Edición original: Deongdeokkung COR
Fecha de edición: Abril / Sept. 2010
Guión y dibujo: Lee Doo-ho
Color: B/N
Formato: Libro rústica, 288 págs.
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Sinopsis: Edad media en Corea (sXV). Una época convulsa de amos y plebeyos, donde la vida vale poco. Hong Seongyung es un funcionario recién licenciado al que le espera una carrera de éxitos, llegando a altas posiciones sociales y políticas. Dokde es un pobre niño que sirve como esclavo o compañero de juegos denigrantes del hijo de Hong, como por ejemplo jugar a ser un perro de compañía. Hong va ganando poder, riqueza y estatus social, haciendo desaparecer a quien le moleste sin ningún tipo de arrepentimiento. Algunos de ellos son la familia de Dokde, que jura vengarse por todas las injusticias y muertos que provoca Hong. La oportunidad para matarle le llega relativamente pronto pero se da cuenta de que Hong es demasiado inmenso como para ni tan solo acercársele. Sintiéndose fracasado, vuelve al punto de partida, buscando entereza en Buda y preguntándose qué hacer con su vida. Mientras tanto, Hong se convierte en mano derecha del rey, que le deja hacer sin cortarle las alas. El ahora ministro ahoga el pueblo con sus acciones, prepotencia y malas artes para conseguir lo que se propone, al precio que sea, incluso de vidas inocentes. Todo este odio escampado por el pueblo vuelve a concentrarse en Dokde, que después de un tiempo retirado, buscando respuestas, decide vengar a los muertos y cortar de raíz las barbaridades de Hong, aunque sea lo último que haga en su vida, para salvar a los vivos. Su acción servirá de inspiración para un pueblo que se alzará contra las injusticias por primera vez.
Entre líneas: Las historias religiosas suelen interesarme siempre que no sean una doctrina ejemplarizante de la religión en cuestión o un panfleto para conseguir devotos. Hay cierto ambiente de calidez humana que hace sentir bien, aunque no estés de acuerdo en otros aspectos. Podría decir que me interesa la vida de los religiosos, sus acciones y enseñanzas, más allá de aceptar deidades celestiales y una organización piramidal parecida a cualquier otra empresa. El Sonido del Pueblo no entra de pleno en esta categoría, pero de alguna forma lo hermano con otros títulos como Buda de Tezuka, Ikkyu de Sakaguchi o la visión de La Biblia que tuvo el mismo autor de Buda, convertido posteriormente en anime. El manwha que nos ocupa no versa exclusivamente sobre la religión, pero sí tiene una parte de importancia en su totalidad.
Hong y Dokde o como vivir la vida de placer y otra de desgracias.
Nos narra la historia de Dokde, un niño que sirve a una rica familia, convirtiéndose en el perrito juguetón del hijo del amo. Paralelamente, vemos como un joven llamado Hong se convierte de la noche a la mañana en brazo derecho del rey, y esta posición le hace ganar mucha confianza, perjudicando a la población en beneficio propio. Dokde es uno de los afectados, y jura matarle con sus propias manos. En el camino se encontrará con varias personas, algunas le animan a seguir con su venganza pero otras le advierten del peligro que corre. Lo curioso es que conocemos a Hong siendo una buena persona, respetando a sus mayores, de cara afable afeitada (posteriormente a la mejoría de sus posiciñon, se deja crecer una poblada barba de aspecto intimidante). Por lo que podríamso decir que ésta es una historia de corrupción del poder sobre las personas.
Estos dos personajes son el Ying y el Yang, un adivino que predice el futuro de los protagonistas, a favor de la muerte de Hong,, y el monje budista, que intenta reconducir a al chico por el buen camino.
La historia de Dokde es descrita como una historia-río, donde el caudal principal del mismo va recibiendo los efectos de varios afluyentes y de historias paralelas que acaban confluyendo en el chaval. Pese a ser el protagonista, el manwha tiene muchos más personajes, protagonistas en su momento (eclipsando a Dokde incluso desapareciendo de la narración) y que su participación en la historia irá aportando referencias, capas de información, motivos por los que el pueblo odia a Hong. El chico irá creciendo y madurando, recibiendo informes de graves acontecimientos ocurridos por culpa del mandatario cruel. En su experiencia vital se encontrará con un monje que intenta disuadirlo de que siga con su venganza, mientras que él cuestiona de viva voz la importancia o utilidad de la religión, la vida contemplativa y los preceptos de paz. Pero pese a todo, los meses pasados con el monje le ayudarán a madurar, saber aceptar y “quemar” su pasado.
