Black Mask Studios progresivamente está concretando su plan editorial para este 2015. En su momento lo calificábamos de ambicioso, pero está muy cerca de completar todos los lanzamientos que prometían tanto desde sus premisas y portadas lo cual a su vez estaba redundando en buenas ventas, agotando el stock de las primeras tiradas de sus cómics y obligando a reimpresiones.
En esta sección debíamos, por ende, un comentario de alguna de sus publicaciones. Este #1 de la serie titulada Young Terrorists es un gran comienzo para ello por un par de razones. Por un lado, este trabajo escrito por Matt Pizzolo y dibujado por Amancay Nahuelpan es un perfecto representante de la ideología editorial de Black Mask que aboga por apoyar a autores que aporten voces que discutan el status quo, transgresores. Pizzolo es uno de los editores y fundadores de este sello, con lo cual podría discutirse que se autodefina como transgresor. No obstante, el contenido de este cómic lo puede definir como tal sin dejar lugar a dudas, lo cual se complementa con la carta de la última página que cuenta que parte de la motivación para escribir esta historia surge de un hecho real por el cual debió pelear contra lobistas (generándole juicios y otras situaciones conflictivas) cuando decidió distribuir una película que ciertas personas de los altos poderes no querían que se distribuyera. (Por las referencias que da Pizzolo, se trata de Your Mommy Kills Animals).
El segundo motivo para elegir Young Terrorists es ser el más reciente #1 de la editorial que agota su primera tirada en su stock (es decir, todos sus ejemplares fueron pedidos por tiendas y librerías, obligando a imprimir más para satisfacer la demanda de la distribuidora Diamond), que además es un hecho destacable porque esta primera entrega tiene un costo de 6,99 dólares para un también tamaño extra de 80 páginas.
Esta cantidad inusual de páginas seguramente es lo que demoró el comienzo de publicación de la serie, cuya carta antes citada tiene fecha de marzo de este año. La editorial corrió el riesgo de lanzarlo de esta manera para dar mayor espacio a la presentación del mundo, sus personajes y la historia que se desarrollará desde ahora mes a mes a un ritmo normal de 20 y tantas páginas. Por lo visto en la respuesta comercial, el riesgo fue beneficioso y el cómic fue comprado sin importar que demandara más dinero (aunque proporcionalmente es conveniente, equivaliendo a cuatro números sueltos por el precio de dos).
La decisión resultó igualmente positiva desde la lectura consiguiendo efectivamente lo que se propusieron. En el curso de estas 80 páginas los autores se toman su tiempo y su espacio para dar un trasfondo bastante detallado de los personajes que se presumen más importantes para la narración que elaborarán, junto con mucha información también del escenario en el cual se sitúa esta.
Para no decepcionar a quienes quizás se acercaron al cómic por su título, la escena inicial es un atentado terrorista que tiene por objetivo asesinar a Gregor Solomon, la cabeza de una de las mayores organizaciones que gobiernan realmente el mundo en base a influencias y control de quienes toman decisiones y afectan directamente a la sociedad: empresas de medios de comunicación, sindicatos, universidades, laboratorios farmacéuticos y políticos.
Estos datos detallados son presentados mediante un periodista clandestino que afirma ser el único que dice la verdad, a la vez que su discurso parece poco creíble y que aprovecha su información conspirativa con fines comerciales (vendiendo armas, máscaras de gas, etc.). Este curioso personaje es utilizado narrativamente para cumplir fines explicativos hacia los lectores, lo que puede catalogarse como un recurso del guionista para suplir falencias, pero está logrado de manera suficientemente entretenida como para ser aceptado a la vez que parece que tendrá otro rol en la historia por venir.
