Al año en que según Homer Simpson (y según él, la ciencia) el rock alcanzó la perfección, nos hacen viajar Paul Cornell y Tony Parker en esta nueva miniserie publicada por Dark Horse Comics para introducirnos a un grupo ficticio que tiene mucho que ver con varias bandas de la historia real. Motherfather es el nombre de este quinteto, que según nos dice el título del cómic está maldita.
This Damned Band se presentó el pasado miércoles 5 de agosto con varios elementos que lo hace una lectura interesante. El principal de ellos, por ser distintivo y de cierta originalidad, es la elección de narrar la historia a través de un encuadre fijo que responde al de una videocámara que está grabando un documental del conjunto de rock. Esta es una apuesta difícil de ganar pero de la cual salen más que airosos los autores logrando una narrativa secuencial que se lee perfectamente como un cómic sosteniendo esa regla autoimpuesta. Los méritos de esto corren por cuenta de ambos, pero un poco más para el dibujante quien realizó un buen trabajo de investigación y un esfuerzo artístico para lograrlo. En una sola escena se rompe el enfoque de la cámara de video, y es justificada hacia dentro de la historia. Los músicos consumen hongos alucinógenos, y lo que ellos ven no lo puede captar ninguna videocámara por lo que el documental (ficticio) lo muestra dibujado por un artista, y en nuestra realidad vemos a Tony Parker experimentar aún más con un estilo emparentado con el manga.
Estamos, entonces, ante un cómic del género falso documental lo cual ya de por sí lo hace diferente al resto de la oferta del mercado. La idea por la cual Paul Cornell se decidió por este formato para contar su historia radica en la temática que aborda: la supuesta relación de Motherfather con la magia negra que los lleva a la adoración de Satan, que en verdad es una gran puesta en escena marketinera… pero algo sucede (al final de este #1) que llevará los integrantes de la banda a enfrentar realmente a seres oscuros. Mediante el falso documental la narración puede jugar con el contraste de lo que falsean en sus dichos antes las cámaras y la realidad, hasta que todo se confunda, seguramente, en los números subsiguientes.
Este tipo de concepto es muy común para los que leyeron a Cornell en otras oportunidades, especialmente en esos guiones donde ha podido trabajar libremente (como aquí) lo que suele traer buenos resultados. Rememorando otros cómics escritos por el británico se puede pensar también que no es la primera vez que coquetea con el rock (aunque no tan directamente como en esta historia), recordando por ejemplo los Skrull Beatles que aparecieron en sus Wisdom y Captain Britain and MI-13.
Volviendo a This Damned Band, pero sin perder de vista lo recién mencionado, es evidente que Cornell es un hombre del rock clásico y eso también se nota en estas páginas. Motherfather, sus integrantes y su historia, no se parecen a ninguna banda real específica a la vez que toma elementos de muchas. Esto trae como consecuencia, junto al trabajo del dibujante, la creación de personajes nuevos propios de esta narración pero con los que los lectores pueden relacionarse naturalmente, reconociendo aspectos propios del rock de los 70s. La buena tarea es conjunta de Cornell y Parker, notándose esto en la caracterización y diálogos de los personajes al igual que en su diseño (vestimenta, pelo, etcétera).
A esto se le añaden cuestiones extra que suman al trasfondo del mundo en el que se cuenta esta historia, así como a generar empatía y complicidad con los lectores: la misma portada que es un falso afiche de la gira de la banda, la página de créditos que juega con esa misma idea pero de un recital en particular, hasta el detalle de las últimas páginas que muestran la discografía de Motherfather con un breve comentario, título y la portada de los discos. Cornell y Parker han trabajado mucho en el desarrollo de este cómic y eso suma al interés que genera en el lector luego de este #1.
Todo esto se suma a lo que es el cómic propiamente dicho que, además de la originalidad narrativa, está muy bien logrado en concreto: un guión bien estructurado para generar intriga por seguir la historia de estos personajes, y un dibujante que se desenvuelve muy bien en el estilo de realismo estilizado para la mayor parte del cómic-documental tanto como en las escenas alucinadas. Esto se corona con la tarea de un colorista veterano en la tarea como es Lovern Kindzierski aportando mucho en todo momento: en el diseño de personajes y escenarios, en la iluminación (la propia de un concierto, por ejemplo), en la mentada escena alucinógena, y hasta en las portadas y demás detalles antes referidos.
En definitiva, con lo que muestra en su #1 se genera más que suficiente interés y atracción para querer tener las seis entregas de This Damned Band, por la historia que se contará, por cómo la narrarán sus autores, y por ver más del mundo que han creado.
Guión - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.3
Un cómic en formato de falso documental sobre una banda de rock de los 70s cultora del satanismo, ya es interesante. Pero Paul Cornell, Tony Parker y Lovern Kindzierski lo hacen aún mejor
Le tenía miedo a ésta, me encanta el rock de esa época (bueno, me gusta todo el rock) pero con el último Cornell no sabía qué encontraría y me la has vendido.
A mí me recordó a lo que más me gusta que leí de Cornell, si sirve como otra referencia. Apenas es el primer número y le queda mucho por mostrar, pero es un gran comienzo.