El Sonido del Pueblo es un manwha que necesita de una lectura pausada. Una primera aproximación hizo darme cuenta de que esas páginas no podían ser pasadas a la velocidad a la que pasas las paginas de cualquier shonen de peleas o shojo de jóvenes enamorados, sino que debía iniciar de nuevo la lectura sin prisas y asimilando lo que el guión nos cuenta. El autor imprime un ambiente y una cadencia a la lectura que impide ir muy rápido a riesgo de perderse detalles. Al estar ambientado en la edad media coreana (año 1460 aproximadamente), cuando emperadores, plebeyos, terratenientes y esclavos poblaban el país, nos recuerda a historias, mangas o películas basadas en los períodos Edo o Meiji de Japón, con sus estructuras sociales, idiosincrasia, injusticias, formas de vestir etc. De alguna forma, el autor pide calma al lector, que saboree los diálogos entre los protagonistas y deje que ese ambiente invada la lectura, que el lector entre en esa época. Además, incluye sentencias con metáforas, preguntas retóricas o trozos de diálogo de un calado superior que hace el lector parar la lectura y reflexionar sobre qué nos quiere transmitir el autor, como por ejemplo El gallo de campo no teme al águila. Algunos pasajes son casi místicos, creando un ambiente muy especial. El autor tiene toda la historia bajo control, y aunque haya cosas que parezca que no tengan sentido o extrañen a un público occidental, todo acaba cuadrando al final, llevando al lector a unas conclusiones que ni se imaginaba poder hacer al iniciar la lectura, hasta el punto de poder entender el porqué del título: El Sonido del Pueblo, que es precisamente lo último que “oímos” en la historia.
Desgraciadamente toda esta espiritualidad (contrastada con la sed de venganza nada religiosa del protagonista) puede llegar a ser malinterpretada en una primera lectura demasiado ligera del primer tomo. También es cierto que el autor tarda una buena parte del primer tomo en tomarle el pulso a la historia, y aunque todo lo que ocurre tendrá sentido al final (ergo, estaba todo planificado), la mayoría del primer tomo adolece de fallos de ritmo o dificultad para seguir la lectura, o ausencia de recursos del lenguaje del cómic (cuesta ver qué es un flashback y qué no, por ejemplo), descolocando al lector y obligando a una lectura mucho más sosegada y concentrada, captando detalles. Incluso llegas a pensar que las diferencias culturales son demasiado amplias o que el manwha toca unos temas que un occidental “corriente” los pueda encontrar demasiado alejados de su realidad social. Pero vaya, si hemos leído historias de todo tipo y condición y época, no veo porque no podemos entender esta. Por suerte, este problema de narrativa se soluciona en los dos siguientes tomos, ya sea por pericia del autor o porque el lector ha puesto de su parte, llegando incluso a momentos álgidos o uso de recursos del lenguaje, elipsis o aprovechamiento del espacio-tiempo dentro de una misma viñeta, resumiendo en un cuadro lo que podría llevar varias páginas describir si se hiciese de forma aislada para cada escena (como una película usa el recurso de la imagen sobrexpuesta para simular recuerdos o resumir acontecimientos mientras la imagen inferior enseña otra acción o situación).