Esta historia que se narra en Young Terrorists es una historia de venganza. La venganza de Sera Solomon, hija del asesinado, quien es apresada y secuestrada bajo una falsa acusación de terrorista luego de la muerte de su padre. Ella es enviada a un campo de concentración del cual deberá escapar tras un patético sufrimiento que la transforma y la llevará a crear una sociedad alternativa escondida dentro del mismo terroritorio norteamericano (y convertirla efectivamente en terrorista). A esta llegará otro personaje que se presume importante llamado César, a quien seguimos por un largo derrotero sin que se nos den mayores explicaciones (lo cual puede verse como otra falla narrativa de Pizzolo, pero en el largo plazo de la serie regular podrá cobrar sentido). Eventualmente ambos se reunirán tras una clásica estructura de tres actos (con varias pausas y paréntesis de información) que nos presenta a una, luego al otro y finalmente a los dos reunidos… para dar pie a lo que será la continuidad de la historia regular en el #2.
En el proceso, los autores van desenvolviendo el mundo sobre el cual ocurre esta historia y es este tal vez el punto más interesante. El escenario mundial de Young Terrorists es un futuro muy cercano, apenas cuatro años desde nuestro 2015, en el que Estados Unidos está sufriendo una grave crisis social y económica con una gran guerra entre corporaciones ocurriendo entretelones, dándole un claro clima de thriller conspirativo político al cómic. Asimismo, en esta introducción subyacen algunos conceptos apenas esbozados que tienen mucho por desarrollar en los números sucesivos (como ser la impresión de mensajes en el inconsciente a través de pornografía).
Desde luego que este es el típico recurso de la ciencia ficción que nos presenta una situación futura para hablarnos en verdad de nuestro presente, aventurando consecuencias posibles en base a la situación en la que vivimos actualmente. Es interesante también por el hecho de que no acude a metáforas que parecen lejanas o a escenarios en futuros de largo plazo ni planetas distantes para hacer el análisis crítico de nuestro mundo real, sino que va directo al grano.
Y esto nos lleva de vuelta a la carta del final de número de Matt Pizzolo, porque este cómic también es una historia de venganza personal hacia los lobistas y las corporaciones cuyos intereses defienden que le complicaron la vida a él y hacen el mundo más difícil a todos los que quieren hacer lo correcto, según lo declara él mismo.
De esta manera, Young Terrorists está atravesado por postulados anarquistas, punk. Por momentos recuerda al concepto del movimiento de post-civilización (el cual personalmente conocí gracias a Alan Moore cuando presentara su revista Dodgem Logic) que postula que el problema no es si caerá la civilización moderna sino que es cuestión de tiempo que ocurra, por lo que hay que comenzar a construir la nueva sociedad desde ya, desde dentro.
Poco se dijo hasta aquí del trabajo gráfico y no es porque no lo merezca. Por el contrario, la tarea de dibujo de Amancay Nahuelpan y de colores de Jean Paul Csuka reafirman cada palabra del escritor, aportando desde el trazo, el entintado y el coloreado el espíritu punk del cómic dándole un aura de oscuridad y crudeza que la historia precisa, así como manteniendo la dinámica narrativa que hace aún más atrapante la lectura.
Estamos ante un sólido debut de un cómic que está atrayendo mucha atención y que por tanto habrá que seguir de cerca. Y, con éste, también a la editorial que lo posibilita.
Pues le veo muy buena pinta, me atrae bastante.
¿Se sabe cuando saldrá en España y qué editorial se encargará de publicarla?
Es muy pronto para saberlo, pero no tengas dudas de que lo informaremos y reseñaremos su edición española cuando salga.
Un saludo
Genial, gracias por contestar.
Me mantengo bastante activo con el cómic americano pero este me ha pasado completamente desapercibido y no se porqué, ya que leído vuestro artículo no hay excusa. Tiene muy buena pinta y este primer número debo leerlo si o si y estaré atento a como continúa 🙂
Una apreciación. Leyendo la reseña, no se si será solo cosa mía, pero me ha recordado bastante a Mirror’s Edge por el tema futuro cercano, corporaciones que dominan el mundo, conspiraciones, etc. Y sinceramente, me ha gustado jejeje
Un saludo.