MundoManga: Hayate, Mayordomo de Combate

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HAYATE, MAYORDOMO DE COMBATE, de Kenjirô Hata

Edición original: Hayate No Gotoku! JAP
Fecha de edición: Abril 2007-Febrero 2010
Guión y dibujo: Kenjirô Hata
Color: B/N
Formato: Libro rústica, 192 págs
Glénat (6,1)

Sinopsis: Hayate lleva una vida desastrosa. Debe trabajar duramente como mensajero en bicicleta para ayudar a sus padres a pagar las facturas. Su padre deja el trabajo y su madre es jugadora compulsiva de bingo, carreras, etc. Pierden todo el dinero de forma irresponsable y además contraen una deuda de más de 100 millones de yenes. Abandonan a Hayate en manos de la yakuza, que querrá cobrarse la deuda con los órganos vitales del chaval. Hayate huye y se encuentra con Nagi, la heredera de una gran familia muy rica. Gracias a un malentendido, Hayate la salva de unos ladrones y ella lo adopta como mayordomo. Con su sueldo irá pagando la deuda, y a la vez irá conociendo más integrantes de esta peculiar familia.

Entre líneas: Hayate es muy recto y cumplidor. Siempre ha creído que la providencia sonríe a los que trabajan, son honestos y hacen el bien, pero la realidad es que no para de ir de desgracia en desgracia. Es un desastre, todo lo malo le ocurre a él: accidentes, ataques de tigres, atropellos, malentendidos que acaban en violencia,… Es justo lo contrario a sus padres (que no llegan a parecer en escena), totalmente irresponsables, gastando el dinero de su propio hijo y completamente inmaduros. Desengañado, intenta ser malo, pero no lo consigue. Y cuando quiere ser malo, le cae del cielo como regalo de Santa Claus el conocer a Nagi y a María. Posiblemente lo único bueno que le ha pasado en Navidades en toda su vida.

Como suele pasar en algún tipo de manga, toda la historia se basa en un malentendido, que en la vida real quedaría solucionado en pocas horas, pero que en el mundo del manga sirve para llenar varios tomos. Cuando Hayate le comunica a Nagi que la quiere (para secuestrarla y así poder pagar a la yakuza), ella entiende que la quiere como novia. Y encima lo emplea como su mayordomo, con lo que las situaciones se multiplicaran. La criada personal de Nagi, Maria, es de las pocas que sabe la verdad, pero en aras de la longevidad del manga no dice nada. Una vez desestimada la idea del secuestro, Hayate se dedica en cuerpo y alma a su trabajo de mayordomo, dejando estupefactos a los integrantes de la lujosa casa con su entrega, servicialidad y ganas de hacerlo bien. Pero le queda un buen trecho para pagar la deuda y también para convertirse en un mayordomo de primera.


Uno de los momentos de ternura entre los dos protagonistas, pero cada uno piensa algo distinto…


La historia pronto establece las bases para los “episodios tipo”. En el primer capítulo describe bastante bien la forma de ser del protagonista, sus circunstancias, sus desgracias,… Una vez entra en la mansión, y tras un pequeño tiempo de adaptación, va conociendo a los habitantes regulares de la casa y otros visitantes. Es aquí, aún en el primer tomo, cuando la narración llega a su velocidad “crucero” y se van concatenando capítulos donde de tanto en tanto aparece un nuevo personaje y se une a la función. Hay un poco de todo: desde un tigre parlanchín hasta un robot asesino que se quiere cargar a Hayate, pero lo que más abundan son chicas relacionadas de alguna forma u otra con Nagi: familiares, amigas de la infancia, etc. Con esto, la sensación de harem manga crece. Los harem manga son esas historias de un chico que acaba rodeado de chicas cuando normalmente tenía muy poco éxito con ellas. De alguna forma u otra, con el roce todos le llegan a coger cariño o incuso enamorándose de él. En Hayate no es tan exagerado. De hecho, el amor está bastante limitado, y aunque sea un shonen, existe un triángulo amoroso propio de los shojos.
Efectivamente, el malentendido inicial hace que Nagi se enamore de Hayate por la franqueza con la que se le “declara” (o esto es lo que piensa ella), pero Hayate realmente va detrás de María. Es un triángulo leve, ligero, semitransparente, que no siempre aparece pero que está ahí, manifestándose ocasionalmente, sobretodo los sentimientos del mayordomo por la subordinada de Nagi.