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Todo en este manwha tiene una razón de ser. Bien, esto debería ser lo normal en cualquier historia que se precie, pero en estos 3 volúmenes todo tiene un sentido, un destino que alcanzar, una forma de hacer mella en ti. Las enseñanzas que recibe Dokde en varios períodos de su vida y por las penurias que tiene que pasar deben de tener por fuerza un significado que el autor envía al lector y que éste debe descifrar, meditar sobre lo que acaba de leer. El ejemplo más claro es uno de los macguffin de la historia: en un momento dado, en los inicios de su trayecto, Dokde comparte viaje con un buscador de ginseng. Este es robado por una chica (a la postre también importante en la historia) y los dos hombres se separan, Algunos años después, un Dokde mucho más adulto se vuelve a encontrar el viejo buscador de ginseng, quedándose a vivir con él una temporada. Como si fueran enseñanzas provenientes del mismo Buda, el viejo rastreador de ginseng adoctrina a Dokde en la búsqueda del mismo, pero desde el nivel espiritual: conexión con los dioses de la montaña, respeto hacia cualquier ser viviente (bueno, quizá excepto Hong), esperar un mensaje propicio para encontrar ginseng con el corazón más que con los ojos, etc. La resolución de esta historia dentro de la historia nos viene a recordar que se debe tener paciencia, esperar el momento oportuno, hacerte más fuerrte en definitiva, aunque sea basado en una mentira. Este es uno de los ejemplos de lo que nos encontraremos en esta historia, enseñanzas y doctrinas religiosas o espirituales para un Dokde que no tiene precisamente muchos dones religiosos ni ganas que tiene. Pero este caminar por el delgado hilo del pragmatismo anti-religioso por un lado y la devoción que profesa por sus distintos maestros por otro, hace que Dokde reniegue frecuentemente de la religión pero que a su vez le ayude a su causa, a madurar, a seguir con su destino, a realizar su obsesión de matar a Hong. Míticas son las trifulcas de preguntas y respuestas rápidas entre el monje y su aprendiz, donde vemos que Dokde aprende (no sin recibir golpes de bastón por sus errores) pero no comparte.
Valoración: La venganza como tema ha sido recurrente en cualquier historia. Si en los cómics USA tenemos a un Punisher / Castigador que dedica su vida a intentar erradicar las mafias y organizaciones ilegales por haber perdido a su familia en un enfrentamiento entre ellas, en el manga podríamos citar a la clásica Puño de la Estrella del Norte, o aspectos parciales en Rurouni Kenshin o historias auto conclusivas de Lobo Solitario y su Cachorro como ejemplo de vendetta. En esta ocasión tenemos a un pobre diablo que es masacrado por un dirigente ávido de poder y dedica toda su vida a vengarse de lo que le ha hecho a él, a sus amigos, y a gente que va encontrando por el camino. Así, es una venganza por los muertos pero también una acción por los vivos, para verse liberados de tal yugo que no entiende de compasión o respeto por las personas. Dokde (que en los momentos de recogimiento espiritual es llamado Amu, es decir, “el que no existe”, que se puede interpretar como “el que no existe no puede morir por lo tanto podrá cumplir su cometido” o como “el que no existe a ojos del tirano, una basura en medio del camino”), se considera a sí mismo un huevo que intenta atacar a una inmensa roca, un cachorro que intenta eliminar a un tigre loco.
Después de unos inicios titubeantes, la historia coge empaque y el autor coge el tranquillo, fija los objetivos y da rienda suelta a una historia-río donde a veces le protagonista es lo menos importante del relato. Con algún altibajo, pero con momentos realmente buenos que hacen meditar, El Sonido del Pueblo nos narra el proceso de una venganza contra un dirigente del país que no duda en matar al que le cause problema, con el beneplácito del rey. Dokde es el recipiente donde se irá acumulando todo el odio del pueblo, de la buena gente que se ve tiranizada y vilipendiada por un execrable ser que solo ansía poder y dinero. Las sucesivas desgracias que les ocurren a la gente llana del pueblo o incluso a dirigentes buenos o comprensivos con ellos van llenando la copa de la intolerancia, del deseo de venganza, de querer decir “hasta aquí hemos llegado”, de levantarse en contra de unas normas establecidas. Paralelamente, Dokde irá madurando, conociendo gente y casos que le influirán a la hora de convertirse en brazo ejecutor de la venganza de todo un pueblo masacrado por las malas artes de un explotador.
