo reconocieron los vendedores minoristas del país del norte otorgándole el premio Gem a la mejor editorial del año pasado entre las que vende menos del 4 % del total del mercado. Una de las patas para este crecimiento del sello es su apuesta a más cómics creator-owned, como parte de un plan editorial mayor que abarca licencias y subsellos de diferente tipo. El año 2016 de BOOM! comenzó precisamente con el lanzamiento de un nuevo cómic de propiedad de sus autores:
El guionista, asimismo, es un nombre en ascenso que progresivamente va tornándose relevante y atendible, al menos en nuestro Mundo Independiente y que también ha comenzado a trabajar para las “dos grandes” (ya firmó en dos números de Batman & Robin Eternal). Por el lado del dibujante, de origen argentino, este es su primer paso fuerte dentro del cómic de Estados Unidos pero cuenta con créditos interesantes en historietas publicadas en su país.
Con The Last Contract se reúne esta dupla por primera vez para una historia de género policial, uno en el que ambos se sienten muy cómodos (y se notará en estas primeras páginas del cómic). Dentro del policial, en particular esta historia se sitúa en esa especie de subgénero que se concentra en los sicarios o asesinos a sueldo, el cual tiene su lugar de repetición por cantidades en las producciones cinematográficas de Hollywood. Y a su vez, respecto a los hitmans,
La diferencia que posee el protagonista de The Last Contract radica en que no es un hombre de unos 60 años con relativo buen estado físico (el guionista en entrevistas refiere constantemente a Liam Neeson como ejemplo de eso) sino que se trata de alguien ya anciano, que bordea los 80 años y está en el verdadero ocaso de su vida. Esta cualidad añade un punto de interés al presentar un personaje que deberá sobrellevar su misión con más limitaciones y dificultades, aunque no estará impedido en absoluto.
Uno de los fuertes de este primer número (de cuatro) de la miniserie está en la caracterización del personaje principal, presentándolo en su doble aspecto de presente deteriorado y pasado recio, fuerte. Esto se logra por un lado con detalles en los diálogos que denotan sus problemas de salud (especialmente mental, teniendo problemas de memoria), así como en cuestiones anecdóticas como el hecho de salir vestido con su pijama sin pensarlo dos veces (y así es como lo vemos la mayor parte del tiempo en este #1). Por otra parte, la presentación del personaje se complementa con su personalidad de hombre duro, difícil de vencer y que no vacila en matar, lo cual permite inferir como era él en su pasado como asesino a sueldo.
Además de introducir al protagonista, en esta primera parte se ocupa de presentar en cierto detalle el mundo en el que se movía como sicario y que ahora vuelve desde su pasado a amenazarlo. El mérito de
En lo netamente gráfico, el estilo de dibujo de
Retornando al trabajo del guionista, el logro de vital importancia que consigue en este #1 es el de generar interés por su personaje principal e intriga por conocer más de su pasado que ha vuelto a buscarlo. No me sorprendería que la miniserie tenga cierto éxito y posibilite (u obligue) a más historias de este viejo sicario octogenario.
Esta primera entrega de
Guión - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.3
Esta primera entrega de The Last Contract es una muy buena carta de presentación para el artista, a la vez que ratifica el crecimiento tanto del escritor como de la editorial.