Hablando de harem manga, en España hemos tenido al ocasión de leer y ver la versión animada de posiblemente la historia más conocida de este subgénero: Love Hina, de Ken Akamatsu. La historia de Keitaro llegando y quedándose a vivir en la residencia Hinata cautivó a muchos por la frescura de las situaciones, lo carismáticos de los personajes, la relación de amor entre los tres protagonistas, el misterio sobre el pasado del trío protagonista,… Algo de ello hay en Hayate, pero no llega al mismo nivel. Los personajes no tienen el mismo carisma, y dudo que queden en la retina de los lectores como quedaron Naru, Keitaro, o Shinobu. Love Hina sitúa muchos personajes arquetípicos pero muy heterogéneos bajo un mismo techo, con lo que las situaciones cómicas se multiplican. En Hayate las chicas van y vienen, no son residentes fijas de la casa, aunque algunas se quedan a dormir alguna vez (hay tanto espacio!). Sus formas de ser, reacciones, preocupaciones,… no llegan ni a la suela del zapato de las compañeras de residencia de Keitaro. Tampoco sus relaciones con Hayate, muchas veces anecdóticas y con poca fuerza. Hayate mismo tiene puntos en común con Keitaro: chico con poca suerte, poca cosa, al que nadie daría dos duros por él, pero que se hace querer por su tenacidad, lealtad, sinceridad y gran capacidad de trabajo/estudio (pero bastante más vago Keitaro xD). Al menos, no sale volando por los golpes de sus compañeros de casa como le pasa al único ocupante masculino de la residencia femenina…

Volviendo al manga que nos ocupa, en los primeros tomos, hay un diálogo personajes-narración en off. Así, a veces la narración en textos de apoyo hace mofa de algo que acaba de ocurrir, y otras veces son los personajes los que contradicen a la misma narración. Son momentos divertidos pero que acaban desapareciendo cuando la historia se “nivela” y entra en el día a día de la vida dentro de la casa (esto no significa que el manga se vuelva serio, ni mucho menos, ver párrafo posterior). Igual ocurre con los ocurrentes títulos de los capítulos. Rompen la tónica general de los mangas (títulos más serios, cortos) para hacer juegos de palabras o frases hechas (“Aunque la mona se vista de seda…por la boca muere el pez”). Dan un aire surrealista al relato.


El narrador va chinchando a Hayate y al final se le hinchan las narices al susodicho…


De tanto en tanto, el manga se pone serio (a lo shonen, eso es, preocupaciones ligeramente profundas, contraste de escenas humorísticas con algunas más tristes, pero siempre hasta un límite “comercial” para el lector mainstream joven) y saca a la luz la auténtica situación por la que pasa Hayate: joven, sin un duro, con una deuda enorme que deberá pagar durante toda su vida, con la desdicha como fantasma que le persigue continuamente,… Se habla de sus sueños, de su situación, de cómo lo maltrataron sus padres… Es un pequeño apunte más dramático o realista a una narración que el mismo mangaka califica de alocada. Y no solo Hayate, Nagi también tiene algún momento serio. No deja de ser la heredera de un gran imperio (muchísimo dinero en herencia y poder real sobre el país) pero no es la única que podría heredarlo, por lo que, en el fondo, está en peligro de muerte constante. Hay intereses encontrados, miedo a secuestros, enemigos dentro de la misma familia, una extensa red de guardaespaldas…

La sensación que queda en el ambiente con Hayate es que es un desgraciado, pero que las desgracias le han traído cosas muy positivas: al haber estado viviendo en la calle e incluso peleándose por comida para sobrevivir, es muy avispado, ágil y con recursos. Pese a haber sido traicionado por sus padres, es muy leal, buen trabajador, agradecido con los que le ayudan o son sus amigos y servicial. Interpreta muy bien las situaciones y sabe reaccionar para no dañar a otra persona, incluso si es un contrario. Y eso le irá muy bien en su papel de mayordomo.