El dibujo de Lee Doo-ho podría emparentarse con el de Hiroaki Samura de La Espada del Inmortal: con mucha presencia del lápiz y poca del entintado, y creación de sombras y volúmenes gracias a su arte con el lápiz, no con la aplicación de tramas. Con pequeños toques de humor parecidos al manga japonés (donde la calidad del dibujo se rebaja, haciéndose más caricaturesco, recordando lejanamente los superdeformeds japoneses) para distender algunas situaciones o retratar las vidas campesina/comtemplativa por las que pasa Dokde, en general el dibujo es bastante detallado, sobresaliendo en edificios, tejados de la época (bastante recargados), fondos de paisajes, etc. Usa una especie de tramas por debajo del dibujo para mostrar sorpresa del interlocutor, miedo o exageración de algún sentimiento. Prácticamente es el único añadido al notable dibujo. El estilo de Lee Doo-ho es de esos que no maravillan a simple vista, es correcto, al servicio de la historia, bien planificado, pero que vas admirando a medida que vas avanzando en la trama. También encontramos un buen uso de la luz, todo creado a partir del lápiz, su uso para el volumen y para diferenciar lo claro de lo oscuro. Quizá su debe se encuentre en las mujeres jóvenes, algo genéricas o muy por debajo del detalle o especificación que otorga a las figuras masculinas (en algunas ocasiones es justo al revés). Por ejemplo, si la lectura poco atenta a la que nos referíamos anteriormente sigue más allá del primer tomo, acabas preguntándote si la mujer que aparece más adelante es la misma que en páginas anteriores, ya que todas se parecen un poco, creando confusión y enmarañamiento en el lector. Y de hecho, mujeres realmente importantes solo aparecen dos, una es la Killim referenciada en la contraportada de los volúmenes (muerta a manos de Hong) y de la otra no puedo decir más 🙂 . Estas mismas mujeres tienen un aire al estilo ukiyo-e, dibujadas con poco detalle incluso desnudas, con cuerpos nada estilizados (más reales por otra parte). Pero por lo general es un buen dibujo, donde vemos la progresión de Dokde, como crece y se desarrolla física y mentalmente.
La edición de Planeta es correcta, a resaltar los pies de páginas que aclaran conceptos que aquí se desconocen, o referencias al folklore o cultura coreanos, o aclarando el significado de algunos caracteres Han sinocoreanos (el equivalente al Kanji japonés) que puedan ser importantes en la trama (el envío de un mensaje cifrado a Hong a través de pequeños tubos con pergaminos con un sinograma escrito, por ejemplo). No son aclaraciones extensas pero suficientes para seguir la trama. Los tomos son más grandes que los tankoubons habituales de PdA, y poseen un número de páginas algo superior. Eso sí, el precio es quizá algo elevado. Por suerte el papel es algo mejor que los habituales de PdA de las últimas épocas (Team Medical Dragon, Liar Game, Astral Project,…), y la historia se ve de forma correcta. También tiene una introducción donde se nos explica que está basado en la figura de Hong Yunseong (sí, justo la revés), que ayudó a que el rey Sejo gobernara el país. Aparentemente es un personaje histórico pero no aparece en los libros académicos. Era ruín y despreciable, justo como el Hong Seongyun que conocemos de la obra. Esbastante conocido y en el coreano actual se califica como «ser un Hong Yunseong» a los políticos corruptos. Por lo general es una buena edición, sin fallos aparentes, pero de precio elevado (presuponiendo pocas ventas).
El Sonido del Pueblo es un buen manwha que nos narra la venganza de seres insignificantes en contra de un enorme tigre loco. Tiene un ambiente en el que se tiene que entrar para disfrutar a máximo de la historia (con altibajos, pero interesante en general), pide paciencia en la lectura y usa muchos recursos metafóricos para referirse a los protagonistas, creando un ambiente especial. Las doctrinas y frases “lapidarias” también aportan misticismo a la temática, aunque el objetivo de Dokde sea mucho más terrenal, sucio y violento. Esta dualidad está muy bien llevada, dentro de un argumento bien planificado desde el inicio y un desarrollo que hace pensar. Gustará a todos los que disfrutamos del ambiente asiático clásico medieval (Emperadores, cohortes, largos vestidos, suntuosos palacios, etc) y con un poco de esfuerzo a los que busquen una buena historia. Trasladándolo a los géneros del manga, se aleja bastante del shonen típico para acercarse al seinen, aunque el argumento de venganza de un solo hombre contra el mundo pueda parecer muy shonen. Pero añadiendo la pátina “espiritual”, el alejamiento es definitivo. Con muchos personajes secundarios pero bien definidos, llevados y escritos, El Sonido del Pueblo se erige como una serie notable, sin llegar a la excelencia, pero sin duda por encima de otras, que se beneficia enormemente de una segunda lectura mucho más enriquecedora, concluyendo una lectura con una idea: la masa humilde se levanta para no agacharse nunca más.
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volveré cuando esten los «pics» subidos, aún así, algo que me ha sorprendido (leyendo en diagonal):
«El dibujo de Lee Doo-ho podría emparentarse con el de Takehiko Inoue de Vagabond: con mucha presencia del lápiz y poca del entintado, y creación de sombras y volúmenes gracias a su arte con el lápiz,»
no debería emparentarse antes con el arte de Hiroaki Samura su Espada del Inmortal es previa a Vagabond y de hecho creo que hay parte de copia estilistica entre la obra de Inoue y la de Samura (ni en Slam Dunk ni en Real el autor utiliza esa técnica, como mínimo que yo recuerde, claro).
p.d:es mas por lo que he podido ver del autor con el google images, su estilo, creo se puede emparejar mas con el de Hisashi Sakaguchi (en especial durante su obra magna Ikkyu).
as usual, perdón por el coñazo….
Le echaré un vistazo al manga. Creo que dependerá del precio que me lo pille o no. La verdad es que me da miedo comprar manga pq creo que argumentalmetne estan (salvo excepciones) por debajo de autores europeos o americanos. Tienden demasiado a alargar inecesariamente las obras, que además suele ser poco creibles (aunk se parta de un relato fantastico no tiene por que carecer d cedibilidad) y lacrimogenos.
Queria aprovechar para preguntarte sobre Takemitsu Zamurai. Sabes que sucede con la colección? Se paro en el nº3 ya hace meses. Para los que no la conozcais os la recomiendo. Para mi el mejor manga que se publica actualmente,
Merci.
Pd: Que tal Ikkyu? Vale la pena? Hay alguna forma de consegurlo en pocos tomos?
Ikkyu esta muy bien (siempre que no esperes un manga de acción frenético y que su estilo de dibujo (un poco setentero) no te tire para atrás. creo que Glenat saco el manga «resumido» en 4 volumenes, pero no estoy del todo seguro.
http://www.edicionesglenat.es/fitxa.aspx?pid=357 (big manga lo llaman 12 euracos o euricos depende de tu punto de vista).
Bien, pues ya están subidas las fotos y comentarios en sus pies. Espero que os gusten.
Está claro quitus, quería referirme a Samura, son las cosas de acabar un texto a las 4 de la madrugada….que repasas yrepasas, compruebas cosas pero siempre hay algo que se te escapa. Gracias por el aviso.
Mathieu, no creo que los mangas (y parecidos) tengan argumentos de menor calado que los USA o europeos. Hay de todo. Cierto que en el mercado europeo no existe un Bleach o un Naruto, pero eso es cosa de la idiosincrasia de cada mercado. Parece haber la idea de que en comic europeo todas las historias son de calado superior, mientras que en el mercado USA y japonés hay más gama de grises en este aspecto. Simplemente es escoger lo mejor de cada mercado, o lo apropiado para lo que quieras leer en cada momento. Sobre Takemitsu, te copio un trozo de una noticia de Ramen Para Dos de Diciembre 2010:
«Otras obras en el aire que la editorial está negociando para poder continuarlas en el 2011 son: Gintama, Hayate, Takemitsu Zamurái, Mi vida con Zenjiro Yamamoto y Chocomimi.»
Espero que no las corten, aunque vayan muy poco a poco. Taiyou Matsumoto es de esos autores que hace años que conocemos, de la época de las revistas estilo Neko, cuando se analizaba su Ping Pong y se recalcaba su estilo distinto al habitual al manga. Que desaparezcan estos autores o no se traigan más es muy negativo para el mercado, necesitado de cosas distintas a las habituales propuestas de shonens y shojos. Ojo, todo es necesario, pero se perdería más con un título como Takemitsu o MPD Psycho que con 5 o 10 shojos para adolescentes de Ivrea que no aportan demasiado, según mi opinión.
Bah, que dificil es escribir cuando el Barça acaba de perder una Copa xDDDD
«Bah, que dificil es escribir cuando el Barça acaba de perder una Copa xDDDD»
secundo eso…