Durante unos cuantos tomos, los capítulos se revuelven en torno a conocer nuevas compañeras de Nagi, más malentendidos, escenas de playa, enfrentamientos esperpénticos y algo pillados, etc Pero en el quinto tomo parece introducir un tema clásico en el shonen: la superación. Hayate se da cuenta que hay muchísimos mejores mayordomos que él, y que debe mejorar para proteger a su señora Nagi. El nivel máximo de calidad es el de “mayordomo de primer nivel”, que posee técnicas especiales de protección hacia sus señores. De esta forma se le suministra un objetivo a largo plazo al manga, aparte de cumplir con algunos de les elementos clásicos del shonen: superación de límites, perseverancia, lucha, técnicas especiales (da igual si es un kamehameha o un chut acrobático a portería), arcos argumentales donde ir superando niveles y contrincantes,…


De izq. a der., María, la prima (?) Sakuya, Nagi, Klaus en primer término y Hayate…de novia. Mejor no preguntéis…


Algunas curiosidades sobre este manga: Los protagonistas hacen referencia a títulos de otros mangas conocidos, viejos y nuevos. Detective Conan, El Perro de Flandes, Gundam… son mencionados por Hayate como buen aficionado al anime. La propia Nagi es aficionada a las series de magical girls y hasta se disfraza de una “millonaria enmascarada” para salvarlo en alguna ocasión; Es curioso comprobar como la narración hace mucho hincapié en el día en que suceden las cosas. La historia empieza a finales de Diciembre, y el narrador va situando la acción en días posteriores, especificando la fecha. Por ejemplo, a principios de año van a visitar el abuelo de los Sanzenin, el gran patriarca con muchísimo poder dentro de Japón. Y cronológicamente el año va pasando dentro del manga de forma regular, marcando las fechas en el calendario. Podría verse esta estrategia como una forma de enseñarnos el día a día dentro de la mansión, una visión costumbrista de los trabajos de un mayordomo. Pero realmente no lo consigue, ya sea por el carácter limitado de sus capítulos o por estar imbuido por su carácter propiamente shonen.

Valoración: Hayate Mayordomo de Combate tiene buenas ideas: las primeras páginas describen bastante bien la precaria situación en la que se encuentra su protagonista, y existe como una ley del karma que le proporciona una salida a ese problema (aunque sea entrando en otros problemas). Esta sensación está bastante bien conseguida, al igual como la forma de ser de Hayate. El personaje en sí es interesante por la carga dramática que esconde. Es una narración shonen correcta, de aventuras, humor y algo de amor. Se lee de forma amena y sin complicaciones. Tiene capítulos divertidos, pero muchos no contienen mucha historia. Algunos personajes destacan de la media, como María, pero la mayoría son poco interesantes y “exclusivos”. Incluso puedes llegar a olvidar qué querían o porque aparecieron en el manga.
Este manga sería mucho mejor si fuese más breve, más condensado, con las buenas ideas más juntas. Supongo que un joven le debe entretener, pero para otros lectores más talluditos, hay momentos algo tediosos. Recuerdo que el primer tomo se me hizo largo. La sensación final es que no ves que la calidad aguante esos casi 40 tomos que lleva en Japón, y te preguntas qué se ha inventado el autor para ir aguantando tantas semanas de capítulos “tontos”. Cierto que en el último tomo leído empieza una especie de competición para convertirse en un mayordomo de primera clase, pero dudo que aguante tantísimos volúmenes. Es más, dudo incluso qué puede ocurrir hasta el 16º libro, el último editado en castellano. Las portadas no transmiten ninguna pista en este sentido.

El dibujo es correcto, aunque se nota mucho la repetición de caras con distinto peinado. El dibujo es limpio, claro, con entintado fino, con tramas bien puestas y de apariencia agradable. Una curiosidad del autor es la de presentar a los personajes dibujándolos de cuerpo entero encima de otras viñetas, como una presentación “oficial”. Así por ejemplo, podemos ver como a María le queda como un guante el vestido de mayordoma sin enseñar un milímetro de carne.



Dicho esto, Hayate no es un mal manga para jóvenes. Se desenvuelve bastante bien en crear situaciones con cada uno de los personajes y hay buenos momentos. El problema es que están demasiado diseminados. La relación que se monta entre los tres protagonistas es entretenida, con pizcas de comedia sentimental, pero el resto de chicas y chicos no tienen un relieve excesivamente importante dentro de la trama. Incluso por momentos olvidaba por completo de donde había aparecido ese personaje y cual era su propósito…esta es la relevancia que tienen estos personajes.
Entiendo que la historia se publica en una revista shonen, de lectura adolescente, pero hubiese estado bien explorar la diferencia de clases, los distintos puntos de vista entre un pobre y un rico, qué puede llegar a pensar Hayate si Nagi se gasta 20 o 30 millones de yens en una noche, sin pestañear,… Una crítica a la opulencia, a quemar la tarjeta de crédito sin pensar un momento,… El protagonista pierde la oportunidad de hacer cambiar a su señora. Ella cambia, pero en otros parámetros. También sería un buen vehículo para concienciar a los jóvenes lectores de la importancia de ahorrar, de lo que cuesta conseguir dinero trabajando, de la pobreza, etc. No convertirlo en el objetivo del manga, pero sí como complemento. Está claro que poseer tanto patrimonio y dinero que además le da rentas hace de Nagi una niña consentida, situación comentada por Hayate y María en alguna ocasión, creando un espacio psicológico necesario entre ellos dos y la niña, ya que de alguna forma acabamos pensando que todos tienen la misma edad, y no es así.

Hayate se hubiese beneficiado de una vida más corta. Si en 5 tomos ya he encontrado momentos relativamente aburridos o que no llevaban a ningún sitio, imaginaos en los 16 que llegó a publicar Glénat. Y realmente me pregunto qué deben contener los 38 tomos que hay actualmente publicados en Japón, y no es una serie finalizada. Quizá el autor encuentra una fuente inagotable de arcos para rellenar tantos capítulos, pero desde mi punto de vista la historia no da para tanto.

Por otro lado, tampoco podemos pedirle demasiado. La serie está creada para ser absurda y para entretener, y lo consigue, y seguro que a los jóvenes japoneses les gustó mucho más (recordemos Dr Slump, Bobobo, etc). Debe ser leída como un divertimento sin buscarle tres pies al gato, e incluso así contiene buenos momentos. El motor de la historia es ver como se desarrolla Hayate en su tarea de mayordomo, y a la vez como sigue el malentendido entre esos tres, y quizá el acercamiento del mayordomo hacia María…o hacia Nagi, nunca se sabe. Lástima esta sensación de querer eternizar las obras (pienso en Ah Megamisama, por ejemplo) que diluye los puntos buenos en un mar de capítulos que no llevan a ninguna parte. Por otro lado, solo se publicaron 16 tomos de los 38 que existen actualmente, y oficialmente está cancelada (el último tomo publicado es de Febrero 2010). También es cierto que solo poseo los cinco primeros, y según algún conocido blog, la historia mejora. Desgraciadamente para el manga, la coyuntura no invita a comprar el resto de tomos y comprobarlo.

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